Referencias para la lectura:
- Texto
actualizado al español latino.
- Ubicación
visual de vocablos claves resaltados en colores.
- Sinónimos
de palabras claves entre corchetes [color
bordó]
- Texto
entre comillas y asterisco «expresión»*
refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
- Subtitulado tradicional actualizado
Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original
del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un
diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para
el NT.
Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera
Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de
significados y conceptos.
Encargo de Dios
para Ciro
(Is 45:1) Así
dice Jehová a su ungido, a Ciro,
al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y
desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se
cerrarán:
(Is 45:2) Yo
iré delante de ti, y enderezaré los lugares
torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos;
(Is 45:3) y
te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo
nombre.
(Is 45:4) Por
amor de mi esclavo [siervo, sirviente]
Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu
nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste.
(Is 45:5) Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de
mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste,
(Is 45:6) para
que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más
que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo,
(Is 45:7) que
formo la luz y creo [crió:
formó, sustenta y mantiene] las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago
todo esto.
Jehová el Creador
(Is 45:8) Rocíen, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia;
ábrase la tierra, y prodúzcanse la salvación
y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo he creado.
(Is 45:9) ¡Ay
del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces?; o tu obra: ¿No
tiene manos?
(Is 45:10) ¡Ay
del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? y a
la mujer: ¿Por qué diste a luz?!
(Is 45:11) Así
dice Jehová, el Santo de Israel, y su Formador:
Pregúntenme de las cosas por venir; mándenme acerca de mis hijos, y acerca de
la obra de mis manos.
(Is 45:12) Yo hice la tierra, y creé sobre ella al hombre. Yo, mis
manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé.
(Is 45:13) Yo
lo desperté en justicia, y enderezaré todos sus
caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no por precio ni por
dones, dice Jehová de los ejércitos.
(Is 45:14) Así
dice Jehová: El trabajo de Egipto, las
mercaderías de Etiopía, y los sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a
ti y serán tuyos; irán detrás de ti, pasarán con grillos; te harán reverencia y
te suplicarán diciendo: Ciertamente en ti está Dios, y no hay otro fuera de
Dios.
(Is 45:15) Verdaderamente tú eres Dios que te encubres, Dios de Israel, que
salvas.
(Is 45:16) Confusos y avergonzados serán todos ellos; irán con afrenta
todos los fabricadores de imágenes.
(Is 45:17) Israel
será salvo en Jehová con salvación
eterna; no se avergonzaran ni se afrentaran, «por
todos los siglos.»*
(Is 45:18) Porque
así dijo Jehová, que creó [crió: formó,
sustenta y mantiene] los cielos; él es Dios, el que formó la tierra,
el que la hizo y la compuso; no la creó en vano, para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay otro.
(Is 45:19) No
hablé en secreto, en un lugar oscuro de la
tierra; no dije a la descendencia de Jacob: En vano me buscan. Yo soy Jehová
que hablo justicia, que anuncio rectitud.
Jehová y los ídolos
de Babilonia
(Is 45:20) Reúnanse,
y vengan; júntense todos los sobrevivientes de entre las naciones. No
tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan
a un dios que no salva.
(Is 45:21) Proclamen, y háganlos acercarse, y entren todos en consulta;
¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino
yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera
de mí.
(Is 45:22) Vean a mí, y sean salvos, todos los términos de la tierra,
porque yo soy Dios, y no hay más.
(Is 45:23) Por
mí mismo hice juramento, de mi boca salió
palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y
jurará toda lengua.
(Is 45:24) Y
se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza; a él
vendrán, y todos los que contra él se enardecen serán avergonzados.
(Is 45:25) En
Jehová será justificada y se gloriará toda la
descendencia de Israel.
(Is 46:1) Se
postró Bel, se abatió Nebo; sus imágenes fueron
puestas sobre bestias, sobre animales de carga; esas cosas que ustedes solían
llevar son alzadas cual carga, sobre las bestias cansadas.
(Is 46:2) Fueron
humillados, fueron abatidos juntamente; no pudieron
escaparse de la carga, sino que tuvieron «ellos
mismos»* que ir en cautiverio.
(Is 46:3) Óiganme,
oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel, los que son traídos por
mí desde el vientre, los que son llevados desde la matriz.
(Is 46:4) Y
hasta la vejez yo mismo, y hasta las canas les
soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soportaré y guardaré.
(Is 46:5) ¿A
quién me asemejan, y me igualan, y me comparan,
para que seamos semejantes?
(Is 46:6) Sacan
oro de la bolsa, y pesan plata con balanzas,
alquilan un platero para hacer un dios de ello; se postran y adoran.
(Is 46:7) Se
lo echan sobre los hombros, lo llevan, y lo
colocan en su lugar; allí se está, y no se mueve de su sitio. Le gritan, y
tampoco responde, ni libra de la tribulación.
(Is 46:8) Acuerdense de esto, y tengan vergüenza; «vuelvan en ustedes,»*
prevaricadores.
(Is 46:9) Acuerdense de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no
hay otro Dios, y nada hay semejante a mí,
(Is 46:10) que
anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no
era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y
haré todo lo que quiero;
(Is 46:11) que
llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo
hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo
haré.
(Is 46:12) Óiganme,
duros de corazón, que están lejos de la
justicia:
(Is 46:13) Haré
que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se detendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en Israel.
Juicio sobre
Babilonia
(Is 47:1) Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia.
Siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos; porque nunca más te
llamarán tierna y delicada.
(Is 47:2) Toma
el molino y muele harina; descubre tus guedejas,
descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos.
(Is 47:3) Será
tu vergüenza descubierta, y tu deshonra será
vista; haré retribución, y no se librará hombre alguno.
(Is 47:4) Nuestro Redentor,
Jehová de los ejércitos es su nombre, el Santo de Israel.
(Is 47:5) Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los caldeos;
porque nunca más te llamarán señora de reinos.
(Is 47:6) Me
enojé contra mi pueblo, profané mi heredad [posesión], y los entregué en tu mano; no les tuviste compasión; sobre el
anciano agravaste mucho tu yugo.
(Is 47:7) Dijiste: Para siempre seré señora; y no «has pensado»*
en esto, ni te acordaste de tu postrimería.
(Is 47:8) Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que estás
sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón:
Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad.
(Is 47:9) Estas
dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez; en toda su
fuerza vendrán sobre ti, a pesar de la multitud de tus hechizos y de tus muchos encantamientos.
(Is 47:10) Porque
te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me
ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste en tu corazón: Yo, y nadie más.
(Is 47:11) Vendrá,
pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás;
caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y destrucción que
no sepas vendrá de repente sobre ti.
