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significados y conceptos.
Aarón enciende las lámparas
(Nm 8:1) Habló Jehová a
Moisés, diciendo:
(Nm 8:2) Habla a Aarón y
dile: Cuando enciendas las lámparas, las siete lámparas alumbrarán hacia
adelante del candelero.
(Nm 8:3) Y Aarón lo hizo así;
encendió hacia la parte anterior del candelero sus lámparas, como Jehová lo
mandó a Moisés.
(Nm 8:4) Y esta era el diseño [forma, hechura] del candelero,
de oro labrado a martillo; desde su pie hasta
sus flores era labrado a martillo; conforme al modelo que Jehová mostró a
Moisés, así hizo el candelero.
Consagración de los levitas
(Nm 8:5) También Jehová habló
a Moisés, diciendo:
(Nm 8:6) Toma a los levitas
de entre los hijos de Israel, y haz expiación por ellos.
(Nm 8:7) Así harás para
expiación por ellos: Rocía sobre ellos el agua de la expiación, y haz pasar la
navaja sobre todo su cuerpo, y lavarán sus vestidos, y serán purificados.
(Nm 8:8) Luego tomarán un novillo, con su ofrenda de flor de
harina amasada con aceite; y tomarás otro novillo para expiación.
(Nm 8:9) Y harás que los levitas se acerquen delante del tabernáculo
de reunión, y reunirás a toda la congregación de los hijos de Israel.
(Nm 8:10) Y cuando hayas acercado
a los levitas delante de Jehová, pondrán los hijos de Israel sus manos sobre
los levitas;
(Nm 8:11) y ofrecerá Aarón los levitas delante de Jehová en
ofrenda de los hijos de Israel, y servirán en el
ministerio de Jehová.
(Nm 8:12) Y los levitas pondrán
sus manos sobre las cabezas de los novillos; y ofrecerás el uno por expiación,
y el otro en holocausto a Jehová, para hacer expiación por los levitas.
(Nm 8:13) Y presentarás a los
levitas delante de Aarón, y delante de sus hijos, y los ofrecerás en ofrenda a
Jehová.
(Nm 8:14) Así apartarás a los
levitas de entre los hijos de Israel, y serán míos los levitas.
(Nm 8:15) Después de eso vendrán los levitas a ministrar en
el tabernáculo de reunión; serán
purificados, y los ofrecerás en ofrenda.
(Nm 8:16) Porque enteramente me son dedicados a mí los levitas de entre los hijos de Israel, en
lugar de todo primer nacido; los he tomado para mí en lugar de los primogénitos de todos los hijos de Israel.
(Nm 8:17) Porque mío es todo primogénito
de entre los hijos de Israel, así de hombres como de animales; desde el día que
yo herí a todo primogénito en la tierra
de Egipto, los santifiqué para mí.
(Nm 8:18) Y he tomado a los
levitas en lugar de todos los primogénitos
de los hijos de Israel.
(Nm 8:19) Y yo he dado en don los levitas a Aarón y a sus
hijos de entre los hijos de Israel, para que ejerzan el ministerio de los hijos
de Israel en el tabernáculo de reunión,
y reconcilien a los hijos de Israel; para que no haya
plaga en los hijos de Israel, al acercarse los hijos de Israel al santuario.
(Nm 8:20) Y Moisés y Aarón y toda la congregación de los
hijos de Israel hicieron con los levitas
conforme a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés acerca de los levitas; así
hicieron con ellos los hijos de Israel.
(Nm 8:21) Y los levitas se purificaron, y lavaron sus vestidos; y Aarón los ofreció en ofrenda
delante de Jehová, e hizo Aarón expiación por ellos para purificarlos.
(Nm 8:22) Así vinieron después los levitas para ejercer su
ministerio en el tabernáculo de reunión
delante de Aarón y delante de sus hijos; de la manera que mandó Jehová a Moisés acerca de los levitas, así hicieron
con ellos.
(Nm 8:23) Luego habló Jehová a
Moisés, diciendo:
(Nm 8:24) Los levitas de veinticinco años
arriba entrarán a ejercer su ministerio en el servicio del tabernáculo de reunión.
(Nm 8:25) Pero desde los cincuenta años
cesarán de ejercer su ministerio, y nunca más lo ejercerán.
(Nm 8:26) Servirán con sus hermanos en el tabernáculo de reunión, para hacer la
guardia, pero no servirán en el ministerio. Así
harás con los levitas en cuanto a su ministerio.
Celebración de la pascua
(Nm 9:1) Habló Jehová a
Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año de su salida de la tierra de
Egipto, en el mes primero, diciendo:
(Nm 9:2) Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo.
(Nm 9:3) El decimocuarto
día de este mes, entre las dos
tardes, la celebraran a su tiempo; conforme a todos sus ritos y conforme
a todas sus leyes la celebraran.
(Nm 9:4) Y habló Moisés a los
hijos de Israel para que celebrasen la pascua.
(Nm 9:5) Celebraron la pascua
en el mes primero, a los catorce días
del mes, entre las dos tardes, en el
desierto de Sinaí; conforme a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés, así
hicieron los hijos de Israel.
(Nm 9:6) Pero hubo «algunos»* que
estaban inmundos a causa de muerto, y no
pudieron celebrar la pascua aquel día; y vinieron delante de Moisés y delante
de Aarón aquel día,
(Nm 9:7) y le dijeron
aquellos hombres: Nosotros estamos inmundos por causa de muerto; ¿por qué
seremos impedidos de ofrecer ofrenda a Jehová a su tiempo entre los hijos de Israel?
(Nm 9:8) Y Moisés les
respondió: Esperen, y oiré lo que ordena Jehová acerca de ustedes.
