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RVI: DEUTERONOMIO 1 - 6

Referencias para la lectura:

-       Texto actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Texto entre comillas y asterisco «expresión»* refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
-       Subtitulado tradicional actualizado

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

DEUTERONOMIO

 Moisés recuerda a Israel las promesas de Jehová en Horeb
(Dt 1:1) Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en el Arabá frente al Mar Rojo, entre Parán, Tofel, Labán, Hazerot y Dizahab.

(Dt 1:2) Once jornadas hay desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cadesbarnea.

(Dt 1:3) Y sucedió que a los cuarenta años, en el mes undécimo, el primero del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había mandado acerca de ellos,

(Dt 1:4) después que derrotó a Sehón rey de los amorreos, el cual habitaba en Hesbón, y a Og rey de Basán que habitaba en Astarot en Edrei.

(Dt 1:5) De este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo:

(Dt 1:6) Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Han estado bastante tiempo en este monte.

(Dt 1:7) Vuelvan y vayan al monte del amorreo y a todas sus comarcas, en el Arabá, en el monte, en los valles, en el Neguev, y junto a la costa del mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates.

(Dt 1:8) Vean, yo les he entregado la tierra; entren y posean la tierra que Jehová juró a sus [de ustedes] padres Abraham, Isaac y Jacob, que les daría a ellos y a su descendencia después de ellos.

Nombramiento de jueces
(Ex 18:13-27)
(Dt 1:9) En aquel tiempo yo les hablé diciendo: Yo solo no puedo llevarles.

(Dt 1:10) Jehová su [de ustedes] Dios les ha multiplicado, y he aquí hoy ustedes son como las estrellas del cielo en multitud.

(Dt 1:11) ¡Jehová Dios de sus [de ustedes] padres les haga mil veces más de lo que ahora son, y les bendiga, como les ha prometido!

(Dt 1:12) ¿Cómo llevaré yo solo sus [de ustedes] molestias, sus [de ustedes] cargas y sus [de ustedes] pleitos?

(Dt 1:13) Denme de entre ustedes, de sus [de ustedes] tribus, varones sabios y entendidos y expertos, para que yo los ponga por sus [de ustedes] jefes.

(Dt 1:14) Y me respondieron y dijeron: Bueno es hacer lo que has dicho.

(Dt 1:15) Y tomé a los principales de sus [de ustedes] tribus, varones sabios y expertos, y los puse por jefes sobre ustedes, jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez, y gobernadores de sus [de ustedes] tribus.

(Dt 1:16) Y entonces mandé a sus [de ustedes] jueces, diciendo: Oigan entre sus [de ustedes] hermanos, y juzguen justamente entre el hombre y su hermano, y el extranjero.

(Dt 1:17) No «hagan distinción de persona»* en el juicio; así al pequeño como al grande oirán; no tendrán temor de «ninguno,»* porque el juicio es de Dios; y la causa que les fuere difícil, la traerán a mí, y yo la oiré.

(Dt 1:18) Les mandé, pues, en aquel tiempo, todo lo que habían de hacer.

Misión de los doce espías
(Nm 13:1-33)
(Dt 1:19) Y salidos de Horeb, anduvimos todo aquel grande y terrible desierto que han visto, por el camino del monte del amorreo, como Jehová nuestro Dios nos lo mandó; y llegamos hasta Cadesbarnea.

(Dt 1:20) Entonces les dije: Han llegado al monte del amorreo, el cual Jehová nuestro Dios nos da.

(Dt 1:21) Mira, Jehová tu Dios te ha entregado la tierra; sube y toma posesión de ella, como Jehová el Dios de tus padres te ha dicho; no temas ni desmayes.

(Dt 1:22) Y vinieron a mí todos ustedes, y dijeron: Enviemos varones delante de nosotros que nos reconozcan la tierra, y a su regreso nos traigan razón del camino por donde hemos de subir, y de las ciudades adonde hemos de llegar.

(Dt 1:23) Y el dicho «me pareció bien;»* y tomé doce varones de entre ustedes, un varón por cada tribu.

(Dt 1:24) Y se encaminaron, y subieron al monte, y llegaron hasta el valle de Escol, y reconocieron la tierra.

(Dt 1:25) Y tomaron en sus manos del fruto del país, y nos lo trajeron, y nos dieron cuenta, y dijeron: Es buena la tierra que Jehová nuestro Dios nos da.

