Referencias para la lectura:
- Texto
actualizado al español latino.
- Ubicación
visual de vocablos claves resaltados en colores.
- Sinónimos
de palabras claves entre corchetes [color
bordó]
- Texto
entre comillas y asterisco «expresión»*
refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
- Subtitulado tradicional actualizado
Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original
del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un
diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para
el NT.
Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera
Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de
significados y conceptos.
Primicias y diezmos
(Dt 26:1) Cuando hayas entrado en la tierra
que Jehová tu Dios te da por herencia, y tomes posesión de ella y la habites,
(Dt 26:2) entonces tomarás de
las primicias de todos los frutos que sacares de la tierra que Jehová tu Dios
te da, y las pondrás en una canasta, e irás al lugar que Jehová tu Dios
escogiere para hacer habitar allí su nombre.
(Dt 26:3) Y te presentarás al sacerdote que hubiere en
aquellos días, y le dirás: Declaro hoy a Jehová tu Dios, que he entrado
en la tierra que juró Jehová a nuestros padres que nos daría.
(Dt 26:4) Y el sacerdote tomará
la canasta de tu mano, y la pondrá delante del altar de Jehová tu Dios.
(Dt 26:5) Entonces hablarás y
dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi
padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí
creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa;
(Dt 26:6) y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura
servidumbre.
(Dt 26:7) Y clamamos a Jehová
el Dios de nuestros padres; y Jehová oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción,
nuestro trabajo y nuestra opresión;
(Dt 26:8) y Jehová nos sacó de
Egipto con mano fuerte, con brazo extendido, con grande espanto, y con señales y con milagros;
(Dt 26:9) y nos trajo a este
lugar, y nos dio esta tierra, tierra que fluye leche y miel.
(Dt 26:10) Y ahora, he aquí he traído las primicias del fruto
de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo
dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios.
(Dt 26:11) Y te alegrarás en
todo el bien que Jehová tu Dios te haya dado a ti y a tu casa, así tú como el
levita y el extranjero que está en medio de ti.
(Dt 26:12) Cuando acabes de
diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo,
darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en
tus aldeas, y se saciarán.
(Dt 26:13) Y dirás delante de Jehová tu Dios: He sacado lo consagrado de mi casa, y también lo he dado al
levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme a todo lo que me has
mandado; no he transgredido tus mandamientos,
ni me he olvidado de ellos.
(Dt 26:14) No he comido de ello
en mi luto, ni he gastado de ello estando yo inmundo, ni de ello he ofrecido a
los muertos; he obedecido a la voz de Jehová mi Dios, he hecho conforme a todo
lo que me has mandado.
(Dt 26:15) Mira desde tu morada
santa, desde el cielo, y bendice a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has
dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.
(Dt 26:16) Jehová tu Dios te manda hoy que cumplas estos
estatutos y decretos; cuida, pues, de ponerlos por obra
con todo tu corazón y con toda tu alma.
(Dt 26:17) Has declarado solemnemente hoy que Jehová es tu Dios, y que andarás en sus caminos, y cumplirás [guardarás, conservarás] sus estatutos, sus mandamientos y sus decretos, y que escucharás
su voz.
(Dt 26:18) Y Jehová ha declarado hoy que tú eres pueblo suyo, de su exclusiva posesión, como te lo ha prometido,
para que guardes todos sus mandamientos;
(Dt 26:19) «a fin de exaltarte»* sobre todas las naciones que hizo, para loor y fama y gloria, y para que seas un pueblo santo
a Jehová tu Dios, como él ha dicho.
Orden de escribir la ley en piedras
sobre el Monte Ebal
(Dt 27:1) Ordenó Moisés, con
los ancianos de Israel, al pueblo, diciendo: cumplirán [guardaran, conservaran] todos los mandamientos que yo
les prescribo hoy.
(Dt 27:2) Y el día que pases
el Jordán a la tierra que Jehová tu Dios te da, levantarás piedras grandes, y
las revocarás con cal;
(Dt 27:3) y escribirás en
ellas todas las palabras de esta ley, cuando hayas pasado para entrar en la
tierra que Jehová tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, como Jehová el
Dios de tus padres te ha dicho.
(Dt 27:4) Cuando, pues, hayas pasado el
Jordán, levantarás estas piedras que yo les mando hoy, en el monte Ebal, y las
revocarás con cal;
(Dt 27:5) y edificarás allí un
altar a Jehová tu Dios, altar de piedras; no alzarás sobre ellas instrumento de
hierro.
(Dt 27:6) De piedras enteras edificarás el altar de Jehová tu
Dios, y ofrecerás sobre él holocausto a Jehová
tu Dios;
(Dt 27:7) y sacrificarás
ofrendas de paz, y comerás allí, y te alegrarás delante de Jehová tu Dios.
(Dt 27:8) Y escribirás muy
claramente en las piedras todas las palabras de esta ley.
(Dt 27:9) Y Moisés, con los sacerdotes levitas, habló a todo Israel, diciendo: Guarda silencio y escucha,
oh Israel; hoy has venido a ser pueblo de Jehová tu Dios.
(Dt 27:10) Oirás, pues, la voz
de Jehová tu Dios, y cumplirás sus mandamientos
y sus estatutos, que yo te ordeno hoy.
Las maldiciones en el Monte Ebal
(Dt 27:11) Y mandó Moisés al
pueblo en aquel día, diciendo:
(Dt 27:12) Cuando hayas pasado
el Jordán, éstos estarán sobre el monte Gerizim para bendecir al pueblo:
Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín.
