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RVI: ISAIAS 1 - 21

Referencias para la lectura:

-       Texto actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Texto entre comillas y asterisco «expresión»* refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
-       Subtitulado tradicional actualizado

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

ISAÍAS

Una nación pecadora
(Is 1:1) Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.

(Is 1:2) Oigan, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.

(Is 1:3) El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento.

(Is 1:4) ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.

(Is 1:5) ¿Por qué querrán ser castigados aún? ¿Todavía se rebelaran? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.

(Is 1:6) Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.

(Is 1:7) Su [de ustedes] tierra está destruida, sus [de ustedes] ciudades puestas a fuego, su [de ustedes] tierra delante de ustedes comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños.

(Is 1:8) Y queda la hija de Sion como enramada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.

(Is 1:9) Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.

Llamamiento al arrepentimiento verdadero
(Is 1:10) Príncipes de Sodoma, oigan la palabra de Jehová; escuchen la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.

(Is 1:11) ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de sus [de ustedes] sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.

(Is 1:12) ¿Quién demanda esto de sus [de ustedes] manos, cuando vienen a «presentarse delante de mí»* para hollar mis atrios?

(Is 1:13) No me traigan más vana ofrenda; el incienso me es abominación [cosa repugnante]; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad [gran maldad e injusticia] sus [de ustedes] fiestas solemnes.

(Is 1:14) Sus [de ustedes] lunas nuevas y sus [de ustedes] fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas.

(Is 1:15) Cuando extiendan sus [de ustedes] manos, yo esconderé de ustedes mis ojos; asimismo cuando multipliquen la oración, yo no oiré; llenas están de sangre sus [de ustedes] manos.

(Is 1:16) Lávense y límpiense; quiten la iniquidad de sus [de ustedes] obras de la presencia [de delante] de mis ojos; dejen de hacer lo malo;

(Is 1:17) aprendan a hacer el bien; busquen el juicio, restituyan al agraviado, hagan justicia al huérfano, amparen a la viuda.

(Is 1:18) Vengan luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si sus [de ustedes] pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

(Is 1:19) Si quisieren y oyeren, comerán el bien de la tierra;

(Is 1:20) si no quisieren y fueren rebeldes, serán consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.

Juicio y redención de Jerusalén
(Is 1:21) ¿Cómo te has convertido en prostituta [ramera], oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la rectitud [equidad, derecho]; pero ahora, los homicidas.

(Is 1:22) Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado con agua.

(Is 1:23) Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.

(Is 1:24) Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios;

(Is 1:25) y volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré toda tu impureza.

(Is 1:26) Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.

(Is 1:27) Sion será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia.

(Is 1:28) Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados [despedazados], y los que dejan a Jehová serán consumidos.

(Is 1:29) Entonces se avergonzarán las encinas que amaron, y les afrentarán los huertos que escogieron.

(Is 1:30) Porque serán como encina a la que se le cae la hoja, y como huerto al que le faltan las aguas.

(Is 1:31) Y el fuerte será como estopa, y lo que hizo como centella; y ambos serán encendidos juntamente, y no habrá quien apague.

Reinado universal de Jehová
(Mi 4:1-3)
(Is 2:1) Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén.

(Is 2:2) Sucederá [acontecerá] en lo último [postrero] de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.

(Is 2:3) Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Vengan, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.

(Is 2:4) Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

Juicio de Jehová contra los soberbios
(Is 2:5) Vengan, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová.

(Is 2:6) Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos de costumbres traídas del oriente, y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros.

(Is 2:7) Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen fin. También está su tierra llena de caballos, y sus carros son innumerables.

(Is 2:8) Además su tierra está llena de ídolos, y se han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos.

(Is 2:9) Y se ha inclinado el hombre, y el varón se ha humillado; por tanto, no los perdones.

(Is 2:10) Métete en la peña, escóndete en el polvo, de la presencia temible de Jehová, y del resplandor de su majestad.

(Is 2:11) La altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día.

(Is 2:12) Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido;

(Is 2:13) sobre todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán;

(Is 2:14) sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados;

(Is 2:15) sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte;

(Is 2:16) sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas.

(Is 2:17) La altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo Jehová será exaltado en aquel día.

(Is 2:18) Y quitará totalmente los ídolos.

(Is 2:19) Y se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levante para castigar la tierra.

(Is 2:20) Aquel día arrojará el hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase,

(Is 2:21) y se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levante para castigar la tierra.

(Is 2:22) Déjense del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?

Juicio de Jehová contra Judá y Jerusalén
(Is 3:1) Porque he aquí que el Señor Jehová de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y al fuerte, todo sustento de pan y todo socorro de agua;

(Is 3:2) el valiente y el hombre de guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano;

(Is 3:3) el capitán de cincuenta y «el hombre de respeto,»* el consejero, el artífice excelente y el hábil orador.

(Is 3:4) Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores.

(Is 3:5) Y el pueblo se hará violencia unos a otros, «cada cual»* contra su vecino; el joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble.

(Is 3:6) Cuando «alguno»* tomare de la mano a su hermano, de la familia de su padre, y le dijere: Tú tienes vestido, tú serás nuestro príncipe, y toma en tus manos esta ruina;

(Is 3:7) él jurará aquel día, diciendo: No tomaré ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagan príncipe del pueblo.

(Is 3:8) Pues arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído; porque la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehová para irritar los ojos de su majestad.

(Is 3:9) La apariencia de sus rostros testifica contra ellos; porque como Sodoma publican su pecado, no lo disimulan. ¡Ay del alma de ellos! porque amontonaron mal para sí.