(Nm 9:9) Y Jehová habló a
Moisés, diciendo:
(Nm 9:10) Habla a los hijos de
Israel, diciendo: «Cualquiera»* de ustedes o de sus [de
ustedes] descendientes, que estuviere
inmundo por causa de muerto o estuviere de viaje lejos, celebrará la pascua a
Jehová.
(Nm 9:11) En el mes segundo, a los catorce
días del mes,
entre las dos tardes, la celebrarán; con panes
sin levadura y hierbas amargas la comerán.
(Nm 9:12) No dejarán del
animal sacrificado para la mañana, ni quebrarán hueso
de él; conforme a todos los ritos de la pascua la celebrarán.
(Nm 9:13) Mas el que estuviere
limpio, y no estuviere de viaje, si dejare de celebrar la pascua, la tal
persona será cortada de entre su pueblo; por cuanto no ofreció a su tiempo la ofrenda de Jehová, el tal hombre
llevará su pecado.
(Nm 9:14) Y si morare con
ustedes extranjero, y celebrare la pascua a Jehová, conforme al rito de la
pascua y conforme a sus leyes la
celebrará; un mismo rito tendrán, tanto el extranjero como el natural de la
tierra.
La nube sobre el tabernáculo
(Ex 40:34-38)
(Nm 9:15) El día que el tabernáculo
fue erigido, la nube cubrió el tabernáculo
sobre la tienda del testimonio; y a la tarde había
sobre el tabernáculo como una
apariencia de fuego, hasta la mañana.
(Nm 9:16) Así era
continuamente: la nube lo cubría de día, y de noche la apariencia de fuego.
(Nm 9:17) «Cuando»* se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel partían; y en el lugar donde la nube paraba, allí acampaban
los hijos de Israel.
(Nm 9:18) «Al mandato de»* Jehová los hijos de Israel partían, y «al mandato
de»* Jehová acampaban; todos los días que
la nube estaba sobre el tabernáculo,
permanecían acampados.
(Nm 9:19) Cuando la nube se detenía sobre el tabernáculo muchos días, entonces los hijos de Israel guardaban la ordenanza de
Jehová, y no partían.
(Nm 9:20) Y cuando la nube estaba
sobre el tabernáculo «pocos»* días, «al
mandato de»* Jehová acampaban, y al mandato de Jehová partían.
(Nm 9:21) Y cuando la nube se detenía
desde la tarde hasta la mañana, o cuando a la mañana la nube se levantaba,
ellos partían; o si había estado un día, y a la noche la nube se levantaba,
entonces partían.
(Nm 9:22) O si dos días,
o un mes, o «un año,»*
mientras la nube se detenía sobre el tabernáculo
permaneciendo sobre él, los hijos de Israel seguían acampados, y no se movían; mas cuando ella se alzaba, ellos
partían.
(Nm 9:23) «Al mandato de»* Jehová acampaban, y
«al mandato de»* Jehová partían, guardando la
ordenanza de Jehová «como»* Jehová «lo
había dicho»* por «medio
de»* Moisés.
Las trompetas de plata
(Nm 10:1) Jehová habló a
Moisés, diciendo:
(Nm 10:2) Hazte dos trompetas
de plata; de obra de martillo las harás, las cuales te servirán para convocar
la congregación, y para hacer mover los campamentos.
(Nm 10:3) Y cuando las tocaren,
toda la congregación se reunirá ante ti a la puerta del tabernáculo de reunión.
(Nm 10:4) Mas cuando tocaren
sólo una, entonces se congregarán ante ti los príncipes, los jefes de los
millares de Israel.
(Nm 10:5) Y cuando tocaren
alarma, entonces moverán los campamentos de los que están acampados al oriente.
(Nm 10:6) Y cuando tocaren
alarma la segunda vez, entonces moverán los campamentos de los que están
acampados al sur; alarma tocarán para sus partidas.
(Nm 10:7) Pero para reunir la congregación tocaran, mas no con sonido de alarma.
(Nm 10:8) Y los hijos de Aarón, los sacerdotes, tocarán las trompetas; y las tendrán por estatuto perpetuo
por sus [de ustedes] generaciones.
(Nm 10:9) Y cuando salieren a la guerra en su [de ustedes] tierra contra el enemigo que les
molestare, tocaran alarma con las trompetas; y serán recordados por Jehová su [de ustedes] Dios, y serán salvos de sus [de
ustedes] enemigos.
(Nm 10:10) Y en el día de su [ustedes]
alegría, y en sus [de ustedes]
solemnidades, y en los principios de sus [de
ustedes] meses, tocaran las trompetas sobre sus [de ustedes] holocaustos, y sobre los
sacrificios de paz, y les serán por memoria
delante de su [ustedes] Dios.
Yo Jehová su [de
ustedes] Dios.
(Nm 10:11) En el año segundo, en el mes segundo,
a los veinte días del mes, la nube
se alzó del tabernáculo del testimonio.
(Nm 10:12) Y partieron los
hijos de Israel del desierto de Sinaí según el orden de marcha; y se detuvo la
nube en el desierto de Parán.
(Nm 10:13) Partieron la primera
vez «al mandato de»* Jehová por «medio
de»* Moisés.
(Nm 10:14) La bandera del campamento de los hijos de Judá
comenzó a marchar primero, por sus ejércitos; y
Naasón hijo de Aminadab estaba sobre su cuerpo de ejército.
(Nm 10:15) Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los
hijos de Isacar, Natanael hijo de Zuar.
(Nm 10:16) Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los
hijos de Zabulón, Eliab hijo de Helón.
(Nm 10:17) Después que estaba ya desarmado el tabernáculo, se movieron los hijos de Gersón
y los hijos de Merari, que lo llevaban.
(Nm 10:18) Luego comenzó a marchar
la bandera del campamento de Rubén por sus ejércitos; y Elisur hijo de Sedeur
estaba sobre su cuerpo de ejército.
(Nm 10:19) Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los
hijos de Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai.