(Dt 27:13) Y éstos estarán
sobre el monte Ebal para pronunciar la maldición: Rubén, Gad, Aser, Zabulón,
Dan y Neftalí.
(Dt 27:14) Y hablarán los
levitas, y dirán a todo varón de Israel en alta voz:
(Dt 27:15) Maldito el hombre que hiciere escultura o imagen de fundición, abominación [cosa
repugnante] a Jehová, obra de mano de artífice, y la pusiere en
oculto. Y todo el pueblo responderá y dirá:
Amén.
(Dt 27:16) Maldito el que deshonrare a su padre o a su madre.
Y dirá todo el pueblo: Amén.
(Dt 27:17) Maldito el que redujere el límite de su prójimo. Y
dirá todo el pueblo: Amén.
(Dt 27:18) Maldito el que hiciere errar al ciego en el camino.
Y dirá todo el pueblo: Amén.
(Dt 27:19) Maldito el que pervirtiere el derecho del
extranjero, del huérfano y de la viuda. Y dirá
todo el pueblo: Amén.
(Dt 27:20) Maldito el que se acostare con la mujer de su
padre, por cuanto descubrió el regazo de su padre. Y dirá todo el pueblo: Amén.
(Dt 27:21) Maldito el que se ayuntare con cualquier bestia. Y
dirá todo el pueblo: Amén.
(Dt 27:22) Maldito el que se acostare con su hermana, hija de su padre, o hija de su madre. Y dirá
todo el pueblo: Amén.
(Dt 27:23) Maldito el que se acostare con su suegra. Y dirá
todo el pueblo: Amén.
(Dt 27:24) Maldito el que hiriere a su prójimo ocultamente. Y
dirá todo el pueblo: Amén.
(Dt 27:25) Maldito el que recibiere soborno para quitar la
vida al inocente. Y dirá todo el pueblo: Amén.
(Dt 27:26) Maldito el que no confirmare las palabras de esta
ley para hacerlas. Y dirá todo el pueblo: Amén.
Bendiciones de la obediencia
(Lv 26:3-13; Dt 7:12-24)
(Dt 28:1) Sucederá [acontecerá]
que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para cumplir [guardar, conservar] y poner por obra todos
sus mandamientos
que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las
naciones de la tierra.
(Dt 28:2) Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te
alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.
(Dt 28:3) Bendito serás tú en
la ciudad, y bendito tú en el campo.
(Dt 28:4) Bendito el fruto de tu vientre, el fruto de tu
tierra, el fruto de tus bestias, la cría de tus vacas y los rebaños de tus
ovejas.
(Dt 28:5) Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.
(Dt 28:6) Bendito serás en tu
entrar, y bendito en tu salir.
(Dt 28:7) Jehová derrotará a
tus enemigos que se levantaren contra ti; por un camino saldrán contra ti, y
por siete caminos huirán de la presencia [de
delante] de ti.
(Dt 28:8) Jehová te enviará su
bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y
te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da.
(Dt 28:9) Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te
lo ha jurado, cuando cumplieres [guardares,
conservares] los mandamientos
de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos.
(Dt 28:10) Y verán todos los
pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te
temerán.
(Dt 28:11) Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de
tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres
que te había de dar.
(Dt 28:12) Te abrirá Jehová su
buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus
manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado.
(Dt 28:13) Te pondrá Jehová por
cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si
obedecieres los mandamientos de Jehová
tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas,
(Dt 28:14) y si no te apartares
de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir
tras dioses ajenos y servirles.
Consecuencias de la desobediencia
(Lv 26:14-46)
(Dt 28:15) Pero sucederá [acontecerá],
si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo
hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.
(Dt 28:16) Maldito serás tú en
la ciudad, y maldito en el campo.
(Dt 28:17) Maldita tu canasta, y tu artesa de amasar.
(Dt 28:18) Maldito el fruto de tu vientre, el fruto de tu
tierra, la cría de tus vacas, y los rebaños de tus ovejas.
(Dt 28:19) Maldito serás en tu
entrar, y maldito en tu salir.
(Dt 28:20) Y Jehová enviará
contra ti la maldición, quebranto y asombro en todo cuanto pusieres mano e
hicieres, hasta que seas destruido, y perezcas pronto a «causa de»* la
maldad de tus obras por las cuales me habrás dejado.
(Dt 28:21) Jehová traerá sobre
ti mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para
tomar posesión de ella.
(Dt 28:22) Jehová te herirá de
tisis, de fiebre, de inflamación y de ardor, con sequía, con calamidad
repentina y con añublo; y te perseguirán hasta que perezcas.
(Dt 28:23) Y los cielos que están sobre tu cabeza serán de bronce, y la tierra que está debajo de ti, de
hierro.
(Dt 28:24) Dará Jehová por
lluvia a tu tierra polvo y ceniza; de los cielos descenderán sobre ti hasta que
perezcas.
(Dt 28:25) Jehová te entregará
derrotado delante de tus enemigos; por un camino saldrás contra ellos, y por
siete caminos huirás delante de ellos; y serás vejado por todos los reinos de
la tierra.
(Dt 28:26) Y tus cadáveres servirán
de comida a toda ave del cielo y fiera de la tierra, y no habrá quien las
espante.
(Dt 28:27) Jehová te herirá con
la úlcera de Egipto, con tumores, con sarna, y con comezón de que no puedas ser
curado.