(Is 3:10) Digan al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos.

(Is 3:11) ¡Ay del impío [irreverente y sin ley]! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado.

(Is 3:12) Los opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te engañan, y tuercen el curso de tus caminos.

(Is 3:13) Jehová está en pie para litigar, y está para juzgar a los pueblos.

(Is 3:14) Jehová vendrá a juicio contra los ancianos de su pueblo y contra sus príncipes; porque ustedes han devorado la viña, y el despojo del pobre está en sus [de ustedes] casas.

(Is 3:15) ¿Qué piensan ustedes que majan mi pueblo y muelen las caras de los pobres? dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

(Is 3:16) Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies;

(Is 3:17) por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sion, y Jehová descubrirá sus vergüenzas.

(Is 3:18) Aquel día quitará el Señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas,

(Is 3:19) los collares, los pendientes y los brazaletes,

(Is 3:20) las cofias, los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos,

(Is 3:21) los anillos, y los joyeles de las narices,

(Is 3:22) las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas,

(Is 3:23) los espejos, el lino fino, las gasas y los tocados.

(Is 3:24) Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y cuerda en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en vez de hermosura.

(Is 3:25) Tus varones caerán a espada, y tu fuerza en la guerra.

(Is 3:26) Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, desamparada, se sentará en tierra.

(Is 4:1) Echarán mano de un hombre siete mujeres en aquel tiempo, diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente permítenos llevar tu nombre, quita nuestro oprobio.

Futuro glorioso de Jerusalén
(Is 4:2) En aquel tiempo el renuevo de Jehová será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para grandeza y honra, a los sobrevivientes de Israel.

(Is 4:3) Y sucederá [acontecerá] que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes,

(Is 4:4) cuando el Señor lave las inmundicias de las hijas de Sion, y limpie la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de devastación.

(Is 4:5) Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un dosel,

(Is 4:6) y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero.

Parábola de la viña
(Is 5:1) Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera «fértil.»*

(Is 5:2) La había cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.

(Is 5:3) Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzguen ahora entre mí y mi viña.

(Is 5:4) ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?

(Is 5:5) Les mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada.

(Is 5:6) Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.

(Is 5:7) Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.

Ayes sobre los malvados
(Is 5:8) ¡Ay de los que juntan casa a casa, y añaden heredad [posesión territorial] a heredad [posesión territorial] hasta «ocuparlo todo!»* ¿Habitaran ustedes solos en medio de la tierra?

(Is 5:9) Ha llegado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos, que las muchas casas han de quedar devastadas [arruinadas, asoladas], sin morador las grandes y hermosas.

(Is 5:10) Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un homer de semilla producirá un efa.

(Is 5:11) ¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!

(Is 5:12) Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos.

(Is 5:13) Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed.

(Is 5:14) Por eso ensanchó su interior el Seol, y sin medida extendió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su fausto [ornamento], y el que en él se regocijaba.

(Is 5:15) Y el hombre será humillado, y el varón será abatido, y serán bajados los ojos de los altivos.

(Is 5:16) Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio, y el Dios Santo será santificado con justicia.

(Is 5:17) Y los corderos serán apacentados según su costumbre; y extraños devorarán los campos desolados de los ricos.

(Is 5:18) ¡Ay de los que traen la iniquidad [gran maldad e injusticia] con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta,

(Is 5:19) los cuales dicen: Venga ya, apresúrese su obra, y veamos; acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!

(Is 5:20) ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!

(Is 5:21) ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!

(Is 5:22) ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida;

(Is 5:23) los que justifican al impío [irreverente y sin ley] mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!

(Is 5:24) Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel.

(Is 5:25) Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida .

(Is 5:26) Alzará pendón a naciones lejanas, y silbará al que está en el extremo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente.

(Is 5:27) No habrá entre ellos cansado, ni quien tropiece; ninguno se dormirá, ni le tomará sueño; a ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la correa de sus sandalias.

(Is 5:28) Sus flechas [saetas] estarán afiladas, y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecerán como de pedernal, y las ruedas de sus carros como torbellino.

(Is 5:29) Su rugido será como de león; rugirá a manera de leoncillo, crujirá los dientes, y arrebatará la presa; se la llevará con seguridad, y nadie se la quitará.

(Is 5:30) Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz.

Visión y llamamiento de Isaías
(Is 6:1) En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.

(Is 6:2) Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.

(Is 6:3) Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.

(Is 6:4) Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.

(Is 6:5) Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.

(Is 6:6) Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas;

(Is 6:7) y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.

(Is 6:8) Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.

(Is 6:9) Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oigan bien, y no entiendan; observen por cierto, mas no comprendan.

(Is 6:10) Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.

(Is 6:11) Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, y no haya hombre en las casas, y la tierra esté hecha un desierto;

(Is 6:12) hasta que Jehová haya echado lejos a los hombres, y multiplicado los lugares abandonados en medio de la tierra.

(Is 6:13) Y si quedare aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida; pero como el roble y la encina, que al ser cortados aún queda el tronco, así será el tronco, la simiente santa.

Mensaje de Isaías a Acaz
(Is 7:1) Sucedió en los días de Acaz hijo de Jotam, hijo de Uzías, rey de Judá, que Rezín rey de Siria y Peka hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para combatirla; pero no la pudieron tomar.

(Is 7:2) Y vino la nueva a la casa de David, diciendo: Siria se ha confederado con Efraín. Y se le estremeció el corazón, y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del monte a «causa del»* viento.