(Nm 10:20) Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los
hijos de Gad, Eliasaf hijo de Deuel.
(Nm 10:21) Luego comenzaron a marchar
los coatitas llevando el santuario; y entretanto que ellos llegaban, los otros
acondicionaron el tabernáculo.
(Nm 10:22) Después comenzó a marchar
la bandera del campamento de los hijos de Efraín por sus ejércitos; y Elisama
hijo de Amiud estaba sobre su cuerpo de ejército.
(Nm 10:23) Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los
hijos de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur.
(Nm 10:24) Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los
hijos de Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni.
(Nm 10:25) Luego comenzó a marchar
la bandera del campamento de los hijos de Dan por sus ejércitos, a retaguardia
de todos los campamentos; y Ahiezer hijo de Amisadai estaba sobre su cuerpo de
ejército.
(Nm 10:26) Sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los
hijos de Aser, Pagiel hijo de Ocrán.
(Nm 10:27) Y sobre el cuerpo de ejército de la tribu de los
hijos de Neftalí, Ahira hijo de Enán.
(Nm 10:28) Este era el orden de marcha de los hijos de Israel
por sus ejércitos cuando partían.
(Nm 10:29) Entonces dijo Moisés
a Hobab, hijo de Ragüel madianita, su suegro: Nosotros partimos para el lugar
del cual Jehová ha dicho: Yo se lo daré. Ven con nosotros, y te haremos bien;
porque Jehová ha prometido el bien a Israel.
(Nm 10:30) Y él le respondió:
Yo no iré, sino que me marcharé a mi tierra y a mi parentela.
(Nm 10:31) Y él le dijo: «Te ruego»* que
no nos dejes; porque tú conoces los lugares
donde hemos de acampar en el desierto, y nos serás en lugar de ojos.
(Nm 10:32) Y si vienes con
nosotros, cuando tengamos el bien que Jehová nos ha de hacer, nosotros te
haremos bien.
(Nm 10:33) Así partieron del monte de Jehová camino de tres días; y el arca
del pacto [alianza, convenio, acuerdo] de Jehová
fue delante de ellos camino de tres días,
buscándoles lugar de descanso.
(Nm 10:34) Y la nube de Jehová iba sobre ellos de día, desde
que salieron del campamento.
(Nm 10:35) Cuando el arca se movía, Moisés decía: Levántate, oh Jehová, y sean
dispersados tus enemigos, y huyan de tu presencia los que te aborrecen.
(Nm 10:36) Y cuando ella se detenía,
decía: Vuelve, oh Jehová, a los millares de millares de Israel.
Jehová envía codornices
(Nm 11:1) Sucedió que el
pueblo se quejó a oídos de Jehová; y lo oyó Jehová, y ardió su ira, y se
encendió en ellos fuego de Jehová, y consumió uno de los extremos del
campamento.
(Nm 11:2) Entonces el pueblo clamó
a Moisés, y Moisés oró a Jehová, y el fuego se extinguió.
(Nm 11:3) Y llamó a aquel lugar Tabera, porque el fuego de
Jehová se encendió en ellos.
(Nm 11:4) Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también
volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!
(Nm 11:5) Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los
puerros, las cebollas y los ajos;
(Nm 11:6) y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven
nuestros ojos.
(Nm 11:7) Y era el maná como semilla de culantro, y su color como «color
de»* bedelio.
(Nm 11:8) El pueblo se esparcía y lo recogía, y lo molía en molinos o lo majaba en morteros, y lo
cocía en caldera o hacía de él tortas; su sabor era como sabor de aceite nuevo.
(Nm 11:9) Y cuando descendía el rocío sobre el campamento de
noche, el maná descendía sobre él.
(Nm 11:10) Y oyó Moisés al
pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la
ira de Jehová se encendió enteramente [en
gran manera, grandemente]; también «le
pareció mal a»* Moisés.
(Nm 11:11) Y dijo Moisés a
Jehová: ¿Por qué has hecho mal a tu esclavo [siervo,
sirviente]? ¿y por qué no he hallado
gracia en tus ojos, que has puesto la carga de todo este pueblo sobre mí?
(Nm 11:12) ¿Concebí yo a todo
este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva
la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres?
(Nm 11:13) ¿De dónde conseguiré yo carne para dar a todo este
pueblo? Porque lloran a mí, diciendo: Danos
carne que comamos.
(Nm 11:14) No puedo yo solo
soportar a todo este pueblo, que me es pesado en demasía.
(Nm 11:15) Y si así lo haces tú
conmigo, yo «te ruego»* que me des muerte, si he hallado gracia en tus ojos; y que yo no vea mi mal.
(Nm 11:16) Entonces Jehová dijo
a Moisés: Reúneme setenta varones de los ancianos de Israel, que tú sabes que
son ancianos del pueblo y sus principales; y tráelos a la puerta del tabernáculo de reunión, y esperen allí
contigo.
(Nm 11:17) Y yo descenderé y
hablaré allí contigo, y tomaré del espíritu
que está en ti, y pondré en ellos; y llevarán contigo la carga del pueblo, y no
la llevarás tú solo.
(Nm 11:18) Pero al pueblo dirás:
Santifíquense para mañana, y comerán carne; porque han llorado en oídos de
Jehová, diciendo: ¡Quién nos diera a comer carne! ¡Ciertamente mejor nos iba en
Egipto! Jehová, pues, les dará carne, y comerán.
(Nm 11:19) No comerán un día,
ni dos días, ni cinco días, ni diez días,
ni veinte días,
(Nm 11:20) sino hasta un mes
«entero,»* hasta que les
salga por las narices, y «la
aborrezcan,»* por cuanto despreciaron a Jehová que está en medio de ustedes, y lloraron
delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos acá de Egipto?
