Referencias para la lectura:
- Texto
actualizado al español latino.
- Ubicación
visual de vocablos claves resaltados en colores.
- Sinónimos
de palabras claves entre corchetes [color
bordó]
- Texto
entre comillas y asterisco «expresión»*
refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
- Subtitulado tradicional actualizado
Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original
del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un
diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para
el NT.
Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera
Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de
significados y conceptos.
ISAÍAS
Una nación pecadora
(Is 1:1) Visión de Isaías hijo de
Amoz, la cual vio acerca de Judá y Jerusalén en
días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.
(Is 1:2) Oigan, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová:
Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.
(Is 1:3) El
buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de
su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento.
(Is 1:4) ¡Oh
gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación
de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová,
provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.
(Is 1:5) ¿Por
qué querrán ser castigados aún? ¿Todavía se rebelaran? Toda cabeza está enferma,
y todo corazón doliente.
(Is 1:6) Desde
la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida,
hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni
vendadas, ni suavizadas con aceite.
(Is 1:7) Su
[de ustedes] tierra está destruida,
sus [de ustedes] ciudades puestas a
fuego, su [de ustedes] tierra delante
de ustedes comida por extranjeros, y asolada
como asolamiento de extraños.
(Is 1:8) Y
queda la hija de Sion como enramada en viña, y
como cabaña en melonar, como ciudad asolada.
(Is 1:9) Si
Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un
resto pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.
Llamamiento al
arrepentimiento verdadero
(Is 1:10) Príncipes
de Sodoma, oigan la palabra de Jehová; escuchen
la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.
(Is 1:11) ¿Para
qué me sirve, dice Jehová, la multitud de sus [de ustedes] sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de
animales gordos; no quiero sangre de
bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.
(Is 1:12) ¿Quién
demanda esto de sus [de ustedes] manos, cuando vienen a «presentarse delante de mí»*
para hollar mis atrios?
(Is 1:13) No
me traigan más vana ofrenda; el incienso me es abominación [cosa repugnante];
luna nueva y día de reposo, el
convocar asambleas, no lo puedo sufrir;
son iniquidad [gran maldad e injusticia] sus [de ustedes] fiestas solemnes.
(Is 1:14) Sus
[de ustedes] lunas nuevas y sus [de
ustedes] fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son
gravosas; cansado estoy de soportarlas.
(Is 1:15) Cuando
extiendan sus [de
ustedes] manos, yo esconderé de
ustedes mis ojos; asimismo cuando multipliquen la oración, yo no oiré; llenas
están de sangre sus [de ustedes] manos.
(Is 1:16) Lávense
y límpiense; quiten la iniquidad de sus [de ustedes] obras de la presencia [de delante] de mis ojos; dejen de hacer lo
malo;
(Is 1:17) aprendan
a hacer el bien; busquen el juicio, restituyan
al agraviado, hagan justicia al huérfano, amparen a la viuda.
(Is 1:18) Vengan luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si sus [de ustedes] pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si
fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
(Is 1:19) Si
quisieren y oyeren, comerán el bien de la
tierra;
(Is 1:20) si
no quisieren y fueren rebeldes, serán consumidos
a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho.
Juicio y redención
de Jerusalén
(Is 1:21) ¿Cómo
te has convertido en prostituta [ramera], oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella
habitó la rectitud [equidad, derecho];
pero ahora, los homicidas.
(Is 1:22) Tu
plata se ha convertido en escorias, tu vino está
mezclado con agua.
(Is 1:23) Tus
príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no hacen
justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.
(Is 1:24) Por
tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré
satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios;
(Is 1:25) y
volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré toda tu impureza.
(Is 1:26) Restauraré
tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te
llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.
(Is 1:27) Sion
será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con justicia.
(Is 1:28) Pero
los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados [despedazados],
y los que dejan a Jehová serán consumidos.
(Is 1:29) Entonces
se avergonzarán las encinas que amaron, y les
afrentarán los huertos que escogieron.
(Is 1:30) Porque
serán como encina a la que se le cae la hoja, y
como huerto al que le faltan las aguas.
(Is 1:31) Y
el fuerte será como estopa, y lo que hizo como
centella; y ambos serán encendidos juntamente, y no habrá quien apague.
Reinado universal
de Jehová
(Mi 4:1-3)
(Is 2:1) Lo
que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de
Jerusalén.
(Is 2:2) Sucederá
[acontecerá] en lo último [postrero]
de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza
de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las
naciones.
(Is 2:3) Y
vendrán muchos pueblos, y dirán: Vengan, y
subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus
caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de
Jerusalén la palabra de Jehová.
(Is 2:4) Y
juzgará entre las naciones, y reprenderá a
muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en
hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la
guerra.
Juicio de Jehová
contra los soberbios
(Is 2:5) Vengan, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová.
(Is 2:6) Ciertamente
tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob,
porque están llenos de costumbres
traídas del oriente, y de agoreros,
como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros.
(Is 2:7) Su
tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no
tienen fin. También está su tierra llena de caballos, y sus carros son
innumerables.
(Is 2:8) Además
su tierra está llena de ídolos, y se han
arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos.