(Is 7:3) Entonces dijo Jehová a Isaías: Sal ahora al encuentro de Acaz, tú, y Searjasub tu hijo, al extremo del acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad [posesión] del Lavador,

(Is 7:4) y dile: Guarda, y repósate; no temas, ni se turbe [atormente, agobie, altere] tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el ardor de la ira de Rezín y de Siria, y del hijo de Remalías.

(Is 7:5) Ha acordado maligno consejo contra ti el sirio, con Efraín y con el hijo de Remalías, diciendo:

(Is 7:6) Vamos contra Judá y aterroricémosla, y repartámosla entre nosotros, y pongamos en medio de ella por rey al hijo de Tabeel.

(Is 7:7) Por tanto, Jehová el Señor dice así: No subsistirá, ni será.

(Is 7:8) Porque la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezín; y dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado [despedazado] hasta dejar de ser pueblo.

(Is 7:9) Y la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Remalías. Si ustedes no creyeren, de cierto no permanecerán.

(Is 7:10) Habló también Jehová a Acaz, diciendo:

(Is 7:11) Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto.

(Is 7:12) Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a Jehová.

(Is 7:13) Dijo entonces Isaías: Oigan ahora, casa de David. ¿les es poco el ser molestos a los hombres, sino que también lo sean a mi Dios?

(Is 7:14) Por tanto, el Señor mismo les dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.

(Is 7:15) Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.

(Is 7:16) Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada.

(Is 7:17) Jehová hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde el día que Efraín se apartó de Judá, esto es, al rey de Asiria.

(Is 7:18) Y sucederá [acontecerá] que aquel día silbará Jehová a la mosca que está en el fin de los ríos de Egipto, y a la abeja que está en la tierra de Asiria;

(Is 7:19) y vendrán y acamparán todos en los valles desiertos, y en las cavernas de las piedras, y en todos los zarzales, y en todas las matas.

(Is 7:20) En aquel día el Señor raerá con navaja alquilada, con los que habitan al otro lado del río, esto es, con el rey de Asiria, cabeza y pelo de los pies, y aun la barba también quitará.

(Is 7:21) Sucederá [acontecerá] en aquel tiempo, que criará un hombre una vaca y dos ovejas;

(Is 7:22) y a causa de la abundancia de leche que darán, comerá mantequilla; ciertamente mantequilla y miel comerá el que quede en medio de la tierra.

(Is 7:23) Sucederá [acontecerá] también en aquel tiempo, que el lugar donde había mil vides que valían mil siclos de plata, será para espinos y cardos.

(Is 7:24) Con flechas [saetas] y arco irán allá, porque toda la tierra será espinos y cardos.

(Is 7:25) Y a todos los montes que se cavaban con azada, no llegarán allá por el temor de los espinos y de los cardos, sino que serán para pasto de bueyes y para ser hollados de los ganados.

Sea Jehová vuestro temor
(Is 8:1) Me dijo Jehová: Toma una tabla grande, y escribe en ella con «caracteres legibles»* tocante a Maher salal hasbaz.

(Is 8:2) Y junté conmigo por testigos fieles al sacerdote Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías.

(Is 8:3) Y me llegué a la profetisa, la cual concibió, y dio a luz un hijo. Y me dijo Jehová: Ponle por nombre Maher salal hasbaz.

(Is 8:4) Porque antes que el niño sepa decir: Padre mío, y Madre mía, será quitada la riqueza de Damasco y los despojos de Samaria delante del rey de Asiria.

(Is 8:5) Otra vez volvió Jehová a hablarme, diciendo:

(Is 8:6) Por cuanto desechó este pueblo las aguas de Siloé, que corren mansamente, y se regocijó con Rezín y con el hijo de Remalías;

(Is 8:7) he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de ríos, impetuosas y muchas, esto es, al rey de Asiria con todo su poder; el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas;

(Is 8:8) y pasando hasta Judá, inundará y pasará adelante, y llegará hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emanuel.

(Is 8:9) Reúnanse, pueblos, y serán quebrantados [despedazados]; oigan, todos los que son de lejanas tierras; cíñanse, y serán quebrantados [despedazados]; dispónganse, y serán quebrantados [despedazados].

(Is 8:10) Tomen consejo, y será anulado; profieran palabra, y no será firme, porque Dios está con nosotros.

(Is 8:11) Porque Jehová me dijo de esta manera con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo:

(Is 8:12) No llamen conspiración a todas las cosas que este pueblo llama conspiración; ni teman lo que ellos temen, ni tengan miedo.

(Is 8:13) A Jehová de los ejércitos, a él santifiquen; sea él su [de ustedes] temor, y él sea su [de ustedes] miedo.

(Is 8:14) Entonces él será por santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por red al morador de Jerusalén.

(Is 8:15) Y muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán quebrantados [despedazados]; y se enredarán y serán apresados.

(Is 8:16) Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.

(Is 8:17) Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y en él confiaré.

(Is 8:18) He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová somos por señales y presagios en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos, que mora en el monte de Sion.

(Is 8:19) Y si les dijeren: Pregunten a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, respondan: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?

(Is 8:20) ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.

(Is 8:21) Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, y sucederá [acontecerá] que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto.

(Is 8:22) Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.

Nacimiento y reinado del Mesías
(Is 9:1) Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.

(Is 9:2) El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.

(Is 9:3) Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos.

(Is 9:4) Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián.

(Is 9:5) Porque todo «calzado que lleva el guerrero»* en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre, serán quemados, pasto del fuego.

(Is 9:6) Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

(Is 9:7) Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.

