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RVI: GENESIS 1 - 12

Referencias para la lectura:

-       Texto actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Texto entre comillas y asterisco «expresión»* refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
-       Subtitulado tradicional actualizado

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

GÉNESIS

La Creación Universal
(Gn 1:1) En el principio creó [crió: formó, sustenta y mantiene] Dios los cielos y la tierra.

La formación y orden de las cosas
(Gn 1:2) Y la tierra estaba sin formación [desordenada, deformada; (sin sentido)] y vacía, y las tinieblas estaban sobre la superficie [faz] del abismo [profundidad], y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie [faz] de las aguas.

(Gn 1:3) Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

(Gn 1:4) Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

(Gn 1:5) Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.

(Gn 1:6) Luego dijo Dios: Haya expansión [firmamento] en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.

(Gn 1:7) E hizo Dios el firmamento [expansión], y separó las aguas que estaban debajo del firmamento [expansión], de las aguas que estaban sobre el firmamento [expansión]. Y fue así.

(Gn 1:8) Y llamó Dios al firmamento [expansión] Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.

(Gn 1:9) Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así.

(Gn 1:10) Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno.


(Gn 1:11) Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su especie [género, condición natural], que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así.

(Gn 1:12) Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su especie [género, condición natural], y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su especie [género, condición natural]. Y vio Dios que era bueno.

(Gn 1:13) Y fue la tarde y la mañana el día tercero.

(Gn 1:14) Dijo luego Dios: Haya lumbreras en los firmamentos [expansiones] de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años,

(Gn 1:15) y sean por lumbreras en el firmamento [expansión] de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.

(Gn 1:16) E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.

(Gn 1:17) Y las puso Dios en el firmamento [expansión] de los cielos para alumbrar sobre la tierra,

(Gn 1:18) y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno.

(Gn 1:19) Y fue la tarde y la mañana el día cuarto.

(Gn 1:20) Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión [firmamento] de los cielos.

(Gn 1:21) Y creó [crió: formó, sustenta y mantiene] Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su especie [género, condición natural], y toda ave alada según su especie [género, condición natural]. Y vio Dios que era bueno.

(Gn 1:22) Y Dios los bendijo, diciendo: Fructifiquen y multiplíquense, y llenen las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.

(Gn 1:23) Y fue la tarde y la mañana el día quinto.

(Gn 1:24) Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su especie [género, condición natural], bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie [género, condición natural]. Y fue así.

(Gn 1:25) E hizo Dios animales de la tierra según su especie [género, condición natural], y ganado según su especie [género, condición natural], y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie [género, condición natural]. Y vio Dios que era bueno.

(Gn 1:26) Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

(Gn 1:27) Y creó [crió: formó, sustenta y mantiene] Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

(Gn 1:28) Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructifiquen y multiplíquense; llenen la tierra, y domínenla [sojúzguenla], y señoreen en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

(Gn 1:29) Y dijo Dios: He aquí que les he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; les serán para comer.

(Gn 1:30) Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.

(Gn 1:31) Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno enteramente [en gran manera, grandemente]. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

El día de reposo
(Gn 2:1) Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.

(Gn 2:2) Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.

(Gn 2:3) Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

Adán y Eva en el huerto de Edén
(Gn 2:4) Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,

(Gn 2:5) y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,

(Gn 2:6) sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la superficie [faz] de la tierra.

(Gn 2:7) Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser [(espíritu, alma)] viviente.

(Gn 2:8) Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.

(Gn 2:9) Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal.

(Gn 2:10) Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos.

(Gn 2:11) El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro;

(Gn 2:12) y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice.

(Gn 2:13) El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus.

(Gn 2:14) Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.

(Gn 2:15) Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo conservase [guardase].

(Gn 2:16) Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;

(Gn 2:17) mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

(Gn 2:18) Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.

(Gn 2:19) Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.

(Gn 2:20) Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.

(Gn 2:21) Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.

