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RVI: JUECES 1 - 7

Referencias para la lectura:

-       Texto actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Texto entre comillas y asterisco «expresión»* refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
-       Subtitulado tradicional actualizado

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

JUECES

Judá y Simeón capturan a Adoni-bezec
(Jue 1:1) Sucedió después de la muerte de Josué, que los hijos de Israel consultaron a Jehová, diciendo: ¿Quién de nosotros subirá primero a pelear contra los cananeos?

(Jue 1:2) Y Jehová respondió: Judá subirá; he aquí que yo he entregado la tierra en sus manos.

(Jue 1:3) Y Judá dijo a Simeón su hermano: Sube conmigo al territorio que se me ha adjudicado, y peleemos contra el cananeo, y yo también iré contigo al tuyo. Y Simeón fue con él.

(Jue 1:4) Y subió Judá, y Jehová entregó en sus manos al cananeo y al ferezeo; e hirieron de ellos en Bezec a diez mil hombres.

(Jue 1:5) Y hallaron a Adoni-bezec en Bezec, y pelearon contra él; y derrotaron al cananeo y al ferezeo.

(Jue 1:6) Mas Adoni-bezec huyó; y le siguieron y le prendieron, y le cortaron los pulgares de las manos y de los pies.

(Jue 1:7) Entonces dijo Adoni-bezec: Setenta reyes, cortados los pulgares de sus manos y de sus pies, recogían las migajas debajo de mi mesa; como yo hice, así me ha pagado Dios. Y le llevaron a Jerusalén, donde murió.

Judá conquista Jerusalén y Hebrón
(Jue 1:8) Y combatieron los hijos de Judá a Jerusalén y la tomaron, y pasaron a sus habitantes a filo de espada y pusieron fuego a la ciudad.

(Jue 1:9) Después los hijos de Judá descendieron para pelear contra el cananeo que habitaba en las montañas, en el Neguev, y en los llanos.

(Jue 1:10) Y marchó Judá contra el cananeo que habitaba en Hebrón, la cual se llamaba antes Quiriatarba; e hirieron a Sesai, a Ahimán y a Talmai.

Otoniel conquista Debir y recibe a Acsa
(Jos 15:15-19)
(Jue 1:11) De allí fue a los que habitaban en Debir, que antes se llamaba Quiriatsefer.

(Jue 1:12) Y dijo Caleb: El que atacare a Quiriatsefer y la tomare, yo le daré Acsa mi hija por mujer.

(Jue 1:13) Y la tomó Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb; y él le dio Acsa su hija por mujer.

(Jue 1:14) Y cuando ella se iba con él, la persuadió que pidiese a su padre un campo. Y ella se bajó del asno, y Caleb le dijo: ¿Qué tienes?

(Jue 1:15) Ella entonces le respondió: Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas. Entonces Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.

Extensión de las conquistas de Judá y Benjamín
(Jue 1:16) Y los hijos del ceneo, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá al desierto de Judá, que está en el Neguev cerca de Arad; y fueron y habitaron con el pueblo.

(Jue 1:17) Y fue Judá con su hermano Simeón, y derrotaron al cananeo que habitaba en Sefat, y la asolaron; y pusieron por nombre a la ciudad, Horma.

(Jue 1:18) Tomó también Judá a Gaza con su territorio, Ascalón con su territorio y Ecrón con su territorio.

(Jue 1:19) Y Jehová estaba con Judá, quien arrojó a los de las montañas; mas no pudo arrojar a los que habitaban en los llanos, los cuales tenían carros herrados.

(Jue 1:20) Y dieron Hebrón a Caleb, como Moisés había dicho; y él arrojó de allí a los tres hijos de Anac.

(Jue 1:21) Mas al jebuseo que habitaba en Jerusalén no lo arrojaron los hijos de Benjamín, y el jebuseo habitó con los hijos de Benjamín en Jerusalén hasta hoy.

José conquista Bet-el
(Jue 1:22) También la casa de José subió contra Betel; y Jehová estaba con ellos.

(Jue 1:23) Y la casa de José puso espías en Betel, ciudad que antes se llamaba Luz.