(Dt 28:28) Jehová te herirá con
locura, ceguera y turbación [tormento, agobio, alteración] de espíritu;
(Dt 28:29) y palparás a
mediodía como palpa el ciego en la oscuridad, y no serás prosperado en tus
caminos; y no serás sino oprimido y robado todos los días, y no habrá quien te salve.
(Dt 28:30) Te desposarás con mujer, y otro varón dormirá con ella; edificarás casa, y no habitarás en ella;
plantarás viña, y no la disfrutarás.
(Dt 28:31) Tu buey será matado delante de tus ojos, y tú no
comerás de él; tu asno será arrebatado de
delante de ti, y no te será devuelto; tus ovejas serán dadas a tus enemigos, y
no tendrás quien te las rescate .
(Dt 28:32) Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro
pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá
fuerza en tu mano.
(Dt 28:33) El fruto de tu tierra y de todo tu trabajo comerá pueblo que no conociste; y no serás sino oprimido y
quebrantado [despedazado]
todos los días.
(Dt 28:34) Y enloquecerás a causa de lo que verás con tus ojos.
(Dt 28:35) Te herirá Jehová con
maligna pústula en las rodillas y en las piernas, desde la planta de tu pie
hasta tu coronilla, sin que puedas ser curado.
(Dt 28:36) Jehová te llevará a
ti, y al rey que hubieres puesto sobre ti, a nación que no conociste ni tú ni
tus padres; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra.
(Dt 28:37) Y serás motivo de
horror, y servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los cuales te
llevará Jehová.
(Dt 28:38) Sacarás mucha semilla
al campo, y recogerás poco, porque la langosta lo consumirá.
(Dt 28:39) Plantarás viñas y
labrarás, pero no beberás vino, ni recogerás uvas, porque el gusano se las
comerá.
(Dt 28:40) Tendrás olivos en
todo tu territorio, mas no te ungirás con el aceite, porque tu aceituna se
caerá.
(Dt 28:41) Hijos e hijas engendrarás,
y no serán para ti, porque irán en cautiverio.
(Dt 28:42) Toda tu arboleda y el fruto de tu tierra serán
consumidos por la langosta.
(Dt 28:43) El extranjero que estará en medio de ti se elevará sobre ti «muy
alto,»* y tú
descenderás «muy abajo.»*
(Dt 28:44) El te prestará a ti,
y tú no le prestarás a él; él será por cabeza, y tú serás por cola.
(Dt 28:45) Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te
perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas;
por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios, para cumplir [guardar, conservar] sus mandamientos y sus estatutos, que él te
mandó;
(Dt 28:46) y serán en ti por señal y por maravilla,
y en tu descendencia para siempre.
(Dt 28:47) Por cuanto no serviste
a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón,
por la abundancia de todas las cosas,
(Dt 28:48) servirás, por tanto,
a tus enemigos que enviare Jehová contra ti, con hambre y con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y él pondrá yugo de hierro
sobre tu cuello, hasta destruirte.
(Dt 28:49) Jehová traerá contra
ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, nación
cuya lengua no entiendas;
(Dt 28:50) gente fiera de rostro, que no «tendrá respeto»*
al anciano, ni perdonará al niño;
(Dt 28:51) y comerá el fruto de
tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas; y no te dejará grano, ni
mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta
destruirte.
(Dt 28:52) Pondrá sitio a todas
tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú
confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la tierra
que Jehová tu Dios te hubiere dado.
(Dt 28:53) Y comerás el fruto
de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio,
en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu enemigo.
(Dt 28:54) El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado,
«mirará con malos ojos»* a su hermano, y a la mujer de su seno, y al
resto de sus hijos que le quedaren;
(Dt 28:55) para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no
haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá
en todas tus ciudades.
(Dt 28:56) La tierna y la delicada entre ustedes, que nunca la
planta de su pie intentaría sentar sobre la
tierra, de pura delicadeza y ternura, «mirará
con malos ojos»* al marido de su seno, a su
hijo, a su hija,
(Dt 28:57) al recién nacido que sale de entre sus pies, y a
sus hijos que diere a luz; pues los comerá
ocultamente, por la carencia de todo, en el asedio y en el apuro con que tu
enemigo te oprimirá en tus ciudades.
(Dt 28:58) Si no cuidares de poner por obra todas las palabras
de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y
temible: JEHOVÁ TU DIOS,
(Dt 28:59) entonces Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas
grandes y permanentes, y enfermedades malignas y duraderas;
(Dt 28:60) y traerá sobre ti todos los males de Egipto,
delante de los cuales temiste, y no te dejarán.
(Dt 28:61) Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está
escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará
sobre ti, hasta que seas destruido.
(Dt 28:62) Y quedaran pocos en
número, en lugar de haber sido como las estrellas del
cielo en multitud, por cuanto no obedecieron a la voz de Jehová tu Dios.
(Dt 28:63) Así como Jehová se gozaba en
hacerles bien y en multiplicarles, así se gozará Jehová en arruinarles y en
destruirles; y serán arrancados de sobre la tierra a la cual entran para tomar
posesión de ella.
(Dt 28:64) Y Jehová te
esparcirá por todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro
extremo; y allí servirás a dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al
leño y a la piedra.
(Dt 28:65) Y ni aun entre estas naciones descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te
dará Jehová corazón temeroso, y
desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma;
(Dt 28:66) y tendrás tu vida
como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no
tendrás seguridad de tu vida.