(Gn 2:22) Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.

(Gn 2:23) Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.

(Gn 2:24) Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.

(Gn 2:25) Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.

La desobediencia y caída del hombre
(Gn 3:1) Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios les ha dicho: No coman de todo árbol del huerto?

(Gn 3:2) Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer;

(Gn 3:3) pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comerán de él, ni le tocaran, para que no mueran.

(Gn 3:4) Entonces la serpiente dijo a la mujer: No morirán;

(Gn 3:5) sino que sabe Dios que el día que coman de él, serán abiertos sus [de ustedes] ojos, y serán como Dios, sabiendo el bien y el mal.

(Gn 3:6) Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

(Gn 3:7) Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

(Gn 3:8) Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.

(Gn 3:9) Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

(Gn 3:10) Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

(Gn 3:11) Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?

(Gn 3:12) Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.

(Gn 3:13) Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.

(Gn 3:14) Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.

(Gn 3:15) Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

(Gn 3:16) A la mujer dijo: Multiplicaré enteramente [en gran manera, grandemente] los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.

(Gn 3:17) Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.

(Gn 3:18) Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.

(Gn 3:19) Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

(Gn 3:20) Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.

(Gn 3:21) Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

(Gn 3:22) Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre.

(Gn 3:23) Y lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.

(Gn 3:24) Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

Caín y Abel
(Gn 4:1) Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.

(Gn 4:2) Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.

(Gn 4:3) Y sucedió «transcurriendo el tiempo,»* que «Caín»* trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová .

(Gn 4:4) Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda ;

(Gn 4:5) pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín enteramente [en gran manera, grandemente], y decayó su semblante.

(Gn 4:6) Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué «te has airado con celo [ensañado],»* y por qué ha decaído tu semblante?

(Gn 4:7) Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.

(Gn 4:8) Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y sucedió que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.

(Gn 4:9) Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?

(Gn 4:10) Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.

(Gn 4:11) Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano.

(Gn 4:12) Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra.

(Gn 4:13) Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado.

(Gn 4:14) He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará.

(Gn 4:15) Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.

(Gn 4:16) Salió, pues, Caín de la presencia [de delante] de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén.

(Gn 4:17) Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc.

(Gn 4:18) Y a Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec.

(Gn 4:19) Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila.

(Gn 4:20) Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados.

(Gn 4:21) Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta.

(Gn 4:22) Y Zila también dio a luz a Tubalcaín, artífice de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubalcaín fue Naama.

(Gn 4:23) Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oigan mi voz; Mujeres de Lamec, escuchen mi dicho: Que un varón mataré por mi herida, Y un joven por mi golpe.

(Gn 4:24) Si siete veces será vengado Caín, Lamec de hecho setenta veces siete lo será.

(Gn 4:25) Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín.

(Gn 4:26) Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.

Libro de las generaciones de Adán
(1 Cr 1:1-4)
(Gn 5:1) Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.

(Gn 5:2) Varón y hembra los creó [crió: formó, sustenta y mantiene]; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.

(Gn 5:3) Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.

(Gn 5:4) Y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 5:5) Y fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años; y murió.

(Gn 5:6) Vivió Set ciento cinco años, y engendró a Enós.

(Gn 5:7) Y vivió Set, después que engendró a Enós, ochocientos siete años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 5:8) Y fueron todos los días de Set novecientos doce años; y murió.

(Gn 5:9) Vivió Enós noventa años, y engendró a Cainán.

(Gn 5:10) Y vivió Enós, después que engendró a Cainán, ochocientos quince años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 5:11) Y fueron todos los días de Enós novecientos cinco años; y murió.

(Gn 5:12) Vivió Cainán setenta años, y engendró a Mahalaleel.

(Gn 5:13) Y vivió Cainán, después que engendró a Mahalaleel, ochocientos cuarenta años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 5:14) Y fueron todos los días de Cainán novecientos diez años; y murió.