(Is 47:12) Estate ahora en tus encantamientos
y en la multitud de tus hechizos, en
los cuales te fatigaste desde tu juventud; quizá podrás mejorarte, quizá te
fortalecerás.
(Is 47:13) Te
has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan
ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses,
para pronosticar lo que vendrá sobre ti.
(Is 47:14) He
aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no
salvarán sus vidas del «poder de»* la llama; no quedará brasa para calentarse, ni
lumbre a la cual se sienten.
(Is 47:15) Así
te serán aquellos con quienes te fatigaste, los
que traficaron contigo desde tu juventud; «cada
uno»* irá por
su camino, no habrá quien te salve.
Dios reprende la
infidelidad de Israel
(Is 48:1) Oigan esto, casa de Jacob, que se llaman del nombre de
Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre de
Jehová, y hacen memoria del Dios de Israel, mas no en verdad ni en justicia;
(Is 48:2) porque
de la santa ciudad se nombran, y en el Dios de
Israel confían; su nombre es Jehová de los ejércitos.
(Is 48:3) Lo
que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió;
lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad.
(Is 48:4) Por
cuanto conozco que eres duro, y barra de hierro
tu cerviz, y tu frente de bronce,
(Is 48:5) te
lo dije ya hace tiempo;
antes que sucediera te lo advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis
imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas.
(Is 48:6) Lo
oíste, y lo viste todo; ¿ y no lo anunciaran ustedes? Ahora, pues, te he hecho
oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías.
(Is 48:7) Ahora
han sido creadas, no «en días pasados,»*
ni antes de este día las habías oído, para que
no digas: He aquí que yo lo sabía.
(Is 48:8) Sí,
nunca lo habías oído, ni nunca lo habías
conocido; ciertamente no se abrió antes tu oído; porque sabía «que siendo desleal habías de desobedecer,»* por tanto te
llamé rebelde desde el vientre.
(Is 48:9) Por
amor de mi nombre diferiré mi ira, y para
alabanza mía la reprimiré para no destruirte.
(Is 48:10) He
aquí te he purificado, y no como a plata; te he
escogido en horno de aflicción.
(Is 48:11) Por
mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré a otro.
(Is 48:12) Óyeme,
Jacob, y tú, Israel, a quien llamé: Yo mismo, yo
el primero, yo también el último [postrero].
(Is 48:13) Mi
mano fundó también la tierra, y mi mano derecha
midió los cielos con el palmo; al llamarlos yo, comparecieron juntamente.
(Is 48:14) Júntense todos ustedes, y oigan. ¿Quién hay entre ellos que
anuncie estas cosas? Aquel a quien Jehová amó ejecutará su voluntad en Babilonia, y su brazo estará
sobre los caldeos.
(Is 48:15) Yo, yo hablé, y le llamé y le traje; por tanto, será
prosperado su camino.
(Is 48:16) Acérquense a mí, oigan esto: desde el principio no hablé en
secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Jehová el
Señor, y su Espíritu.
(Is 48:17) Así
ha dicho Jehová, Redentor
tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová Dios tuyo, que te enseña
provechosamente, que te encamina por el camino que debes seguir.
(Is 48:18) ¡Oh,
si hubieras atendido a mis mandamientos!
Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia
como las ondas del mar.
(Is 48:19) Fuera como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus
entrañas como los granos de arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de
mi presencia.
(Is 48:20) Salgan de Babilonia, huyan de entre los caldeos; den nuevas
de esto con voz de alegría, publíquenlo, llévenlo hasta lo último [postrero] de la tierra; digan: Redimió Jehová a Jacob su siervo.
(Is 48:21) No
tuvieron sed cuando los llevó por los desiertos;
les hizo brotar agua de la piedra; abrió la peña, y corrieron las aguas.
(Is 48:22) No
hay paz para los malos, dijo Jehová.
Israel, siervo de
Jehová
(Is 49:1) Óiganme, costas, y escuchen, pueblos lejanos. Jehová me llamó
desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.
(Is 49:2) Y
puso mi boca como espada aguda, me cubrió con la sombra de su mano; y me puso
por flecha [saeta] bruñida, me guardó en su aljaba;
(Is 49:3) y
me dijo: Mi esclavo [siervo, sirviente]
eres, oh Israel, porque en ti me gloriaré.
(Is 49:4) Pero
yo dije: Por demás he trabajado, en vano y sin
provecho he consumido mis fuerzas; pero mi causa está delante de Jehová, y mi
recompensa con mi Dios.
(Is 49:5) Ahora
pues, dice Jehová, el que me formó desde el
vientre para ser su esclavo [siervo,
sirviente], para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de Jehová,
y el Dios mío será mi fuerza);
(Is 49:6) dice: Poco es para mí que tú seas mi esclavo [siervo, sirviente] para levantar las tribus
de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de
las naciones, para que seas mi salvación hasta lo último [postrero] de la tierra.
(Is 49:7) Así
ha dicho Jehová, Redentor
de Israel, el Santo suyo, al despreciado de alma,
al abominado de las naciones, al esclavo [siervo,
sirviente] de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y
adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió.
(Is 49:8) Así
dijo Jehová: En tiempo
aceptable te oí, y en el día de salvación
te ayudé; y te guardaré, y te daré por pacto [alianza,
convenio, acuerdo] al pueblo, para que restaures la tierra, para que
heredes asoladas heredades [posesiones];
(Is 49:9) para
que digas a los presos: Salgan; y a los que
están en tinieblas: Muéstrense. En los caminos serán apacentados, y en todas
las alturas tendrán sus pastos.
(Is 49:10) No
tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque el que tiene de
ellos misericordia los guiará, y los conducirá a manantiales de aguas.
(Is 49:11) Y
convertiré en camino todos mis montes, y mis calzadas serán levantadas.
(Is 49:12) He
aquí éstos vendrán de lejos; y he aquí éstos del
norte y del occidente, y éstos de la tierra de Sinim.
(Is 49:13) Canten
alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y
prorrumpan en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y
de sus pobres tendrá misericordia.
(Is 49:14) Pero
Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó
de mí.
(Is 49:15) ¿Se
olvidará la mujer de lo que dio a luz, para
dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me
olvidaré de ti.
(Is 49:16) He
aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.
(Is 49:17) Tus
edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y
tus asoladores saldrán de ti.
(Is 49:18) Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han
reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura
de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.
(Is 49:19) Porque
tu tierra devastada, arruinada y desierta, ahora será estrecha por la multitud
de los habitantes [moradores, residentes],
y tus destruidores serán apartados lejos.
(Is 49:20) Aun
los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos:
Estrecho es para mí este lugar; apártate, para que yo more.