(Dt 1:26) Sin embargo, no quisieron subir, antes fueron rebeldes «al mandato de»* Jehová su [de ustedes] Dios;

(Dt 1:27) y murmuraron en sus [de ustedes] tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo para destruirnos.

(Dt 1:28) ¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de Anac.

(Dt 1:29) Entonces les dije: No teman, ni tengan miedo de ellos.

(Dt 1:30) Jehová su [de ustedes] Dios, el cual va delante de ustedes, él peleará por ustedes, conforme a todas las cosas que hizo por ustedes en Egipto delante de sus [de ustedes] ojos.

(Dt 1:31) Y en el desierto has visto que Jehová tu Dios te ha traído, como trae el hombre a su hijo, por todo el camino que han andado, hasta llegar a este lugar.

(Dt 1:32) Y aun con esto no creyeron a Jehová su [de ustedes] Dios,

(Dt 1:33) quien iba delante de ustedes por el camino para reconocerles el lugar donde habían de acampar, con fuego de noche para mostrarles el camino por donde anduviesen, y con nube de día.

Dios castiga a Israel
(Nm 14:20-35)
(Dt 1:34) Y oyó Jehová la voz de sus [de ustedes] palabras, y se enojó, y juró diciendo:

(Dt 1:35) No verá hombre alguno de estos, de esta mala generación, la buena tierra que juré que había de dar a sus [de ustedes] padres,

(Dt 1:36) excepto Caleb hijo de Jefone; él la verá, y a él le daré la tierra que pisó, y a sus hijos; porque «ha seguido fielmente»* a Jehová.

(Dt 1:37) También contra mí se airó Jehová por ustedes, y me dijo: Tampoco tú entrarás allá.

(Dt 1:38) Josué hijo de Nun, «el cual te sirve,»* él entrará allá; anímale, porque él la hará heredar a Israel.

(Dt 1:39) Y sus [de ustedes] niños, de los cuales dijeron que servirían de botín, y sus [de ustedes] hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá, y a ellos la daré, y ellos la heredarán.

(Dt 1:40) Pero ustedes vuelvan y vayan al desierto, camino del Mar Rojo.

La derrota en Horma
(Nm 14:39-45)
(Dt 1:41) Entonces respondieron y me dijeron: Hemos pecado contra Jehová; nosotros subiremos y pelearemos, conforme a todo lo que Jehová nuestro Dios nos ha mandado. Y se armaron «cada uno»* con sus armas de guerra, y se prepararon para subir al monte.

(Dt 1:42) Y Jehová me dijo: Diles: No suban, ni peleen, pues no estoy entre ustedes; para que no sean derrotados por sus [de ustedes] enemigos.

(Dt 1:43) Y les hablé, y no dieron oído; antes fueron rebeldes «al mandato de»* Jehová, y persistiendo con altivez subieron al monte.

(Dt 1:44) Pero salió a su [de ustedes] encuentro el amorreo, que habitaba en aquel monte, y les persiguieron como hacen las avispas, y les derrotaron en Seir, hasta Horma.

(Dt 1:45) Y volvieron y lloraron delante de Jehová, pero Jehová no escuchó su [de ustedes] voz, ni les prestó oído.

(Dt 1:46) Y estuvieron en Cades por muchos días, los días que han estado allí.

Los años en el desierto
(Dt 2:1) Luego volvimos y salimos al desierto, camino del Mar Rojo, como Jehová me había dicho; y rodeamos el monte de Seir «por mucho tiempo.»*

(Dt 2:2) Y Jehová me habló, diciendo:

(Dt 2:3) Bastante han rodeado este monte; vuelvan al norte.

(Dt 2:4) Y manda al pueblo, diciendo: Pasando ustedes por el territorio de sus [de ustedes] hermanos los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de ustedes; mas ustedes guárdense mucho.

(Dt 2:5) No se metan con ellos, porque no les daré de su tierra ni aun lo que cubre la planta de un pie; porque yo he dado por heredad [posesión territorial] a Esaú el monte de Seir.

(Dt 2:6) Compraran de ellos por dinero los alimentos, y comerán; y también compraran de ellos el agua, y beberán;

(Dt 2:7) pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado.

(Dt 2:8) Y nos alejamos del territorio de nuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino del Arabá desde Elat y Ezión-geber; y volvimos, y tomamos el camino del desierto de Moab.