(Nm 11:21) Entonces dijo
Moisés: Seiscientos mil de a pie es el pueblo en medio del cual yo estoy; ¡y tú
dices: Les daré carne, y comerán un mes
«entero!»*
(Nm 11:22) ¿Se degollarán para ellos ovejas y bueyes «que les basten?»* ¿o se juntarán para ellos todos los peces del mar «para que tengan abasto?»*
(Nm 11:23) Entonces Jehová respondió
a Moisés: ¿Acaso se ha acortado la mano de Jehová? Ahora verás si se cumple mi
palabra, o no.
(Nm 11:24) Y salió Moisés y
dijo al pueblo las palabras de Jehová; y reunió a los setenta varones de los
ancianos del pueblo, y los hizo estar alrededor del tabernáculo.
(Nm 11:25) Entonces Jehová descendió
en la nube, y le habló; y tomó del espíritu
que estaba en él, y lo puso en los setenta varones ancianos; y cuando posó
sobre ellos el espíritu, profetizaron,
y no cesaron.
(Nm 11:26) Y habían quedado en
el campamento dos varones, llamados el uno Eldad y el otro Medad, sobre los
cuales también reposó el espíritu;
estaban éstos entre los inscritos, pero no habían venido al tabernáculo; y profetizaron en el campamento.
(Nm 11:27) Y corrió un joven y
dio aviso a Moisés, y dijo: Eldad y Medad profetizan en el campamento.
(Nm 11:28) Entonces respondió
Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, uno de sus jóvenes, y dijo: Señor mío
Moisés, impídelos.
(Nm 11:29) Y Moisés le respondió:
¿Tienes tú celos por mí? «Ojalá»* todo el pueblo
de Jehová fuese profeta, y que Jehová
pusiera su espíritu sobre ellos.
(Nm 11:30) Y Moisés volvió al
campamento, él y los ancianos de Israel.
(Nm 11:31) Y vino un viento de
Jehová, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de
camino «a un lado,»* y un día de camino «al
otro,»* alrededor del campamento, y casi dos
codos sobre la superficie [faz] de la
tierra.
(Nm 11:32) Entonces el pueblo estuvo levantado todo aquel día
y toda la noche, y todo el día siguiente, y recogieron
codornices; el que menos, recogió diez montones; y las tendieron para sí a lo
largo alrededor del campamento.
(Nm 11:33) Aún estaba la carne entre los dientes de ellos,
antes que fuese masticada, cuando la ira de
Jehová se encendió en el pueblo, e hirió Jehová al pueblo con una plaga muy
grande.
(Nm 11:34) Y llamó el nombre de
aquel lugar Kibrot-hataava, por cuanto allí sepultaron al pueblo codicioso.
(Nm 11:35) De Kibrot-hataava partió
el pueblo a Hazerot, y se quedó en Hazerot.
María y Aarón murmuran contra Moisés
(Nm 12:1) María y Aarón hablaron
contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había
tomado mujer cusita.
(Nm 12:2) Y dijeron:
¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y
lo oyó Jehová.
(Nm 12:3) Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos
los hombres que había sobre la tierra.
(Nm 12:4) Luego dijo Jehová a
Moisés, a Aarón y a María: Salgan ustedes tres al tabernáculo
de reunión. Y salieron ellos tres.
(Nm 12:5) Entonces Jehová descendió
en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y salieron ambos.
(Nm 12:6) Y él les dijo: Oigan
ahora mis palabras. Cuando haya entre ustedes profeta
de Jehová, le apareceré en visión, en
sueños hablaré con él.
(Nm 12:7) No así a mi esclavo [siervo,
sirviente] Moisés, que es fiel en
toda mi casa.
(Nm 12:8) Cara a cara hablaré
con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por
qué, pues, no tuvieron temor de hablar contra mi esclavo [siervo, sirviente] Moisés?
(Nm 12:9) Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue.
(Nm 12:10) Y la nube se apartó
del tabernáculo, y he aquí que María
estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba
leprosa.
(Nm 12:11) Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas
ahora sobre nosotros este pecado; porque
locamente hemos actuado, y hemos pecado.
(Nm 12:12) No quede ella ahora como el que nace muerto, que al
salir del vientre de su madre, tiene ya medio
consumida su carne.
(Nm 12:13) Entonces Moisés clamó
a Jehová, diciendo: «Te ruego,»* oh Dios, que la sanes
ahora.
(Nm 12:14) Respondió Jehová a
Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por
siete días? Sea echada fuera del
campamento por siete días, y después
volverá a la congregación.
(Nm 12:15) Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta que se reunió María con ellos.
(Nm 12:16) Después el pueblo partió
de Hazerot, y acamparon en el desierto de Parán.
Misión de los doce espías
(Dt 1:19-33)
(Nm 13:1) Y Jehová habló a
Moisés, diciendo:
(Nm 13:2) Envía tú hombres que
reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada
tribu de sus padres enviaran un varón, «cada»* uno príncipe entre ellos.
(Nm 13:3) Y Moisés los envió
desde el desierto de Parán, «conforme
a la palabra de»* Jehová; y todos aquellos varones eran príncipes de los hijos de Israel.
(Nm 13:4) Estos son sus nombres: De la tribu de Rubén, Samúa
hijo de Zacur.
(Nm 13:5) De la tribu de Simeón, Safat hijo de Horí.
(Nm 13:6) De la tribu de Judá, Caleb hijo de Jefone.
(Nm 13:7) De la tribu de Isacar, Igal hijo de José.
(Nm 13:8) De la tribu de Efraín, Oseas hijo de Nun.
(Nm 13:9) De la tribu de Benjamín, Palti hijo de Rafú.
(Nm 13:10) De la tribu de Zabulón, Gadiel hijo de Sodi.
(Nm 13:11) De la tribu de José: de la tribu de Manasés, Gadi
hijo de Susi.