(Is 49:21) Y
dirás en tu corazón:
¿Quién me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y estaba sola,
peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crió éstos? He aquí yo había sido dejada
sola; ¿dónde estaban éstos?
(Is 49:22) Así
dijo Jehová el Señor: He aquí, yo tenderé mi
mano a las naciones, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos
a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros.
(Is 49:23) Reyes
serán tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con
el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y
conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí.
(Is 49:24) ¿Será
quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el
cautivo de un tirano?
(Is 49:25) Pero
así dice Jehová: Ciertamente el cautivo será
rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo
defenderé, y yo salvaré a tus hijos.
(Is 49:26) Y
a los que te despojaron haré comer sus propias
carnes, y con su sangre serán
embriagados como con vino; y conocerá todo hombre que yo Jehová soy Salvador
tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de
Jacob.
Jehová ayuda a
quienes confían en él
(Is 50:1) Así
dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de
su [de ustedes] madre, con la
cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores, a quienes yo les he vendido? He aquí que por sus [de ustedes] maldades son vendidos, y por sus [de ustedes] rebeliones fue repudiada su [de ustedes]
madre.
(Is 50:2) ¿Por
qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se
ha acortado mi mano para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí
que con mi reprensión hago secar el mar;
convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren
de sed.
(Is 50:3) Visto de oscuridad los cielos, y hago como cilicio su
cubierta.
(Is 50:4) Jehová
el Señor me dio lengua de sabios, para saber
hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído
para que oiga como los sabios.
(Is 50:5) Jehová
el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde,
ni me volví atrás.
(Is 50:6) Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que
me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.
(Is 50:7) Porque
Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me
avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré
avergonzado.
(Is 50:8) Cercano
está de mí el que me salva; ¿quién contenderá
conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí.
(Is 50:9) He
aquí que Jehová el Señor me ayudará; ¿quién hay que me
condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán
comidos por la polilla.
(Is 50:10) ¿Quién
hay entre ustedes que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en
tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre
de Jehová, y apóyese en su Dios.
(Is 50:11) He
aquí que todos ustedes encienden fuego, y se
rodean de mecheros [antorchas, teas];
anden a la luz de su [de ustedes] fuego, y de los mecheros [antorchas, teas] que encendieron. De mi mano
les vendrá esto; en dolor serán sepultados.
Palabras de
consuelo para Sion
(Is 51:1) Óiganme, los que siguen la justicia, los que buscan a Jehová.
Vean a la piedra de donde fueron cortados, y al hueco de la cantera de donde
fueron arrancados.
(Is 51:2) Vean a Abraham su [de
ustedes] padre, y a Sara que les dio a luz; porque cuando no era más
que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo
multipliqué.
(Is 51:3) Ciertamente
consolará Jehová a Sion; consolará todas sus
soledades, y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová;
se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto.
(Is 51:4) Estén
atentos a mí, pueblo mío, y óiganme, nación mía;
porque de mí saldrá la ley, y mi justicia para luz de los pueblos.
(Is 51:5) Cercana
está mi justicia, ha salido mi salvación, y mis brazos juzgarán a los
pueblos; a mí me esperan los de la costa, y en mi brazo ponen su esperanza.
(Is 51:6) Alcen a los cielos sus [de
ustedes] ojos, y vean abajo a la
tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá
como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus habitantes [moradores, residentes]; pero mi salvación será
para siempre, mi justicia no perecerá.
(Is 51:7) Óiganme,
los que conocen justicia, pueblo en cuyo corazón
está mi ley. No teman afrenta de hombre, ni
desmayen por sus ultrajes.
(Is 51:8) Porque
como a vestidura los comerá polilla, como a lana
los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salvación por siglos de siglos.
(Is 51:9) Despiértate,
despiértate, vístete de poder, oh brazo de Jehová; despiértate como «en el tiempo
antiguo,»* en los siglos pasados. ¿No eres
tú el que cortó a Rahab, y el que hirió al dragón?
(Is 51:10) ¿No
eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo [profundidad];
el que transformó en camino las profundidades del mar para que pasaran los
redimidos?
(Is 51:11) Ciertamente
volverán los redimidos de Jehová; volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo
habrá sobre sus cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán.
(Is 51:12) Yo, yo soy su [de
ustedes] consolador. ¿Quién eres tú
para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es
como heno?
(Is 51:13) Y
ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que
extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del
furor del que aflige, cuando se disponía para destruir. ¿Pero en dónde está el
furor del que aflige?
(Is 51:14) El
preso agobiado será libertado pronto; no morirá en la mazmorra, ni le faltará
su pan.
(Is 51:15) Porque
yo Jehová, que agito el mar y hago rugir sus
ondas, soy tu Dios, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.
(Is 51:16) Y
en tu boca he puesto mis palabras, y con la
sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de
la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú.
(Is 51:17) Despierta,
despierta, levántate, oh Jerusalén, que bebiste
de la mano de Jehová el cáliz de su ira; porque el cáliz de aturdimiento
bebiste hasta los sedimentos.
(Is 51:18) De
todos los hijos que dio a luz, no hay quien la guíe; ni quien la tome de la mano, de todos los hijos que crió.
(Is 51:19) Estas dos cosas te han sucedido [acontecido]: asolamiento [destrucción y
ruina] y quebrantamiento, hambre y espada. ¿Quién se dolerá de ti?
¿Quién te consolará?
(Is 51:20) Tus
hijos desmayaron, estuvieron tendidos en las
encrucijadas de todos los caminos, como antílope en la red, llenos de la
indignación de Jehová, de la ira del Dios tuyo.
(Is 51:21) Oye, pues, ahora esto, afligida, ebria, y no de vino:
(Is 51:22) Así
dijo Jehová tu Señor, y tu Dios, el cual aboga
por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de aturdimiento, los
sedimentos del cáliz de mi ira; nunca más lo beberás.
(Is 51:23) Y
lo pondré en mano de tus angustiadores, que dijeron
a tu alma: Inclínate, y pasaremos por
encima de ti. Y tú pusiste tu cuerpo como tierra, y como camino, para que
pasaran.
Dios librará del
cautiverio a Sion
(Is 52:1) Despierta,
despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu
ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti
incircunciso ni inmundo.
(Is 52:2) Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalén; suelta
las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion.
(Is 52:3) Porque
así dice Jehová: De balde fueron vendidos; por
tanto, sin dinero serán rescatados.
(Is 52:4) Porque
así dijo Jehová el Señor: Mi pueblo descendió a
Egipto en tiempo pasado, para morar
allá, y el asirio lo cautivó sin razón.
(Is 52:5) Y
ahora ¿qué hago aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado injustamente? Y los que en él se enseñorean, lo hacen
aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día.