(Jue 1:24) Y los que espiaban vieron a un hombre que salía de la ciudad, y le dijeron: Muéstranos ahora la entrada de la ciudad, y haremos contigo misericordia.

(Jue 1:25) Y él les mostró la entrada a la ciudad, y la hirieron a filo de espada; pero dejaron ir a aquel hombre con toda su familia.

(Jue 1:26) Y se fue el hombre a la tierra de los heteos, y edificó una ciudad a la cual llamó Luz; y este es su nombre hasta hoy.

Extensión de las conquistas de Manasés y de Efraín
(Jue 1:27) Tampoco Manasés arrojó a los de Betseán, ni a los de sus aldeas, ni a los de Taanac y sus aldeas, ni a los de Dor y sus aldeas, ni a los habitantes de Ibleam y sus aldeas, ni a los que habitan en Meguido y en sus aldeas; y el cananeo persistía en habitar en aquella tierra.

(Jue 1:28) Pero cuando Israel se sintió fuerte hizo al cananeo tributario, mas no lo arrojó.

(Jue 1:29) Tampoco Efraín arrojó al cananeo que habitaba en Gezer, sino que habitó el cananeo en medio de ellos en Gezer.

Extensión de las conquistas de las demás tribus
(Jue 1:30) Tampoco Zabulón arrojó a los que habitaban en Quitrón, ni a los que habitaban en Naalal, sino que el cananeo habitó en medio de él, y le fue tributario.

(Jue 1:31) Tampoco Aser arrojó a los que habitaban en Aco, ni a los que habitaban en Sidón, en Ahlab, en Aczib, en Helba, en Afec y en Rehob.

(Jue 1:32) Y moró Aser entre los cananeos que habitaban en la tierra; pues no los arrojó.

(Jue 1:33) Tampoco Neftalí arrojó a los que habitaban en Bet-semes, ni a los que habitaban en Betanat, sino que moró entre los cananeos que habitaban en la tierra; mas le fueron tributarios los habitantes [moradores, residentes] de Bet-semes y los habitantes [moradores, residentes] de Bet-anat.

(Jue 1:34) Los amorreos acosaron a los hijos de Dan hasta el monte, y no los dejaron descender a los llanos.

(Jue 1:35) Y el amorreo persistió en habitar en el monte de Heres, en Ajalón y en Saalbim; pero cuando la casa de José «cobró fuerzas,»* lo hizo tributario.

(Jue 1:36) Y el límite del amorreo fue desde la subida de Acrabim, desde Sela hacia arriba.

El ángel de Jehová en Boquim
(Jue 2:1) El ángel de Jehová subió de Gilgal a Boquim, y dijo: Yo les saqué de Egipto, y les introduje en la tierra de la cual había jurado a sus [de ustedes] padres, diciendo: No invalidaré jamás mi pacto [alianza, convenio, acuerdo] con ustedes,

(Jue 2:2) con tal que ustedes no hagan pacto [alianza, convenio, acuerdo] con los habitantes [moradores, residentes] de esta tierra, cuyos altares han de derribar; mas ustedes no han atendido a mi voz. ¿Por qué han hecho esto?

(Jue 2:3) Por tanto, yo también digo: No los echaré de delante de ustedes, sino que serán azotes para sus [de ustedes] costados, y sus dioses les serán tropezadero.

(Jue 2:4) Cuando el ángel de Jehová habló estas palabras a todos los hijos de Israel, el pueblo alzó su voz y lloró.

(Jue 2:5) Y llamaron el nombre de aquel lugar Boquim, y ofrecieron allí sacrificios a Jehová.

Muerte de Josué
(Jos 24:29-31)
(Jue 2:6) Porque ya Josué había despedido al pueblo, y los hijos de Israel se habían ido «cada uno»* a su heredad [posesión territorial] para poseerla.

(Jue 2:7) Y el pueblo había servido a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué, los cuales habían visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho por Israel.

(Jue 2:8) Pero murió Josué hijo de Nun, esclavo [siervo, sirviente] de Jehová, siendo de ciento diez años.

(Jue 2:9) Y lo sepultaron en su heredad [posesión territorial] en Timnatsera, en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.