(Is 2:9) Y
se ha inclinado el hombre, y el varón se ha
humillado; por tanto, no los perdones.
(Is 2:10) Métete
en la peña, escóndete en el polvo, de la
presencia temible de Jehová, y del resplandor de su majestad.
(Is 2:11) La
altivez de los ojos del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será
humillada; y Jehová solo será exaltado en aquel día.
(Is 2:12) Porque
día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo
enaltecido, y será abatido;
(Is 2:13) sobre
todos los cedros del Líbano altos y erguidos, y sobre todas las encinas de
Basán;
(Is 2:14) sobre
todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados;
(Is 2:15) sobre
toda torre alta, y sobre todo muro fuerte;
(Is 2:16) sobre
todas las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas.
(Is 2:17) La
altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y
solo Jehová será exaltado en aquel día.
(Is 2:18) Y
quitará totalmente los ídolos.
(Is 2:19) Y
se meterán en las cavernas de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la
presencia temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando él se
levante para castigar la tierra.
(Is 2:20) Aquel
día arrojará el hombre a los topos y murciélagos
sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase,
(Is 2:21) y
se meterá en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas, por la
presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se
levante para castigar la tierra.
(Is 2:22) Déjense del hombre, cuyo aliento
está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?
Juicio de Jehová
contra Judá y Jerusalén
(Is 3:1) Porque
he aquí que el Señor Jehová de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al
sustentador y al fuerte, todo sustento de pan y todo socorro de agua;
(Is 3:2) el
valiente y el hombre de guerra, el juez y el profeta,
el adivino y el anciano;
(Is 3:3) el
capitán de cincuenta y «el hombre de
respeto,»* el consejero, el artífice
excelente y el hábil orador.
(Is 3:4) Y
les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos
serán sus señores.
(Is 3:5) Y
el pueblo se hará violencia unos a otros, «cada cual»*
contra su vecino; el joven se levantará contra
el anciano, y el villano contra el noble.
(Is 3:6) Cuando
«alguno»*
tomare de la mano a su hermano, de la familia de
su padre, y le dijere: Tú tienes vestido, tú serás nuestro príncipe, y toma en
tus manos esta ruina;
(Is 3:7) él
jurará aquel día, diciendo: No tomaré ese cuidado; porque en mi casa ni hay
pan, ni qué vestir; no me hagan príncipe del
pueblo.
(Is 3:8) Pues
arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído;
porque la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehová para irritar los
ojos de su majestad.
(Is 3:9) La
apariencia de sus rostros testifica contra ellos; porque como Sodoma publican su pecado, no lo disimulan. ¡Ay del alma de ellos! porque amontonaron mal para
sí.
(Is 3:10) Digan al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos
de sus manos.
(Is 3:11) ¡Ay
del impío [irreverente y sin ley]!
Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado.
(Is 3:12) Los
opresores de mi pueblo son muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo
mío, los que te guían te engañan, y tuercen el
curso de tus caminos.
(Is 3:13) Jehová
está en pie para litigar, y está para juzgar a los pueblos.
(Is 3:14) Jehová
vendrá a juicio contra los ancianos de su pueblo y contra sus príncipes; porque
ustedes han devorado la viña, y el despojo del
pobre está en sus [de ustedes] casas.
(Is 3:15) ¿Qué
piensan ustedes que majan mi pueblo y muelen las
caras de los pobres? dice el Señor, Jehová de los ejércitos.
(Is 3:16) Asimismo
dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sion se
ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando
andan van danzando, y haciendo son con los pies;
(Is 3:17) por
tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de Sion, y Jehová descubrirá sus vergüenzas.
(Is 3:18) Aquel
día quitará el Señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas,
(Is 3:19) los
collares, los pendientes y los brazaletes,
(Is 3:20) las
cofias, los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de
olor y los zarcillos,
(Is 3:21) los
anillos, y los joyeles de las narices,
(Is 3:22) las
ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas,
(Is 3:23) los
espejos, el lino fino, las gasas y los tocados.
(Is 3:24) Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez;
y cuerda en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del
cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en vez de
hermosura.
(Is 3:25) Tus
varones caerán a espada, y tu fuerza en la
guerra.
(Is 3:26) Sus
puertas se entristecerán y enlutarán, y ella,
desamparada, se sentará en tierra.
(Is 4:1) Echarán mano de un hombre siete mujeres en aquel tiempo, diciendo: Nosotras comeremos de
nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente permítenos llevar tu
nombre, quita nuestro oprobio.
Futuro glorioso de
Jerusalén
(Is 4:2) En
aquel tiempo el renuevo de Jehová será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para
grandeza y honra, a los sobrevivientes
de Israel.
(Is 4:3) Y
sucederá [acontecerá] que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en
Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados
entre los vivientes,
(Is 4:4) cuando
el Señor lave las inmundicias de las hijas de Sion, y limpie la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de devastación.
(Is 4:5) Y
creará Jehová sobre toda la morada del monte de
Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de
noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá un
dosel,
(Is 4:6) y
habrá un abrigo para sombra contra el calor del
día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero.
