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(Jos 19:1) La segunda suerte
tocó a Simeón, para la tribu de los hijos de
Simeón conforme a sus familias; y su heredad [posesión
territorial] fue en medio de la
heredad [posesión territorial]
de los hijos de Judá.
(Jos 19:2) Y tuvieron en su
heredad [posesión territorial]
a Beerseba, Seba, Molada,
(Jos 19:3) Hazarsual, Bala, Ezem,
(Jos 19:4) Eltolad, Betul, Horma,
(Jos 19:5) Siclag, Betmarcabot, Hazarsusa,
(Jos 19:6) Betlebaot y Saruhén; trece ciudades con sus aldeas;
(Jos 19:7) Aín, Rimón, Eter y Asán; cuatro ciudades con sus
aldeas;
(Jos 19:8) y todas las aldeas que estaban alrededor de estas
ciudades hasta Baalatbeer, que es Ramat del Neguev. Esta es la heredad [posesión territorial] de la tribu de los
hijos de Simeón conforme a sus familias.
(Jos 19:9) De la suerte
de los hijos de Judá fue sacada la heredad [posesión
territorial] de los hijos de Simeón, por cuanto la parte de los
hijos de Judá era excesiva para ellos; así que
los hijos de Simeón tuvieron su heredad [posesión
territorial] en medio de la de Judá.
(Jos 19:10) La tercera suerte
tocó a los hijos de Zabulón conforme a sus
familias; y el territorio de su heredad [posesión
territorial] fue hasta Sarid.
(Jos 19:11) Y su límite sube
hacia el occidente a Marala, y llega hasta Dabeset, y de allí hasta el arroyo
que está delante de Jocneam;
(Jos 19:12) y gira de Sarid hacia el oriente, hacia donde nace
el sol, hasta el límite de
Quislot-tabor, sale a Daberat, y sube a Jafía.
(Jos 19:13) Pasando de allí
hacia el lado oriental a Gathefer y a Itacazín, sale a Rimón rodeando a Nea.
(Jos 19:14) Luego, al norte, el límite gira hacia Hanatón, viniendo a salir al valle de Jefteel;
(Jos 19:15) y abarca Catat, Naalal, Simrón, Idala y Belén; doce
ciudades con sus aldeas.
(Jos 19:16) Esta es la heredad [posesión
territorial] de los hijos de Zabulón conforme a sus familias; estas
ciudades con sus aldeas.
(Jos 19:17) La cuarta suerte
correspondió a Isacar, a los hijos de Isacar
conforme a sus familias.
(Jos 19:18) Y fue su territorio
Jezreel, Quesulot, Sunem,
(Jos 19:19) Hafaraim, Sihón, Anaharat,
(Jos 19:20) Rabit, Quisión, Abez,
(Jos 19:21) Remet, Enganim, Enhada y Betpases.
(Jos 19:22) Y llega este límite
hasta Tabor, Sahazima y Bet-semes, y termina en el Jordán; dieciséis ciudades
con sus aldeas.
(Jos 19:23) Esta es la heredad [posesión
territorial] de la tribu de los hijos de Isacar conforme a sus
familias; estas ciudades con sus aldeas.
(Jos 19:24) La quinta suerte
correspondió a la tribu de los hijos de Aser
conforme a sus familias.
(Jos 19:25) Y su territorio abarcó
Helcat, Halí, Betén, Acsaf,
(Jos 19:26) Alamelec, Amad y Miseal; y llega hasta Carmelo al occidente, y a Sihorlibnat.
(Jos 19:27) Después da vuelta hacia el oriente a Bet-dagón y
llega a Zabulón, al valle de Jefteel al norte, a
Betemec y a Neiel, y sale a Cabul al norte.
(Jos 19:28) Y abarca a Hebrón, Rehob, Hamón y Caná, hasta la
gran Sidón.
(Jos 19:29) De allí este límite tuerce hacia Ramá, y hasta la
ciudad fortificada de Tiro, y gira hacia Hosa, y sale
al mar desde el territorio de Aczib.
(Jos 19:30) Abarca también Uma, Afec y Rehob; veintidós
ciudades con sus aldeas.
(Jos 19:31) Esta es la heredad [posesión
territorial] de la tribu de los hijos de Aser conforme a sus
familias; estas ciudades con sus aldeas.