(Jue 2:10) Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.

Apostasía de Israel, y la obra de los jueces
(Jue 2:11) Después los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales.

(Jue 2:12) Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Jehová.

(Jue 2:13) Y dejaron a Jehová, y adoraron a Baal y a Astarot.

(Jue 2:14) Y se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los entregó en manos de robadores que los despojaron, y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor; y no pudieron ya hacer frente a sus enemigos.

(Jue 2:15) Por dondequiera que salían, la mano de Jehová estaba contra ellos para mal, como Jehová había dicho, y como Jehová se lo había jurado; y tuvieron gran aflicción.

(Jue 2:16) Y Jehová levantó jueces que los librasen de mano de los que les despojaban;

(Jue 2:17) pero tampoco oyeron a sus jueces, sino que fueron tras dioses ajenos, a los cuales adoraron; se apartaron pronto del camino en que anduvieron sus padres obedeciendo a los mandamientos de Jehová; ellos no hicieron así.

(Jue 2:18) Y cuando Jehová les levantaba jueces, Jehová estaba con el juez, y los libraba de mano de los enemigos todo el tiempo de aquel juez; porque Jehová era movido a misericordia por sus gemidos «a causa de»* los que los oprimían y afligían.

(Jue 2:19) Mas sucedía [acontecía] que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino.

(Jue 2:20) Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y dijo: Por cuanto este pueblo traspasa mi pacto [alianza, convenio, acuerdo] que ordené a sus padres, y no obedece a mi voz,

(Jue 2:21) tampoco yo volveré más a arrojar de delante de ellos a «ninguna»* de las naciones que dejó Josué cuando murió;

(Jue 2:22) para probar con ellas a Israel, si procurarían o no seguir el camino de Jehová, andando en él, como lo siguieron sus padres.

(Jue 2:23) Por esto dejó Jehová a aquellas naciones, sin arrojarlas de una vez, y no las entregó en mano de Josué.

Naciones que fueron dejadas para probar a Israel
(Jue 3:1) Estas, pues, son las naciones que dejó Jehová para probar con ellas a Israel, a todos aquellos que no habían conocido todas las guerras de Canaán;

(Jue 3:2) solamente para que el linaje de los hijos de Israel conociese la guerra, para que la enseñasen a los que antes no la habían conocido:

(Jue 3:3) los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat.

(Jue 3:4) Y fueron para probar con ellos a Israel, para saber si obedecerían a los mandamientos de Jehová, que él había dado a sus padres por mano de Moisés.

(Jue 3:5) Así los hijos de Israel habitaban entre los cananeos, heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos.

(Jue 3:6) Y tomaron de sus hijas por mujeres, y dieron sus hijas a los hijos de ellos, y sirvieron a sus dioses.

Otoniel liberta a Israel de Cusan-risataim
(Jue 3:7) Hicieron, pues, los hijos de Israel lo malo ante los ojos de Jehová, y olvidaron a Jehová su Dios, y sirvieron a los baales y a las imágenes de Asera.

(Jue 3:8) Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los vendió en manos de Cusanrisataim rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusanrisataim ocho años.

(Jue 3:9) Entonces clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová levantó un libertador a los hijos de Israel y los libró; esto es, a Otoniel hijo de Cenaz, hermano menor de Caleb.

(Jue 3:10) Y el Espíritu de Jehová vino sobre él, y juzgó a Israel, y salió a batalla, y Jehová entregó en su mano a Cusanrisataim rey de Siria, y prevaleció su mano contra Cusanrisataim.

(Jue 3:11) Y reposó la tierra cuarenta años; y murió Otoniel hijo de Cenaz.

Aod liberta a Israel de Moab
(Jue 3:12) Volvieron los hijos de Israel a hacer lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová fortaleció a Eglón rey de Moab contra Israel, por cuanto habían hecho lo malo ante los ojos de Jehová.

(Jue 3:13) Este juntó consigo a los hijos de Amón y de Amalec, y vino e hirió a Israel, y tomó la ciudad de las palmeras.

(Jue 3:14) Y sirvieron los hijos de Israel a Eglón rey de los moabitas dieciocho años.