Parábola de la viña
(Is 5:1) Ahora
cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su
viña. Tenía mi amado una viña en una ladera «fértil.»*
(Is 5:2) La
había cercado y despedregado y plantado de vides
escogidas; había edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella
un lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.
(Is 5:3) Ahora,
pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzguen
ahora entre mí y mi viña.
(Is 5:4) ¿Qué
más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas, ha dado uvas silvestres?
(Is 5:5) Les
mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña:
Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré su cerca, y será hollada.
(Is 5:6) Haré
que quede desierta; no será podada ni cavada, y
crecerán el cardo y los espinos; y aun a las nubes mandaré que no derramen
lluvia sobre ella.
(Is 5:7) Ciertamente
la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá
planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he
aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.
Ayes sobre los
malvados
(Is 5:8) ¡Ay
de los que juntan casa a casa, y añaden heredad [posesión
territorial] a heredad [posesión
territorial] hasta «ocuparlo
todo!»* ¿Habitaran ustedes solos en medio de
la tierra?
(Is 5:9) Ha
llegado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos, que las muchas casas
han de quedar devastadas [arruinadas, asoladas],
sin morador las grandes y hermosas.
(Is 5:10) Y
diez yugadas de viña producirán un bato, y un
homer de semilla producirá un efa.
(Is 5:11) ¡Ay
de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta
la noche, hasta que el vino los enciende!
(Is 5:12) Y
en sus banquetes hay arpas, vihuelas,
tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra
de sus manos.
(Is 5:13) Por
tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su gloria
pereció de hambre, y su multitud se secó de sed.
(Is 5:14) Por
eso ensanchó su interior el Seol, y sin medida extendió su boca; y allá
descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su fausto [ornamento], y el que en él se regocijaba.
(Is 5:15) Y
el hombre será humillado, y el varón será
abatido, y serán bajados los ojos de los altivos.
(Is 5:16) Pero
Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio,
y el Dios Santo será santificado con justicia.
(Is 5:17) Y
los corderos serán apacentados según su costumbre; y extraños devorarán los campos
desolados de los ricos.
(Is 5:18) ¡Ay
de los que traen la iniquidad [gran maldad e injusticia] con cuerdas de
vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta,
(Is 5:19) los
cuales dicen: Venga ya, apresúrese su obra, y veamos;
acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!
(Is 5:20) ¡Ay
de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz
tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce
por amargo!
(Is 5:21) ¡Ay
de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí
mismos!
(Is 5:22) ¡Ay
de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar
bebida;
(Is 5:23) los
que justifican al impío [irreverente y sin ley]
mediante cohecho, y al justo quitan su derecho!
(Is 5:24) Por
tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor
se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley de Jehová de los ejércitos,
y abominaron la palabra del Santo de Israel.
(Is 5:25) Por
esta causa se encendió el furor de Jehová contra
su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los
montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto
no ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida .
(Is 5:26) Alzará pendón a naciones lejanas, y silbará al que está en
el extremo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente.
(Is 5:27) No
habrá entre ellos cansado, ni quien tropiece; ninguno se dormirá, ni le tomará
sueño; a ninguno se le desatará el cinto de los lomos,
ni se le romperá la correa de sus sandalias.
(Is 5:28)
Sus flechas [saetas] estarán
afiladas, y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecerán como de pedernal, y las ruedas de sus carros como
torbellino.
(Is 5:29) Su
rugido será como de león; rugirá a manera de
leoncillo, crujirá los dientes, y arrebatará la presa; se la llevará con
seguridad, y nadie se la quitará.
(Is 5:30) Y
bramará sobre él en aquel día como bramido del
mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la
luz.
Visión y
llamamiento de Isaías
(Is 6:1) En
el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor
sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.
(Is 6:2) Por
encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus
rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos
volaban.
(Is 6:3) Y
el uno al otro daba voces, diciendo: Santo,
santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
(Is 6:4) Y
los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la
casa se llenó de humo.
(Is 6:5) Entonces
dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo
hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios
inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.
(Is 6:6) Y
voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido,
tomado del altar con unas tenazas;
(Is 6:7) y
tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que
esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.
(Is 6:8) Después
oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién
enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a
mí.
(Is 6:9) Y
dijo: Anda, y di a este pueblo: Oigan bien, y no
entiendan; observen por cierto, mas no comprendan.
(Is 6:10) Engruesa el corazón de
este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea con sus
ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón
entienda, ni se convierta, y haya para él sanidad.
(Is 6:11) Y
yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él:
Hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, y no haya hombre en las
casas, y la tierra esté hecha un desierto;
(Is 6:12) hasta
que Jehová haya echado lejos a los hombres, y multiplicado los lugares
abandonados en medio de la tierra.
(Is 6:13) Y
si quedare aún en ella la décima parte, ésta volverá a ser destruida; pero como
el roble y la encina, que al ser cortados aún queda el tronco, así será el
tronco, la simiente santa.
Mensaje de Isaías a
Acaz
(Is 7:1) Sucedió en los días de Acaz hijo de Jotam, hijo de Uzías, rey
de Judá, que Rezín rey de Siria y Peka hijo de Remalías, rey de Israel,
subieron contra Jerusalén para combatirla; pero no la pudieron tomar.