La ira de Jehová contra Israel
(Is 9:8) El Señor envió palabra a Jacob, y cayó en Israel.

(Is 9:9) Y la sabrá todo el pueblo, Efraín y los habitantes [moradores, residentes] de Samaria, que con soberbia y con altivez de corazón dicen:

(Is 9:10) Los ladrillos cayeron, pero edificaremos de cantería; cortaron los cabrahigos, pero en su lugar pondremos cedros.

(Is 9:11) Pero Jehová levantará los enemigos de Rezín contra él, y juntará a sus enemigos;

(Is 9:12) del oriente los sirios, y los filisteos del poniente; y «a boca llena»* devorarán a Israel. Ni con todo eso ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

(Is 9:13) Pero el pueblo no se convirtió al que lo castigaba, ni buscó a Jehová de los ejércitos.

(Is 9:14) Y Jehová cortará de Israel cabeza y cola, rama y caña en un mismo día.

(Is 9:15) El anciano y venerable de rostro es la cabeza; el profeta que enseña mentira, es la cola.

(Is 9:16) Porque los gobernadores de este pueblo son engañadores, y sus gobernados se pierden.

(Is 9:17) Por tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus jóvenes, ni de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia; porque todos son falsos y malignos, y toda boca habla despropósitos. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

(Is 9:18) Porque la maldad se encendió como fuego, cardos y espinos devorará; y se encenderá en lo espeso del bosque, y serán alzados como remolinos de humo.

(Is 9:19) Por la ira de Jehová de los ejércitos se oscureció la tierra, y será el pueblo como pasto del fuego; el hombre no tendrá piedad de su hermano.

(Is 9:20) Cada uno hurtará [robará] a la mano derecha, y tendrá hambre, y comerá a la izquierda, y no se saciará; «cada cual»* comerá la carne de su brazo;

(Is 9:21) Manasés a Efraín, y Efraín a Manasés, y ambos contra Judá. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

(Is 10:1) ¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía,

(Is 10:2) para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y robar a los huérfanos!

(Is 10:3) ¿Y qué harán en el día del castigo? ¿A quién se acogerán para que les ayude, cuando venga de lejos el asolamiento? ¿En dónde dejaran su [de ustedes] gloria?

(Is 10:4) Sin mí se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

Asiria, instrumento de Dios
(Is 10:5) Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira.

(Is 10:6) Le mandaré contra una nación pérfida, y sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.

(Is 10:7) Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera, sino que «su pensamiento»* será desarraigar y cortar naciones no pocas.

(Is 10:8) Porque él dice: Mis príncipes, ¿no son todos reyes?

(Is 10:9) ¿No es Calno como Carquemis, Hamat como Arfad, y Samaria como Damasco?

(Is 10:10) Como halló mi mano los reinos de los ídolos, siendo sus imágenes más que las de Jerusalén y de Samaria;

(Is 10:11) como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré también así a Jerusalén y a sus ídolos?

(Is 10:12) Pero sucederá [acontecerá] que después que el Señor haya acabado toda su obra en el monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos.

(Is 10:13) Porque dijo: Con el poder de mi mano lo he hecho, y con mi sabiduría, porque he sido prudente; quité los territorios de los pueblos, y saqueé sus tesoros, y derribé como valientes a los que estaban sentados;

(Is 10:14) y halló mi mano como nido las riquezas de los pueblos; y como se recogen los huevos abandonados, así me apoderé yo de toda la tierra; y no hubo quien moviese ala, ni abriese boca y graznase.

(Is 10:15) ¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? ¡Como si el báculo levantase al que lo levanta; como si levantase la vara al que no es leño!

(Is 10:16) Por esto el Señor, Jehová de los ejércitos, enviará debilidad sobre sus robustos, y debajo de su gloria encenderá una hoguera como ardor de fuego.

(Is 10:17) Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama, que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos.

(Is 10:18) La gloria de su bosque y de su campo fértil consumirá totalmente, alma y cuerpo, y vendrá a ser como abanderado en derrota.

(Is 10:19) Y los árboles que queden en su bosque serán en número que un niño los pueda contar.

(Is 10:20) Sucederá [acontecerá] en aquel tiempo, que los que hayan quedado de Israel y los que hayan quedado de la casa de Jacob, nunca más se apoyarán en el que los hirió, sino que se apoyarán con verdad en Jehová, el Santo de Israel.

(Is 10:21) El remanente volverá, el remanente de Jacob volverá al Dios fuerte.

(Is 10:22) Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del mar, el remanente de él volverá; la destrucción acordada rebosará justicia.

(Is 10:23) Pues el Señor, Jehová de los ejércitos, hará consumación ya determinada en medio de la tierra.

(Is 10:24) Por tanto el Señor, Jehová de los ejércitos, dice así: Pueblo mío, morador de Sion, no temas de Asiria. Con vara te herirá, y contra ti alzará su palo, a la manera de Egipto;

(Is 10:25) mas de «aquí a muy poco tiempo»* se acabará mi furor y mi enojo, para destrucción de ellos.

(Is 10:26) Y levantará Jehová de los ejércitos azote contra él como la matanza de Madián en la peña de Oreb, y alzará su vara sobre el mar como hizo por la vía de Egipto.

(Is 10:27) Sucederá [Acontecerá] en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a «causa de»* la unción.

(Is 10:28) Vino hasta Ajat, pasó hasta Migrón; en Micmas contará su ejército.

(Is 10:29) Pasaron el vado; se alojaron en Geba; Ramá tembló; Gabaa de Saúl huyó.