(Jue 3:15) Y clamaron los hijos de Israel a Jehová; y Jehová les levantó un libertador, a Aod hijo de Gera, benjamita, el cual era zurdo. Y los hijos de Israel enviaron con él un regalo [presente] a Eglón rey de Moab.

(Jue 3:16) Y Aod se había hecho un puñal de dos filos, de un codo de largo; y se lo ciñó debajo de sus vestidos a su lado derecho.

(Jue 3:17) Y entregó el regalo [presente] a Eglón rey de Moab; y era Eglón hombre muy grueso.

(Jue 3:18) Y luego que hubo entregado el regalo [presente], despidió a la gente que lo había traído.

(Jue 3:19) Mas él se volvió desde los ídolos que están en Gilgal, y dijo: Rey, una palabra secreta tengo que decirte. El entonces dijo: Calla. Y salieron de delante de él todos los que con él estaban.

(Jue 3:20) Y se le acercó Aod, estando él sentado solo en su sala de verano. Y Aod dijo: Tengo palabra de Dios para ti. El entonces se levantó de la silla.

(Jue 3:21) Entonces alargó Aod su mano izquierda, y tomó el puñal de su lado derecho, y se lo metió por el vientre,

(Jue 3:22) de tal manera que la empuñadura entró también tras la hoja, y la gordura cubrió la hoja, porque no sacó el puñal de su vientre; y salió el estiércol.

(Jue 3:23) Y salió Aod al corredor, y cerró tras sí las puertas de la sala y las aseguró con el cerrojo.

(Jue 3:24) Cuando él hubo salido, vinieron los esclavos [siervos, sirvientes] del rey, los cuales viendo las puertas de la sala cerradas, dijeron: Sin duda él cubre sus pies en la sala de verano.

(Jue 3:25) Y habiendo esperado hasta estar confusos, porque él no abría las puertas de la sala, tomaron la llave y abrieron; y he aquí su señor caído en tierra, muerto.

(Jue 3:26) Mas entre tanto que ellos se detuvieron, Aod escapó, y pasando los ídolos, se puso a salvo en Seirat.

(Jue 3:27) Y cuando había entrado, tocó el cuerno en el monte de Efraín, y los hijos de Israel descendieron con él del monte, y él iba delante de ellos.

(Jue 3:28) Entonces él les dijo: Síganme, porque Jehová ha entregado a sus [de ustedes] enemigos los moabitas en sus [de ustedes] manos. Y descendieron detrás de él, y tomaron los vados del Jordán a Moab, y no dejaron pasar a «ninguno.»*

(Jue 3:29) Y en aquel tiempo mataron de los moabitas como diez mil hombres, todos valientes y todos hombres de guerra; no escapó «ninguno.»*

(Jue 3:30) Así fue subyugado Moab aquel día bajo la mano de Israel; y reposó la tierra ochenta años.

Samgar liberta a Israel de los filisteos
(Jue 3:31) Después de él fue Samgar hijo de Anat, el cual mató a seiscientos hombres de los filisteos con una aguijada de bueyes; y él también salvó a Israel.

Débora y Barac derrotan a Sísara
(Jue 4:1) Después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová.

(Jue 4:2) Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el cual reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el cual habitaba en Harosetgoim.

(Jue 4:3) Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquél tenía novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años.

(Jue 4:4) Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot;

(Jue 4:5) y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Betel, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.

(Jue 4:6) Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Ve, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón;

(Jue 4:7) y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos?

(Jue 4:8) Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré.

(Jue 4:9) Ella dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes.

(Jue 4:10) Y juntó Barac a Zabulón y a Neftalí en Cedes, y subió con diez mil hombres «a su mando;»* y Débora subió con él.

(Jue 4:11) Y Heber ceneo, de los hijos de Hobab suegro de Moisés, se había apartado de los ceneos, y había plantado sus tiendas en el valle de Zaanaim, que está junto a Cedes.

(Jue 4:12) Vinieron, pues, a Sísara las nuevas de que Barac hijo de Abinoam había subido al monte de Tabor.