(Is 7:2) Y
vino la nueva a la casa de David, diciendo:
Siria se ha confederado con Efraín. Y se le estremeció el corazón, y el corazón
de su pueblo, como se estremecen los árboles del monte a «causa del»*
viento.
(Is 7:3) Entonces
dijo Jehová a Isaías: Sal ahora al encuentro de
Acaz, tú, y Searjasub tu hijo, al extremo del acueducto del estanque de arriba,
en el camino de la heredad [posesión]
del Lavador,
(Is 7:4) y
dile: Guarda, y repósate; no temas, ni se turbe [atormente,
agobie, altere] tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón
que humean, por el ardor de la ira de Rezín y de Siria, y del hijo de Remalías.
(Is 7:5)
Ha acordado maligno consejo contra ti el sirio,
con Efraín y con el hijo de Remalías, diciendo:
(Is 7:6) Vamos contra Judá y aterroricémosla, y repartámosla entre
nosotros, y pongamos en medio de ella por rey al hijo de Tabeel.
(Is 7:7) Por
tanto, Jehová el Señor dice así: No subsistirá, ni será.
(Is 7:8) Porque
la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezín; y dentro de
sesenta y cinco años Efraín será quebrantado [despedazado] hasta dejar de ser pueblo.
(Is 7:9) Y
la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Remalías. Si
ustedes no creyeren, de cierto no permanecerán.
(Is 7:10) Habló
también Jehová a Acaz, diciendo:
(Is 7:11) Pide para ti señal
de Jehová tu Dios, demandándola ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en
lo alto.
(Is 7:12) Y
respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a
Jehová.
(Is 7:13) Dijo entonces Isaías: Oigan ahora, casa de David. ¿les es
poco el ser molestos a los hombres, sino que también lo sean a mi Dios?
(Is 7:14) Por
tanto, el Señor mismo les dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y
dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.
(Is 7:15) Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y
escoger lo bueno.
(Is 7:16) Porque
antes que el niño sepa desechar lo malo y
escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú temes será abandonada.
(Is 7:17) Jehová
hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días cuales
nunca vinieron desde el día que Efraín se apartó de Judá, esto es, al rey de
Asiria.
(Is 7:18) Y
sucederá [acontecerá]
que aquel día silbará Jehová a la mosca que está
en el fin de los ríos de Egipto, y a la abeja que está en la tierra de Asiria;
(Is 7:19) y
vendrán y acamparán todos en los valles
desiertos, y en las cavernas de las piedras, y en todos los zarzales, y en
todas las matas.
(Is 7:20) En
aquel día el Señor raerá con navaja alquilada, con los que habitan al otro lado
del río, esto es, con el rey de Asiria, cabeza y pelo de los pies, y aun la
barba también quitará.
(Is 7:21) Sucederá
[acontecerá]
en aquel tiempo, que criará un hombre una vaca y dos ovejas;
(Is 7:22) y a causa de la abundancia de leche que darán, comerá
mantequilla; ciertamente mantequilla y miel comerá el que quede en medio de la
tierra.
(Is 7:23) Sucederá
[acontecerá]
también en aquel tiempo, que el lugar
donde había mil vides que valían mil siclos de plata, será para espinos y cardos.
(Is 7:24) Con
flechas [saetas] y arco irán allá,
porque toda la tierra será espinos y cardos.
(Is 7:25) Y
a todos los montes que se cavaban con azada, no
llegarán allá por el temor de los espinos y de los cardos, sino que serán para
pasto de bueyes y para ser hollados de los ganados.
Sea Jehová vuestro
temor
(Is 8:1) Me dijo Jehová: Toma una tabla grande, y escribe en ella
con «caracteres legibles»* tocante a Maher salal hasbaz.
(Is 8:2) Y
junté conmigo por testigos fieles al sacerdote
Urías y a Zacarías hijo de Jeberequías.
(Is 8:3) Y
me llegué a la profetisa, la cual concibió, y dio
a luz un hijo. Y me dijo Jehová: Ponle por nombre Maher salal hasbaz.
(Is 8:4) Porque
antes que el niño sepa decir: Padre mío, y Madre
mía, será quitada la riqueza de Damasco y los despojos de Samaria delante del
rey de Asiria.
(Is 8:5) Otra
vez volvió Jehová a hablarme, diciendo:
(Is 8:6) Por
cuanto desechó este pueblo las aguas de Siloé, que corren mansamente, y se
regocijó con Rezín y con el hijo de Remalías;
(Is 8:7) he
aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de ríos, impetuosas
y muchas, esto es, al rey de Asiria con todo su poder; el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus
riberas;
(Is 8:8) y
pasando hasta Judá, inundará y pasará adelante,
y llegará hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu
tierra, oh Emanuel.
(Is 8:9) Reúnanse, pueblos, y serán quebrantados [despedazados];
oigan, todos los que son de lejanas tierras; cíñanse, y serán quebrantados [despedazados]; dispónganse, y serán quebrantados [despedazados].
(Is 8:10) Tomen consejo, y será anulado; profieran palabra, y no será
firme, porque Dios está con nosotros.