(Gn 5:15) Vivió Mahalaleel sesenta y cinco años, y engendró a Jared.

(Gn 5:16) Y vivió Mahalaleel, después que engendró a Jared, ochocientos treinta años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 5:17) Y fueron todos los días de Mahalaleel ochocientos noventa y cinco años; y murió.

(Gn 5:18) Vivió Jared ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc.

(Gn 5:19) Y vivió Jared, después que engendró a Enoc, ochocientos años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 5:20) Y fueron todos los días de Jared novecientos sesenta y dos años; y murió.

(Gn 5:21) Vivió Enoc sesenta y cinco años, y engendró a Matusalén.

(Gn 5:22) Y caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 5:23) Y fueron todos los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años.

(Gn 5:24) Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

(Gn 5:25) Vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec.

(Gn 5:26) Y vivió Matusalén, después que engendró a Lamec, setecientos ochenta y dos años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 5:27) Fueron, pues, todos los días de Matusalén novecientos sesenta y nueve años; y murió.

(Gn 5:28) Vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo;

(Gn 5:29) y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos aliviará de nuestras obras y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo.

(Gn 5:30) Y vivió Lamec, después que engendró a Noé, quinientos noventa y cinco años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 5:31) Y fueron todos los días de Lamec setecientos setenta y siete años; y murió.

(Gn 5:32) Y siendo Noé de quinientos años, engendró a Sem, a Cam y a Jafet.

La maldad de los hombres
(Gn 6:1) Sucedió que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la superficie [faz] de la tierra, y les nacieron hijas,

(Gn 6:2) que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.

(Gn 6:3) Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.

(Gn 6:4) Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.

(Gn 6:5) Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.

(Gn 6:6) Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.

(Gn 6:7) Y dijo Jehová: Raeré de sobre la superficie [faz] de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.

(Gn 6:8) Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.

La orden de construir un arca a Noé
(Gn 6:9) Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.

(Gn 6:10) Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet.

(Gn 6:11) Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia [vergüenza, afrenta, deshonor].

(Gn 6:12) Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.

(Gn 6:13) Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia [vergüenza, afrenta, deshonor] a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.

(Gn 6:14) Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.

(Gn 6:15) Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura.

(Gn 6:16) Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero.

(Gn 6:17) Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.

(Gn 6:18) Mas estableceré mi pacto [alianza, convenio, acuerdo] contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.

(Gn 6:19) Y de todo lo que vive, de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca, para que tengan vida contigo; macho y hembra serán.

(Gn 6:20) De las aves según su especie [género, condición natural], y de las bestias según su especie, de todo reptil de la tierra según su especie, dos de cada especie entrarán contigo, para que tengan vida.

(Gn 6:21) Y toma contigo de todo alimento que se come, y almacénalo, y servirá de sustento para ti y para ellos.

(Gn 6:22) Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó.

El diluvio
(Gn 7:1) Dijo luego Jehová a Noé: Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación.

(Gn 7:2) De todo animal limpio tomarás siete parejas, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, una pareja, el macho y su hembra.

(Gn 7:3) También de las aves de los cielos, siete parejas, macho y hembra, para conservar viva la especie sobre la superficie [faz] de la tierra.

(Gn 7:4) Porque pasados aún siete días, yo haré llover sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches; y raeré de sobre la superficie [faz] de la tierra a todo ser viviente que hice.

(Gn 7:5) E hizo Noé conforme a todo lo que le mandó Jehová.

(Gn 7:6) Era Noé de seiscientos años cuando el diluvio de las aguas vino sobre la tierra.

(Gn 7:7) Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos.

(Gn 7:8) De los animales limpios, y de los animales que no eran limpios, y de las aves, y de todo lo que se arrastra sobre la tierra,

(Gn 7:9) de dos en dos entraron con Noé en el arca; macho y hembra, como mandó Dios a Noé.

(Gn 7:10) Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra.