(Is 52:6) Por
tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa
en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente.
(Is 52:7) ¡Cuán
hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que
anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios
reina!
(Is 52:8) ¡Voz
de tus atalayas! Alzarán la voz, juntamente
darán voces de júbilo; porque ojo a ojo verán que Jehová vuelve a traer a Sion.
(Is 52:9) Canten alabanzas, alégrense juntamente, soledades de
Jerusalén; porque Jehová ha consolado a su pueblo, a Jerusalén ha redimido.
(Is 52:10) Jehová
desnudó su santo brazo ante los ojos
de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro.
(Is 52:11) Apártense,
apártense, salgan de ahí, no toquen cosa
inmunda; salgan de en medio de ella; purifíquense los que llevan los utensilios
de Jehová.
(Is 52:12) Porque
no saldrán apresurados, ni irán huyendo; porque Jehová irá delante de ustedes,
y les congregará el Dios de Israel.
Sufrimiento del
Mesías (El siervo de Jehová)
(Is 52:13) He
aquí que mi esclavo [siervo, sirviente]
será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto.
(Is 52:14) Como
se asombraron de ti muchos, de tal manera fue
desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos
de los hombres,
(Is 52:15) así
asombrará él a muchas naciones; los reyes
cerrarán ante él la boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y
entenderán lo que jamás habían oído.
(Is 53:1) ¿Quién
ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se
ha manifestado el brazo de Jehová?
(Is 53:2) Subirá
cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él,
ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para
que le deseemos.
(Is 53:3) Despreciado
y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y
como que escondimos de él el rostro, fue despreciado, y no lo estimamos.
(Is 53:4) Ciertamente
llevó él nuestras enfermedades, y sufrió
nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y
abatido.
(Is 53:5) Mas
él herido fue por nuestras rebeliones, molido
por nuestros pecados; el castigo de
nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
(Is 53:6) Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas, «cada cual»* se
apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el
pecado de todos nosotros.
(Is 53:7) Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue
llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y
no abrió su boca.
(Is 53:8) Por
cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue
cortado de la tierra de los vivientes,
y por la rebelión de mi pueblo fue herido.
(Is 53:9) Y
se dispuso con los impíos [irreverentes y sin ley] su sepultura, mas con
los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo
maldad [vergüenza, afrenta, deshonor],
ni hubo engaño en su boca.
(Is 53:10) Con
todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole
a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá
linaje, vivirá por largos días, y la voluntad
de Jehová será en su mano prosperada.
(Is 53:11) Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su
conocimiento justificará mi esclavo [siervo,
sirviente] justo a muchos, y llevará
las iniquidades [grandes maldades e injusticias] de ellos.
(Is 53:12) Por
tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte,
y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y
orado por los transgresores.
El amor eterno de
Jehová hacia Israel
(Is 54:1) Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y
da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de
la desamparada que los de la casada, ha dicho Jehová.
(Is 54:2) Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus
habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza
tus estacas.
(Is 54:3) Porque
te extenderás a la mano derecha y a la mano
izquierda; y tu descendencia heredará naciones, y habitará las ciudades
asoladas.
(Is 54:4) No
temas, pues no serás confundida; y no te
avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza
de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.
(Is 54:5) Porque
tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la
tierra será llamado.
(Is 54:6) Porque
como a mujer abandonada y triste de espíritu
te llamó Jehová, y como a la esposa de la
juventud que es repudiada, dijo el Dios tuyo.
(Is 54:7) Por
un breve momento te abandoné, pero te recogeré
con grandes misericordias.
(Is 54:8) Con
un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia
eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.
(Is 54:9) Porque
esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de
Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te
reñiré.
(Is 54:10) Porque
los montes se moverán, y los collados temblarán,
pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto
[alianza, convenio, acuerdo] de mi paz se
quebrantará, dijo Jehová, el que tiene
misericordia de ti.
(Is 54:11) Pobrecita,
fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí
que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré.
(Is 54:12) Tus
ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y
toda tu muralla de piedras preciosas.
(Is 54:13) Y
todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus
hijos.
(Is 54:14) Con
justicia serás adornada; estarás lejos de
opresión, porque no temerás, y de temor, porque no se acercará a ti.
(Is 54:15) Si
alguno conspirare contra ti, «lo hará sin mí;»*
el que contra ti conspirare,
delante de ti caerá.
(Is 54:16) He
aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas
en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al
destruidor para destruir.
(Is 54:17) Ninguna
arma forjada contra ti prosperará, y condenarás
toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los esclavos [siervos,
sirvientes] de Jehová, y su salvación
de mí vendrá, dijo Jehová.
Misericordia
gratuita para todos
(Is 55:1) A
todos los sedientos: Vengan a las aguas; y los
que no tienen dinero, vengan, compren y coman. Vengan, compren sin dinero y sin
precio, vino y leche.
(Is 55:2) ¿Por
qué gastan el dinero en lo que no es pan, y su [de ustedes] trabajo en lo que no sacia?
Óiganme atentamente, y coman del bien, y se
deleitará su [de ustedes] alma con grosura.
(Is 55:3) Inclinen su [de ustedes]
oído, y vengan a mí; oigan, y vivirá su [de ustedes] alma; y haré con ustedes pacto [alianza,
convenio, acuerdo] eterno, las misericordias firmes a David.
(Is 55:4) He
aquí que yo lo di por testigo a los pueblos, por jefe y por maestro a las
naciones.
(Is 55:5) He
aquí, llamarás a gente que no conociste, y
gentes que no te conocieron correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del
Santo de Israel que te ha honrado.
(Is 55:6) Busquen a Jehová mientras puede ser hallado, llámenle en
tanto que está cercano.
(Is 55:7) Deje el impío [irreverente
y sin ley] su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos,
y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia,
y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
(Is 55:8) Porque
mis pensamientos no son sus [de ustedes]
pensamientos, ni sus [de ustedes]
caminos mis caminos, dijo Jehová.
(Is 55:9) Como
son más altos los cielos que la tierra, así son
mis caminos más altos que sus [de
ustedes] caminos, y mis pensamientos más que sus [de ustedes] pensamientos.
(Is 55:10) Porque
como desciende de los cielos la lluvia y la
nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y
producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
(Is 55:11) así
será mi palabra que sale de mi boca; no volverá
a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para
que la envié.
(Is 55:12) Porque
con alegría saldrán, y con paz serán vueltos;
los montes y los collados levantarán canción delante de ustedes, y todos los
árboles del campo darán palmadas de aplauso.
(Is 55:13) En
lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de
la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.