(Is 8:11) Porque
Jehová me dijo de esta manera con mano fuerte, y
me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo:
(Is 8:12) No
llamen conspiración a todas las cosas que este
pueblo llama conspiración;
ni teman lo que ellos temen, ni tengan miedo.
(Is 8:13) A
Jehová de los ejércitos, a él santifiquen; sea
él su [de ustedes] temor, y él sea su [de
ustedes] miedo.
(Is 8:14) Entonces
él será por santuario; pero a las dos casas de
Israel, por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y por
red al morador de Jerusalén.
(Is 8:15) Y
muchos tropezarán entre ellos, y caerán, y serán
quebrantados [despedazados]; y se enredarán y serán apresados.
(Is 8:16) Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.
(Is 8:17) Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa
de Jacob, y en él confiaré.
(Is 8:18) He
aquí, yo y los hijos que me dio Jehová somos por
señales y presagios
en Israel, de parte de Jehová de los ejércitos, que mora en el monte de Sion.
(Is 8:19) Y
si les dijeren: Pregunten a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, respondan: ¿No consultará el
pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?
(Is 8:20) ¡A
la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a
esto, es porque no les ha amanecido.
(Is 8:21) Y
pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, y
sucederá [acontecerá] que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su
rey y a su Dios, levantando el rostro en alto.
(Is 8:22) Y
mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y
angustia; y serán sumidos en las tinieblas.
Nacimiento y
reinado del Mesías
(Is 9:1) Mas
no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la
aflicción que le vino en el tiempo que
livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de
Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del
Jordán, en Galilea de los gentiles.
(Is 9:2) El
pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los
que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.
(Is 9:3) Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán
delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten
despojos.
(Is 9:4) Porque
tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su
hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián.
(Is 9:5) Porque
todo «calzado que lleva el guerrero»* en el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado
en sangre, serán quemados, pasto del
fuego.
(Is 9:6) Porque
un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el
principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios
Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
(Is 9:7) Lo
dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y
sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en
juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los
ejércitos hará esto.
La ira de Jehová
contra Israel
(Is 9:8) El
Señor envió palabra a Jacob, y cayó en Israel.
(Is 9:9) Y
la sabrá todo el pueblo, Efraín y los habitantes
[moradores, residentes] de
Samaria, que con soberbia y con altivez de corazón
dicen:
(Is 9:10) Los
ladrillos cayeron, pero edificaremos de cantería; cortaron los cabrahigos, pero en su lugar pondremos cedros.
(Is 9:11) Pero
Jehová levantará los enemigos de Rezín contra
él, y juntará a sus enemigos;
(Is 9:12) del
oriente los sirios, y los filisteos del poniente; y «a
boca llena»* devorarán a Israel. Ni con todo eso ha cesado su furor, sino
que todavía su mano está extendida.
(Is 9:13) Pero
el pueblo no se convirtió al que lo castigaba,
ni buscó a Jehová de los ejércitos.
(Is 9:14) Y
Jehová cortará de Israel cabeza y cola, rama y
caña en un mismo día.
(Is 9:15) El
anciano y venerable de rostro es la cabeza; el profeta
que enseña mentira, es la cola.
(Is 9:16) Porque
los gobernadores de este pueblo son engañadores,
y sus gobernados se pierden.
(Is 9:17) Por
tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus jóvenes, ni de sus huérfanos y
viudas tendrá misericordia; porque todos son
falsos y malignos, y toda boca habla despropósitos. Ni con todo esto ha cesado
su furor, sino que todavía su mano está extendida.
(Is 9:18) Porque
la maldad se encendió como fuego, cardos y
espinos devorará; y se encenderá en lo espeso del bosque, y serán alzados como
remolinos de humo.
(Is 9:19) Por
la ira de Jehová de los ejércitos se oscureció
la tierra, y será el pueblo como pasto del fuego; el hombre no tendrá piedad de
su hermano.
(Is 9:20) Cada
uno hurtará [robará]
a la mano derecha, y tendrá hambre, y comerá a la izquierda, y no se saciará; «cada cual»*
comerá la carne de su brazo;
(Is 9:21) Manasés
a Efraín, y Efraín a Manasés, y ambos contra Judá. Ni con todo esto ha cesado
su furor, sino que todavía su mano está extendida.
(Is 10:1) ¡Ay
de los que dictan leyes injustas, y
prescriben tiranía,
(Is 10:2) para
apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho a los afligidos de mi
pueblo; para despojar a las viudas, y robar a
los huérfanos!
(Is 10:3) ¿Y
qué harán en el día del castigo? ¿A quién se acogerán para que les ayude, cuando venga
de lejos el asolamiento? ¿En dónde dejaran su [de ustedes] gloria?
(Is 10:4) Sin
mí se inclinarán entre los presos, y entre los
muertos caerán. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano
está extendida.
Asiria, instrumento
de Dios
(Is 10:5) Oh
Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano he
puesto mi ira.
(Is 10:6) Le
mandaré contra una nación pérfida, y sobre el
pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa, y lo
ponga para ser hollado como lodo de las calles.
(Is 10:7) Aunque
él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera, sino que
«su pensamiento»* será desarraigar y cortar naciones no pocas.