(Gn 7:11) El año seiscientos de la vida de Noé, en el mes segundo, a los diecisiete días del mes, aquel día fueron rotas todas las fuentes del grande abismo [profundidad], y las cataratas de los cielos fueron abiertas,

(Gn 7:12) y hubo lluvia sobre la tierra cuarenta días y cuarenta noches.

(Gn 7:13) En este mismo día entraron Noé, y Sem, Cam y Jafet hijos de Noé, la mujer de Noé, y las tres mujeres de sus hijos, con él en el arca;

(Gn 7:14) ellos, y todos los animales silvestres según sus especies [géneros, condición natural], y todos los animales domesticados según sus especies, y todo reptil que se arrastra sobre la tierra según su especie, y toda ave según su especie, y todo pájaro de toda especie.

(Gn 7:15) Vinieron, pues, con Noé al arca, de dos en dos de toda carne en que había espíritu de vida.

(Gn 7:16) Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta.

(Gn 7:17) Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elevó sobre la tierra.

(Gn 7:18) Y subieron las aguas y crecieron enteramente [en gran manera, grandemente] sobre la tierra; y flotaba el arca sobre la superficie de las aguas.

(Gn 7:19) Y las aguas subieron mucho sobre la tierra; y todos los montes altos que había debajo de todos los cielos, fueron cubiertos.

(Gn 7:20) Quince codos más alto subieron las aguas, después que fueron cubiertos los montes.

(Gn 7:21) Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre.

(Gn 7:22) Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices, todo lo que había en la tierra, murió.

(Gn 7:23) Así fue destruido todo ser que vivía sobre la superficie [faz] de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, los reptiles, y las aves del cielo; y fueron raídos de la tierra, y quedó solamente Noé, y los que con él estaban en el arca.

(Gn 7:24) Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.

(Gn 8:1) Y se acordó Dios de Noé, y de todos los animales, y de todas las bestias que estaban con él en el arca; e hizo pasar Dios un viento sobre la tierra, y disminuyeron las aguas.

(Gn 8:2) Y se cerraron las fuentes del abismo [profundidad] y las cataratas de los cielos; y la lluvia de los cielos fue detenida.

(Gn 8:3) Y las aguas decrecían gradualmente de sobre la tierra; y se retiraron las aguas al cabo de ciento cincuenta días.

(Gn 8:4) Y reposó el arca en el mes séptimo, a los diecisiete días del mes, sobre los montes de Ararat.

(Gn 8:5) Y las aguas fueron decreciendo hasta el mes décimo; en el décimo, al primero del mes, se descubrieron las cimas de los montes.

(Gn 8:6) Sucedió que al cabo de cuarenta días abrió Noé la ventana del arca que había hecho,

(Gn 8:7) y envió un cuervo, el cual salió, y estuvo yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobre la tierra.

(Gn 8:8) Envió también de sí una paloma, para ver si las aguas se habían retirado de sobre la superficie [faz] de la tierra.

(Gn 8:9) Y no halló la paloma donde sentar la planta de su pie, y volvió a él al arca, porque las aguas estaban aún sobre la superficie [faz] de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, y tomándola, la hizo entrar consigo en el arca.

(Gn 8:10) Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma fuera del arca.

(Gn 8:11) Y la paloma volvió a él a la hora de la tarde; y he aquí que traía una hoja de olivo en el pico; y entendió Noé que las aguas se habían retirado de sobre la tierra.

(Gn 8:12) Y esperó aún otros siete días, y envió la paloma, la cual no volvió ya más a él.

(Gn 8:13) Y sucedió que en el año seiscientos uno de Noé, en el mes primero, el día primero del mes, las aguas se secaron sobre la tierra; y quitó Noé la cubierta del arca, y miró, y he aquí que la superficie [faz] de la tierra estaba seca.

(Gn 8:14) Y en el mes segundo, a los veintisiete días del mes, se secó la tierra.