(Jos 19:32) La sexta suerte
correspondió a los hijos de Neftalí conforme a
sus familias.
(Jos 19:33) Y abarcó su
territorio desde Helef, Alónsa-ananim, Adamineceb y Jabneel, hasta Lacum, y
sale al Jordán.
(Jos 19:34) Y giraba el límite hacia el occidente a Aznottabor,
y de allí pasaba a Hucoc, y llegaba hasta
Zabulón al sur, y al occidente confinaba con Aser, y con Judá por el Jordán
hacia donde nace el sol.
(Jos 19:35) Y las ciudades fortificadas son Sidim, Zer, Hamat,
Racat, Cineret,
(Jos 19:36) Adama, Ramá, Hazor,
(Jos 19:37) Cedes, Edrei, Enhazor,
(Jos 19:38) Irón, Migdal-el, Horem, Betanat y Bet-semes;
diecinueve ciudades con sus aldeas.
(Jos 19:39) Esta es la heredad [posesión
territorial] de la tribu de los hijos de Neftalí conforme a sus
familias; estas ciudades con sus aldeas.
(Jos 19:40) La séptima suerte
correspondió a la tribu de los hijos de Dan
conforme a sus familias.
(Jos 19:41) Y fue el territorio
de su heredad [posesión territorial],
Zora, Estaol, Irsemes,
(Jos 19:42) Saalabín, Ajalón, Jetla,
(Jos 19:43) Elón, Timnat, Ecrón,
(Jos 19:44) Elteque, Gibetón, Baalat,
(Jos 19:45) Jehúd, Bene-berac, Gat-rimón,
(Jos 19:46) Mejarcón y Racón, con el territorio que está
delante de Jope.
(Jos 19:47) Y les faltó
territorio a los hijos de Dan; y subieron los hijos de Dan y combatieron a
Lesem, y tomándola la hirieron a filo de espada, y tomaron posesión de ella y
habitaron en ella; y llamaron a Lesem, Dan, del nombre de Dan su padre.
(Jos 19:48) Esta es la heredad [posesión
territorial] de la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias;
estas ciudades con sus aldeas.
(Jos 19:49) Y después que acabaron
de repartir la tierra en heredad [posesión
territorial] por sus territorios, dieron
los hijos de Israel heredad [posesión
territorial] a Josué hijo de Nun en medio de ellos;
(Jos 19:50) según «la
palabra de»* Jehová, le dieron la ciudad que él pidió, Timnatsera, en el monte de
Efraín; y él reedificó la ciudad y habitó en ella.
(Jos 19:51) Estas son las heredades [posesiones]
que el sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun, y los cabezas de los padres,
entregaron por suerte
en posesión a las tribus de los hijos de Israel en Silo, delante de Jehová, a
la entrada del tabernáculo de reunión;
y acabaron de repartir la tierra.
Josué señala ciudades de refugio
(Jos 20:1) Habló Jehová a
Josué, diciendo:
(Jos 20:2) Habla a los hijos de
Israel y diles: Señálense las ciudades de refugio, de las cuales yo les hablé
por «medio de»*
Moisés,
(Jos 20:3) para que se acoja allí el homicida que matare a «alguno»* por
accidente y no a sabiendas; y les servirán de refugio contra el vengador de la sangre.
(Jos 20:4) Y el que se acogiere a alguna de aquellas ciudades,
se presentará a la puerta de la ciudad, y expondrá sus razones en oídos de los
ancianos de aquella ciudad; y ellos le recibirán consigo dentro de la ciudad, y le darán lugar para que habite con ellos.
(Jos 20:5) Si el vengador de la sangre
le siguiere, no entregarán en su mano al
homicida, por cuanto hirió a su prójimo «por
accidente,»* y no tuvo con él ninguna enemistad «antes.»
(Jos 20:6) Y quedará en aquella
ciudad hasta que comparezca en juicio delante de la congregación, y hasta la
muerte del que fuere sumo sacerdote en «aquel
tiempo;»*
entonces el homicida podrá volver a su ciudad y
a su casa y a la ciudad de donde huyó.
(Jos 20:7) Entonces señalaron a
Cedes en Galilea, en el monte de Neftalí, Siquem en el monte de Efraín, y
Quiriatarba (que es Hebrón) en el monte de Judá.