Recompensa de los
que guardan el pacto de Dios
(Is 56:1) Así
dijo Jehová: Guarden derecho, y hagan justicia;
porque cercana está mi salvación para
venir, y mi justicia para manifestarse.
(Is 56:2) Dichoso
[afortunado, bienaventurado] el
hombre que hace esto, y el hijo de hombre que lo
abraza; que guarda el día de reposo para no profanarlo, y que guarda su mano de
hacer todo mal.
(Is 56:3) Y
el extranjero que sigue a Jehová no hable
diciendo: Me apartará totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He
aquí yo soy árbol seco.
(Is 56:4) Porque
así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis
días de reposo, y escojan lo que yo quiero, y abracen mi pacto [alianza, convenio,
acuerdo],
(Is 56:5) yo
les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros,
«y nombre mejor»* que el de hijos e hijas; nombre perpetuo les
daré, que nunca perecerá.
(Is 56:6) Y
a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus esclavos [siervos,
sirvientes]; a todos los que guarden el día de reposo para no
profanarlo, y abracen mi pacto [alianza,
convenio, acuerdo],
(Is 56:7) yo
los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en
mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptados sobre mi
altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos.
(Is 56:8) Dice
Jehová el Señor, el que reúne a los dispersos de Israel: Aún juntaré sobre él a sus congregados.
(Is 56:9) Todas
las bestias del campo, todas las fieras del bosque, vengan a devorar.
(Is 56:10)
Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos perros mudos, no
pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el dormir.
(Is 56:11) Y
esos perros «comilones son insaciables;»* y los pastores
mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, «cada uno»*
busca su propio provecho, cada uno por su lado.
(Is 56:12) Vengan, dicen, tomemos vino, embriaguémonos de sidra; y será
el día de mañana como este, o mucho más excelente.
Condenación de la
idolatría de Israel
(Is 57:1) Perece el justo, y no hay «quien
piense en ello;»* y los piadosos mueren, y
no hay quien entienda que de la presencia [de
delante] de la aflicción es quitado
el justo.
(Is 57:2) Entrará
en la paz; descansarán en sus lechos todos los
que andan delante de Dios.
(Is 57:3) Mas
ustedes lléguense acá, hijos de la hechicera, generación
del adúltero y de la fornicaria.
(Is 57:4) ¿De
quién se han burlado? ¿Contra quién ensancharon
la boca, y alargaron la lengua? ¿No son ustedes hijos rebeldes, generación mentirosa,
(Is 57:5) que
se enfervorizan con los ídolos debajo de todo árbol frondoso, que sacrifican
los hijos en los valles, debajo de los peñascos?
(Is 57:6) En
las piedras lisas del valle está tu parte; ellas,
ellas son tu suerte; y a ellas
derramaste libación, y ofreciste presente. ¿No habré de castigar estas cosas?
(Is 57:7) Sobre
el monte alto y empinado pusiste tu cama; allí también subiste a hacer sacrificio.
(Is 57:8) Y
tras la puerta y el umbral pusiste tu recuerdo;
porque a otro, y no a mí, te descubriste, y subiste, y ensanchaste tu cama, e
hiciste con ellos pacto [alianza,
convenio, acuerdo]; amaste su cama «dondequiera que la veías.»*
(Is 57:9) Y
fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus
perfumes, y enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta la profundidad
del Seol.
(Is 57:10) En
la multitud de tus caminos te cansaste, pero no
dijiste: No hay remedio; hallaste «nuevo
vigor en tu mano,»* por tanto, no te
desalentaste.
(Is 57:11) ¿Y
de quién te asustaste y temiste, que has faltado
a la fe [mentido, (desconfiado)], y no te has acordado
de mí, ni te vino al pensamiento? ¿ No he
guardado silencio desde tiempos
antiguos, y nunca me has temido?
(Is 57:12) Yo publicaré tu justicia y tus obras, que no te
aprovecharán.
(Is 57:13) Cuando
clames, que te libren tus ídolos; pero a todos
ellos llevará el viento, un soplo los arrebatará; mas el que en mí confía
tendrá la tierra por heredad [posesión
territorial], y poseerá mi santo
monte.
(Is 57:14) Y
dirá: Allanen, allanen; barran el camino, quiten
los tropiezos del camino de mi pueblo.
(Is 57:15) Porque
así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el
Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y
con el quebrantado [despedazado]
y humilde de espíritu, para hacer vivir
el espíritu de los humildes, y para
vivificar el corazón de los
quebrantados [despedazados].
(Is 57:16) Porque
no contenderé para siempre, ni para siempre me enojaré;
pues decaería ante mí el espíritu, y
las almas que yo he creado.
(Is 57:17) Por
la iniquidad [gran
maldad e injusticia] de su codicia me enojé,
y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y él siguió rebelde por el camino de
su corazón.
(Is 57:18) He
visto sus caminos; pero le sanaré, y le
pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados;
(Is 57:19) produciré
fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré.
(Is 57:20) Pero
los impíos [irreverentes y sin ley]
son como el mar en tempestad, que no puede
estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo.
(Is 57:21) No
hay paz, dijo mi Dios, para los impíos [irreverentes
y sin ley].
El verdadero ayuno
(Is 58:1) Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como
trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado.
(Is 58:2) Que
me buscan «cada día,»*
y quieren saber mis caminos, como gente que
hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos
juicios, y quieren acercarse a Dios.
(Is 58:3) ¿Por
qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso;
humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido?
He aquí que en el día de su [de ustedes]
ayuno buscan su [de ustedes] propio gusto, y oprimís a todos
sus [de ustedes] trabajadores.
(Is 58:4) He
aquí que para contiendas y debates ayunan y para herir con el puño inicuamente;
no ayunen como hoy, para que su [de ustedes]
voz sea oída en lo alto.
(Is 58:5) ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el
hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y
haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaran esto ayuno, y día agradable a
Jehová?
(Is 58:6) ¿No
es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las
ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los
quebrantados [despedazados], y
que rompan todo yugo?
(Is 58:7) ¿No
es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en
casa; que cuando veas al desnudo,
lo cubras, y no te escondas de «tu
hermano?»*
(Is 58:8) Entonces
nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu
justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
(Is 58:9) Entonces
invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá
él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el
hablar vanidad;
(Is 58:10) y
si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será
como el mediodía.
(Is 58:11) Jehová
te pastoreará siempre, y en las sequías saciará
tu alma, y dará vigor a tus huesos;
y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca
faltan.
(Is 58:12) Y
«los tuyos»* edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación
levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas
para habitar.
La observancia de
día de reposo
(Is 58:13) Si
retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad
en mi día santo, y lo llamares delicia, santo,
glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni
buscando tu voluntad, ni hablando tus
propias palabras,
(Is 58:14) entonces
te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir
sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre;
porque la boca de Jehová lo ha hablado.