(Dt 2:9) Y Jehová me dijo: No molestes a Moab, ni te empeñes con ellos en guerra, porque no te daré posesión de su tierra; porque yo he dado a Ar por heredad [posesión territorial] a los hijos de Lot.

(Dt 2:10) (Los emitas habitaron en ella «antes,»* pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac.

(Dt 2:11) Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; y los moabitas los llaman emitas.

(Dt 2:12) Y en Seir habitaron «antes»* los horeos, a los cuales echaron los hijos de Esaú; y los arrojaron de su presencia, y habitaron en lugar de ellos, como hizo Israel en la tierra que les dio Jehová por posesión.)

(Dt 2:13) Levántense ahora, y pasen el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered.

(Dt 2:14) Y los días que anduvimos de Cadesbarnea hasta cuando pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado.

(Dt 2:15) Y también la mano de Jehová vino sobre ellos para destruirlos de en medio del campamento, hasta acabarlos.

(Dt 2:16) Y sucedió que después que murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo,

(Dt 2:17) Jehová me habló, diciendo:

(Dt 2:18) pasarás hoy el territorio de Moab, a Ar.

(Dt 2:19) Y cuando te acerques a los hijos de Amón, no los molestes, ni contiendas con ellos; porque no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón, pues a los hijos de Lot la he dado por heredad [posesión territorial].

(Dt 2:20) (Por tierra de gigantes fue también ella tenida; habitaron en ella gigantes «en otro tiempo,»* a los cuales los amonitas llamaban zomzomeos;

(Dt 2:21) pueblo grande y numeroso, y alto, como los hijos de Anac; a los cuales Jehová destruyó delante de los amonitas. Estos sucedieron a aquéllos, y habitaron en su lugar,

(Dt 2:22) como hizo Jehová con los hijos de Esaú que habitaban en Seir, delante de los cuales destruyó a los horeos; y ellos sucedieron a éstos, y habitaron en su lugar hasta hoy.

(Dt 2:23) Y a los aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los destruyeron, y habitaron en su lugar.)

(Dt 2:24) Levántense, salgan, y pasen el arroyo de Arnón; he aquí he entregado en tu mano a Sehón rey de Hesbón, amorreo, y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella, y entra en guerra con él.

(Dt 2:25) Hoy comenzaré a poner tu temor y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán y se angustiarán delante de ti.

Israel derrota a Sehón
(Nm 21:21-30)
(Dt 2:26) Y envié mensajeros desde el desierto de Cademot a Sehón rey de Hesbón con palabras de paz, diciendo:

(Dt 2:27) Pasaré por tu tierra por el camino; por el camino iré, sin apartarme ni a diestra ni a siniestra.

(Dt 2:28) La comida me venderás por dinero, y comeré; el agua también me darás por dinero, y beberé; solamente pasaré a pie,

(Dt 2:29) como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en Seir, y los moabitas que habitaban en Ar; hasta que cruce el Jordán a la tierra que nos da Jehová nuestro Dios.

(Dt 2:30) Mas Sehón rey de Hesbón no quiso que pasásemos por el territorio suyo; porque Jehová tu Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano, como hasta hoy.

(Dt 2:31) Y me dijo Jehová: He aquí yo he comenzado a entregar delante de ti a Sehón y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella para que la heredes.

(Dt 2:32) Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jahaza.

(Dt 2:33) Mas Jehová nuestro Dios lo entregó delante de nosotros; y lo derrotamos a él y a sus hijos, y a todo su pueblo.

(Dt 2:34) Tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos ninguno.

(Dt 2:35) Solamente tomamos para nosotros los ganados, y los despojos de las ciudades que habíamos tomado.

(Dt 2:36) Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros; todas las entregó Jehová nuestro Dios en nuestro «poder

(Dt 2:37) Solamente a la tierra de los hijos de Amón no llegamos; ni a todo lo que está a «la orilla del»* arroyo de Jaboc ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que Jehová nuestro Dios había prohibido.

Israel derrota a Og rey de Basan
(Nm 21:31-35)
(Dt 3:1) Volvimos, pues, y subimos camino de Basán, y nos salió al encuentro Og rey de Basán para pelear, él y todo su pueblo, en Edrei.