(Dt 28:67) Por la mañana dirás:
¡Quién diera que fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la
mañana! por el miedo de tu corazón con
que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos.
(Dt 28:68) Y Jehová te hará volver a Egipto en naves, por el
camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás;
y allí serán vendidos a sus [de ustedes]
enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá
quien les compre.
Pacto de Jehová con Israel en Moab
(Dt 29:1) Estas son las palabras del pacto [alianza,
convenio, acuerdo] que Jehová mandó
a Moisés que celebrase con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del
pacto [alianza, convenio, acuerdo]
que concertó con ellos en Horeb.
(Dt 29:2) Moisés, pues, llamó
a todo Israel, y les dijo: Ustedes han visto todo lo que Jehová ha hecho
delante de sus [de ustedes] ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus esclavos [siervos,
sirvientes], y a toda su tierra,
(Dt 29:3) las grandes pruebas que vieron sus [de
ustedes] ojos, las señales y
las grandes maravillas.
(Dt 29:4) Pero hasta hoy Jehová no les ha dado corazón para
entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.
(Dt 29:5) Y yo les he traído
cuarenta años en el desierto; sus [de ustedes] vestidos no se han envejecido sobre ustedes, ni su [de ustedes] calzado se ha envejecido sobre su [de
ustedes] pie.
(Dt 29:6) No han comido pan,
ni bebieron vino ni sidra; para que supieran que yo soy Jehová su [de ustedes] Dios.
(Dt 29:7) Y llegaron a este lugar, y salieron Sehón rey de Hesbón y Og rey de Basán delante de
nosotros para pelear, y los derrotamos;
(Dt 29:8) y tomamos su tierra,
y la dimos por heredad [posesión
territorial] a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés.
(Dt 29:9) cumplirán [guardaran,
conservaran], pues, las palabras de este pacto [alianza,
convenio, acuerdo], y las pondrán por obra, para que prosperen en todo lo que hicieren.
(Dt 29:10) Ustedes todos están
hoy en presencia de Jehová su [de
ustedes] Dios; los cabezas de sus [de ustedes]
tribus, sus [de ustedes] ancianos y sus [de
ustedes] oficiales, todos los varones
de Israel;
(Dt 29:11) sus [de ustedes]
niños, sus [de ustedes] mujeres, y
tus extranjeros que habitan en medio de tu campamento, desde el que corta tu
leña hasta el que saca tu agua;
(Dt 29:12) para que entres en
el pacto [alianza, convenio,
acuerdo] de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová tu Dios
concierta hoy contigo,
(Dt 29:13) para confirmarte hoy como su pueblo, y para que él te sea a ti por Dios, de la manera que él te ha
dicho, y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob.
(Dt 29:14) Y no solamente con ustedes hago yo este pacto [alianza,
convenio, acuerdo] y este juramento,
(Dt 29:15) sino con los que «están»* aquí presentes
hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los que «no están»* aquí hoy con nosotros.
(Dt 29:16) Porque ustedes saben
cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por en medio de las
naciones por las cuales han pasado;
(Dt 29:17) y han visto sus
abominaciones y sus ídolos de madera y piedra, de plata y oro, que tienen
consigo.
(Dt 29:18) No sea que haya entre ustedes varón o mujer, o
familia o tribu, cuyo corazón se aparte
hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a
los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de ustedes raíz que
produzca hiel y ajenjo,
(Dt 29:19) y suceda que al oír las palabras de esta maldición,
él se bendiga en su corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, a fin de que con la embriaguez quite
la sed.
(Dt 29:20) No querrá Jehová
perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de Jehová y su celo sobre el tal
hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová
borrará su nombre de debajo del cielo;
(Dt 29:21) y lo apartará Jehová
de todas las tribus de Israel para mal, conforme a todas las maldiciones del pacto [alianza, convenio,
acuerdo] escrito en este libro de la ley.
(Dt 29:22) Y dirán las generaciones venideras, sus [de ustedes] hijos que se levanten después de
ustedes, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades de
que Jehová la habrá hecho enfermar
(Dt 29:23) (azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será
sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella
hierba alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra, de Adma y
de Zeboim, las cuales Jehová destruyó en su furor y en su ira);
(Dt 29:24) más aún, todas las naciones dirán: ¿Por qué hizo esto Jehová a esta tierra? ¿Qué
significa el ardor de esta gran ira?
(Dt 29:25) Y responderán: Por
cuanto dejaron el pacto [alianza,
convenio, acuerdo] de Jehová el Dios de sus padres, que él concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto,
(Dt 29:26) y fueron y sirvieron
a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos, dioses que no conocían, y que ninguna
cosa les habían dado.
(Dt 29:27) Por tanto, se encendió la ira de Jehová contra esta
tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro;
(Dt 29:28) y Jehová los desarraigó
de su tierra con ira, con furor y con grande indignación, y los arrojó a otra
tierra, como hoy se ve.
(Dt 29:29) Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para
nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.
Condiciones para la restauración y la
bendición
(Dt 30:1) Sucederá que cuando
hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he
puesto delante de ti, y «te
arrepintieres»* en medio de todas las
naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu
Dios,
(Dt 30:2) y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que
yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón
y con toda tu alma,
(Dt 30:3) entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y
tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte
de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios.