(Is 10:30) «Grita en alta voz,»* hija de Galim; haz que se oiga hacia Lais, pobrecilla Anatot.

(Is 10:31) Madmena se alborotó; los habitantes [moradores, residentes] de Gebim huyen.

(Is 10:32) Aún vendrá día cuando reposará en Nob; alzará su mano al monte de la hija de Sion, al collado de Jerusalén.

(Is 10:33) He aquí el Señor, Jehová de los ejércitos, desgajará el ramaje con violencia, y los árboles de gran altura serán cortados, y los altos serán humillados.

(Is 10:34) Y cortará con hierro la espesura del bosque, y el Líbano caerá con estruendo.

Reinado justo del Mesías
(Is 11:1) Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces.

(Is 11:2) Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.

(Is 11:3) Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos;

(Is 11:4) sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con rectitud [equidad, derecho] por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío [irreverente y sin ley].

(Is 11:5) Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.

(Is 11:6) Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará.

(Is 11:7) La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja.

(Is 11:8) Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora.

(Is 11:9) No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar.

(Is 11:10) Sucederá [acontecerá] en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.

(Is 11:11) Asimismo sucederá [acontecerá] en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar.

(Is 11:12) Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra.

(Is 11:13) Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín;

(Is 11:14) sino que volarán sobre los hombros de los filisteos al occidente, saquearán también a los de oriente; Edom y Moab «les servirán,»* y los hijos de Amón los obedecerán.

(Is 11:15) Y secará Jehová la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias.

(Is 11:16) Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto.

Cántico de acción de gracias
(Is 12:1) En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado.

(Is 12:2) He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido salvación para mí.

(Is 12:3) Sacaran con gozo aguas de las fuentes de la salvación.

(Is 12:4) Y dirán en aquel día: Canten a Jehová, aclamen su nombre, hagan célebres en los pueblos sus obras, recuerden que su nombre es engrandecido.

(Is 12:5) Canten salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra.

(Is 12:6) Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.

Profecía acerca de Babilonia
(Is 13:1) Profecía sobre Babilonia, revelada a Isaías hijo de Amoz.

(Is 13:2) Levanten bandera sobre un alto monte; alcen la voz a ellos, alcen la mano, para que entren por puertas de príncipes.

(Is 13:3) Yo mandé a mis consagrados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, a los que se alegran con mi gloria.

(Is 13:4) Estruendo de multitud en los montes, como de mucho pueblo; estruendo de ruido de reinos, de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la batalla.

(Is 13:5) Vienen de lejana tierra, de lo último [postrero] de los cielos, Jehová y los instrumentos de su ira, para destruir toda la tierra.

(Is 13:6) Aúllen, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso.

(Is 13:7) Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre,

(Is 13:8) y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará «cada cual»* al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas.

(Is 13:9) He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en devastación [ruina, asolamiento], y raer de ella a sus pecadores.

(Is 13:10) Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor.

(Is 13:11) Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos [irreverentes y sin ley] por su iniquidad [gran maldad e injusticia]; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.

(Is 13:12) Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre.

(Is 13:13) Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira.

(Is 13:14) Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, «cada cual»* mirará hacia su pueblo, y «cada uno»* huirá a su tierra.

(Is 13:15) Cualquiera que sea hallado será alanceado; y cualquiera que por ellos sea tomado, caerá a espada.

(Is 13:16) Sus niños serán estrellados delante de ellos; sus casas serán saqueadas, y violadas sus mujeres.

(Is 13:17) He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no se ocuparán de la plata, ni codiciarán oro.

(Is 13:18) Con arco tirarán a los niños, y no tendrán misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará a los hijos.

(Is 13:19) Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios.

(Is 13:20) Nunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada;

(Is 13:21) sino que dormirán allí las fieras del desierto, y sus casas se llenarán de hurones; allí habitarán avestruces, y allí saltarán las cabras salvajes.

(Is 13:22) En sus palacios aullarán hienas, y chacales en sus casas de deleite; y cercano a llegar está su tiempo, y sus días no se alargarán.

Escarnio contra el rey de Babilonia
(Is 14:1) Porque Jehová tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel, y lo hará reposar en su tierra; y a ellos se unirán extranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob.

(Is 14:2) Y los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de Israel los poseerá por esclavos [siervos, sirvientes] y criadas en la tierra de Jehová; y cautivarán a los que los cautivaron, y señorearán sobre los que los oprimieron.

(Is 14:3) Y en el día que Jehová te dé reposo de tu trabajo y de tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir,

(Is 14:4) pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de oro!

(Is 14:5) Quebrantó Jehová el báculo de los impíos [irreverentes y sin ley], el cetro de los señores;

(Is 14:6) el que hería a los pueblos con furor, con llaga permanente, el que se enseñoreaba de las naciones con ira, y las perseguía con crueldad.

(Is 14:7) Toda la tierra está en reposo y en paz; se cantaron alabanzas.

(Is 14:8) Aun los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros.

(Is 14:9) El Seol abajo se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones.

(Is 14:10) Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros?

(Is 14:11) Descendió al Seol tu soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.

(Is 14:12) ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.

(Is 14:13) que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;

(Is 14:14) sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.

(Is 14:15) Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo [profundidad].

(Is 14:16) Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos;

(Is 14:17) que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel?

(Is 14:18) Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra «cada uno»* en su morada;

(Is 14:19) pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago abominable, como vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado.

(Is 14:20) No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada para siempre la descendencia de los malignos.

(Is 14:21) Preparen sus hijos para el matadero, por la maldad de sus padres; no se levanten, ni posean la tierra, ni llenen de ciudades la superficie [faz] del mundo.