(Dt 3:2) Y me dijo Jehová: No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado a él y a todo su pueblo, con su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón rey amorreo, que habitaba en Hesbón.

(Dt 3:3) Y Jehová nuestro Dios entregó también en nuestra mano a Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta «acabar con todos.»*

(Dt 3:4) Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos; sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán.

(Dt 3:5) Todas estas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro.

(Dt 3:6) Y las destruimos, como hicimos a Sehón rey de Hesbón, matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños.

(Dt 3:7) Y tomamos para nosotros todo el ganado, y los despojos de las ciudades.

(Dt 3:8) También tomamos en aquel tiempo la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón, de manos de los dos reyes amorreos que estaban a este lado del Jordán.

(Dt 3:9) (Los sidonios llaman a Hermón, Sirión; y los amorreos, Senir.)

(Dt 3:10) Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad, y todo Basán hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán.

(Dt 3:11) Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre. del Jordán

Rubén, Gad y la media tribu de Manasés se establecen al oriente del Jordán
(Nm 32:1-42)
(Dt 3:12) Y esta tierra que heredamos en aquel tiempo, desde Aroer, que está junto al arroyo de Arnón, y la mitad del monte de Galaad con sus ciudades, la di a los rubenitas y a los gaditas;

(Dt 3:13) y el resto de Galaad, y todo Basán, del reino de Og, toda la tierra de Argob, que se llamaba la tierra de los gigantes, lo di a la media tribu de Manasés.

(Dt 3:14) Jair hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta el límite con Gesur y Maaca, y la llamó por su nombre, Basánhavotjair, hasta hoy.

(Dt 3:15) Y Galaad se lo di a Maquir.

(Dt 3:16) Y a los rubenitas y gaditas les di de Galaad hasta el arroyo de Arnón, teniendo por límite el medio del valle, hasta el arroyo de Jaboc, el cual es límite de los hijos de Amón;

(Dt 3:17) también el Arabá, con el Jordán como límite desde Cineret hasta el mar del Arabá, el Mar Salado, «al pie de»* las laderas del Pisga al oriente.

(Dt 3:18) Y les mandé entonces, diciendo: Jehová su [de ustedes] Dios les ha dado esta tierra por heredad [posesión territorial]; pero irán armados todos «los valientes»* delante de sus [de ustedes] hermanos los hijos de Israel.

(Dt 3:19) Solamente sus [de ustedes] mujeres, sus [de ustedes] hijos y sus [de ustedes] ganados (yo sé que tienen mucho ganado), quedarán en las ciudades que les he dado,

(Dt 3:20) hasta que Jehová dé reposo a sus [de ustedes] hermanos, así como a ustedes, y hereden ellos también la tierra que Jehová su [de ustedes] Dios les da al otro lado del Jordán; entonces se volverán «cada uno»* a la heredad [posesión territorial] que yo les he dado.

(Dt 3:21) Ordené también a Josué en aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehová su [de ustedes] Dios ha hecho a aquellos dos reyes; así hará Jehová a todos los reinos a los cuales pasarás tú.

(Dt 3:22) No los teman; porque Jehová su [de ustedes] Dios, él es el que pelea por ustedes.

No se le permite a Moisés entrar a Canaán
(Dt 3:23) Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo:

(Dt 3:24) Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu esclavo [siervo, sirviente] tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas?

(Dt 3:25) Pase yo, «te ruego,»* y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano.

(Dt 3:26) Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de ustedes, por lo cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto.

(Dt 3:27) Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán.

(Dt 3:28) Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo; porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás.

(Dt 3:29) Y paramos en el valle delante de Betpeor.

Moisés exhorta a la obediencia
(Dt 4:1) Ahora, pues, oh Israel, oye los estatutos y decretos que yo les enseño, para que los ejecuten, y vivan, y entren y posean la tierra que Jehová el Dios de sus [de ustedes] padres les da.

(Dt 4:2) No añadirán a la palabra que yo les mando, ni disminuirán de ella, para que guarden los mandamientos de Jehová su [de ustedes] Dios que yo les ordeno.

(Dt 4:3) Sus [de ustedes] ojos vieron lo que hizo Jehová con motivo de Baalpeor; que a todo hombre que fue detrás de Baalpeor destruyó Jehová tu Dios de en medio de ti.

(Dt 4:4) Mas ustedes que siguieron a Jehová su [de ustedes] Dios, todos están vivos hoy.