(Is 10:8) Porque
él dice: Mis príncipes, ¿no son todos reyes?
(Is 10:9) ¿No
es Calno como Carquemis, Hamat como Arfad, y Samaria como Damasco?
(Is 10:10) Como
halló mi mano los reinos de los ídolos, siendo
sus imágenes más que las de Jerusalén y de Samaria;
(Is 10:11) como
hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré también
así a Jerusalén y a sus ídolos?
(Is 10:12) Pero
sucederá [acontecerá] que después que el Señor haya acabado toda su obra en
el monte de Sion y en Jerusalén, castigará
el fruto de la soberbia del corazón del
rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus ojos.
(Is 10:13) Porque
dijo: Con el poder de mi mano lo he hecho, y con
mi sabiduría, porque he sido prudente;
quité los territorios de los pueblos, y saqueé sus tesoros, y derribé como
valientes a los que estaban sentados;
(Is 10:14) y
halló mi mano como nido
las riquezas de los pueblos; y como se recogen los huevos abandonados, así me
apoderé yo de toda la tierra; y no hubo quien moviese ala, ni abriese boca y
graznase.
(Is 10:15) ¿Se
gloriará el hacha contra el que con ella corta?
¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? ¡Como si el báculo
levantase al que lo levanta; como si levantase la vara al que no es leño!
(Is 10:16) Por
esto el Señor, Jehová de los ejércitos, enviará
debilidad sobre sus robustos, y debajo de su gloria encenderá una hoguera como
ardor de fuego.
(Is 10:17) Y
la luz de Israel será por fuego, y su Santo por
llama, que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos.
(Is 10:18) La
gloria de su bosque y de su campo fértil consumirá
totalmente, alma y cuerpo, y vendrá a
ser como abanderado en derrota.
(Is 10:19) Y
los árboles que queden en su bosque serán en
número que un niño los pueda contar.
(Is 10:20) Sucederá
[acontecerá]
en aquel tiempo, que los que hayan
quedado de Israel y los que hayan quedado de la casa de Jacob, nunca más se
apoyarán en el que los hirió, sino que se apoyarán con verdad en Jehová, el Santo de Israel.
(Is 10:21) El
remanente volverá, el remanente de Jacob volverá al Dios fuerte.
(Is 10:22) Porque
si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas
del mar, el remanente de él volverá; la destrucción acordada rebosará justicia.
(Is 10:23) Pues
el Señor, Jehová de los ejércitos, hará consumación ya determinada en medio de
la tierra.
(Is 10:24) Por
tanto el Señor, Jehová de los ejércitos, dice así: Pueblo mío, morador de Sion,
no temas de Asiria. Con vara te herirá, y contra
ti alzará su palo, a la manera de Egipto;
(Is 10:25) mas
de «aquí a muy poco tiempo»* se acabará mi furor y mi enojo, para destrucción de ellos.
(Is 10:26) Y
levantará Jehová de los ejércitos azote contra él como la matanza de Madián en
la peña de Oreb, y alzará su vara sobre el mar
como hizo por la vía de Egipto.
(Is 10:27) Sucederá
[Acontecerá]
en aquel tiempo que su carga será
quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y
el yugo se pudrirá a «causa de»* la unción.
(Is 10:28) Vino
hasta Ajat, pasó hasta Migrón; en Micmas contará
su ejército.
(Is 10:29) Pasaron el vado; se alojaron en Geba; Ramá tembló; Gabaa de
Saúl huyó.
(Is 10:30) «Grita en alta voz,»*
hija de Galim; haz que se oiga hacia Lais, pobrecilla Anatot.
(Is 10:31) Madmena
se alborotó; los habitantes [moradores, residentes] de Gebim huyen.
(Is 10:32) Aún
vendrá día cuando reposará en Nob; alzará su
mano al monte de la hija de Sion, al collado de Jerusalén.
(Is 10:33) He
aquí el Señor, Jehová de los ejércitos, desgajará el ramaje con violencia, y
los árboles de gran altura serán cortados, y los altos serán humillados.
(Is 10:34) Y
cortará con hierro la espesura del bosque, y el
Líbano caerá con estruendo.
Reinado justo del
Mesías
(Is 11:1) Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de
sus raíces.
(Is 11:2) Y
reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu
de sabiduría y de inteligencia, espíritu
de consejo y de poder, espíritu de
conocimiento y de temor de Jehová.
(Is 11:3) Y
le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan
sus oídos;
(Is 11:4) sino
que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá
con rectitud [equidad, derecho]
por los mansos de la tierra; y herirá la tierra
con la vara de su boca, y con el espíritu
de sus labios matará al impío [irreverente
y sin ley].
(Is 11:5) Y
será la justicia cinto de sus lomos, y la
fidelidad ceñidor de su cintura.
(Is 11:6) Morará
el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán
juntos, y un niño los pastoreará.
(Is 11:7) La
vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán
juntas; y el león como el buey comerá paja.
(Is 11:8) Y
el niño de pecho jugará sobre la cueva del
áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora.
(Is 11:9) No
harán mal ni dañarán en todo mi santo monte;
porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren
el mar.