(Jos 20:8) Y al otro lado del Jordán al oriente de Jericó,
señalaron a Beser en el desierto, en la llanura
de la tribu de Rubén, Ramot en Galaad de la tribu de Gad, y Golán en Basán de
la tribu de Manasés.
(Jos 20:9) Estas fueron las
ciudades señaladas para todos los hijos de Israel, y para el extranjero que
morase entre ellos, para que se acogiese a ellas cualquiera que hiriese a
alguno por accidente, a fin de que no muriese por mano del vengador de la sangre, hasta que compareciese delante de la
congregación.
Ciudades de los levitas
(1Cr 6:54-81)
(Jos 21:1) Los jefes de los padres de los levitas vinieron al
sacerdote Eleazar, a Josué hijo de Nun y a los cabezas de los padres de las
tribus de los hijos de Israel,
(Jos 21:2) y les hablaron en
Silo en la tierra de Canaán, diciendo: Jehová mandó por «medio de»*
Moisés que nos fuesen dadas ciudades donde habitar, con sus ejidos para
nuestros ganados.
(Jos 21:3) Entonces los hijos de Israel dieron de su propia herencia a los levitas, conforme al «mandato de»*
Jehová, estas ciudades con sus ejidos.
(Jos 21:4) Y la suerte
cayó sobre las familias de los coatitas; y los
hijos de Aarón el sacerdote, que eran de los levitas, obtuvieron por suerte de la tribu de Judá, de la tribu de
Simeón y de la tribu de Benjamín, trece ciudades.
(Jos 21:5) Y los otros hijos de Coat obtuvieron por suerte diez ciudades de las familias de la
tribu de Efraín, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés.
(Jos 21:6) Los hijos de Gersón obtuvieron por suerte, de las familias de la tribu de
Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la media tribu de
Manasés en Basán, trece ciudades.
(Jos 21:7) Los hijos de Merari según sus familias obtuvieron
de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón, doce
ciudades.
(Jos 21:8) Dieron, pues, los
hijos de Israel a los levitas estas ciudades con sus ejidos, por suertes, como había mandado Jehová por «conducto de»*
Moisés.
(Jos 21:9) De la tribu de los hijos de Judá, y de la tribu de
los hijos de Simeón, dieron estas ciudades que
fueron nombradas,
(Jos 21:10) las cuales obtuvieron los hijos de Aarón de las
familias de Coat, de los hijos de Leví; porque para ellos fue la suerte
en primer lugar.
(Jos 21:11) Les dieron Quiriatarba del padre de Anac, la cual
es Hebrón, en el monte de Judá, con sus ejidos en sus contornos.
(Jos 21:12) Mas el campo de la ciudad y sus aldeas dieron a Caleb hijo de Jefone, por posesión suya.
(Jos 21:13) Y a los hijos del sacerdote Aarón dieron Hebrón con sus ejidos como ciudad de refugio para los
homicidas; además, Libna con sus ejidos,
(Jos 21:14) Jatir con sus ejidos, Estemoa con sus ejidos,
(Jos 21:15) Holón con sus ejidos, Debir con sus ejidos,
(Jos 21:16) Aín con sus ejidos, Juta con sus ejidos y Bet-semes
con sus ejidos; nueve ciudades de estas dos tribus;
(Jos 21:17) y de la tribu de Benjamín, Gabaón con sus ejidos,
Geba con sus ejidos,
(Jos 21:18) Anatot con sus ejidos, Almón con sus ejidos; cuatro
ciudades.
(Jos 21:19) Todas las ciudades de los sacerdotes hijos de Aarón
son trece con sus ejidos.
(Jos 21:20) Mas las familias de los hijos de Coat, levitas, los
que quedaban de los hijos de Coat, recibieron por
suerte ciudades de la tribu de Efraín.
(Jos 21:21) Les dieron Siquem
con sus ejidos, en el monte de Efraín, como ciudad de refugio para los
homicidas; además, Gezer con su ejidos,
(Jos 21:22) Kibsaim con sus ejidos y Bethorón con sus ejidos;
cuatro ciudades.
(Jos 21:23) De la tribu de Dan, Elteque con sus ejidos, Gibetón
con sus ejidos,
(Jos 21:24) Ajalón con sus ejidos y Gat-rimón con sus ejidos;
cuatro ciudades.