(Dt 30:4) Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo,
de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará;
(Dt 30:5) y te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que
heredaron tus padres, y será tuya; y te hará
bien, y te multiplicará más que a tus padres.
(Dt 30:6) Y circuncidará
Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a
Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma,
a fin de que vivas.
(Dt 30:7) Y pondrá Jehová tu
Dios todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que
te persiguieron.
(Dt 30:8) Y tú volverás, y oirás
la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos
que yo te ordeno hoy.
(Dt 30:9) Y te hará Jehová tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre,
en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová
volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus
padres,
(Dt 30:10) cuando obedecieres a
la voz de Jehová tu Dios, para cumplir [guardar,
conservar] sus mandamientos
y sus estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a
Jehová tu Dios con todo tu corazón y
con toda tu alma.
(Dt 30:11) Porque este mandamiento
que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil
para ti, ni está lejos.
(Dt 30:12) No está en el cielo,
para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo
hará oír para que lo cumplamos?
(Dt 30:13) Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar,
para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos?
(Dt 30:14) Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca
y en tu corazón, para que la cumplas.
(Dt 30:15) Mira, yo he puesto
delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal;
(Dt 30:16) porque yo te mando
hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos,
para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a
la cual entras para tomar posesión de ella.
(Dt 30:17) Mas si tu corazón
se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar,
y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres,
(Dt 30:18) yo les declaro [protesto]
hoy que de cierto perecerán; no prolongaran sus [de ustedes] días
sobre la tierra adonde vayan, pasando el Jordán,
para entrar en posesión de ella.
(Dt 30:19) A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy
contra ustedes, que les he puesto delante la
vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que
vivas tú y tu descendencia;
(Dt 30:20) amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y
prolongación de tus días; a fin de que
habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham, Isaac y Jacob,
que les había de dar.
Josué es instalado como sucesor de
Moisés
(Dt 31:1) Fue Moisés y habló
estas palabras a todo Israel,
(Dt 31:2) y les dijo: Este día
soy de edad de ciento veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha
dicho: No pasarás este Jordán.
(Dt 31:3) Jehová tu Dios, él
pasa delante de ti; él destruirá a estas naciones delante de ti, y las
heredarás; Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho.
(Dt 31:4) Y hará Jehová con
ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a
quienes destruyó.
(Dt 31:5) Y los entregará
Jehová delante de ustedes, y harán con ellos conforme a todo lo que les he
mandado.
(Dt 31:6) Esfuércense y cobren
ánimo; no teman, ni tengan miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va
contigo; no te dejará, ni te desamparará.
(Dt 31:7) Y llamó Moisés a
Josué, y le dijo en «presencia de»* todo Israel: Esfuérzate
y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus
padres que les daría, y tú se la harás heredar.
(Dt 31:8) Y Jehová va delante
de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te
intimides.
(Dt 31:9) Y escribió Moisés
esta ley, y la dio a los sacerdotes hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto
[alianza, convenio, acuerdo] de Jehová, y a
todos los ancianos de Israel.
(Dt 31:10) Y les mandó Moisés,
diciendo: Al fin de cada siete años, en el año de la remisión, en la
fiesta de los tabernáculos,
(Dt 31:11) cuando viniere todo Israel a presentarse delante de
Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere,
leerás esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos.
(Dt 31:12) Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y
niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y
aprendan, y teman a Jehová su [de ustedes]
Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley;
(Dt 31:13) y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jehová su [de ustedes]
Dios todos los días que vivieren sobre
la tierra adonde vayan, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.
(Dt 31:14) Y Jehová dijo a
Moisés: He aquí se ha acercado el día de tu muerte; llama a Josué, y esperen en
el tabernáculo de reunión para que yo
le dé el cargo. Fueron, pues, Moisés y Josué, y esperaron en el tabernáculo de reunión.
(Dt 31:15) Y se apareció Jehová
en el tabernáculo, en la columna de
nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo.
(Dt 31:16) Y Jehová dijo a
Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra
adonde va para estar en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto [alianza, convenio,
acuerdo] que he concertado con él;
(Dt 31:17) y se encenderá mi
furor contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro,
y serán consumidos; y vendrán sobre ellos muchos males y angustias, y dirán en
aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí?
(Dt 31:18) Pero ciertamente yo esconderé mi rostro en aquel
día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por
haberse vuelto a dioses ajenos.
(Dt 31:19) Ahora pues, escríbanse
este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para
que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.
(Dt 31:20) Porque yo les introduciré en la tierra que juré a
sus padres, la cual fluye leche y miel; y comerán
y se saciarán, y engordarán; y se volverán a dioses ajenos y les servirán, y me
enojarán, e invalidarán mi pacto [alianza,
convenio, acuerdo].
(Dt 31:21) Y cuando les
vinieren muchos males y angustias, entonces este cántico responderá en su cara
como testigo, pues será recordado por la boca de sus descendientes; porque yo
conozco lo «que se proponen de
antemano,»*
antes que los introduzca en la tierra que juré darles.
(Dt 31:22) Y Moisés escribió
este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel.
(Dt 31:23) Y dio orden a Josué
hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate, pues tú introducirás a los hijos de
Israel en la tierra que les juré, y yo estaré contigo.