(Gn 8:15) Entonces habló Dios a Noé, diciendo:

(Gn 8:16) Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo.

(Gn 8:17) Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra.

(Gn 8:18) Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él.

(Gn 8:19) Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca.

(Gn 8:20) Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.

(Gn 8:21) Y percibió Jehová olor «grato;»* y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque «el intento del»* corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.

(Gn 8:22) Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.

Pacto de Dios con Noé
(Gn 9:1) Bendijo Dios a Noé y a sus hijos, y les dijo: Fructifiquen y multiplíquense, y llenen la tierra.

(Gn 9:2) El temor y el miedo de ustedes estarán sobre todo animal de la tierra, y sobre toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar; en su [de ti] mano son entregados.

(Gn 9:3) Todo lo que se mueve y vive, les será para mantenimiento: así como las legumbres y plantas verdes, se lo he dado todo.

(Gn 9:4) Pero carne con su vida, que es su sangre, no comerán.

(Gn 9:5) Porque ciertamente demandaré la sangre de sus [de ustedes] vidas; de mano de todo animal la demandaré, y de mano del hombre; de mano del varón su hermano demandaré la vida del hombre.

(Gn 9:6) El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.

(Gn 9:7) Mas ustedes fructifiquen y multiplíquense; procreen abundantemente en la tierra, y multiplíquense en ella.

(Gn 9:8) Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo:

(Gn 9:9) He aquí que yo establezco mi pacto [alianza, convenio, acuerdo] con ustedes, y con sus [de ustedes] descendientes después de ustedes;

(Gn 9:10) y con todo ser viviente que está con ustedes; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con ustedes, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra.

(Gn 9:11) Estableceré mi pacto [alianza, convenio, acuerdo] con ustedes, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.

(Gn 9:12) Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto [alianza, convenio, acuerdo] que yo establezco entre mí y ustedes y todo ser viviente que está con ustedes, por siglos perpetuos:

(Gn 9:13) Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto [alianza, convenio, acuerdo] entre mí y la tierra.

(Gn 9:14) Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes.

(Gn 9:15) Y me acordaré del pacto [alianza, convenio, acuerdo] mío, que hay entre mí y ustedes y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne.

(Gn 9:16) Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto [alianza, convenio, acuerdo] perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra.

(Gn 9:17) Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto [alianza, convenio, acuerdo] que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.

Noé se embriaga
(Gn 9:18) Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán.

(Gn 9:19) Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la tierra.

(Gn 9:20) Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña;

(Gn 9:21) y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda.

(Gn 9:22) Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera.

(Gn 9:23) Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre.

(Gn 9:24) Y despertó Noé de su embriaguez, y supo lo que le había hecho su hijo más joven,

(Gn 9:25) y dijo: Maldito sea Canaán; esclavo [siervo, sirviente] de esclavos [siervos, sirvientes] será a sus hermanos.

(Gn 9:26) Dijo más: Bendito por Jehová mi Dios sea Sem, Y sea Canaán su esclavo [siervo, sirviente].

(Gn 9:27) Engrandezca Dios a Jafet, Y habite en las tiendas de Sem, Y sea Canaán su esclavo [siervo, sirviente].

(Gn 9:28) Y vivió Noé después del diluvio trescientos cincuenta años.

(Gn 9:29) Y fueron todos los días de Noé novecientos cincuenta años; y murió.

Las generaciones de Noé
(1 Cr 1:5-23)
(Gn 10:1) Estas son las generaciones de los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, a los cuales nacieron hijos después del diluvio.

(Gn 10:2) Los hijos de Jafet: Gomer, Magog, Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras.

(Gn 10:3) Los hijos de Gomer: Askenaz, Rifat y Togarma.

(Gn 10:4) Los hijos de Javán: Elisa, Tarsis, Quitim y Dodanim.