(Jue 4:13) Y reunió Sísara todos sus carros, novecientos carros herrados, con todo el pueblo que con él estaba, desde Harosetgoim hasta el arroyo de Cisón.

(Jue 4:14) Entonces Débora dijo a Barac: Levántate, porque este es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová delante de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, y diez mil hombres detrás de él.

(Jue 4:15) Y Jehová quebrantó a Sísara, a todos sus carros y a todo su ejército, a filo de espada delante de Barac; y Sísara descendió del carro, y huyó a pie.

(Jue 4:16) Mas Barac siguió los carros y el ejército hasta Harosetgoim, y todo el ejército de Sísara cayó a filo de espada, hasta no quedar ni uno.

(Jue 4:17) Y Sísara huyó a pie a la tienda de Jael mujer de Heber ceneo; porque había paz entre Jabín rey de Hazor y la casa de Heber ceneo.

(Jue 4:18) Y saliendo Jael a recibir a Sísara, le dijo: Ven, señor mío, ven a mí, no tengas temor. Y él vino a ella a la tienda, y ella le cubrió con una manta.

(Jue 4:19) Y él le dijo: «Te ruego»* me des de beber un poco de agua, pues tengo sed. Y ella abrió un odre de leche y le dio de beber, y le volvió a cubrir.

(Jue 4:20) Y él le dijo: Estate a la puerta de la tienda; y si «alguien»* viniere, y te preguntare, diciendo: ¿Hay aquí «alguno?»* tú responderás que no.

(Jue 4:21) Pero Jael mujer de Heber tomó una estaca de la tienda, y poniendo un mazo en su mano, se le acercó calladamente y le metió la estaca por las sienes, y la enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado; y así murió.

(Jue 4:22) Y siguiendo Barac a Sísara, Jael salió a recibirlo, y le dijo: Ven, y te mostraré al varón que tú buscas. Y él entró donde ella estaba, y he aquí Sísara yacía muerto con la estaca por la sien.

(Jue 4:23) Así abatió Dios aquel día a Jabín, rey de Canaán, delante de los hijos de Israel.

(Jue 4:24) Y la mano de los hijos de Israel fue endureciéndose más y más contra Jabín rey de Canaán, hasta que lo destruyeron.

Débora y Barac derrotan a Sísara
(Jue 5:1) Aquel día cantó Débora con Barac hijo de Abinoam, diciendo:

(Jue 5:2) Por haberse puesto al frente los caudillos en Israel, Por haberse ofrecido voluntariamente el pueblo, Load a Jehová.

(Jue 5:3) Oigan, reyes; escuchen, oh príncipes; Yo cantaré a Jehová, Cantaré salmos a Jehová, el Dios de Israel.

(Jue 5:4) Cuando saliste de Seir, oh Jehová, Cuando te marchaste de los campos de Edom, La tierra tembló, y los cielos destilaron, Y las nubes gotearon aguas.

(Jue 5:5) Los montes temblaron delante de Jehová, Aquel Sinaí, delante de Jehová Dios de Israel.

(Jue 5:6) En los días de Samgar hijo de Anat, En los días de Jael, quedaron abandonados los caminos, Y los que andaban por las sendas se apartaban por senderos torcidos.

(Jue 5:7) Las aldeas quedaron abandonadas en Israel, habían decaído, Hasta que yo Débora me levanté, Me levanté como madre en Israel.

(Jue 5:8) Cuando escogían nuevos dioses, La guerra estaba a las puertas; ¿Se veía escudo o lanza Entre cuarenta mil en Israel?

(Jue 5:9) Mi corazón es para ustedes, jefes de Israel, Para los que voluntariamente se ofrecieron entre el pueblo. Load a Jehová.

(Jue 5:10) Ustedes los que cabalgan en asnas blancas, Los que presidís en juicio, Y ustedes los que viajan, hablad.

(Jue 5:11) Lejos del ruido de los arqueros, en los abrevaderos, Allí repetirán los triunfos de Jehová, Los triunfos de sus aldeas en Israel; Entonces marchará hacia las puertas el pueblo de Jehová.

(Jue 5:12) Despierta, despierta, Débora; Despierta, despierta, entona cántico. Levántate, Barac, y lleva tus cautivos, hijo de Abinoam.