(Is 14:22) Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto, dice Jehová.

(Is 14:23) Y la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; y la barreré con escobas de destrucción, dice Jehová de los ejércitos.

Asiria será destruida
(Is 14:24) Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado;

(Is 14:25) que quebrantaré al asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro.

(Is 14:26) Este es el consejo que está acordado sobre toda la tierra, y esta, la mano extendida sobre todas las naciones.

(Is 14:27) Porque Jehová de los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá? Y su mano extendida, ¿quién la hará retroceder?

Profecía acerca de  Filistea
(Is 14:28) En el año que murió el rey Acaz fue esta profecía:

(Is 14:29) No te alegres tú, Filistea toda, por haberse quebrado la vara del que te hería; porque de la raíz de la culebra saldrá áspid, y su fruto, serpiente voladora.

(Is 14:30) Y los primogénitos de los pobres serán apacentados, y los menesterosos se acostarán confiados; mas yo haré morir de hambre tu raíz, y destruiré lo que de ti quedare.

(Is 14:31) Aúlla, oh puerta; clama, oh ciudad; disuelta estás toda tú, Filistea; porque humo vendrá del norte, no quedará uno solo en sus asambleas.

(Is 14:32) ¿Y qué se responderá a los mensajeros de las naciones? Que Jehová fundó a Sion, y que a ella se acogerán los afligidos de su pueblo.

Profecía acerca de Moab
(Is 15:1) Profecía sobre Moab. Cierto, de noche fue destruida Ar de Moab, puesta en silencio. Cierto, de noche fue destruida Kir de Moab, reducida a silencio.

(Is 15:2) Subió a Bayit y a Dibón, lugares altos, a llorar; sobre Nebo y sobre Medeba aullará Moab; toda cabeza de ella será rapada, y toda barba rasurada.

(Is 15:3) Se ceñirán de cilicio en sus calles; en sus terrados y en sus plazas aullarán todos, deshaciéndose en llanto.

(Is 15:4) Hesbón y Eleale gritarán, hasta Jahaza se oirá su voz; por lo que aullarán los guerreros de Moab, se lamentará el alma de cada uno dentro de él.

(Is 15:5) Mi corazón dará gritos por Moab; sus fugitivos huirán hasta Zoar, como novilla de tres años. Por la cuesta de Luhit subirán llorando, y levantarán grito de quebrantamiento por el camino de Horonaim.

(Is 15:6) Las aguas de Nimrim serán consumidas, y se secará la hierba, se marchitarán los retoños, todo verdor perecerá.

(Is 15:7) Por tanto, las riquezas que habrán adquirido, y las que habrán reservado, las llevarán al torrente de los sauces.

(Is 15:8) Porque el llanto rodeó los límites de Moab; hasta Eglaim llegó su alarido, y hasta Beer elim su clamor.

(Is 15:9) Y las aguas de Dimón se llenarán de sangre; porque yo traeré sobre Dimón males mayores, leones a los que escaparen de Moab, y a los sobrevivientes de la tierra.

(Is 16:1) Envíen cordero al señor de la tierra, desde Sela del desierto al monte de la hija de Sion.

(Is 16:2) Y cual ave espantada que huye de su nido, así serán las hijas de Moab en los vados de Arnón.

(Is 16:3) Reúne consejo, haz juicio; pon tu sombra en medio del día como la noche; esconde a los desterrados, no entregues a los que andan errantes.

(Is 16:4) Moren contigo mis desterrados, oh Moab; sé para ellos escondedero de la presencia del devastador; porque el atormentador fenecerá, el devastador tendrá fin, el pisoteador será consumido de sobre la tierra.

(Is 16:5) Y se dispondrá el trono en misericordia; y sobre él se sentará firmemente, en el tabernáculo de David, quien juzgue y busque el juicio, y apresure la justicia.

(Is 16:6) Hemos oído la soberbia de Moab; muy grandes son su soberbia, su arrogancia y su altivez; pero sus mentiras no serán firmes.

(Is 16:7) Por tanto, aullará Moab, todo él aullará; gemirán enteramente [en gran manera, grandemente] abatidos, por las tortas de uvas de Kir hareset.

(Is 16:8) Porque los campos de Hesbón fueron talados, y las vides de Sibma; señores de naciones pisotearon sus generosos sarmientos; habían llegado hasta Jazer, y se habían extendido por el desierto; se extendieron sus plantas, pasaron el mar.

(Is 16:9) Por lo cual lamentaré con lloro de Jazer por la viña de Sibma; te regaré con mis lágrimas, oh Hesbón y Eleale; porque sobre tus cosechas y sobre tu siega caerá el grito de guerra.

(Is 16:10) Quitado es el gozo y la alegría del campo fértil; en las viñas no cantarán, ni se regocijarán; no pisará vino en los lagares el pisador; he hecho cesar el grito del lagarero.

(Is 16:11) Por tanto, mis entrañas vibrarán como arpa por Moab, y mi corazón por Kirhareset.

(Is 16:12) Y cuando apareciere Moab cansado sobre los lugares altos, cuando venga a su santuario a orar, no le valdrá.

(Is 16:13) Esta es la palabra que pronunció Jehová sobre Moab desde aquel tiempo;

(Is 16:14) pero ahora Jehová ha hablado, diciendo: Dentro de tres años, como los años de un jornalero, será abatida la gloria de Moab, con toda su gran multitud; y los sobrevivientes serán pocos, pequeños y débiles.

