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RVI: RUT

Referencias para la lectura:

-       Texto actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Texto entre comillas y asterisco «expresión»* refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
-       Subtitulado tradicional actualizado

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

RUT

Rut y Noemí
(Rt 1:1) Sucedió en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.

(Rt 1:2) El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su mujer, Noemí; y los nombres de sus hijos eran Mahlón y Quelión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y se quedaron allí.

(Rt 1:3) Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos,

(Rt 1:4) los cuales tomaron para sí mujeres moabitas; el nombre de una era Orfa, y el nombre de la otra, Rut; y habitaron allí unos diez años.

(Rt 1:5) Y murieron también los dos, Mahlón y Quelión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.

(Rt 1:6) Entonces se levantó con sus nueras, y regresó de los campos de Moab; porque oyó en el campo de Moab que Jehová había visitado a su pueblo para darles pan.

(Rt 1:7) Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.

(Rt 1:8) Y Noemí dijo a sus dos nueras: vayan, vuelvan «cada una»* a la casa de su madre; Jehová haga con ustedes misericordia, como la han hecho con los muertos y conmigo.

(Rt 1:9) Les conceda Jehová que hallen descanso, «cada una»* en casa de su marido. Luego las besó, y ellas alzaron su voz y lloraron,

(Rt 1:10) y le dijeron: Ciertamente nosotras iremos contigo a tu pueblo.

(Rt 1:11) Y Noemí respondió: Vuelvan, hijas mías; ¿para qué han de ir conmigo? ¿Tengo yo más hijos en el vientre, que puedan ser sus [de ustedes] maridos?

(Rt 1:12) Vuelvan, hijas mías, y váyanse ; porque yo ya soy vieja para tener marido. Y aunque dijese: Esperanza tengo, y esta noche estuviese con marido, y aun diese a luz hijos,

(Rt 1:13) ¿habían ustedes de esperarlos hasta que fuesen grandes? ¿ habían de quedarse sin casar por amor a ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que ustedes, pues la mano de Jehová ha salido contra mí.

(Rt 1:14) Y ellas alzaron otra vez su voz y lloraron; y Orfa besó a su suegra, mas Rut se quedó con ella.

(Rt 1:15) Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella.

(Rt 1:16) Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.

(Rt 1:17) Donde tú murieres, moriré yo, y allí seré sepultada; así me haga Jehová, y aun me añada, que sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.

(Rt 1:18) Y viendo Noemí que estaba tan resuelta a ir con ella, no dijo más.

(Rt 1:19) Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y sucedió que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?

(Rt 1:20) Y ella les respondía: No me llamen Noemí, sino llámenme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.

(Rt 1:21) Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaran Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?

(Rt 1:22) Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.

Rut recoge espigas en el campo de Booz
(Rt 2:1) Tenía Noemí un pariente de su marido, hombre rico de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz.

(Rt 2:2) Y Rut la moabita dijo a Noemí: «Te ruego que me dejes»* ir al campo, y recogeré espigas detrás de aquel a cuyos ojos hallare gracia. Y ella le respondió: Ve, hija mía.

(Rt 2:3) Fue, pues, y llegando, espigó en el campo detrás de los segadores; y sucedió que aquella parte del campo era de Booz, el cual era de la familia de Elimelec.

(Rt 2:4) Y he aquí que Booz vino de Belén, y dijo a los segadores: Jehová sea con ustedes. Y ellos respondieron: Jehová te bendiga.

(Rt 2:5) Y Booz dijo a su criado el mayordomo de los segadores: ¿De quién es esta joven?

(Rt 2:6) Y el criado, mayordomo de los segadores, respondió y dijo: Es la joven moabita que volvió con Noemí de los campos de Moab;

(Rt 2:7) y ha dicho: «Te ruego que me dejes»* recoger y juntar tras los segadores entre las gavillas. Entró, pues, y está desde por la mañana hasta ahora, sin descansar ni aun por un momento.

(Rt 2:8) Entonces Booz dijo a Rut: Oye, hija mía, no vayas a espigar a otro campo, ni pases de aquí; y aquí estarás junto a mis criadas.