(Jos 21:25) Y de la media tribu de Manasés, Taanac con sus
ejidos y Gat-rimón con sus ejidos; dos ciudades.
(Jos 21:26) Todas las ciudades para el resto de las familias de
los hijos de Coat fueron diez con sus ejidos.
(Jos 21:27) A los hijos de Gersón de las familias de los
levitas, dieron de la media tribu de Manasés a Golán en Basán con sus ejidos
como ciudad de refugio para los homicidas, y además, Beestera con sus ejidos;
dos ciudades.
(Jos 21:28) De la tribu de Isacar, Cisón con sus ejidos,
Daberat con sus ejidos,
(Jos 21:29) Jarmut con sus ejidos y Enganim con sus ejidos;
cuatro ciudades.
(Jos 21:30) De la tribu de Aser, Miseal con sus ejidos, Abdón
con sus ejidos,
(Jos 21:31) Helcat con sus ejidos y Rehob con sus ejidos;
cuatro ciudades.
(Jos 21:32) Y de la tribu de Neftalí, Cedes en Galilea con sus
ejidos como ciudad de refugio para los homicidas, y además, Hamotdor con sus
ejidos y Cartán con sus ejidos; tres ciudades.
(Jos 21:33) Todas las ciudades de los gersonitas por sus
familias fueron trece ciudades con sus ejidos.
(Jos 21:34) Y a las familias de los hijos de Merari, levitas
que quedaban, se les dio de la tribu de Zabulón, Jocneam con sus ejidos, Carta
con sus ejidos,
(Jos 21:35) Dimna con sus ejidos y Naalal con sus ejidos;
cuatro ciudades.
(Jos 21:36) Y de la tribu de Rubén, Beser con sus ejidos,
Jahaza con sus ejidos,
(Jos 21:37) Cademot con sus ejidos y Mefaat con sus ejidos;
cuatro ciudades.
(Jos 21:38) De la tribu de Gad, Ramot de Galaad con sus ejidos
como ciudad de refugio para los homicidas; además, Mahanaim con sus ejidos,
(Jos 21:39) Hesbón con sus ejidos y Jazer con sus ejidos;
cuatro ciudades.
(Jos 21:40) Todas las ciudades de los hijos de Merari por sus
familias, que restaban de las familias de los levitas, fueron por sus suertes
doce ciudades.
(Jos 21:41) Y todas las ciudades de los levitas en medio de la
posesión de los hijos de Israel, fueron cuarenta y ocho ciudades con sus
ejidos.
(Jos 21:42) Y estas ciudades estaban «apartadas
la una de la otra,»* cada cual con sus
ejidos alrededor de ella; así fue con todas
estas ciudades.
Israel ocupa la tierra
(Jos 21:43) De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra
que había jurado dar a sus padres, y la
poseyeron y habitaron en ella.
(Jos 21:44) Y Jehová les dio reposo
alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y «ninguno»* de
todos sus enemigos «pudo hacerles frente,»* porque Jehová
entregó en sus manos a todos sus enemigos.
(Jos 21:45) No faltó palabra de
todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se
cumplió.
El altar junto al Jordán
(Jos 22:1) Entonces Josué llamó
a los rubenitas, a los gaditas, y a la media tribu de Manasés,
(Jos 22:2) y les dijo: Ustedes
han guardado todo lo que Moisés esclavo [siervo,
sirviente] de Jehová les mandó, y han
obedecido a mi voz en todo lo que les he mandado.
(Jos 22:3) No han dejado a sus [de ustedes] hermanos «en
este largo tiempo»* hasta el día de hoy, sino que se han cuidado de
cumplir [guardar, conservar] los mandamientos de Jehová su [de ustedes] Dios.
(Jos 22:4) Ahora, pues, que Jehová su [de ustedes] Dios ha dado reposo a sus [de ustedes]
hermanos, como lo había prometido, vuelvan,
regresen a sus [de ustedes]
tiendas, a la tierra de sus [de ustedes]
posesiones, que Moisés esclavo [siervo,
sirviente] de Jehová les dio al otro
lado del Jordán.
(Jos 22:5) Solamente que con diligencia cuiden de cumplir el mandamiento y la ley que Moisés esclavo [siervo, sirviente] de Jehová les ordenó: que amen a Jehová su [de ustedes] Dios, y anden en todos sus
caminos; que guarden sus mandamientos,
y le sigan a él, y le sirvan de todo su [de
ustedes] corazón y de toda
su [de ustedes] alma.