Profecía acerca de Damasco
(Is 17:1) Profecía sobre Damasco. He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será montón de ruinas.

(Is 17:2) Las ciudades de Aroer están desamparadas, en majadas se convertirán; dormirán allí, y no habrá quien los espante.

(Is 17:3) Y cesará el socorro de Efraín, y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los ejércitos.

Juicio sobre Israel
(Is 17:4) En aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará, y se enflaquecerá la grosura de su carne.

(Is 17:5) Y será como cuando el segador recoge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el valle de Refaim.

(Is 17:6) Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o tres frutos en la punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas, dice Jehová Dios de Israel.

(Is 17:7) En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel.

(Is 17:8) Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera, ni a las imágenes del sol.

(Is 17:9) En aquel día sus ciudades fortificadas serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, los cuales fueron dejados a «causa de»* los hijos de Israel; y habrá devastación [ruina, asolamiento].

(Is 17:10) Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la roca de tu refugio; por tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño.

(Is 17:11) El día que las plantes, las harás crecer, y harás que su simiente brote de mañana; pero la cosecha será arrebatada en el día de la angustia, y del dolor desesperado.

(Is 17:12) ¡Ay! multitud de muchos pueblos que harán ruido como estruendo del mar, y murmullo de naciones que harán alboroto como bramido de muchas aguas.

(Is 17:13) Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes delante del viento, y como el polvo delante del torbellino.

(Is 17:14) Al tiempo de la tarde, he aquí la turbación [tormento, agobio, alteración], pero antes de la mañana el enemigo ya no existe. Esta es la parte de los que nos aplastan, y la suerte de los que nos saquean.

Profecía acerca de Etiopía
(Is 18:1) ¡Ay de la tierra que hace sombra con las alas, que está tras los ríos de Etiopía;

(Is 18:2) que envía mensajeros por el mar, y en naves de junco sobre las aguas! vayan, mensajeros veloces, a la nación de elevada estatura y tez brillante, al pueblo temible «desde su principio y después,»* gente fuerte y conquistadora, cuya tierra es surcada por ríos.

(Is 18:3) Ustedes, todos los habitantes [moradores, residentes] del mundo y habitantes de la tierra, cuando se levante bandera en los montes, vean; y cuando se toque trompeta, escuchen.

(Is 18:4) Porque Jehová me dijo así: Me estaré quieto, y los miraré desde mi morada, como sol claro después de la lluvia, como nube de rocío en el calor de la siega.

(Is 18:5) Porque antes de la siega, cuando el fruto sea perfecto, y pasada la flor se maduren los frutos, entonces podará con podaderas las ramitas, y cortará y quitará las ramas.

(Is 18:6) Y serán dejados todos para las aves de los montes y para las bestias de la tierra; sobre ellos tendrán el verano las aves, e invernarán todas las bestias de la tierra.

(Is 18:7) En aquel tiempo será traída ofrenda a Jehová de los ejércitos, del pueblo de elevada estatura y tez brillante, del pueblo temible «desde su principio y después,»* gente fuerte y conquistadora, cuya tierra es surcada por ríos, al lugar del nombre de Jehová de los ejércitos, al monte de Sion.

Profecía acerca de Egipto
(Is 19:1) Profecía sobre Egipto. He aquí que Jehová monta sobre una ligera nube, y entrará en Egipto; y los ídolos de Egipto temblarán delante de él, y desfallecerá el corazón de los egipcios dentro de ellos.

(Is 19:2) Levantaré egipcios contra egipcios, y «cada uno»* peleará contra su hermano, «cada uno»* contra su prójimo; ciudad contra ciudad, y reino contra reino.

(Is 19:3) Y el espíritu de Egipto se desvanecerá en medio de él, y destruiré su consejo; y preguntarán a sus imágenes, a sus hechiceros, a sus evocadores y a sus adivinos.

(Is 19:4) Y entregaré a Egipto en manos de señor duro, y rey violento se enseñoreará de ellos, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

(Is 19:5) Y las aguas del mar faltarán, y el río se agotará y secará.

(Is 19:6) Y se alejarán los ríos, se agotarán y secarán las corrientes de los fosos; la caña y el carrizo serán cortados.

(Is 19:7) La pradera de junto al río, de junto a «la ribera del»* río, y toda sementera del río, se secarán, se perderán, y no serán más.

(Is 19:8) Los pescadores también se entristecerán; harán duelo todos los que echan anzuelo en el río, y desfallecerán los que extienden red sobre las aguas.

(Is 19:9) Los que labran lino fino y los que tejen redes serán confundidos,

(Is 19:10) porque todas sus redes serán rotas; y se entristecerán todos los que hacen viveros para peces.

(Is 19:11) Ciertamente son necios los príncipes de Zoán; el consejo de los prudentes consejeros de Faraón se ha desvanecido. ¿Cómo dirán a Faraón: Yo soy hijo de los sabios, e hijo de los reyes antiguos?

(Is 19:12) ¿Dónde están ahora aquellos tus sabios? Que te digan ahora, o te hagan saber qué es lo que Jehová de los ejércitos ha determinado sobre Egipto.

(Is 19:13) Se han desvanecido los príncipes de Zoán, se han engañado los príncipes de Menfis; engañaron a Egipto los que son la piedra angular de sus familias.

(Is 19:14) Jehová mezcló espíritu de vértigo en medio de él; e hicieron errar a Egipto en toda su obra, como tambalea el ebrio en su vómito.

(Is 19:15) Y no aprovechará a Egipto cosa que haga la cabeza o la cola, la rama o el junco.