(Dt 4:5) Vean, yo les he enseñado estatutos y decretos, como Jehová mi Dios me mandó, para que hagan así en medio de la tierra en la cual entran para tomar posesión de ella.

(Dt 4:6) Guárdenlos, pues, y pónganlos por obra; porque esta es su [de ustedes] sabiduría y su [de ustedes] inteligencia ante los ojos de los pueblos, los cuales oirán todos estos estatutos, y dirán: Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta.

(Dt 4:7) Porque ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?

(Dt 4:8) Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de ustedes?

La experiencia de Israel en Horeb
(Dt 4:9) Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos.

(Dt 4:10) El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos;

(Dt 4:11) y se acercaron y se pusieron al pie del monte; y el monte ardía en fuego hasta «en medio de»* los cielos con tinieblas, nube y oscuridad;

(Dt 4:12) y habló Jehová con ustedes de en medio del fuego; oyeron la voz de sus palabras, mas a excepción de oír la voz, ninguna figura vieron.

(Dt 4:13) Y él les anunció su pacto [alianza, convenio, acuerdo], el cual les mandó poner por obra; los diez mandamientos, y los escribió en dos tablas de piedra.

(Dt 4:14) A mí también me mandó Jehová en aquel tiempo que les enseñase los estatutos y juicios, para que los pusiesen por obra en la tierra a la cual pasan a tomar posesión de ella.

Advertencia contra la idolatría
(Dt 4:15) Guarden, pues, mucho sus [de ustedes] almas; pues ninguna figura vieron el día que Jehová habló con ustedes de en medio del fuego;

(Dt 4:16) para que no se corrompan y hagan para ustedes escultura, imagen de figura alguna, representación [efigie] de varón o hembra,

(Dt 4:17) figura de animal alguno que está en la tierra, figura de ave alguna alada que vuele por el aire,

(Dt 4:18) figura de ningún animal que se arrastre sobre la tierra, figura de pez alguno que haya en el agua debajo de la tierra.

(Dt 4:19) No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.

(Dt 4:20) Pero a ustedes Jehová les tomó, y les ha sacado del horno de hierro, de Egipto, para que sean el pueblo de su heredad [posesión territorial] como en este día.

(Dt 4:21) Y Jehová se enojó contra mí por causa de ustedes, y juró que yo no pasaría el Jordán, ni entraría en la buena tierra que Jehová tu Dios te da por heredad [posesión territorial].

(Dt 4:22) Así que yo voy a morir en esta tierra, y no pasaré el Jordán; mas ustedes pasaran, y poseerán aquella buena tierra.

(Dt 4:23) Guárdense, no se olviden del pacto [alianza, convenio, acuerdo] de Jehová su [de ustedes] Dios, que él estableció con ustedes, y no se hagan escultura o imagen de ninguna cosa que Jehová tu Dios te ha prohibido.

(Dt 4:24) Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso.

(Dt 4:25) Cuando hayan engendrado hijos y nietos, y hayan envejecido en la tierra, si se corrompieren e hicieren escultura o imagen de cualquier cosa, e hicieren lo malo ante los ojos de Jehová su [de ustedes] Dios, para enojarlo;

(Dt 4:26) yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra, que pronto perecerán totalmente de la tierra hacia la cual pasan el Jordán para tomar posesión de ella; no estarán en ella largos días sin que sean destruidos.

(Dt 4:27) Y Jehová los esparcirá entre los pueblos, y quedaran pocos en número entre las naciones a las cuales les llevará Jehová.

(Dt 4:28) Y servirán allí a dioses hechos de manos de hombres, de madera y piedra, que no ven, ni oyen, ni comen, ni huelen.

(Dt 4:29) Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.

(Dt 4:30) Cuando estuvieres en angustia, y te alcanzaren todas estas cosas, si en los últimos [postreros, siguientes] días te volvieres a Jehová tu Dios, y oyeres su voz;

(Dt 4:31) porque Dios misericordioso es Jehová tu Dios; no te dejará, ni te destruirá, ni se olvidará del pacto [alianza, convenio, acuerdo] que les juró a tus padres.

(Dt 4:32) Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que creó [crió: formó, sustenta y mantiene] Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella.

(Dt 4:33) ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer?

(Dt 4:34) ¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con ustedes Jehová su [de ustedes] Dios en Egipto ante tus ojos?