Orden de guardar la ley junto al arca
(Dt 31:24) Y cuando acabó
Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse,
(Dt 31:25) dio órdenes Moisés a
los levitas que llevaban el arca del
pacto [alianza,
convenio, acuerdo] de Jehová, diciendo:
(Dt 31:26) Tomen este libro de la ley, y pónganlo al lado del arca del pacto
[alianza,
convenio, acuerdo] de Jehová su [de
ustedes] Dios, y esté allí por
testigo contra ti.
(Dt 31:27) Porque yo conozco tu
rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con ustedes hoy, son
rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto?
(Dt 31:28) Congreguen a mí
todos los ancianos de sus [de ustedes]
tribus, y a sus [de ustedes]
oficiales, y hablaré en sus oídos estas
palabras, y llamaré por testigos contra ellos a los cielos y a la tierra.
(Dt 31:29) Porque yo sé que
después de mi muerte, ciertamente se corromperán y se apartaran del camino que
les he mandado; y que les ha de venir mal en los últimos [postreros, siguientes] días, por haber hecho
mal ante los ojos de Jehová, enojándole con la obra de sus [de ustedes] manos.
Cántico de Moisés
(Dt 31:30) Entonces habló Moisés a oídos de toda la
congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo.
(Dt 32:1) Escuchen, cielos, y
hablaré; Y oiga la tierra los dichos de mi boca.
(Dt 32:2) Goteará como la
lluvia mi enseñanza; Destilará como el rocío mi razonamiento; Como la llovizna
sobre la grama, Y como las gotas sobre la hierba;
(Dt 32:3) Porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandezcan
a nuestro Dios.
(Dt 32:4) El es la Roca,
cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos
son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad [gran maldad e
injusticia] en él; Es justo y recto.
(Dt 32:5) La corrupción no es suya; de sus hijos es la
mancha, Generación
torcida y perversa.
(Dt 32:6) ¿Así pagan a Jehová,
Pueblo insensato [irracional, fatuo,
necio] e ignorante? ¿No es él tu
padre que te creó [crió: formó, sustenta y mantiene]? El te hizo y te estableció.
(Dt 32:7) Acuérdate de los tiempos antiguos, Considera los años de «muchas generaciones;»*
Pregunta a tu padre, y él te declarará; A tus
ancianos, y ellos te dirán.
(Dt 32:8) Cuando el Altísimo
hizo heredar a las naciones, Cuando hizo dividir
a los hijos de los hombres, Estableció los límites de los pueblos Según el
número de los hijos de Israel.
(Dt 32:9) Porque la porción de Jehová es su pueblo; Jacob la
heredad [posesión territorial] que le
tocó.
(Dt 32:10) Le halló en tierra
de desierto, Y en yermo de horrible soledad; Lo trajo alrededor, lo instruyó,
Lo guardó como a la niña de su ojo.
(Dt 32:11) Como el águila que excita su nidada, Revolotea sobre sus pollos, Extiende sus alas, los toma, Los
lleva sobre sus plumas,
(Dt 32:12) Jehová solo le guió,
Y con él no hubo dios extraño.
(Dt 32:13) Lo hizo subir sobre
las alturas de la tierra, Y comió los frutos del campo, E hizo que chupase miel
de la peña, Y aceite del duro pedernal;
(Dt 32:14) Mantequilla de vacas y leche de ovejas, Con grosura
de corderos, Y carneros de Basán; también machos cabríos, Con lo mejor del
trigo; Y de la sangre de la uva bebiste vino.
(Dt 32:15) Pero engordó Jesurún, y tiró coces (Engordaste, te cubriste de grasa); Entonces abandonó
al Dios que lo hizo, Y menospreció la Roca de su salvación.
(Dt 32:16) Le despertaron a celos con los dioses ajenos; Lo
provocaron a ira con abominaciones.
(Dt 32:17) Sacrificaron a los
demonios, y no a Dios; A dioses que no habían conocido, A nuevos dioses venidos
de cerca, Que no habían temido sus [de
ustedes] padres.
(Dt 32:18) De la Roca que te creó
te olvidaste; Te has olvidado de Dios tu creador.
(Dt 32:19) Y lo vio Jehová, y
se encendió en ira Por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas.
(Dt 32:20) Y dijo: Esconderé de
ellos mi rostro, Veré cuál será su fin; Porque son una generación perversa, Hijos infieles.
(Dt 32:21) Ellos me movieron a
celos con lo que no es Dios; Me provocaron a ira con sus ídolos; Yo también los
moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, Los provocaré a ira con una
nación insensata [irracional, fatua,
necia].
(Dt 32:22) Porque fuego se ha encendido en mi ira, Y arderá hasta las profundidades del Seol; Devorará la tierra y sus frutos, Y
abrasará los fundamentos de los montes.
(Dt 32:23) Yo amontonaré males sobre ellos; Emplearé en ellos mis flechas [saetas].
(Dt 32:24) Consumidos serán de hambre, y devorados de fiebre
ardiente Y de peste amarga; Diente de fieras enviaré
también sobre ellos, Con veneno de serpientes
de la tierra.
(Dt 32:25) Por fuera desolará
la espada, Y dentro de las cámaras el espanto; Así al joven como a la doncella,
Al niño de pecho como al hombre cano.
(Dt 32:26) Yo había dicho que los esparciría lejos, Que haría
cesar de entre los hombres la memoria de ellos,
(Dt 32:27) De no haber temido la provocación del enemigo, No
sea que se envanezcan sus adversarios, No sea
que digan: Nuestra mano poderosa Ha hecho todo esto, y no Jehová.