(Nm 13:12) De la tribu de Dan, Amiel hijo de Gemali.
(Nm 13:13) De la tribu de Aser, Setur hijo de Micael.
(Nm 13:14) De la tribu de Neftalí, Nahbi hijo de Vapsi.
(Nm 13:15) De la tribu de Gad, Geuel hijo de Maqui.
(Nm 13:16) Estos son los nombres de los varones que Moisés
envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de
Nun le puso Moisés el nombre de Josué.
(Nm 13:17) Los envió, pues,
Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Suban de aquí al Neguev, y
suban al monte,
(Nm 13:18) y observen la tierra
cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso;
(Nm 13:19) cómo es la tierra
habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son
campamentos o plazas fortificadas;
(Nm 13:20) y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esfuércense,
y tomen del fruto del país. Y era el «tiempo de»*
las primeras uvas.
(Nm 13:21) Y ellos subieron, y reconocieron la tierra desde el
desierto de Zin hasta Rehob, entrando en Hamat.
(Nm 13:22) Y subieron al Neguev
y vinieron hasta Hebrón; y allí estaban Ahimán, Sesai y Talmai, hijos de Anac.
Hebrón fue edificada siete años antes de Zoán en Egipto.
(Nm 13:23) Y llegaron hasta el arroyo de Escol, y de allí
cortaron un sarmiento con un racimo de uvas, el
cual trajeron dos en un palo, y de las granadas y de los higos.
(Nm 13:24) Y se llamó aquel lugar el Valle de Escol, por el
racimo que cortaron de allí los hijos de Israel.
(Nm 13:25) Y volvieron de reconocer la tierra al fin de
cuarenta días.
(Nm 13:26) Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a
toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades,
y dieron la información a ellos y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra.
(Nm 13:27) Y les contaron,
diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que
ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella.
(Nm 13:28) Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte,
y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac.
(Nm 13:29) Amalec habita el Neguev, y el heteo, el jebuseo y
el amorreo habitan en el monte, y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera
del Jordán.
(Nm 13:30) Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de
Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos
posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos.
(Nm 13:31) Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es
más fuerte que nosotros.
(Nm 13:32) Y «hablaron mal»* entre los hijos de Israel, «de»* la tierra
que habían reconocido, diciendo: La tierra por
donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus habitantes [moradores, residentes]; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son
hombres de grande estatura.
(Nm 13:33) También vimos allí
gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro «parecer,»*
como langostas; y así les «parecíamos a»*
ellos.
Los israelitas se rebelan contra
Jehová
(Nm 14:1) Entonces toda la
congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche.
(Nm 14:2) Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos
los hijos de Israel; y les dijo toda la
multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá
muriéramos!
(Nm 14:3) ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer
a espada, y que nuestras mujeres y nuestros
niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?
(Nm 14:4) Y decían «el uno al otro:»*
Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto.
(Nm 14:5) Entonces Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la
congregación de los hijos de Israel.
(Nm 14:6) Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que
eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron
sus vestidos,
(Nm 14:7) y hablaron a toda la
congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para
reconocerla, es tierra enteramente [en
gran manera, grandemente] buena.
(Nm 14:8) Si Jehová se agradare
de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye
leche y miel.
(Nm 14:9) Por tanto, no sean rebeldes
contra Jehová, ni teman al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos
como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está Jehová; no los
teman.
(Nm 14:10) Entonces toda la multitud habló de apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en
el tabernáculo de reunión a todos los
hijos de Israel,
(Nm 14:11) y Jehová dijo a
Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me
creerán, con todas las señales que he
hecho en medio de ellos?
(Nm 14:12) Yo los heriré de mortandad y
los destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos.
(Nm 14:13) Pero Moisés respondió
a Jehová: Lo oirán luego los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a
este pueblo con tu poder;
(Nm 14:14) y lo dirán a los
habitantes de esta tierra, los cuales han oído que tú, oh Jehová, estabas en
medio de este pueblo, que «cara a
cara»* aparecías
tú, oh Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de
ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego;
(Nm 14:15) y que has hecho morir a este pueblo como a un solo
hombre; y las gentes que hubieren oído tu fama hablarán, diciendo:
(Nm 14:16) Por cuanto no pudo Jehová meter este pueblo en la
tierra de la cual les había jurado, los mató en el desierto.
(Nm 14:17) Ahora, pues, «yo
te ruego»* que sea magnificado el poder del Señor, como lo hablaste, diciendo:
(Nm 14:18) Jehová, «tardo
para la ira»* y grande en misericordia, que
perdona la iniquidad [gran maldad e injusticia] y la rebelión,
aunque de ningún modo tendrá por inocente
al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los
terceros y hasta los cuartos.
(Nm 14:19) Perdona ahora la
iniquidad [gran
maldad e injusticia] de este pueblo según la grandeza de tu
misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.
Jehová castiga a Israel
(Dt 1:34-40)
(Nm 14:20) Entonces Jehová dijo:
Yo lo he perdonado conforme a tu dicho.
(Nm 14:21) Mas tan ciertamente como vivo yo, y mi gloria llena toda la tierra,
(Nm 14:22) todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho
en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi
voz,
(Nm 14:23) no verán la tierra de la cual juré a sus padres;
no, ninguno de los que me han irritado la verá.
(Nm 14:24) Pero a mi esclavo [siervo,
sirviente] Caleb, por cuanto hubo en
él otro espíritu, y decidió ir detrás
de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en
posesión.
(Nm 14:25) Ahora bien, el amalecita y el cananeo habitan en el
valle; vuelvan mañana y salgan al desierto,
camino del Mar Rojo.
(Nm 14:26) Y Jehová habló a
Moisés y a Aarón, diciendo:
(Nm 14:27) ¿Hasta cuándo oiré
esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de
Israel, que de mí se quejan?