Confesión del
pecado de Israel
(Is 59:1) He
aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír;
(Is 59:2) pero
sus [de ustedes] iniquidades [grandes
maldades e injusticias] han hecho
división entre ustedes y su [de ustedes]
Dios, y sus [de ustedes] pecados han
hecho ocultar de ustedes su rostro para no oír.
(Is 59:3) Porque
sus [de ustedes] manos están
contaminadas de sangre,
y sus [de ustedes] dedos de iniquidad
[gran maldad
e injusticia]; sus [de ustedes]
labios pronuncian mentira, habla maldad su [de ustedes] lengua.
(Is 59:4) No
hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben
maldades, y dan a luz iniquidad [gran maldad e injusticia].
(Is 59:5) Incuban huevos de áspides, y tejen telas de arañas; el que
comiere de sus huevos, morirá; y si los apretaren, saldrán víboras.
(Is 59:6) Sus
telas no servirán para vestir, ni de sus obras
serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad [gran maldad e injusticia], y
obra de rapiña [vergüenza, afrenta, deshonor]
está en sus manos.
(Is 59:7) Sus
pies corren al mal, se apresuran para derramar
la sangre inocente;
sus pensamientos, pensamientos de iniquidad [gran maldad e
injusticia]; destrucción y quebrantamiento hay en sus caminos.
(Is 59:8) No
conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus
caminos; sus veredas son torcidas [de ley
violada]; cualquiera que por ellas
fuere, no conocerá paz.
(Is 59:9) Por
esto se alejó de nosotros la justicia, y no nos
alcanzó la rectitud; esperamos luz, y he aquí tinieblas; resplandores, y
andamos en oscuridad.
(Is 59:10) Palpamos la pared como ciegos, y andamos a tientas como sin
ojos; tropezamos a mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros como
muertos.
(Is 59:11) Gruñimos como osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente
como palomas; esperamos justicia, y no la hay; salvación,
y se alejó de nosotros.
(Is 59:12) Porque
nuestras rebeliones se han multiplicado delante
de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros
están nuestras iniquidades [grandes maldades e injusticias], y conocemos nuestros pecados:
(Is 59:13) el
prevaricar y mentir contra Jehová, y el apartarse de detrás de nuestro Dios; el
hablar calumnia y rebelión, concebir y proferir de corazón palabras de mentira.
(Is 59:14) Y
el derecho se retiró, y la justicia se puso
lejos; porque la verdad tropezó en la
plaza, y la rectitud [equidad, derecho]
no pudo venir.
(Is 59:15) Y
la verdad fue
detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová, y
desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho.
(Is 59:16) Y
vio que no había hombre, y se maravilló que no
hubiera quien se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma
justicia.
(Is 59:17) Pues
de justicia se vistió como de una coraza, con
yelmo de salvación en su cabeza; tomó
ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto,
(Is 59:18) como
para vindicación, como para retribuir con ira a
sus enemigos, y dar el pago a sus adversarios; el pago dará a los de la costa.
(Is 59:19) Y
temerán desde el occidente el nombre de Jehová,
y desde el nacimiento del sol su
gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará
bandera contra él.
(Is 59:20) Y
vendrá el Redentor a Sion, y a los que
se volvieren de la iniquidad [gran maldad e injusticia] en Jacob, dice
Jehová.
(Is 59:21) Y este será mi pacto [alianza,
convenio, acuerdo] con ellos, dijo
Jehová: El Espíritu mío que está sobre
ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca
de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora
y para siempre.
La futura gloria de
Sion
(Is 60:1) Levántate,
resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.
(Is 60:2) Porque
he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y
oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su
gloria.
(Is 60:3) Y
andarán las naciones a tu luz, y los reyes al
resplandor de tu nacimiento.
(Is 60:4) Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han
juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas
en brazos.
(Is 60:5) Entonces
verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la
multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti.
(Is 60:6) Multitud
de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y
de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán
alabanzas de Jehová.
(Is 60:7) Todo
el ganado de Cedar será juntado para ti;
carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con agrado sobre mi
altar, y glorificaré la casa de mi gloria.
(Is 60:8) ¿Quiénes
son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas?
(Is 60:9) Ciertamente
a mí esperarán los de la costa, y las naves de
Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con
ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha
glorificado.
(Is 60:10) Y
extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te
servirán; porque en mi ira te castigué,
mas en mi buena voluntad tendré de ti
misericordia.
(Is 60:11) Tus
puertas estarán de continuo abiertas; no se
cerrarán de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de las
naciones, y conducidos a ti sus reyes.
(Is 60:12) Porque
la nación o el reino que no te sirviere
perecerá, y del todo será asolado.
(Is 60:13) La
gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y
bojes juntamente, para decorar el lugar de mi santuario; y yo honraré el lugar
de mis pies.
(Is 60:14) Y
vendrán a ti humillados los hijos de los que te
afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te
escarnecían, y te llamarán Ciudad de Jehová, Sion del Santo de Israel.
(Is 60:15) En
vez de estar abandonada y aborrecida, tanto que nadie pasaba por ti, haré que
seas una gloria eterna, el gozo de «todos
los siglos.»
(Is 60:16) Y
mamarás la leche de las naciones, el pecho de
los reyes mamarás; y conocerás que yo Jehová soy el Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.
(Is 60:17) En
vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y en lugar
de piedras hierro; y pondré paz por tu tributo, y justicia por tus opresores.
(Is 60:18) Nunca
más se oirá en tu tierra violencia [vergüenza, afrenta, deshonor], destrucción ni
quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás Salvación, y
a tus puertas Alabanza.
(Is 60:19) El
sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será
por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria.
(Is 60:20) No
se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna;
porque Jehová te será por luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados.
(Is 60:21) Y
tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevos de mi plantío, obra de mis manos,
para glorificarme.
(Is 60:22) El
pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo
fuerte. Yo Jehová, a su tiempo haré que
esto sea cumplido pronto.
Buenas nuevas de
salvación para Sion
(Is 61:1) El
Espíritu de Jehová el Señor está sobre
mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a
predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados [despedazados] de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos
apertura de la cárcel;
(Is 61:2) a
proclamar el año de la buena voluntad
de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los
enlutados;
(Is 61:3) a
ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo
de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados
árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
(Is 61:4) Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos
primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de «muchas generaciones.»*
(Is 61:5) Y
extranjeros apacentarán sus [de ustedes] ovejas, y los extraños serán sus [de ustedes] labradores y sus [de ustedes] viñadores.