(Is 11:10) Sucederá
[acontecerá]
en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la
cual estará puesta por pendón a los pueblos,
será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa.
(Is 11:11) Asimismo
sucederá [acontecerá]
en aquel tiempo, que Jehová alzará otra
vez su mano para recobrar el remanente de su
pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y
en las costas del mar.
(Is 11:12) Y
levantará pendón a las naciones, y juntará los
desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines
de la tierra.
(Is 11:13) Y
se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos
de Judá serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a
Efraín;
(Is 11:14) sino
que volarán sobre los hombros de los filisteos al occidente, saquearán también a los de oriente; Edom y Moab «les servirán,»*
y los hijos de Amón los obedecerán.
(Is 11:15) Y
secará Jehová la lengua del mar de Egipto; y
levantará su mano con el poder de su espíritu
sobre el río, y lo herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con
sandalias.
(Is 11:16) Y
habrá camino para el remanente de su pueblo, el
que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de
la tierra de Egipto.
Cántico de acción
de gracias
(Is 12:1) En
aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues
aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado.
(Is 12:2) He
aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien
ha sido salvación para mí.
(Is 12:3) Sacaran con gozo aguas de las fuentes de la salvación.
(Is 12:4) Y
dirán en aquel día: Canten a Jehová, aclamen su
nombre, hagan célebres en los pueblos sus obras, recuerden que su nombre es
engrandecido.
(Is 12:5) Canten salmos a Jehová, porque ha hecho cosas magníficas;
sea sabido esto por toda la tierra.
(Is 12:6) Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en
medio de ti el Santo de Israel.
Profecía acerca de
Babilonia
(Is 13:1) Profecía
sobre Babilonia, revelada a Isaías hijo de Amoz.
(Is 13:2) Levanten bandera sobre un alto monte; alcen la voz a ellos,
alcen la mano, para que entren por puertas de príncipes.
(Is 13:3) Yo mandé a mis consagrados, asimismo llamé a mis
valientes para mi ira, a los que se alegran con mi gloria.
(Is 13:4) Estruendo
de multitud en los montes, como de mucho pueblo; estruendo de ruido de reinos,
de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la
batalla.
(Is 13:5) Vienen
de lejana tierra, de lo último [postrero]
de los cielos, Jehová y los instrumentos de su ira, para destruir toda la
tierra.
(Is 13:6) Aúllen, porque cerca está el día de Jehová; vendrá como
asolamiento del Todopoderoso.
(Is 13:7) Por
tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá
todo corazón de hombre,
(Is 13:8) y
se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán
dolores como mujer de parto; se asombrará «cada
cual»* al mirar a su compañero; sus rostros,
rostros de llamas.
(Is 13:9) He
aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para
convertir la tierra en devastación [ruina,
asolamiento], y raer de ella a sus
pecadores.
(Is 13:10) Por
lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol
se oscurecerá al nacer, y la luna no
dará su resplandor.
(Is 13:11) Y
castigaré
al mundo por su maldad, y a los impíos [irreverentes y sin ley] por su iniquidad [gran maldad e
injusticia]; y haré que cese la
arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.
(Is 13:12) Haré
más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre.
(Is 13:13) Porque
haré estremecer los cielos, y la tierra se
moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día
del ardor de su ira.
(Is 13:14) Y como gacela perseguida, y como oveja sin pastor, «cada cual»*
mirará hacia su pueblo, y «cada uno»*
huirá a su tierra.
(Is 13:15) Cualquiera
que sea hallado será alanceado; y cualquiera que
por ellos sea tomado, caerá a espada.
(Is 13:16) Sus
niños serán estrellados delante de ellos; sus
casas serán saqueadas, y violadas sus mujeres.
(Is 13:17) He
aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no se ocuparán de la plata,
ni codiciarán oro.
(Is 13:18) Con
arco tirarán a los niños, y no tendrán
misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará a los hijos.
(Is 13:19) Y
Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios.
(Is 13:20) Nunca
más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación;
ni levantará allí tienda el árabe, ni pastores tendrán allí majada;
(Is 13:21) sino
que dormirán allí las fieras del desierto, y sus
casas se llenarán de hurones; allí habitarán avestruces, y allí saltarán las
cabras salvajes.
(Is 13:22) En
sus palacios aullarán hienas, y chacales en sus casas de deleite; y cercano a
llegar está su tiempo, y sus días no se
alargarán.
Escarnio contra el
rey de Babilonia
(Is 14:1) Porque
Jehová tendrá piedad de Jacob, y todavía
escogerá a Israel, y lo hará reposar en su tierra; y a ellos se unirán
extranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob.
(Is 14:2) Y
los tomarán los pueblos, y los traerán a su
lugar; y la casa de Israel los poseerá por esclavos [siervos,
sirvientes] y criadas en la tierra de Jehová; y cautivarán a los que los cautivaron, y señorearán sobre los que
los oprimieron.
(Is 14:3) Y en el día que Jehová te dé reposo de tu trabajo y de
tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir,
(Is 14:4) pronunciarás
este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás:
¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de oro!