(Dt 32:28) Porque son nación privada de consejos, Y no hay en ellos entendimiento.
(Dt 32:29) ¡Ojalá fueran sabios,
que comprendieran esto, Y se dieran cuenta del fin que les espera!
(Dt 32:30) ¿Cómo podría perseguir
uno a mil, Y dos hacer huir a diez mil, Si su Roca no los hubiese vendido, Y
Jehová no los hubiera entregado?
(Dt 32:31) Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca, Y aun nuestros enemigos son de ello jueces.
(Dt 32:32) Porque de la vid de Sodoma es la vid de ellos, Y de
los campos de Gomorra; Las uvas de ellos son uvas ponzoñosas, Racimos muy
amargos tienen.
(Dt 32:33) Veneno de serpientes
es su vino, Y ponzoña cruel de áspides.
(Dt 32:34) ¿No tengo yo esto guardado conmigo, Sellado en mis
tesoros?
(Dt 32:35) Mía es la venganza y la retribución; A su tiempo su pie resbalará, Porque el día de su
aflicción está cercano, Y lo que les está preparado se apresura.
(Dt 32:36) Porque Jehová juzgará a su pueblo, Y por amor de
sus esclavos [siervos, sirvientes] se arrepentirá, Cuando viere que la «fuerza»* pereció, Y que
no queda ni esclavo [siervo, sirviente]
ni libre.
(Dt 32:37) Y dirá: ¿Dónde están sus dioses, La roca en que se
refugiaban;
(Dt 32:38) Que comían la
grosura de sus sacrificios, Y bebían el vino de sus libaciones? Levántense, que
les ayuden Y les defiendan.
(Dt 32:39) Observen ahora que
yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo; Yo hago morir, y yo hago vivir; Yo hiero,
y yo sano; Y no hay quien pueda librar de mi mano.
(Dt 32:40) Porque yo alzaré a
los cielos mi mano, Y diré: Vivo yo para siempre,
(Dt 32:41) Si afilare mi reluciente espada, Y echare mano del juicio, Yo tomaré venganza de mis enemigos,
Y daré la retribución a los que me aborrecen.
(Dt 32:42) Embriagaré de sangre mis flechas [saetas], Y mi espada devorará carne; En la sangre
de los muertos y de los cautivos, En las cabezas de larga cabellera del
enemigo.
(Dt 32:43) Alaben, naciones, a
su pueblo, Porque él vengará la sangre
de sus esclavos [siervos, sirvientes], Y tomará venganza de sus
enemigos, Y hará expiación por la tierra de su
pueblo.
(Dt 32:44) Vino Moisés y recitó todas las palabras de este
cántico a oídos del pueblo, él y Josué hijo de
Nun.
(Dt 32:45) Y acabó Moisés de
recitar todas estas palabras a todo Israel;
(Dt 32:46) y les dijo: Apliquen
su [de ustedes] corazón a todas las palabras que yo les
testifico hoy, para que las manden a sus [de ustedes] hijos, a fin de que cuiden de
cumplir todas las palabras de esta ley.
(Dt 32:47) Porque no les es
cosa vana; es su [de ustedes] vida, y por medio de esta ley harán prolongar sus [de ustedes] días
sobre la tierra adonde vayan, pasando el Jordán,
para tomar posesión de ella.
Se le permite a Moisés contemplar la
tierra de Canaán
(Dt 32:48) Y habló Jehová a
Moisés aquel mismo día, diciendo:
(Dt 32:49) Sube a este monte de
Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y
mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad [posesión territorial] a los hijos de Israel;
(Dt 32:50) y muere en el monte
al cual subes, y sé unido a tu pueblo, así como murió Aarón tu hermano en el
monte Hor, y fue unido a su pueblo;
(Dt 32:51) por cuanto pecaron
contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba de Cades, en
el desierto de Zin; porque no me santificaron en medio de los hijos de Israel.
(Dt 32:52) Verás, por tanto,
delante de ti la tierra; mas no entrarás allá, a la tierra que doy a los hijos
de Israel.
Moisés bendice a las doce tribu de
Israel
(Dt 33:1) Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que
muriese.
(Dt 33:2) Dijo: Jehová vino de
Sinaí, Y de Seir les esclareció; Resplandeció desde el monte de Parán, Y vino
de entre diez millares de santos, Con la ley de fuego a su mano derecha.
(Dt 33:3) Aun amó a su pueblo; Todos los consagrados a él
estaban en su mano; Por tanto, ellos siguieron
en tus pasos, Recibiendo dirección de ti,
(Dt 33:4) Cuando Moisés nos
ordenó una ley, Como heredad [posesión
territorial] a la congregación de Jacob.
(Dt 33:5) Y fue rey en Jesurún, Cuando se congregaron los
jefes del pueblo Con las tribus de Israel.
(Dt 33:6) Viva Rubén, y no
muera; Y no sean pocos sus varones.
(Dt 33:7) Y esta bendición profirió para Judá. Dijo así: Oye, oh Jehová, la voz de Judá, Y llévalo a su
pueblo; Sus manos le basten, Y tú seas su ayuda contra sus enemigos.
(Dt 33:8) A Leví dijo: Tu Tumim
y tu Urim sean para tu varón piadoso, A
quien probaste
en Masah, Con quien contendiste en las aguas de Meriba,
(Dt 33:9) Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los he
visto; Y no reconoció a sus hermanos, Ni a sus
hijos conoció; Pues ellos guardaron tus palabras, Y cumplieron tu pacto [alianza, convenio,
acuerdo].