(Jue 5:13) Entonces marchó el resto de los nobles; El pueblo de Jehová marchó por él en contra de los poderosos.

(Jue 5:14) De Efraín vinieron los radicados en Amalec, Detrás de ti, Benjamín, entre tus pueblos; De Maquir descendieron príncipes, Y de Zabulón los que tenían vara de mando.

(Jue 5:15) Caudillos también de Isacar fueron con Débora; Y como Barac, también Isacar Se precipitó a pie en el valle. Entre las familias de Rubén Hubo grandes resoluciones del corazón.

(Jue 5:16) ¿Por qué te quedaste entre los rediles, Para oír los balidos de los rebaños? Entre las familias de Rubén Hubo grandes propósitos del corazón.

(Jue 5:17) Galaad se quedó al otro lado del Jordán; Y Dan, ¿por qué se estuvo junto a las naves? Se mantuvo Aser a la ribera del mar, Y se quedó en sus puertos.

(Jue 5:18) El pueblo de Zabulón expuso su vida a la muerte, Y Neftalí en las alturas del campo.

(Jue 5:19) Vinieron reyes y pelearon; Entonces pelearon los reyes de Canaán, En Taanac, junto a las aguas de Meguido, Mas no llevaron ganancia alguna de dinero.

(Jue 5:20) Desde los cielos pelearon las estrellas; Desde sus órbitas pelearon contra Sísara.

(Jue 5:21) Los barrió el torrente de Cisón, El antiguo torrente, el torrente de Cisón. Marcha, oh alma mía, con poder.

(Jue 5:22) Entonces resonaron los cascos de los caballos Por el galopar, por el galopar de sus valientes.

(Jue 5:23) Maldigan a Meroz, dijo el ángel de Jehová; Maldigan severamente a sus habitantes [moradores, residentes], Porque no vinieron al socorro de Jehová, Al socorro de Jehová contra los fuertes.

(Jue 5:24) Bendita sea entre las mujeres Jael, Mujer de Heber ceneo; Sobre las mujeres bendita sea en la tienda.

(Jue 5:25) El pidió agua, y ella le dio leche; En tazón de nobles le presentó crema.

(Jue 5:26) Tendió su mano a la estaca, Y su diestra al mazo de trabajadores, Y golpeó a Sísara; hirió su cabeza, Y le horadó, y atravesó sus sienes.

(Jue 5:27) Cayó encorvado entre sus pies, quedó tendido; Entre sus pies cayó encorvado; Donde se encorvó, allí cayó muerto.

(Jue 5:28) La madre de Sísara se asoma a la ventana, Y por entre las celosías a voces dice: ¿Por qué tarda su carro en venir? ¿Por qué las ruedas de sus carros se detienen?

(Jue 5:29) Las más avisadas de sus damas le respondían, Y aun ella se respondía a sí misma:

(Jue 5:30) ¿No han hallado botín, y lo están repartiendo? A «cada uno»* una doncella, o dos; Las vestiduras de colores para Sísara, Las vestiduras bordadas de colores; La ropa de color bordada de ambos lados, para los jefes de los que tomaron el botín.

(Jue 5:31) Así perezcan todos tus enemigos, oh Jehová; Mas los que te aman, sean como el sol cuando sale en su fuerza. Y la tierra reposó cuarenta años.

Llamamiento de Gedeón
(Jue 6:1) Los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová; y Jehová los entregó en mano de Madián por siete años.

(Jue 6:2) Y la mano de Madián prevaleció contra Israel. Y los hijos de Israel, «por causa de»* los madianitas, se hicieron cuevas en los montes, y cavernas, y lugares fortificados.

(Jue 6:3) Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas y amalecitas y los hijos del oriente contra ellos; subían y los atacaban.

(Jue 6:4) Y acampando contra ellos destruían los frutos de la tierra, hasta llegar a Gaza; y no dejaban qué comer en Israel, ni ovejas, ni bueyes, ni asnos.

(Jue 6:5) Porque subían ellos y sus ganados, y venían con sus tiendas en grande multitud como langostas; ellos y sus camellos eran innumerables; así venían a la tierra para devastarla.