(Rt 2:9) Mira bien el campo que sieguen, y síguelas; porque yo he mandado a los criados que no te molesten. Y cuando tengas sed, ve a las vasijas, y bebe del agua que sacan los criados.

(Rt 2:10) Ella entonces bajando su rostro se inclinó a tierra, y le dijo: ¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?

(Rt 2:11) Y respondiendo Booz, le dijo: He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido, y que dejando a tu padre y a tu madre y la tierra donde naciste, has venido a un pueblo que no conociste «antes.»*

(Rt 2:12) Jehová recompense tu obra, y tu remuneración sea cumplida de parte de Jehová Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.

(Rt 2:13) Y ella dijo: Señor mío, halle yo gracia delante de tus ojos; porque me has consolado, y porque has hablado al corazón de tu sierva, aunque no soy ni como una de tus criadas.

(Rt 2:14) Y Booz le dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el vinagre. Y ella se sentó junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació, y le sobró.

(Rt 2:15) Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergüence;

(Rt 2:16) y dejaran también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaran para que lo recoja, y no la reprendan.

(Rt 2:17) Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa de cebada.

(Rt 2:18) Y lo tomó, y se fue a la ciudad; y su suegra vio lo que había recogido. Sacó también luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio.

(Rt 2:19) Y le dijo su suegra: ¿Dónde has espigado hoy? ¿y dónde has trabajado? Bendito sea el que te ha reconocido. Y contó ella a su suegra con quién había trabajado, y dijo: El nombre del varón con quien hoy he trabajado es Booz.

(Rt 2:20) Y dijo Noemí a su nuera: Sea él bendito de Jehová, pues que no ha rehusado a los vivos la benevolencia que tuvo para con los que han muerto. Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos.

(Rt 2:21) Y Rut la moabita dijo: Además de esto me ha dicho: Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega.

(Rt 2:22) Y Noemí respondió a Rut su nuera: Mejor es, hija mía, que salgas con sus criadas, y que no te encuentren en otro campo.

(Rt 2:23) Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz espigando, hasta que se acabó la siega de la cebada y la del trigo; y vivía con su suegra.

Rut y Booz en la era
(Rt 3:1) Después le dijo su suegra Noemí: Hija mía, ¿no he de buscar hogar para ti, para que te vaya bien?

(Rt 3:2) ¿No es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas tú has estado? He aquí que él avienta esta noche la parva de las cebadas.

(Rt 3:3) Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber.

(Rt 3:4) Y cuando él se acueste, notarás el lugar donde se acuesta, e irás y descubrirás sus pies, y te acostarás allí; y él te dirá lo que hayas de hacer.

(Rt 3:5) Y ella respondió: Haré todo lo que tú me mandes.

(Rt 3:6) Descendió, pues, a la era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado.

(Rt 3:7) Y cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estuvo contento, se retiró a dormir a un lado del montón. Entonces ella vino calladamente, y le descubrió los pies y se acostó.

(Rt 3:8) Y sucedió que a la medianoche se estremeció aquel hombre, y se volvió; y he aquí, una mujer estaba acostada a sus pies.

(Rt 3:9) Entonces él dijo: ¿Quién eres? Y ella respondió: Yo soy Rut tu sierva; extiende el borde de tu capa sobre tu sierva, por cuanto eres pariente cercano.

(Rt 3:10) Y él dijo: Bendita seas tú de Jehová, hija mía; has hecho mejor tu postrera bondad que la primera, no yendo en busca de los jóvenes, sean pobres o ricos.

(Rt 3:11) Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa.

(Rt 3:12) Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo.

(Rt 3:13) Pasa aquí la noche, y cuando sea de día, si él te redimiere, bien, te redima; mas si él no te quisiere redimir, yo te redimiré, vive Jehová. Descansa, pues, hasta la mañana.

(Rt 3:14) Y después que durmió a sus pies hasta la mañana, se levantó antes que los «hombres»* pudieran reconocerse «unos a otros;»* porque él dijo: No se sepa que vino mujer a la era.