(Nm 14:28) Diles: Vivo yo, dice
Jehová, que según han hablado a mis oídos, así haré yo con ustedes.
(Nm 14:29) En este desierto caerán sus [de ustedes] cuerpos; todo el número de los
que fueron contados de entre ustedes, de veinte años arriba,
los cuales han murmurado contra mí.
(Nm 14:30) Ustedes de hecho no entraran en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que les haría
habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun.
(Nm 14:31) Pero a sus [de
ustedes] niños, de los cuales dijeron
que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que
ustedes despreciaron.
(Nm 14:32) «En cuanto a»* ustedes, sus [de
ustedes] cuerpos caerán en este
desierto.
(Nm 14:33) Y sus [de ustedes]
hijos andarán pastoreando en el desierto
cuarenta años, y ellos llevarán sus [de ustedes] rebeldías, hasta que sus [de ustedes] cuerpos sean consumidos en el
desierto.
(Nm 14:34) Conforme al número de los días, de los cuarenta días
en que reconocieron la tierra, llevaran sus [de ustedes] iniquidades [grandes maldades e injusticias]
cuarenta años, un año por cada
día; y conocerán mi castigo.
(Nm 14:35) Yo Jehová he
hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en
este desierto serán consumidos, y ahí morirán.
Muerte de los diez espías malvados
(Nm 14:36) Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho
murmurar contra él a toda la congregación, «desacreditando»* aquel país,
(Nm 14:37) aquellos varones «que
habían hablado mal de»* la tierra, murieron de plaga delante de Jehová.
(Nm 14:38) Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone
quedaron con vida, de entre aquellos hombres que
habían ido a reconocer la tierra.
La derrota en Horma
(Dt 1:41-46)
(Nm 14:39) Y Moisés dijo estas
cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se enlutó mucho.
(Nm 14:40) Y se levantaron por
la mañana y subieron a la cumbre del monte, diciendo: Henos aquí para subir al
lugar del cual ha hablado Jehová; porque hemos pecado.
(Nm 14:41) Y dijo Moisés: ¿Por
qué quebrantan «el mandamiento de»*
Jehová? Esto tampoco les saldrá bien.
(Nm 14:42) No suban, porque
Jehová no está en medio de ustedes, no sean heridos delante de sus [de ustedes] enemigos.
(Nm 14:43) Porque el amalecita y el cananeo están allí delante
de ustedes, y caerán a espada; pues por cuanto
se han negado a seguir a Jehová, por eso no estará Jehová con ustedes.
(Nm 14:44) Sin embargo, se obstinaron en subir a la cima del
monte; pero el arca del pacto [alianza, convenio, acuerdo] de Jehová,
y Moisés, no se apartaron de en medio del campamento.
(Nm 14:45) Y descendieron el
amalecita y el cananeo que habitaban en aquel monte, y los hirieron y los
derrotaron, persiguiéndolos hasta Horma.
Leyes acerca de las ofrendas
(Nm 15:1) Jehová habló a
Moisés, diciendo:
(Nm 15:2) Habla a los hijos de
Israel, y diles: Cuando hayan entrado en la tierra de su [ustedes] habitación que yo les doy,
(Nm 15:3) y hagan ofrenda
encendida a Jehová, holocausto, o sacrificio, por especial voto, o de su [ustedes] voluntad,
o para ofrecer en sus [de ustedes]
fiestas solemnes olor grato a Jehová, de vacas o de ovejas;
(Nm 15:4) entonces el que presente su ofrenda a Jehová traerá como ofrenda la décima parte de un efa de flor de
harina, amasada con la cuarta parte de un hin de aceite.
(Nm 15:5) De vino para la libación ofrecerás la cuarta parte de un hin, además del holocausto o
del sacrificio, por cada cordero.
(Nm 15:6) Por cada carnero harás
ofrenda de dos décimas de flor de harina, amasada con la tercera parte de un
hin de aceite;
(Nm 15:7) y de vino para la libación ofrecerás la tercera parte de un hin, en olor grato a Jehová.
(Nm 15:8) Cuando ofrecieres
novillo en holocausto o sacrificio, por especial voto, o de paz a Jehová,
(Nm 15:9) ofrecerás con el
novillo una ofrenda de tres décimas de flor de harina, amasada con la mitad de
un hin de aceite;
(Nm 15:10) y de vino para la libación ofrecerás la mitad de un hin, en ofrenda encendida de olor
grato a Jehová.
(Nm 15:11) Así se hará con cada
buey, o carnero, o cordero de las ovejas, o cabrito.
(Nm 15:12) Conforme al número así harán con cada uno, según el número de ellos.
(Nm 15:13) Todo natural hará
estas cosas así, para ofrecer ofrenda encendida de olor grato a Jehová.
(Nm 15:14) Y cuando habitare
con ustedes extranjero, o cualquiera que estuviere entre ustedes por sus [de ustedes] generaciones,
si hiciere ofrenda encendida de olor grato a
Jehová, como ustedes hicieren, así hará él.
(Nm 15:15) Un mismo estatuto tendrán ustedes de la
congregación y el extranjero que con ustedes mora; será estatuto perpetuo por
sus [de ustedes] generaciones; como ustedes, así será el
extranjero delante de Jehová.
(Nm 15:16) Una misma ley y un mismo decreto tendrán, ustedes y el extranjero que con ustedes mora.
(Nm 15:17) También habló Jehová
a Moisés, diciendo:
(Nm 15:18) Habla a los hijos de
Israel, y diles: Cuando hayan entrado en la tierra a la cual yo les llevo,
(Nm 15:19) cuando comiencen a comer del pan
de la tierra, ofrecerán ofrenda a Jehová.
(Nm 15:20) De lo primero que amasen, ofrecerán una torta en ofrenda; como la ofrenda de la era, así
la ofrecerán.