(Jue 6:6) De este modo empobrecía Israel en gran manera «por causa de»* Madián; y los hijos de Israel clamaron a Jehová.

(Jue 6:7) Y cuando los hijos de Israel clamaron a Jehová, a causa de los madianitas,

(Jue 6:8) Jehová envió a los hijos de Israel un varón profeta, el cual les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Yo les hice salir de Egipto, y les saqué de la casa de servidumbre.

(Jue 6:9) Les libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los que les afligieron, a los cuales eché de la presencia [de delante] de ustedes, y les di su tierra;

(Jue 6:10) y les dije: Yo soy Jehová su [de ustedes] Dios; no teman a los dioses de los amorreos, en cuya tierra habitan; pero no han obedecido a mi voz.

(Jue 6:11) Y vino el ángel de Jehová, y se sentó debajo de la encina que está en Ofra, la cual era de Joás abiezerita; y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.

(Jue 6:12) Y el ángel de Jehová se le apareció, y le dijo: Jehová está contigo, varón esforzado y valiente.

(Jue 6:13) Y Gedeón le respondió: Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: ¿No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.

(Jue 6:14) Y mirándole Jehová, le dijo: Ve con esta tu fuerza, y salvarás a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te envío yo?

(Jue 6:15) Entonces le respondió: Ah, señor mío, ¿con qué salvaré yo a Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre.

(Jue 6:16) Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotarás a los madianitas como a un solo hombre.

(Jue 6:17) Y él respondió: «Yo te ruego»* que si he hallado gracia delante de ti, me des señal de que tú has hablado conmigo.

(Jue 6:18) «Te ruego»* que no te vayas de aquí hasta que vuelva a ti, y saque mi ofrenda y la ponga delante de ti. Y él respondió: Yo esperaré hasta que vuelvas.

(Jue 6:19) Y entrando Gedeón, preparó un cabrito, y panes sin levadura de un efa de harina; y puso la carne en un canastillo, y el caldo en una olla, y sacándolo se lo presentó debajo de aquella encina.

(Jue 6:20) Entonces el ángel de Dios le dijo: Toma la carne y los panes sin levadura, y ponlos sobre esta peña, y vierte el caldo. Y él lo hizo así.

(Jue 6:21) Y extendiendo el ángel de Jehová el báculo que tenía en su mano, tocó con la punta la carne y los panes sin levadura; y subió fuego de la peña, el cual consumió la carne y los panes sin levadura. Y el ángel de Jehová desapareció de su vista.

(Jue 6:22) Viendo entonces Gedeón que era el ángel de Jehová, dijo: Ah, Señor Jehová, que he visto al ángel de Jehová cara a cara.

(Jue 6:23) Pero Jehová le dijo: Paz a ti; no tengas temor, no morirás.

(Jue 6:24) Y edificó allí Gedeón altar a Jehová, y lo llamó Jehovásalom; el cual permanece hasta hoy en Ofra de los abiezeritas.

(Jue 6:25) Sucedió que la misma noche le dijo Jehová: Toma un toro del hato de tu padre, el segundo toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también la imagen de Asera que está junto a él;

(Jue 6:26) y edifica altar a Jehová tu Dios en la cumbre de este peñasco en lugar conveniente; y tomando el segundo toro, sacrifícalo en holocausto con la madera de la imagen de Asera que habrás cortado.

(Jue 6:27) Entonces Gedeón tomó diez hombres de sus esclavos [siervos, sirvientes], e hizo como Jehová le dijo. Mas temiendo hacerlo de día, por la familia de su padre y por los hombres de la ciudad, lo hizo de noche.

(Jue 6:28) Por la mañana, cuando los de la ciudad se levantaron, he aquí que el altar de Baal estaba derribado, y cortada la imagen de Asera que estaba junto a él, y el segundo toro había sido ofrecido en holocausto sobre el altar edificado.

(Jue 6:29) Y se dijeron «unos a otros:»* ¿Quién ha hecho esto? Y buscando y averiguando [escudriñando, inquiriendo], les dijeron: Gedeón hijo de Joás lo ha hecho. Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás:

(Jue 6:30) Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal y ha cortado la imagen de Asera que estaba junto a él.