(Is 19:16) En aquel día los egipcios serán como mujeres; porque se asombrarán y temerán en la presencia de la mano alta de Jehová de los ejércitos, que él levantará contra ellos.

(Is 19:17) Y la tierra de Judá será de espanto a Egipto; todo hombre que de ella se acordare temerá por «causa del»* consejo que Jehová de los ejércitos acordó sobre aquél.

(Is 19:18) En aquel tiempo habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto que hablen la lengua de Canaán, y que juren por Jehová de los ejércitos; una será llamada la ciudad de Herez.

(Is 19:19) En aquel tiempo habrá altar para Jehová en medio de la tierra de Egipto, y monumento a Jehová junto a su frontera.

(Is 19:20) Y será por señal y por testimonio a Jehová de los ejércitos en la tierra de Egipto; porque clamarán a Jehová a «causa de»* sus opresores, y él les enviará salvador y príncipe que los libre.

(Is 19:21) Y Jehová será conocido de Egipto, y los de Egipto conocerán a Jehová en aquel día, y harán sacrificio y oblación; y harán votos a Jehová, y los cumplirán.

(Is 19:22) Y herirá Jehová a Egipto; herirá y sanará, y se convertirán a Jehová, y les será clemente y los sanará.

(Is 19:23) En aquel tiempo habrá una calzada de Egipto a Asiria, y asirios entrarán en Egipto, y egipcios en Asiria; y los egipcios servirán con los asirios a Jehová.

(Is 19:24) En aquel tiempo Israel será tercero con Egipto y con Asiria para bendición en medio de la tierra;

(Is 19:25) porque Jehová de los ejércitos los bendecirá diciendo: Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad [posesión].

Predicción de la conquista de Egipto y de Etiopía por Asiria
(Is 20:1) En el año que vino el Tartán a Asdod, cuando lo envió Sargón rey de Asiria, y peleó contra Asdod y la tomó;

(Is 20:2) en aquel tiempo habló Jehová por «medio de»* Isaías hijo de Amoz, diciendo: Ve y quita el cilicio de tus lomos, y descalza las sandalias de tus pies. Y lo hizo así, andando desnudo y descalzo.

(Is 20:3) Y dijo Jehová: De la manera que anduvo mi esclavo [siervo, sirviente] Isaías desnudo y descalzo tres años, por señal y pronóstico sobre Egipto y sobre Etiopía,

(Is 20:4) así llevará el rey de Asiria a los cautivos de Egipto y los deportados de Etiopía, a jóvenes y a ancianos, desnudos y descalzos, y descubiertas las nalgas para vergüenza de Egipto.

(Is 20:5) Y se turbarán [atormentarán, agobiarán, alterarán] y avergonzarán de Etiopía su esperanza, y de Egipto su gloria.

(Is 20:6) Y dirá en aquel día el morador de esta costa: Vean qué tal fue nuestra esperanza, a donde nos acogimos por socorro para ser libres de la presencia del rey de Asiria; ¿y cómo escaparemos nosotros?

Profecía acerca de el desierto del mar
(Is 21:1) Profecía sobre el desierto del mar. Como torbellino del Neguev, así viene del desierto, de la tierra horrenda.

(Is 21:2) Visión dura me ha sido mostrada. El prevaricador prevarica, y el destructor destruye. Sube, oh Elam; sitia, oh Media. Todo su gemido hice cesar.

(Is 21:3) Por tanto, mis lomos se han llenado de dolor; angustias se apoderaron de mí, como angustias de mujer de parto; me agobié oyendo, y al ver me he espantado.

(Is 21:4) Se pasmó mi corazón, el horror me ha intimidado; la noche de mi deseo se me volvió en espanto.

(Is 21:5) Ponen la mesa, extienden tapices; comen, beben. ¡Levántense, oh príncipes, unjan el escudo!

(Is 21:6) Porque el Señor me dijo así: Ve, pon centinela que haga saber lo que vea.

(Is 21:7) Y vio hombres «montados,»* jinetes de dos en dos, montados sobre asnos, montados sobre camellos; y miró «más atentamente,»*

(Is 21:8) y gritó como un león: Señor, sobre la atalaya estoy yo continuamente de día, y las noches enteras sobre mi guarda;

(Is 21:9) y he aquí vienen hombres montados, jinetes de dos en dos. Después habló y dijo: Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra.

(Is 21:10) Oh pueblo mío, molido [trillado] y aventado, les he dicho lo que oí de Jehová de los ejércitos, Dios de Israel.

Profecía acerca de Duma
(Is 21:11) Profecía sobre Duma. Me dan voces de Seir: Guarda, ¿qué de la noche? Guarda, ¿qué de la noche?

(Is 21:12) El guarda respondió: La mañana viene, y después la noche; pregunten si quieren, pregunten; vuelvan, vengan.

Profecía acerca de Arabia
(Is 21:13) Profecía sobre Arabia. En el bosque pasaran la noche en Arabia, oh caminantes de Dedán.

(Is 21:14) Salgan a encontrar al sediento; llévenle agua, habitantes [moradores, residentes] de tierra de Tema, socorran con pan al que huye.

(Is 21:15) Porque ante la espada huye, ante la espada desnuda, ante el arco entesado, ante el peso de la batalla.

(Is 21:16) Porque así me ha dicho Jehová: De aquí a un año, semejante a años de jornalero, toda la gloria de Cedar será deshecha;

(Is 21:17) y los sobrevivientes del número de los valientes flecheros, hijos de Cedar, serán reducidos; porque Jehová Dios de Israel lo ha dicho.

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