(Gn 10:5) De éstos se poblaron las costas, cada cual según su lengua, conforme a sus familias en sus naciones.

(Gn 10:6) Los hijos de Cam: Cus, Mizraim, Fut y Canaán.

(Gn 10:7) Y los hijos de Cus: Seba, Havila, Sabta, Raama y Sabteca. Y los hijos de Raama: Seba y Dedán.

(Gn 10:8) Y Cus engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer poderoso en la tierra.

(Gn 10:9) Este fue vigoroso cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso cazador delante de Jehová.

(Gn 10:10) Y fue el comienzo de su reino Babel, Erec, Acad y Calne, en la tierra de Sinar.

(Gn 10:11) De esta tierra salió para Asiria, y edificó Nínive, Rehobot, Cala,

(Gn 10:12) y Resén entre Nínive y Cala, la cual es ciudad grande.

(Gn 10:13) Mizraim engendró a Ludim, a Anamim, a Lehabim, a Naftuhim,

(Gn 10:14) a Patrusim, a Casluhim, de donde salieron los filisteos, y a Caftorim.

(Gn 10:15) Y Canaán engendró a Sidón su primogénito, a Het,

(Gn 10:16) al jebuseo, al amorreo, al gergeseo,

(Gn 10:17) al heveo, al araceo, al sineo,

(Gn 10:18) al arvadeo, al zemareo y al hamateo; y después se dispersaron las familias de los cananeos.

(Gn 10:19) Y fue el territorio de los cananeos desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma, Gomorra, Adma y Zeboim, hasta Lasa.

(Gn 10:20) Estos son los hijos de Cam por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.

(Gn 10:21) También le nacieron hijos a Sem, padre de todos los hijos de Heber, y hermano mayor de Jafet.

(Gn 10:22) Los hijos de Sem fueron Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram.

(Gn 10:23) Y los hijos de Aram: Uz, Hul, Geter y Mas.

(Gn 10:24) Arfaxad engendró a Sala, y Sala engendró a Heber.

(Gn 10:25) Y a Heber nacieron dos hijos: el nombre del uno fue Peleg, porque en sus días fue repartida la tierra; y el nombre de su hermano, Joctán.

(Gn 10:26) Y Joctán engendró a Almodad, Selef, Hazarmavet, Jera,

(Gn 10:27) Adoram, Uzal, Dicla,

(Gn 10:28) Obal, Abimael, Seba,

(Gn 10:29) Ofir, Havila y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán.

(Gn 10:30) Y la tierra en que habitaron fue desde Mesa en dirección de Sefar, hasta la región montañosa del oriente.

(Gn 10:31) Estos fueron los hijos de Sem por sus familias, por sus lenguas, en sus tierras, en sus naciones.

(Gn 10:32) Estas son las familias de los hijos de Noé por sus descendencias, en sus naciones; y de éstos se esparcieron las naciones en la tierra después del diluvio.

La Torre de Babel
(Gn 11:1) Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.

(Gn 11:2) Y sucedió que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí.

(Gn 11:3) Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.

(Gn 11:4) Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la superficie [faz] de toda la tierra.

(Gn 11:5) Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.

(Gn 11:6) Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos éstos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.

(Gn 11:7) Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero.

(Gn 11:8) Así los esparció Jehová desde allí sobre la superficie [faz] de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad.

(Gn 11:9) Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la superficie [faz] de toda la tierra.

Las generaciones de Sem
(1 Cr 1:24-27)
(Gn 11:10) Estas son las generaciones de Sem: Sem, «de edad de»* cien años, engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio.

(Gn 11:11) Y vivió Sem, después que engendró a Arfaxad, quinientos años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 11:12) Arfaxad vivió treinta y cinco años, y engendró a Sala.

(Gn 11:13) Y vivió Arfaxad, después que engendró a Sala, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 11:14) Sala vivió treinta años, y engendró a Heber.