(Jue 6:31) Y Joás respondió a todos los que estaban junto a él: ¿Contenderán ustedes por Baal? ¿Defenderán su causa? Cualquiera que contienda por él, que muera esta mañana. Si es un dios, contienda por sí mismo con el que derribó su altar.

(Jue 6:32) Aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, esto es: Contienda Baal contra él, por cuanto derribó su altar.

(Jue 6:33) Pero todos los madianitas y amalecitas y los del oriente se juntaron a una, y pasando acamparon en el valle de Jezreel.

(Jue 6:34) Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.

(Jue 6:35) Y envió mensajeros por todo Manasés, y ellos también se juntaron con él; asimismo envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, los cuales salieron a encontrarles.

(Jue 6:36) Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho,

(Jue 6:37) he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho.

(Jue 6:38) Y sucedió así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua.

(Jue 6:39) Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. «Te ruego»* que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra.

(Jue 6:40) Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío.

Gedeón derrota a los madianitas
(Jue 7:1) Levantándose, pues, de mañana Jerobaal, el cual es Gedeón, y todo el pueblo que estaba con él, acamparon junto a la fuente de Harod; y tenía el campamento de los madianitas al norte, más allá del collado de More, en el valle.

(Jue 7:2) Y Jehová dijo a Gedeón: El pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha salvado.

(Jue 7:3) Ahora, pues, haz pregonar en oídos del pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y quedaron diez mil.

(Jue 7:4) Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te diga: Vaya éste contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no vaya contigo, el tal no irá.

(Jue 7:5) Entonces llevó el pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas con su lengua como lame el perro, a aquél pondrás aparte; asimismo a cualquiera que se doblare sobre sus rodillas para beber.

(Jue 7:6) Y fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca, trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas para beber las aguas.

(Jue 7:7) Entonces Jehová dijo a Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua les salvaré, y entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente «cada uno»* a su lugar.

(Jue 7:8) Y habiendo tomado provisiones para el pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas «cada uno»* a su tienda, y retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en el valle.

(Jue 7:9) Sucedió que aquella noche Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo lo he entregado en tus manos.

(Jue 7:10) Y si tienes temor de descender, baja tú con Fura tu criado al campamento,

(Jue 7:11) y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al campamento. Y él descendió con Fura su criado hasta los puestos avanzados de la gente armada que estaba en el campamento.

(Jue 7:12) Y los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos en el valle como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que está a la ribera del mar en multitud.

(Jue 7:13) Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó.

(Jue 7:14) Y su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento.

(Jue 7:15) Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo: Levántense, porque Jehová ha entregado el campamento de Madián en sus [de ustedes] manos.

(Jue 7:16) Y repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con mecheros [antorchas, teas] ardiendo dentro de los cántaros.

(Jue 7:17) Y les dijo: Mírenme a mí, y hagan como hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, harán ustedes como hago yo.

(Jue 7:18) Yo tocaré la trompeta, y todos los que estarán conmigo; y ustedes tocaran entonces las trompetas alrededor de todo el campamento, y dirán: ¡Por Jehová y por Gedeón!

(Jue 7:19) Llegaron, pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento, al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en sus manos.

(Jue 7:20) Y los tres escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano izquierda los mecheros [antorchas, teas], y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: ¡Por la espada de Jehová y de Gedeón!

(Jue 7:21) Y se estuvieron firmes «cada uno»* en su puesto en derredor del campamento; entonces todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo.

(Jue 7:22) Y los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de «cada uno»* contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita, en dirección de Zerera, y hasta «la frontera de»* Abelmehola en Tabat.

(Jue 7:23) Y juntándose los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, siguieron a los madianitas.

(Jue 7:24) Gedeón también envió mensajeros por todo el monte de Efraín, diciendo: Desciendan al encuentro de los madianitas, y tomen los vados de Betbara y del Jordán antes que ellos lleguen. Y juntos todos los hombres de Efraín, tomaron los vados de Betbara y del Jordán.

(Jue 7:25) Y tomaron a dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb; y después que siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán.

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