(Rt 3:15) Después le dijo: Quítate el manto que traes sobre ti, y tenlo. Y teniéndolo ella, él midió seis medidas de cebada, y se las puso encima; y ella se fue a la ciudad.

(Rt 3:16) Y cuando llegó a donde estaba su suegra, ésta le dijo: ¿Qué hay, hija mía? Y le contó ella todo lo que con aquel varón le había sucedido [acontecido].

(Rt 3:17) Y dijo: Estas seis medidas de cebada me dio, diciéndome: A fin de que no vayas a tu suegra con las manos vacías.

(Rt 3:18) Entonces Noemí dijo: Espérate, hija mía, hasta que sepas cómo se resuelve el asunto; porque aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy.

Booz se casa con Rut
(Rt 4:1) Booz subió a la puerta y se sentó allí; y he aquí pasaba aquel pariente de quien Booz había hablado, y le dijo: Eh, fulano, ven acá y siéntate. Y él vino y se sentó.

(Rt 4:2) Entonces él tomó a diez varones de los ancianos de la ciudad, y dijo: Siéntense aquí. Y ellos se sentaron.

(Rt 4:3) Luego dijo al pariente: Noemí, que ha vuelto del campo de Moab, vende una parte de las tierras que tuvo nuestro hermano Elimelec.

(Rt 4:4) Y yo decidí «hacértelo saber,»* y decirte que la compres en presencia de los que están aquí sentados, y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres redimir, redime; y si no quieres redimir, decláramelo para que yo lo sepa; porque no hay otro que redima sino tú, y yo después de ti. Y él respondió: Yo redimiré.

(Rt 4:5) Entonces replicó Booz: El mismo día que compres las tierras de mano de Noemí, debes tomar también a Rut la moabita, mujer del difunto, para que restaures el nombre del muerto sobre su posesión.

(Rt 4:6) Y respondió el pariente: No puedo redimir para mí, no sea que dañe mi heredad [posesión territorial]. Redime tú, usando de mi derecho, porque yo no podré redimir.

(Rt 4:7) Había ya «desde hacía tiempo»* esta costumbre en Israel tocante a la redención y al contrato, que para la confirmación de cualquier negocio, el «uno»* se quitaba el zapato y lo daba a su compañero; y esto servía de testimonio en Israel.

(Rt 4:8) Entonces el pariente dijo a Booz: Tómalo tú. Y se quitó el zapato.

(Rt 4:9) Y Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: Ustedes son testigos hoy, de que he adquirido de mano de Noemí todo lo que fue de Elimelec, y todo lo que fue de Quelión y de Mahlón.

(Rt 4:10) Y que también tomo por mi mujer a Rut la moabita, mujer de Mahlón, para restaurar el nombre del difunto sobre su heredad [posesión territorial], para que el nombre del muerto no se borre de entre sus hermanos y de la puerta de su lugar. Ustedes son testigos hoy.

(Rt 4:11) Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. Jehová haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y seas de renombre en Belén.

(Rt 4:12) Y sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por la descendencia que de esa joven te dé Jehová.

(Rt 4:13) Booz, pues, tomó a Rut, y ella fue su mujer; y se llegó a ella, y Jehová le dio que concibiese y diese a luz un hijo.

(Rt 4:14) Y las mujeres decían a Noemí: Loado sea Jehová, que hizo que no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en Israel;

(Rt 4:15) el cual será restaurador de tu alma, y sustentará tu vejez; pues tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para ti que siete hijos.

(Rt 4:16) Y tomando Noemí el hijo, lo puso en su regazo, y fue su nodriza [niñera, aya].

(Rt 4:17) Y le dieron nombre las vecinas, diciendo: Le ha nacido un hijo a Noemí; y lo llamaron Obed. Este es padre de Isaí, padre de David.

(Rt 4:18) Estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón,

(Rt 4:19) Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab,

(Rt 4:20) Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón,

(Rt 4:21) Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed,

(Rt 4:22) Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.

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