(Jos 22:6) Y bendiciéndolos,
Josué los despidió, y se fueron a sus tiendas.
(Jos 22:7) También a la media tribu de Manasés había dado Moisés posesión en Basán; mas a la otra mitad dio
Josué heredad [posesión territorial]
entre sus hermanos a este lado del Jordán, al occidente; y también a éstos
envió Josué a sus tiendas, después de haberlos
bendecido.
(Jos 22:8) Y les habló
diciendo: Vuelvan a sus [de ustedes]
tiendas con grandes riquezas, con mucho ganado, con plata, con oro, y bronce, y
muchos vestidos; compartan con sus [de ustedes] hermanos el botín de sus [de ustedes] enemigos.
(Jos 22:9) Así los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la
media tribu de Manasés, se volvieron, separándose
de los hijos de Israel, desde Silo, que está en la tierra de Canaán, para ir a
la tierra de Galaad, a la tierra de sus posesiones, de la cual se habían
posesionado conforme «al mandato de»* Jehová por «conducto
de»* Moisés.
(Jos 22:10) Y llegando a los límites del Jordán que está en la
tierra de Canaán, los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de
Manasés edificaron allí un altar junto al
Jordán, un altar de grande apariencia.
(Jos 22:11) Y los hijos de Israel oyeron decir que los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu
de Manasés habían edificado un altar frente a la tierra de Canaán, en los
límites del Jordán, del lado de los hijos de Israel.
(Jos 22:12) Cuando oyeron esto
los hijos de Israel, se juntó toda la congregación de los hijos de Israel en
Silo, para subir a pelear contra ellos.
(Jos 22:13) Y enviaron los hijos
de Israel a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad y a la media tribu de
Manasés en tierra de Galaad, a Finees hijo del sacerdote Eleazar,
(Jos 22:14) y a diez príncipes con él: un príncipe por cada
casa paterna de todas las tribus de Israel, «cada
uno»* de los cuales era jefe de la casa de
sus padres entre los millares de Israel.
(Jos 22:15) Los cuales fueron a los hijos de Rubén y a los
hijos de Gad y a la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad, y les
hablaron diciendo:
(Jos 22:16) Toda la congregación de Jehová dice así: ¿Qué transgresión es esta con que prevarican
contra el Dios de Israel para apartarse hoy de seguir a Jehová, edificándose
altar para ser rebeldes contra Jehová?
(Jos 22:17) ¿No ha sido bastante
la maldad de Peor, de la que no estamos aún limpios hasta este día, por la cual
vino la mortandad en la congregación de Jehová,
(Jos 22:18) para que ustedes se aparten hoy de seguir a Jehová?
Ustedes se rebelan hoy contra Jehová, y mañana
se airará él contra toda la congregación de Israel.
(Jos 22:19) Si les parece que la tierra de su [de ustedes] posesión es inmunda, pásense a la
tierra de la posesión de Jehová, en la cual está el tabernáculo de Jehová, y tomen posesión entre nosotros; pero no se rebelen contra Jehová, ni se rebelen
contra nosotros, edificándose altar además del altar de Jehová nuestro Dios.
(Jos 22:20) ¿No cometió Acán
hijo de Zera prevaricación [resolución
legal injusta] en el anatema, y vino
ira sobre toda la congregación de Israel? Y aquel hombre no pereció solo en su
iniquidad [gran
maldad e injusticia].
(Jos 22:21) Entonces los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la
media tribu de Manasés respondieron y dijeron a
los cabezas de los millares de Israel:
(Jos 22:22) Jehová Dios de los dioses, Jehová Dios de los
dioses, él sabe, y hace saber a Israel: si fue
por rebelión o por prevaricación [resolución
legal injusta] contra Jehová, no nos
salves hoy.
(Jos 22:23) Si nos hemos edificado altar para volvernos de
detrás de Jehová, o para sacrificar holocausto u
ofrenda, o para ofrecer sobre él ofrendas de paz, el mismo Jehová nos lo
demande.
(Jos 22:24) Lo hicimos más bien por temor de que mañana sus [de ustedes]
hijos digan a nuestros hijos: ¿Qué tienen ustedes con Jehová Dios de Israel?