(Dt 4:35) A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él.

(Dt 4:36) Desde los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego.

(Dt 4:37) Y por cuanto él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó de Egipto con su presencia y con su gran poder,

(Dt 4:38) para echar de delante de tu presencia naciones grandes y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su tierra por heredad [posesión territorial], como hoy.

(Dt 4:39) Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.

(Dt 4:40) Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da «para siempre.»*

Las ciudades de refugio al oriente del Jordán
(Dt 4:41) Entonces apartó Moisés tres ciudades a este lado del Jordán al nacimiento del sol,

(Dt 4:42) para que huyese allí el homicida que matase a su prójimo sin intención, sin haber tenido enemistad con él «nunca antes;»* y que huyendo a una de estas ciudades salvase su vida:

(Dt 4:43) Beser en el desierto, en tierra de la llanura, para los rubenitas; Ramot en Galaad para los gaditas, y Golán en Basán para los de Manasés.

Moisés recapitula la promulgación de la ley
(Dt 4:44) Esta, pues, es la ley que Moisés puso delante de los hijos de Israel.

(Dt 4:45) Estos son los testimonios, los estatutos y los decretos que habló Moisés a los hijos de Israel cuando salieron de Egipto;

(Dt 4:46) a este lado del Jordán, en el valle delante de Betpeor, en la tierra de Sehón rey de los amorreos que habitaba en Hesbón, al cual derrotó Moisés con los hijos de Israel, cuando salieron de Egipto;

(Dt 4:47) y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Basán; dos reyes de los amorreos que estaban de este lado del Jordán, al oriente.

(Dt 4:48) Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, hasta el monte de Sion, que es Hermón;

(Dt 4:49) y todo el Arabá de este lado del Jordán, al oriente, hasta el mar del Arabá, al pie de las laderas del Pisga.

Los diez Mandamientos
(Ex 20:1-17)
(Dt 5:1) Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en sus [de ustedes] oídos; apréndanlos, y guárdenlos, para ponerlos por obra.

(Dt 5:2) Jehová nuestro Dios hizo pacto [alianza, convenio, acuerdo] con nosotros en Horeb.

(Dt 5:3) No con nuestros padres hizo Jehová este pacto [alianza, convenio, acuerdo], sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos.

(Dt 5:4) Cara a cara habló Jehová con ustedes en el monte de en medio del fuego.

(Dt 5:5) Yo estaba entonces entre Jehová y ustedes, para declararles la palabra de Jehová; porque ustedes tuvieron temor del fuego, y no subieron al monte. Dijo:

(Dt 5:6) Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

(Dt 5:7) No tendrás dioses ajenos delante de mí.

(Dt 5:8) No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

(Dt 5:9) No te inclinarás a ellas ni las servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen,

(Dt 5:10) y que hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.

(Dt 5:11) No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque Jehová no dará por inocente al que tome su nombre en vano.

(Dt 5:12) Cumplirás [guardarás, conservarás] el día de reposo para santificarlo, como Jehová tu Dios te ha mandado.

(Dt 5:13) Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;

(Dt 5:14) mas el séptimo día es reposo a Jehová tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo [siervo, sirviente], ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu esclavo [siervo, sirviente] y tu sierva como tú.

(Dt 5:15) Acuérdate que fuiste esclavo [siervo, sirviente] en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día de reposo.

(Dt 5:16) Honra a tu padre y a tu madre, como Jehová tu Dios te ha mandado, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre la tierra que Jehová tu Dios te da.

(Dt 5:17) No matarás.

(Dt 5:18) No cometerás adulterio.

(Dt 5:19) No hurtarás [robarás].

(Dt 5:20) No dirás falso [mentira] testimonio contra tu prójimo.

(Dt 5:21) No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su esclavo [siervo, sirviente], ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.

El terror del pueblo
(Ex 20:18-26)
(Dt 5:22) Estas palabras habló Jehová a toda su [de ustedes] congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz; y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí.

(Dt 5:23) Y sucedió que cuando ustedes oyeron la voz de en medio de las tinieblas, y vieron al monte que ardía en fuego, vinieron a mí, todos los príncipes de sus [de ustedes] tribus, y sus [de ustedes] ancianos,

(Dt 5:24) y dijeron: He aquí Jehová nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz de en medio del fuego; hoy hemos visto que Jehová habla al hombre, y éste aún vive.