(Nm 15:21) De las primicias de su [ustedes]
masa darán a Jehová ofrenda por sus [de ustedes] generaciones.
(Nm 15:22) Y cuando erraren, y
no hicieren todos estos mandamientos
que Jehová ha dicho a Moisés,
(Nm 15:23) todas las cosas que Jehová les ha mandado por «medio
de»* Moisés, desde el día que Jehová lo
mandó, y en adelante por sus [de ustedes] edades,
(Nm 15:24) si el pecado fue hecho por yerro «con ignorancia de»* la congregación, toda la congregación ofrecerá un novillo por holocausto en olor grato a Jehová, con
su ofrenda y su libación conforme a la ley, y un macho cabrío en expiación.
(Nm 15:25) Y el sacerdote hará expiación por toda la congregación de los hijos de Israel; y
les será perdonado, porque yerro es; y ellos traerán sus ofrendas, ofrenda
encendida a Jehová, y sus expiaciones delante de Jehová por sus yerros.
(Nm 15:26) Y será perdonado a
toda la congregación de los hijos de Israel, y al extranjero que mora entre
ellos, por cuanto es yerro de todo el pueblo.
(Nm 15:27) Si una persona pecare
por yerro, ofrecerá una cabra de un año para expiación.
(Nm 15:28) Y el sacerdote hará expiación por la persona que haya pecado por yerro; cuando
pecare por yerro delante de Jehová, la reconciliará, y le será perdonado.
(Nm 15:29) El nacido entre los hijos de Israel, y el
extranjero que habitare entre ellos, una misma ley tendrán para el que hiciere algo por yerro.
(Nm 15:30) Mas la persona que hiciere
algo con soberbia, así el natural como el extranjero, ultraja a Jehová; esa
persona será cortada de en medio de su pueblo.
(Nm 15:31) Por cuanto tuvo en poco la palabra de Jehová, y menospreció
su mandamiento, enteramente será
cortada esa persona; su iniquidad [gran maldad e injusticia] caerá sobre ella.
Lapidación de un violador del día de
reposo
(Nm 15:32) Estando los hijos de
Israel en el desierto, hallaron a un hombre que recogía leña en día de reposo.
(Nm 15:33) Y los que le hallaron recogiendo leña, lo trajeron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación;
(Nm 15:34) y lo pusieron en la
cárcel, porque no estaba declarado qué se le había de hacer.
(Nm 15:35) Y Jehová dijo a
Moisés: Irremisiblemente muera aquel hombre; apedréelo toda la congregación
fuera del campamento.
(Nm 15:36) Entonces lo sacó la congregación fuera del
campamento, y lo apedrearon, y murió, como
Jehová mandó a Moisés.
Franjas en los vestidos
(Nm 15:37) Y Jehová habló a
Moisés, diciendo:
(Nm 15:38) Habla a los hijos de
Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los
bordes un cordón de azul.
(Nm 15:39) Y les servirá de franja, para que cuando lo vean se acuerden de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miren
detrás de su [ustedes] corazón y de
sus [de ustedes] ojos, detrás de los cuales se prostituyan.
(Nm 15:40) Para que se acuerden, y hagan todos mis mandamientos,
y sean santos a su [de ustedes]
Dios.
(Nm 15:41) Yo Jehová su [de ustedes] Dios, que les saqué de la tierra de Egipto, para ser su [de ustedes] Dios. Yo
Jehová su [de ustedes] Dios.
La rebelión de Coré
(Nm 16:1) Coré hijo de Izhar, hijo de Coat, hijo de Leví, y
Datán y Abiram hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, de los hijos de Rubén,
tomaron gente,
(Nm 16:2) y se levantaron contra Moisés con doscientos
cincuenta varones de los hijos de Israel, príncipes de la congregación, de los
del consejo, varones de renombre.
(Nm 16:3) Y se juntaron contra
Moisés y Aarón y les dijeron: ¡Basta ya de ustedes! Porque toda la
congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por
qué, pues, se levantan ustedes sobre la congregación de Jehová?
(Nm 16:4) Cuando oyó esto
Moisés, se postró sobre su rostro;
(Nm 16:5) y habló a Coré y a
todo su grupo [cuadrilla, séquito],
diciendo: Mañana mostrará Jehová quién es suyo,
y quién es santo, y hará que se acerque a él; al que él escogiere, él lo
acercará a sí.
(Nm 16:6) Hagan esto: tómense
incensarios, Coré y todo su grupo [cuadrilla,
séquito],
(Nm 16:7) y pongan fuego en ellos, y pongan en ellos incienso
delante de Jehová mañana; y el varón a quien Jehová escogiere, aquel será el santo; esto les baste, hijos de Leví.
(Nm 16:8) Dijo más Moisés a
Coré: Oigan ahora, hijos de Leví:
(Nm 16:9) ¿ les es poco que el Dios de Israel les haya
apartado de la congregación de Israel, acercándose a él para que ministren en
el servicio del tabernáculo de Jehová,
y estén delante de la congregación para ministrarles,
(Nm 16:10) y que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Procuran también
el sacerdocio?
(Nm 16:11) Por tanto, tú y todo tu
grupo [cuadrilla, séquito] son
los que se juntan contra Jehová; pues Aarón, ¿qué es, para que contra él murmuren?
(Nm 16:12) Y envió Moisés a
llamar a Datán y Abiram, hijos de Eliab; mas ellos respondieron: No iremos
allá.
(Nm 16:13) ¿Es poco que nos
hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir
en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente?
(Nm 16:14) Ni tampoco nos has
metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni nos has dado heredades [posesiones] de tierras y viñas. ¿Sacarás los ojos de estos hombres? No subiremos.
(Nm 16:15) Entonces Moisés se enojó
enteramente [en gran manera, grandemente],
y dijo a Jehová: No mires a su ofrenda; ni aun
un asno he tomado de ellos, ni a ninguno de ellos he hecho mal.