(Is 61:6) Y
ustedes serán llamados sacerdotes de Jehová,
ministros de nuestro Dios serán llamados; comerán las riquezas de las naciones,
y con su gloria serán sublimes.
(Is 61:7) En
lugar de su [de ustedes] doble
confusión y de su [ustedes] deshonra,
les alabarán en sus heredades [posesiones];
por lo cual en sus tierras poseerán doble honra,
y tendrán perpetuo gozo.
(Is 61:8) Porque
yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor
del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto
[alianza, convenio, acuerdo] perpetuo.
(Is 61:9) Y
la descendencia de ellos será conocida entre las
naciones, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vieren,
reconocerán que son linaje bendito de Jehová.
(Is 61:10) Enteramente
[en gran manera, grandemente] me
gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque
me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia,
como a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.
(Is 61:11) Porque
como la tierra produce su renuevo, y como el
huerto hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia y
alabanza delante de todas las naciones.
(Is 62:1) Por
amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén
no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha.
(Is 62:2) Entonces
verán las gentes tu justicia, y todos los reyes
tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará.
(Is 62:3) Y
serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del
Dios tuyo.
(Is 62:4) Nunca
más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se
dirá más Devastada [arruinada, desolada];
sino que serás llamada Hefzibá, y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada.
(Is 62:5) Pues
como el joven se desposa con la virgen, se
desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se
gozará contigo el Dios tuyo.
(Is 62:6) Sobre
tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo
el día y toda la noche no callarán jamás. Los que se acuerdan de Jehová, no
reposen,
(Is 62:7) ni
le den tregua, hasta que restablezca a
Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra.
(Is 62:8) Juró
Jehová por su mano derecha, y por su poderoso brazo: Que jamás daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los
extraños el vino que es fruto de tu trabajo;
(Is 62:9) sino
que los que lo cosechan lo comerán, y alabarán a
Jehová; y los que lo vendimian, lo beberán en los atrios de mi santuario.
(Is 62:10) Pasen, pasen por las puertas; barran el camino al pueblo;
allanen, allanen la calzada, quiten las piedras, alcen pendón a los pueblos.
(Is 62:11) He
aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Digan a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí
su recompensa con él, y delante de él su obra.
(Is 62:12) Y
les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada.
El día de venganza
de Jehová
(Is 63:1) ¿Quién
es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿éste hermoso en su
vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo,
el que hablo en justicia, grande para salvar.
(Is 63:2) ¿Por
qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar?
(Is 63:3) He
pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo; los pisé con mi
ira, y los hollé con mi furor; y su sangre
salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas.
(Is 63:4) Porque
el día de la venganza está en mi corazón,
y el año de mis redimidos ha llegado.
(Is 63:5) Miré, y no había quien ayudara, y me maravillé que no
hubiera quien sustentase; y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira.
(Is 63:6) Y
con mi ira hollé los pueblos, y los embriagué en
mi furor, y derramé en tierra su sangre.
Bondad de Jehová
hacia Israel
(Is 63:7) De
las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová, conforme
a todo lo que Jehová nos ha dado, y de la
grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que les ha hecho según sus
misericordias, y según la multitud de sus piedades.
(Is 63:8) Porque
dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no
mienten; y fue su Salvador.
(Is 63:9) En
toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su superficie [faz]
los salvó; en su amor y en su clemencia los
redimió, y los trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad.
(Is 63:10) Mas
ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su
santo espíritu; por lo cual se les
volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.
(Is 63:11) Pero
se acordó de los días antiguos, de Moisés y de
su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de
su rebaño? ¿dónde el que puso en medio de él su santo espíritu,
(Is 63:12) el
que los guió por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria; el que dividió las aguas delante de ellos, haciéndose así
nombre perpetuo,
(Is 63:13) el
que los condujo por los abismos [profundidades],
como un caballo por el desierto, sin que tropezaran?
(Is 63:14) El
Espíritu de Jehová los pastoreó, como a
una bestia que desciende al valle; así pastoreaste
a tu pueblo, para hacerte nombre glorioso.
Plegaria pidiendo
misericordia y ayuda
(Is 63:15) Mira desde el cielo, y contempla desde tu santa y gloriosa
morada. ¿Dónde está tu celo, y tu poder, la conmoción de tus entrañas y tus
piedades para conmigo? ¿Se han estrechado?
(Is 63:16) Pero
tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos
ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre.
(Is 63:17) ¿Por
qué, oh Jehová, nos has hecho errar de tus
caminos, y endureciste nuestro corazón
a tu temor? Vuélvete por amor de tus esclavos
[siervos, sirvientes], por las
tribus de tu heredad [posesión].
(Is 63:18) Por
poco tiempo lo poseyó tu santo pueblo; nuestros enemigos han hollado tu
santuario.
(Is 63:19) Hemos
venido a ser como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste, sobre los cuales
nunca fue llamado tu nombre.
(Is 64:1) ¡Oh,
si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu
presencia se escurriesen los montes,
(Is 64:2) como
fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir
las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones
temblasen a tu presencia!
(Is 64:3) Cuando,
haciendo cosas terribles cuales nunca
esperábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti.
(Is 64:4) Ni
nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha
visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en él espera.
(Is 64:5) Saliste
al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti
en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque
pecamos; en los pecados «hemos
perseverado por largo tiempo;»* ¿podremos acaso ser salvos?
(Is 64:6) Si
bien todos nosotros somos como suciedad, y todas
nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la
hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento.
(Is 64:7) Nadie
hay que invoque tu nombre, que se despierte para apoyarse en ti; por lo cual
escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste
marchitar en poder de nuestras maldades.
(Is 64:8) Ahora
pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros
barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos
nosotros.
(Is 64:9) No
te enojes sobremanera, Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad [gran maldad e injusticia]; he aquí, mira ahora, pueblo tuyo somos todos
nosotros.
(Is 64:10) Tus
santas ciudades están desiertas, Sion es un
desierto, Jerusalén una soledad.
(Is 64:11) La
casa de nuestro santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fue consumida al fuego; y todas nuestras
cosas preciosas han sido destruidas.
(Is 64:12) ¿Te
estarás quieto, oh Jehová, sobre estas cosas?
¿Callarás, y nos afligirás sobremanera?
Castigo de los
rebeldes
(Is 65:1) Fui
buscado por los que no preguntaban por mí; fui
hallado por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre:
Heme aquí, heme aquí.
(Is 65:2) Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda
por camino no bueno, detrás de sus pensamientos;
(Is 65:3) pueblo
que en mi rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y
quemando incienso sobre ladrillos;
(Is 65:4) que
se quedan en los sepulcros, y en lugares escondidos pasan la noche; que comen
carne de cerdo, y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas;
(Is 65:5) que
dicen: «Estate en tu lugar,»* no te acerques a
mí, porque soy más santo que tú; éstos son humo en mi furor, fuego que arde
todo el día.