(Dt 33:10) Ellos enseñarán tus
juicios a Jacob, Y tu ley a Israel; Pondrán el incienso «delante de ti,»*
Y el holocausto sobre tu altar.
(Dt 33:11) Bendice, oh Jehová,
lo que hicieren, Y recibe con agrado la obra de sus manos; Hiere los lomos de
sus enemigos, Y de los que lo aborrecieren, para que nunca se levanten.
(Dt 33:12) A Benjamín dijo: El
amado de Jehová habitará confiado cerca de él; Lo cubrirá «siempre,»* Y
entre sus hombros morará.
(Dt 33:13) A José dijo: Bendita
de Jehová sea tu tierra, Con lo mejor de los cielos, con el rocío, Y con el abismo [profundidad]
que está abajo.
(Dt 33:14) Con los más escogidos frutos del sol, Con el rico producto de la luna,
(Dt 33:15) Con «el fruto
más fino de»* los montes antiguos, Con la
abundancia de los collados eternos,
(Dt 33:16) Y con las mejores dádivas de la tierra y su
plenitud; Y la gracia del que habitó en la zarza Venga sobre la cabeza de José,
Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos.
(Dt 33:17) Como el primogénito
de su toro es su gloria, Y sus astas como astas de búfalo; Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra;
Ellos son los diez millares de Efraín, Y ellos son los millares de Manasés.
(Dt 33:18) A Zabulón dijo:
Alégrate, Zabulón, cuando salieres; Y tú, Isacar, en tus tiendas.
(Dt 33:19) Llamarán a los
pueblos a su monte; Allí sacrificarán sacrificios de justicia, Por lo cual
chuparán la abundancia de los mares, Y los tesoros escondidos de la arena.
(Dt 33:20) A Gad dijo: Bendito
el que hizo ensanchar a Gad; Como león reposa, Y arrebata brazo y testa.
(Dt 33:21) Escoge «lo mejor de»*
la tierra para sí, Porque allí le fue reservada la porción del legislador. Y
vino en la delantera del pueblo; Con Israel
ejecutó los mandatos y los justos decretos de Jehová.
(Dt 33:22) A Dan dijo: Dan es
cachorro de león Que salta desde Basán.
(Dt 33:23) A Neftalí dijo:
Neftalí, saciado de favores, Y lleno de la bendición de Jehová, Posee el
occidente y el sur.
(Dt 33:24) A Aser dijo: Bendito
sobre los hijos sea Aser; Sea el amado de sus hermanos, Y moje en aceite su
pie.
(Dt 33:25) Hierro y bronce serán tus cerrojos, Y como tus días serán tus fuerzas.
(Dt 33:26) No hay como el Dios de Jesurún, Quien cabalga sobre
los cielos para tu ayuda, Y sobre las nubes con su grandeza.
(Dt 33:27) El eterno Dios es tu refugio, Y acá abajo los
brazos eternos; El echó de delante de ti al enemigo, Y dijo: Destruye.
(Dt 33:28) E Israel habitará
confiado, la fuente de Jacob habitará sola En tierra de grano y de vino;
También sus cielos destilarán rocío.
(Dt 33:29) Dichoso [afortunado,
bienaventurado] tú, oh Israel. ¿Quién
como tú, Pueblo salvo por Jehová, Escudo de tu socorro, Y espada de tu triunfo?
Así que tus enemigos serán humillados, Y tú hollarás sobre sus alturas.
Muerte y sepultura de Moisés
(Dt 34:1) Subió Moisés de los
campos de Moab al monte Nebo, a la cumbre del Pisga, que está enfrente de
Jericó; y le mostró Jehová toda la tierra de Galaad hasta Dan,
(Dt 34:2) todo Neftalí, y la tierra de Efraín y de Manasés,
toda la tierra de Judá hasta el mar occidental;
(Dt 34:3) el Neguev, y la llanura, la vega de Jericó, ciudad
de las palmeras, hasta Zoar.
(Dt 34:4) Y le dijo Jehová:
Esta es la tierra de que juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: A tu
descendencia la daré. Te he permitido verla con tus ojos, mas no pasarás allá.
(Dt 34:5) Y murió allí Moisés
esclavo [siervo, sirviente] de
Jehová, en la tierra de Moab, conforme «al
dicho de»* Jehová.
(Dt 34:6) Y lo enterró en el
valle, en la tierra de Moab, enfrente de Betpeor; y «ninguno»*
conoce el lugar de su sepultura hasta hoy.
(Dt 34:7) Era Moisés de edad
de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se
oscurecieron, ni perdió su vigor.
(Dt 34:8) Y lloraron los hijos
de Israel a Moisés en los campos de Moab treinta días;
y así se cumplieron los días del lloro
y del luto de Moisés.
(Dt 34:9) Y Josué hijo de Nun fue lleno del espíritu de sabiduría,
porque Moisés había puesto sus manos sobre él; y
los hijos de Israel le obedecieron, e hicieron como Jehová mandó a Moisés.
(Dt 34:10) Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara;
(Dt 34:11) nadie como él en todas las señales y prodigios que
Jehová le envió a hacer en tierra de Egipto, a
Faraón y a todos sus esclavos [siervos, sirvientes] y a toda su tierra,
(Dt 34:12) y en «el gran
poder»* y en los hechos grandiosos y
terribles que Moisés hizo a la vista de todo
Israel.