(Gn 11:15) Y vivió Sala, después que engendró a Heber, cuatrocientos tres años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 11:16) Heber vivió treinta y cuatro años, y engendró a Peleg.

(Gn 11:17) Y vivió Heber, después que engendró a Peleg, cuatrocientos treinta años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 11:18) Peleg vivió treinta años, y engendró a Reu.

(Gn 11:19) Y vivió Peleg, después que engendró a Reu, doscientos nueve años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 11:20) Reu vivió treinta y dos años, y engendró a Serug.

(Gn 11:21) Y vivió Reu, después que engendró a Serug, doscientos siete años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 11:22) Serug vivió treinta años, y engendró a Nacor.

(Gn 11:23) Y vivió Serug, después que engendró a Nacor, doscientos años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 11:24) Nacor vivió veintinueve años, y engendró a Taré.

(Gn 11:25) Y vivió Nacor, después que engendró a Taré, ciento diecinueve años, y engendró hijos e hijas.

(Gn 11:26) Taré vivió setenta años, y engendró a Abram, a Nacor y a Harán.

Las generaciones de Taré
(Gn 11:27) Estas son las generaciones de Taré: Taré engendró a Abram, a Nacor y a Harán; y Harán engendró a Lot.

(Gn 11:28) Y murió Harán antes que su padre Taré en la tierra de su nacimiento, en Ur de los caldeos.

(Gn 11:29) Y tomaron Abram y Nacor para sí mujeres; el nombre de la mujer de Abram era Sarai, y el nombre de la mujer de Nacor, Milca, hija de Harán, padre de Milca y de Isca.

(Gn 11:30) Mas Sarai era estéril, y no tenía hijo.

(Gn 11:31) Y tomó Taré a Abram su hijo, y a Lot hijo de Harán, hijo de su hijo, y a Sarai su nuera, mujer de Abram su hijo, y salió con ellos de Ur de los caldeos, para ir a la tierra de Canaán; y vinieron hasta Harán, y se quedaron allí.

(Gn 11:32) Y fueron los días de Taré doscientos cinco años; y murió Taré en Harán.

Dios llama a Abram
(Gn 12:1) Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.

(Gn 12:2) Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.

(Gn 12:3) Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

(Gn 12:4) Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán.

(Gn 12:5) Tomó, pues, Abram a Sarai su mujer, y a Lot hijo de su hermano, y todos sus bienes que habían ganado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a tierra de Canaán; y a tierra de Canaán llegaron.

(Gn 12:6) Y pasó Abram por aquella tierra hasta el lugar de Siquem, hasta el encino de More; y el cananeo estaba entonces en la tierra.

(Gn 12:7) Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.

(Gn 12:8) Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Betel, y plantó su tienda, teniendo a Betel al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová.

(Gn 12:9) Y Abram partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev.

Abram en Egipto
(Gn 12:10) Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra.

(Gn 12:11) Y sucedió que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto;

(Gn 12:12) y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida.

(Gn 12:13) Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti.

(Gn 12:14) Y sucedió que cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era hermosa enteramente [en gran manera, grandemente].

(Gn 12:15) También la vieron los príncipes de Faraón, y la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa de Faraón.

(Gn 12:16) E hizo bien a Abram por causa de ella; y él tuvo ovejas, vacas, asnos, esclavos [siervos, sirvientes], criadas, asnas y camellos.

(Gn 12:17) Mas Jehová hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas, por causa de Sarai mujer de Abram.

(Gn 12:18) Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: ¿Qué es esto que has hecho conmigo? ¿Por qué no me declaraste que era tu mujer?

(Gn 12:19) ¿Por qué dijiste: Es mi hermana, poniéndome en ocasión de tomarla para mí por mujer? Ahora, pues, he aquí tu mujer; tómala, y vete.

(Gn 12:20) Entonces Faraón dio orden a su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer, con todo lo que tenía.

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