(Is 65:6) He
aquí que escrito está delante de mí; no callaré,
sino que recompensaré, y daré el pago en su seno
(Is 65:7) por
sus [de ustedes] iniquidades [grandes
maldades e injusticias], dice Jehová,
y por las iniquidades [grandes maldades e injusticias] de sus [de ustedes] padres juntamente, los cuales
quemaron incienso sobre los montes, y sobre los collados me afrentaron; por tanto, yo les mediré su obra antigua
en su seno.
(Is 65:8) Así
ha dicho Jehová: Como si alguno hallase mosto en
un racimo, y dijese: No lo desperdicies, porque bendición hay en él; así haré
yo por mis esclavos [siervos, sirvientes], que no lo destruiré
todo.
(Is 65:9) Sacaré
descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos
poseerán por heredad [posesión territorial] la tierra, y mis esclavos [siervos, sirvientes] habitarán allí.
(Is 65:10) Y
será Sarón para habitación de ovejas, y el valle
de Acor para majada de vacas, para mi pueblo que me buscó.
(Is 65:11) Pero
ustedes los que dejan a Jehová, que olvidan mi
santo monte, que ponen mesa para la Fortuna, y suministran libaciones para el
Destino;
(Is 65:12) yo
también les destinaré a la espada, y todos ustedes
se arrodillaran al degolladero, por cuanto llamé, y no respondieron; hablé, y
no oyeron, sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que
me desagrada.
(Is 65:13) Por
tanto, así dijo Jehová el Señor: He aquí que mis esclavos [siervos,
sirvientes] comerán, y ustedes
tendrán hambre; he aquí que mis esclavos [siervos, sirvientes] beberán, y ustedes tendrán sed; he aquí que mis esclavos [siervos,
sirvientes] se alegrarán, y ustedes
serán avergonzados;
(Is 65:14) he
aquí que mis esclavos [siervos,
sirvientes] cantarán por júbilo del corazón, y ustedes clamaran por el dolor del corazón, y por el quebrantamiento de espíritu aullaran.
(Is 65:15) Y
dejaran su [de
ustedes] nombre por maldición a mis escogidos, y Jehová el Señor te
matará, y a sus esclavos [siervos,
sirvientes] llamará por otro nombre.
(Is 65:16) El
que se bendijere en la tierra, en el Dios de verdad
se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por
el Dios de verdad jurará; porque las
angustias primeras serán olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos.
Cielos nuevos y
tierra nueva
(Is 65:17) Porque
he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá
memoria, ni más vendrá al pensamiento.
(Is 65:18) Mas
se gozaran y se alegraran para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén
alegría, y a su pueblo gozo.
(Is 65:19) Y
me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.
(Is 65:20) No
habrá más allí niño que muera de pocos días, ni
viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será
maldito.
(Is 65:21) Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán
el fruto de ellas.
(Is 65:22) No
edificarán para que otro habite, ni plantarán
para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo,
y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos.
(Is 65:23) No
trabajarán en vano, ni darán a luz para
maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con
ellos.
(Is 65:24) Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan,
yo habré oído.
(Is 65:25) El
lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo
mi santo monte, dijo Jehová.
Los juicios de
Jehová y la futura prosperidad de Sion
(Is 66:1) Jehová
dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra
estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habrán de edificar, y dónde el
lugar de mi reposo?
(Is 66:2) Mi
mano hizo todas estas cosas, y así todas estas
cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.
(Is 66:3) El
que sacrifica buey es como si matase a un hombre; el que sacrifica oveja, como
si degollase un perro; el que hace ofrenda, como si ofreciese sangre de cerdo; el que quema incienso, como
si bendijese a un ídolo. Y porque escogieron sus
propios caminos, y su alma amó sus abominaciones,
(Is 66:4) también
yo escogeré para ellos escarnios, y traeré sobre
ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron,
sino que hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me
desagrada.
(Is 66:5) Oigan palabra de Jehová, ustedes los que tiemblan a su
palabra: Sus [de ustedes]
hermanos que les aborrecen, y les echan fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado. Pero él se mostrará para
alegría suya [de ustedes], y
ellos serán confundidos.
(Is 66:6) Voz
de alboroto de la ciudad, voz del templo, voz de Jehová que da el
pago a sus enemigos.
(Is 66:7) Antes
que estuviese de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz
hijo.
(Is 66:8) ¿Quién
oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa?
¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto
Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos.
(Is 66:9) Yo que hago dar a luz, ¿ no haré nacer? dijo Jehová. Yo
que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios.
(Is 66:10) Alégrense con Jerusalén, y gócense con ella, todos los que la
aman; llénense con ella de gozo, todos los que se enlutan por ella;
(Is 66:11) para
que mamen y se sacien de los pechos de sus
consolaciones; para que beban, y se deleiten con el resplandor de su gloria.
(Is 66:12) Porque
así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre
ella paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente que se
desborda; y mamaran, y en los brazos serán traídos, y sobre las rodillas serán
mimados.
(Is 66:13) Como
aquel a quien consuela su madre, así les
consolaré yo a ustedes, y en Jerusalén tomaran consuelo.
(Is 66:14) Y
verán, y se alegrará su [de ustedes] corazón, y sus [de
ustedes] huesos reverdecerán como la hierba; y la mano de Jehová para con sus esclavos [siervos,
sirvientes] será conocida, y se
enojará contra sus enemigos.
(Is 66:15) Porque
he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para
descargar su ira con furor, y su reprensión con llama de fuego.
(Is 66:16) Porque
Jehová juzgará con fuego y con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová
serán multiplicados.
(Is 66:17) Los
que se santifican y los que se purifican en los huertos, «unos tras otros,»*
los que comen carne de cerdo y abominación [cosa
repugnante] y ratón, juntamente serán talados, dice Jehová.
(Is 66:18) Porque
yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá
para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.
(Is 66:19) Y
pondré entre ellos señal,
y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que
disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni
vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones.
(Is 66:20) Y
traerán a todos sus [de ustedes]
hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en
carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la
ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová.
(Is 66:21) Y
tomaré también de ellos para sacerdotes y
levitas, dice Jehová.
(Is 66:22) Porque
como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo
hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá su [de ustedes] descendencia y su [de ustedes] nombre.
(Is 66:23) Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo,
vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová.
(Is 66:24) Y
saldrán, y verán los cadáveres de los hombres
que se rebelaron contra mí; porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se
apagará, y serán abominables a todo hombre.