(Jos 22:25) Jehová ha puesto por
lindero el Jordán entre nosotros y ustedes, oh hijos de Rubén e hijos de Gad;
no tienen ustedes parte en Jehová; y así sus [de
ustedes] hijos harían que nuestros
hijos dejasen de temer a Jehová.
(Jos 22:26) Por esto dijimos: Edifiquemos ahora un altar, no para holocausto ni para
sacrificio,
(Jos 22:27) sino para que sea un testimonio entre nosotros y ustedes, y entre los que vendrán
después de nosotros, de que podemos hacer el servicio de Jehová delante de él
con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de
paz; y no digan mañana sus [de ustedes] hijos a los nuestros: Ustedes no tienen parte en
Jehová.
(Jos 22:28) Nosotros, pues, dijimos: Si sucediere [aconteciere]
que tal digan a nosotros, o a nuestras generaciones «en
lo por venir,»* entonces responderemos: Vean
el símil [figura, modelo, semejanza] del
altar de Jehová, el cual hicieron nuestros
padres, no para holocaustos o sacrificios, sino para que fuese testimonio entre
nosotros y ustedes.
(Jos 22:29) Nunca tal suceda [acontezca] que nos rebelemos
contra Jehová, o que nos apartemos hoy de seguir a Jehová, edificando altar
para holocaustos, para ofrenda o para sacrificio, además del altar de Jehová
nuestro Dios que está delante de su tabernáculo.
(Jos 22:30) Oyendo Finees el
sacerdote y los príncipes de la congregación, y los jefes de los millares de
Israel que con él estaban, las palabras que hablaron los hijos de Rubén y los
hijos de Gad y los hijos de Manasés, «les
pareció bien»*
todo ello.
(Jos 22:31) Y dijo Finees hijo
del sacerdote Eleazar a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a los hijos de
Manasés: Hoy hemos entendido que Jehová está entre nosotros, pues que no han
intentado esta traición contra Jehová. Ahora han librado a los hijos de Israel
de la mano de Jehová.
(Jos 22:32) Y Finees hijo del sacerdote Eleazar, y los
príncipes, dejaron a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad, y regresaron de
la tierra de Galaad a la tierra de Canaán, a los hijos de Israel, a los cuales
dieron la respuesta.
(Jos 22:33) Y el asunto pareció bien
a los hijos de Israel, y bendijeron a Dios los hijos de Israel; y no hablaron
más de subir contra ellos en guerra, para destruir la tierra en que habitaban
los hijos de Rubén y los hijos de Gad.
(Jos 22:34) Y los hijos de Rubén y los hijos de Gad pusieron
por nombre al altar Ed; porque testimonio es
entre nosotros que Jehová es Dios.
Exhortación de Josué al pueblo
(Jos 23:1) Sucedió, muchos días después que Jehová diera reposo a Israel
de todos sus enemigos alrededor, que Josué, siendo ya viejo y avanzado en años,
(Jos 23:2) llamó a todo Israel, a sus ancianos, sus príncipes,
sus jueces y sus oficiales, y les dijo: Yo ya
soy viejo y avanzado en años.
(Jos 23:3) Y ustedes han visto
todo lo que Jehová su [de ustedes] Dios ha hecho con todas estas naciones «por su [de
ustedes] causa;»* porque Jehová
su [de ustedes] Dios es quien ha peleado por ustedes.
(Jos 23:4) He aquí les he
repartido por suerte, en herencia para
sus [de ustedes] tribus, estas
naciones, así las destruidas como las que quedan, desde el Jordán hasta el Mar
Grande, hacia donde se pone el sol.
(Jos 23:5) Y Jehová su [de
ustedes] Dios las echará de la
presencia [de delante] de
ustedes, y las arrojará de su [ustedes] presencia; y ustedes poseerán sus tierras, como Jehová su [de ustedes] Dios les ha dicho.
(Jos 23:6) Esfuércense, pues, mucho en cumplir [guardar, conservar] y hacer todo lo que está
escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartarse de ello ni a diestra ni
a siniestra;
(Jos 23:7) para que no se mezclen con estas naciones que han
quedado con ustedes, ni hagan mención ni juren
por el nombre de sus dioses, ni los sirvan, ni se inclinen a ellos.