(Dt 5:25) Ahora, pues, ¿por qué vamos a morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si oyéremos otra vez la voz de Jehová nuestro Dios, moriremos.

(Dt 5:26) Porque ¿qué «es el hombre,»* para que oiga la voz del Dios viviente que habla de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún viva?

(Dt 5:27) Acércate tú, y oye todas las cosas que dijere Jehová nuestro Dios; y tú nos dirás todo lo que Jehová nuestro Dios te dijere, y nosotros oiremos y haremos.

(Dt 5:28) Y oyó Jehová la voz de sus [de ustedes] palabras cuando me hablaban, y me dijo Jehová: He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado; bien está todo lo que han dicho.

(Dt 5:29) ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!

(Dt 5:30) Ve y diles: Vuelvan a sus [de ustedes] tiendas.

(Dt 5:31) Y tú quédate aquí conmigo, y te diré todos los mandamientos y estatutos y decretos que les enseñarás, a fin de que los pongan ahora por obra en la tierra que yo les doy por posesión.

(Dt 5:32) Vean, pues, que hagan como Jehová su [de ustedes] Dios les ha mandado; no se aparten a diestra ni a siniestra.

(Dt 5:33) Anden en todo el camino que Jehová su [de ustedes] Dios les ha mandado, para que vivan y les vaya bien, y tengan largos días en la tierra que han de poseer.

El gran mandamiento
(Dt 6:1) Estos, pues, son los mandamientos, estatutos y decretos que Jehová su [de ustedes] Dios mandó que les enseñase, para que los pongan por obra en la tierra a la cual pasan ustedes para tomarla;

(Dt 6:2) para que temas a Jehová tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados.

(Dt 6:3) Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel, y se multipliquen, como te ha dicho Jehová el Dios de tus padres.

(Dt 6:4) Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.

(Dt 6:5) Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.

(Dt 6:6) Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;

(Dt 6:7) y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.

(Dt 6:8) Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos;

(Dt 6:9) y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.

Exhortaciones a la obediencia
(Dt 6:10) Cuando Jehová tu Dios te haya introducido en la tierra que juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que te daría, en ciudades grandes y buenas que tú no edificaste,

(Dt 6:11) y casas llenas de todo bien, que tú no llenaste, y cisternas cavadas que tú no cavaste, viñas y olivares que no plantaste, y luego que comas y te sacies,

(Dt 6:12) cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.

(Dt 6:13) A Jehová tu Dios temerás, y a él solo servirás, y por su nombre jurarás.

(Dt 6:14) No andarán detrás de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en sus [de ustedes] contornos;

(Dt 6:15) porque el Dios celoso, Jehová tu Dios, en medio de ti está; para que no se inflame el furor de Jehová tu Dios contra ti, y te destruya de sobre la tierra.

(Dt 6:16) No tentaran a Jehová su [de ustedes] Dios, como lo tentaron en Masah.

(Dt 6:17) Guarden cuidadosamente los mandamientos de Jehová su [de ustedes] Dios, y sus testimonios y sus estatutos que te ha mandado.

(Dt 6:18) Y haz lo recto y bueno ante los ojos de Jehová, para que te vaya bien, y entres y poseas la buena tierra que Jehová juró a tus padres;

(Dt 6:19) para que él arroje a tus enemigos de la presencia [de delante] de ti, como Jehová ha dicho.

(Dt 6:20) Mañana cuando te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios y estatutos y decretos que Jehová nuestro Dios les mandó?

(Dt 6:21) entonces dirás a tu hijo: Nosotros éramos esclavos [siervos, sirvientes] de Faraón en Egipto, y Jehová nos sacó de Egipto con mano poderosa.

(Dt 6:22) Jehová hizo señales y milagros grandes y terribles en Egipto, sobre Faraón y sobre toda su casa, delante de nuestros ojos;

(Dt 6:23) y nos sacó de allá, para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros padres.

(Dt 6:24) Y nos mandó Jehová que cumplamos todos estos estatutos, y que temamos a Jehová nuestro Dios, para que nos vaya bien todos los días, y para que nos conserve la vida, como hasta hoy.

(Dt 6:25) Y tendremos justicia cuando cuidemos de poner por obra todos estos mandamientos delante de Jehová nuestro Dios, como él nos ha mandado.

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