(Nm 16:16) Después dijo Moisés
a Coré: Tú y todo tu grupo [cuadrilla,
séquito], pónganse mañana delante de Jehová; tú, y ellos, y Aarón;
(Nm 16:17) y tomen «cada uno»* su
incensario y pongan incienso en ellos, y
acérquense delante de Jehová cada uno con su incensario, doscientos cincuenta
incensarios; tú también, y Aarón, «cada
uno»* con su incensario.
(Nm 16:18) Y tomó «cada uno»* su
incensario, y pusieron en ellos fuego, y echaron
en ellos incienso, y se pusieron a la puerta del tabernáculo
de reunión con Moisés y Aarón.
(Nm 16:19) Ya Coré había hecho juntar
contra ellos toda la congregación a la puerta del tabernáculo
de reunión; entonces la gloria de Jehová apareció a toda la congregación.
(Nm 16:20) Y Jehová habló a
Moisés y a Aarón, diciendo:
(Nm 16:21) Apártense de entre
esta congregación, y los consumiré en un momento.
(Nm 16:22) Y ellos se postraron
sobre sus rostros, y dijeron: Dios, Dios de los espíritus
de toda carne, ¿no es un solo hombre el que pecó? ¿Por qué airarte contra toda
la congregación?
(Nm 16:23) Entonces Jehová habló
a Moisés, diciendo:
(Nm 16:24) Habla a la
congregación y diles: Apártense de en derredor de la tienda de Coré, Datán y
Abiram.
(Nm 16:25) Entonces Moisés se levantó y fue a Datán y a Abiram, y los ancianos de Israel fueron
detrás de él.
(Nm 16:26) Y él habló a la
congregación, diciendo: Apártense ahora de las tiendas de estos hombres impíos [irreverentes y sin ley], y no toquen ninguna cosa suya, para que no perezcan en todos sus
pecados.
(Nm 16:27) Y se apartaron de
las tiendas de Coré, de Datán y de Abiram en derredor; y Datán y Abiram
salieron y se pusieron a las puertas de sus tiendas, con sus mujeres, sus hijos
y sus pequeñuelos.
(Nm 16:28) Y dijo Moisés: En
esto conocerán que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y
que no las hice de «mi propia voluntad.»*
(Nm 16:29) Si como mueren todos los hombres murieren éstos, o si ellos al ser visitados siguen la suerte de todos los hombres, Jehová no me
envió.
(Nm 16:30) Mas si Jehová hiciere
algo nuevo, y la tierra abriere su boca y los tragare con todas «sus cosas,»* y descendieren vivos al Seol,
entonces conocerán que estos hombres irritaron a Jehová.
(Nm 16:31) Y sucedió que cuando
cesó él de hablar todas estas palabras, se abrió la tierra que estaba debajo de
ellos.
(Nm 16:32) Abrió la tierra su
boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos
sus bienes.
(Nm 16:33) Y ellos, con todo lo
que tenían, descendieron vivos al Seol,
y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.
(Nm 16:34) Y todo Israel, los que estaban en derredor de
ellos, huyeron al grito de ellos; porque decían:
No nos trague también la tierra.
(Nm 16:35) También salió fuego
de la presencia [de delante]
de Jehová, y consumió a los doscientos cincuenta
hombres que ofrecían el incienso.
(Nm 16:36) Entonces Jehová habló
a Moisés, diciendo:
(Nm 16:37) Di a Eleazar hijo
del sacerdote Aarón, que tome los incensarios de en medio del incendio, y
derrame más allá el fuego; porque son santificados
(Nm 16:38) los incensarios de estos que pecaron contra sus almas; y harán
de ellos planchas batidas para cubrir el altar; por cuanto ofrecieron con ellos
delante de Jehová, son santificados, y serán como señal
a los hijos de Israel.
(Nm 16:39) Y el sacerdote Eleazar tomó
los incensarios de bronce con que los quemados habían ofrecido; y los batieron
para cubrir el altar,
(Nm 16:40) en recuerdo para los hijos de Israel, de que ningún
extraño que no sea de la descendencia de Aarón se acerque para ofrecer incienso delante de Jehová, para que no
sea como Coré y como su grupo [cuadrilla,
séquito]; según se lo dijo Jehová por «medio
de»* Moisés.
(Nm 16:41) «El día siguiente,»* toda la congregación de los hijos de Israel
murmuró contra Moisés y Aarón, diciendo: Ustedes han dado muerte al pueblo de Jehová.
(Nm 16:42) Y sucedió que cuando
se juntó la congregación contra Moisés y Aarón, miraron hacia el tabernáculo de reunión, y he aquí la nube lo
había cubierto, y apareció la gloria de Jehová.
(Nm 16:43) Y vinieron Moisés y Aarón delante del tabernáculo de reunión.
(Nm 16:44) Y Jehová habló a
Moisés, diciendo:
(Nm 16:45) Apártense de en
medio de esta congregación, y los consumiré en un momento. Y ellos se postraron
sobre sus rostros.
(Nm 16:46) Y dijo Moisés a
Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y sobre él pon
incienso, y ve pronto a la congregación, y haz expiación por ellos, porque el
furor ha salido de la presencia de Jehová; la mortandad ha
comenzado.
(Nm 16:47) Entonces tomó Aarón el incensario, como Moisés
dijo, y corrió en medio de la congregación; y he
aquí que la mortandad había comenzado en el pueblo; y él
puso incienso, e hizo expiación por el pueblo,
(Nm 16:48) y se puso entre los
muertos y los vivos; y cesó la mortandad.
(Nm 16:49) Y los que murieron en aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por la
rebelión de Coré.
(Nm 16:50) Después volvió Aarón a Moisés a la puerta del tabernáculo de reunión, cuando la mortandad había cesado.