(Jos 23:8) Mas a Jehová su [de
ustedes] Dios seguirán, como han hecho
hasta hoy.
(Jos 23:9) Pues ha arrojado
Jehová delante de ustedes grandes y fuertes naciones, y hasta hoy «nadie»* ha
podido resistir delante de su [ustedes]
rostro.
(Jos 23:10) Un varón de ustedes perseguirá a mil; porque Jehová su [de ustedes] Dios
es quien pelea por ustedes, como él les dijo.
(Jos 23:11) Guarden, pues, con diligencia sus [de ustedes] almas,
para que amen a Jehová su [de ustedes]
Dios.
(Jos 23:12) Porque si se apartaren, y se unieren a lo que resta de estas naciones que han quedado con
ustedes, y si concertaren con ellas matrimonios, mezclándose con ellas, y ellas
con ustedes,
(Jos 23:13) sepan que Jehová su
[de ustedes] Dios no arrojará
más a estas naciones delante de ustedes, sino
que les serán por lazo, por tropiezo, por azote para sus [de ustedes] costados y por espinas para sus [de ustedes] ojos, hasta que perezcan de esta buena tierra que Jehová su [de ustedes] Dios les ha dado.
(Jos 23:14) Y he aquí que yo
estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra; reconozcan, pues, con
todo su [de ustedes] corazón y con toda su [de ustedes] alma,
que no ha faltado una palabra de todas las
buenas palabras que Jehová su [de
ustedes] Dios había dicho de ustedes;
todas les han sucedido [acontecido], no ha faltado ninguna de ellas.
(Jos 23:15) Pero así como ha
venido sobre ustedes toda palabra buena que Jehová su [de ustedes] Dios les
había dicho, también traerá Jehová sobre ustedes toda palabra mala, hasta
destruirles de sobre la buena tierra que Jehová su [de ustedes] Dios les ha dado,
(Jos 23:16) si traspasaren el pacto [alianza, convenio,
acuerdo] de Jehová su [de ustedes]
Dios que él les ha mandado, yendo y honrando a
dioses ajenos, e inclinándose a ellos. Entonces la ira de Jehová se encenderá
contra ustedes, y perecerán prontamente de esta buena tierra que él les ha
dado.
Discurso de despedida de Josué
(Jos 24:1) Reunió Josué a todas
las tribus de Israel en Siquem, y llamó a los ancianos de Israel, sus
príncipes, sus jueces y sus oficiales; y se presentaron delante de Dios.
(Jos 24:2) Y dijo Josué a todo
el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Sus [de ustedes] padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré,
padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños.
(Jos 24:3) Y yo tomé a su [de ustedes] padre Abraham del otro lado del
río, y lo traje por toda la tierra de Canaán, y
aumenté su descendencia, y le di Isaac.
(Jos 24:4) A Isaac di Jacob y
Esaú. Y a Esaú di el monte de Seir, para que lo poseyese; pero Jacob y sus
hijos descendieron a Egipto.
(Jos 24:5) Y yo envié a Moisés
y a Aarón, y herí a Egipto, conforme a lo que hice en medio de él, y después
les saqué.
(Jos 24:6) Saqué a sus [de ustedes] padres de Egipto; y cuando
llegaron al mar, los egipcios siguieron a sus [de
ustedes] padres hasta el Mar Rojo con carros y caballería.
(Jos 24:7) Y cuando ellos clamaron
a Jehová, él puso oscuridad entre ustedes y los egipcios, e hizo venir sobre
ellos el mar, el cual los cubrió; y sus [de
ustedes] ojos vieron lo que hice en
Egipto. Después estuvieron muchos días
en el desierto.
(Jos 24:8) Yo les introduje en la tierra de los amorreos, que
habitaban al otro lado del Jordán, los cuales pelearon contra ustedes; mas yo
los entregué en sus [de ustedes] manos, y poseyeron su tierra, y los destruí de la presencia [de delante] de ustedes.
(Jos 24:9) Después se levantó Balac hijo de Zipor, rey de los
moabitas, y peleó contra Israel; y envió a
llamar a Balaam hijo de Beor, para que les maldijese.
(Jos 24:10) Mas yo no quise escuchar a Balaam, por lo cual les
bendijo repetidamente, y les libré de sus manos.
(Jos 24:11) Pasaron el Jordán, y
vinieron a Jericó, y los habitantes [moradores,
residentes] de Jericó pelearon contra
ustedes: los amorreos, ferezeos, cananeos, heteos, gergeseos, heveos y
jebuseos, y yo los entregué en sus [de
ustedes] manos.
(Jos 24:12) Y envié delante de ustedes tábanos, los cuales los
arrojaron de la presencia [de delante] de ustedes, esto es, a los dos
reyes de los amorreos; no con tu espada, ni con tu arco.
(Jos 24:13) Y les di la tierra
por la cual nada trabajaron, y las ciudades que no edificaron, en las cuales
habitan [moran, residen]; y de las viñas y olivares que no plantaron, comen.
(Jos 24:14) Ahora, pues, teman a
Jehová, y sírvanle con integridad y en verdad; y quiten de entre ustedes los dioses
a los cuales sirvieron sus [de ustedes] padres al otro lado del río, y en Egipto; y sirvan a
Jehová.
(Jos 24:15) Y si mal «les
parece»* servir a Jehová, escójanse hoy a
quién sirvan; si a los dioses a los cuales
sirvieron sus [de ustedes] padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a
los dioses de los amorreos en cuya tierra habitan; pero yo y mi casa serviremos
a Jehová.
(Jos 24:16) Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal suceda [acontezca], que dejemos a Jehová para servir a otros dioses;
(Jos 24:17) porque Jehová nuestro
Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto,
de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino
por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos.
(Jos 24:18) Y Jehová arrojó de
la presencia [de delante] de
nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que
habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él
es nuestro Dios.
(Jos 24:19) Entonces Josué dijo
al pueblo: No podrán servir a Jehová, porque él es Dios santo, y Dios celoso;
no sufrirá sus [de ustedes]
rebeliones y sus [de ustedes]
pecados.
(Jos 24:20) Si dejaren a Jehová
y sirvieren a dioses ajenos, él se volverá y les hará mal, y les consumirá,
después que les ha hecho bien.
(Jos 24:21) El pueblo entonces dijo
a Josué: No, sino que a Jehová serviremos.
(Jos 24:22) Y Josué respondió al
pueblo: Ustedes son testigos contra ustedes mismos, de que han elegido a Jehová
para servirle. Y ellos respondieron: Testigos somos.
(Jos 24:23) Quiten, pues, ahora
los dioses ajenos que están entre ustedes, e inclinen su [de ustedes] corazón
a Jehová Dios de Israel.
(Jos 24:24) Y el pueblo respondió
a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos.
(Jos 24:25) Entonces Josué hizo pacto [alianza, convenio,
acuerdo] con el pueblo el mismo día, y les dio estatutos y leyes en Siquem.
(Jos 24:26) Y escribió Josué
estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una gran piedra, la
levantó allí debajo de la encina que estaba junto al santuario de Jehová.
(Jos 24:27) Y dijo Josué a todo
el pueblo: He aquí esta piedra nos servirá de testigo, porque ella ha oído
todas las palabras que Jehová nos ha hablado; será, pues, testigo contra
ustedes, para que no mientan contra su [de
ustedes] Dios.
(Jos 24:28) Y envió Josué al
pueblo, «cada uno»* a su posesión.
Muerte de Josué
(Jue 2:6-10)
(Jos 24:29) Después de estas cosas murió
Josué hijo de Nun, esclavo [siervo, sirviente] de Jehová, siendo
de ciento diez años.
(Jos 24:30) Y le sepultaron en
su heredad [posesión territorial]
en Timnatsera, que está en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.
(Jos 24:31) Y sirvió Israel a
Jehová todo el tiempo de Josué, y todo
el tiempo de los ancianos que «sobrevivieron»* a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había
hecho por Israel.
Sepultura de los huesos de José en
Siquem
(Jos 24:32) Y enterraron en
Siquem los huesos de José, que los hijos de Israel habían traído
de Egipto, en la parte del campo que Jacob compró de los hijos de Hamor padre
de Siquem, por cien piezas de dinero; y fue posesión de los hijos de José.
Muerte de Eleazar
(Jos 24:33) También murió
Eleazar hijo de Aarón, y lo enterraron en el collado de Finees su hijo, que le
fue dado en el monte de Efraín.