(Is 14:5) Quebrantó Jehová el báculo de los impíos [irreverentes y sin ley], el cetro de los
señores;
(Is 14:6) el
que hería a los pueblos con furor, con llaga permanente, el que se enseñoreaba
de las naciones con ira, y las perseguía con crueldad.
(Is 14:7) Toda
la tierra está en reposo y en paz; se cantaron
alabanzas.
(Is 14:8) Aun
los cipreses se regocijaron a causa de ti, y los
cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador
contra nosotros.
(Is 14:9) El
Seol abajo se espantó de ti; despertó
muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a
todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones.
(Is 14:10) Todos
ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también te
debilitaste como nosotros, y llegaste a ser como nosotros?
(Is 14:11) Descendió al Seol tu
soberbia, y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te
cubrirán.
(Is 14:12) ¡Cómo
caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!
Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.
(Is 14:13) Tú que decías en tu corazón:
Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de
Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados
del norte;
(Is 14:14) sobre
las alturas de las nubes subiré, y seré
semejante al Altísimo.
(Is 14:15) Mas
tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo [profundidad].
(Is 14:16) Se
inclinarán hacia ti los que te vean, te
contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que
trastornaba los reinos;
(Is 14:17) que
puso el mundo como un desierto, que
asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió
la cárcel?
(Is 14:18) Todos
los reyes de las naciones, todos ellos yacen con
honra «cada uno»* en su morada;
(Is 14:19) pero
tú echado eres de tu sepulcro como vástago
abominable, como vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo
de la sepultura; como cuerpo muerto hollado.
(Is 14:20) No
serás contado con ellos en la sepultura; porque
tú destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada para siempre la
descendencia de los malignos.
(Is 14:21) Preparen
sus hijos para el matadero, por la maldad de sus padres; no se levanten, ni
posean la tierra, ni llenen de ciudades la
superficie [faz] del mundo.
(Is 14:22) Porque
yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente, hijo y nieto,
dice Jehová.
(Is 14:23) Y
la convertiré en posesión de erizos, y en lagunas de agua; y la barreré con
escobas de destrucción, dice Jehová de los ejércitos.
Asiria será
destruida
(Is 14:24) Jehová
de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he
pensado, y será confirmado como lo he determinado;
(Is 14:25) que
quebrantaré al asirio en mi tierra, y en mis
montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de
su hombro.
(Is 14:26) Este
es el consejo que está acordado sobre toda la tierra, y esta, la mano extendida
sobre todas las naciones.
(Is 14:27) Porque
Jehová de los ejércitos lo ha determinado, ¿y
quién lo impedirá? Y su mano extendida, ¿quién la hará retroceder?
Profecía acerca
de Filistea
(Is 14:28) En
el año que murió el rey Acaz fue esta profecía:
(Is 14:29) No
te alegres tú, Filistea toda, por haberse
quebrado la vara del que te hería; porque de la raíz de la culebra saldrá
áspid, y su fruto, serpiente voladora.
(Is 14:30) Y
los primogénitos de los pobres serán
apacentados, y los menesterosos se acostarán
confiados; mas yo haré morir de hambre tu raíz, y destruiré lo que de ti
quedare.
(Is 14:31) Aúlla, oh puerta; clama, oh ciudad; disuelta estás toda tú,
Filistea; porque humo vendrá del norte, no quedará uno solo en sus asambleas.
(Is 14:32) ¿Y
qué se responderá a los mensajeros de las
naciones? Que Jehová fundó a Sion, y que a ella se acogerán los afligidos de su
pueblo.
Profecía acerca de
Moab
(Is 15:1) Profecía
sobre Moab. Cierto, de noche fue destruida Ar de
Moab, puesta en silencio. Cierto, de noche fue destruida Kir de Moab, reducida
a silencio.
(Is 15:2) Subió a Bayit y a Dibón, lugares altos, a llorar; sobre
Nebo y sobre Medeba aullará Moab; toda cabeza de ella será rapada, y toda barba
rasurada.
(Is 15:3) Se
ceñirán de cilicio en sus calles; en sus
terrados y en sus plazas aullarán todos, deshaciéndose en llanto.
(Is 15:4) Hesbón
y Eleale gritarán, hasta Jahaza se oirá su voz;
por lo que aullarán los guerreros de Moab, se lamentará el alma de cada uno dentro de él.
(Is 15:5) Mi
corazón dará gritos por Moab; sus fugitivos huirán hasta Zoar, como
novilla de tres años. Por la cuesta de Luhit subirán llorando,
y levantarán grito de quebrantamiento por el camino de Horonaim.
(Is 15:6)
Las aguas de Nimrim serán consumidas, y se
secará la hierba, se marchitarán los retoños, todo verdor perecerá.
(Is 15:7) Por
tanto, las riquezas que habrán adquirido, y las
que habrán reservado, las llevarán al torrente de los sauces.
(Is 15:8) Porque
el llanto rodeó los límites de Moab; hasta
Eglaim llegó su alarido, y hasta Beer elim su clamor.
(Is 15:9) Y
las aguas de Dimón se llenarán de sangre;
porque yo traeré sobre Dimón males mayores, leones a los que escaparen de Moab,
y a los sobrevivientes de la tierra.
(Is 16:1) Envíen cordero al señor de la tierra, desde Sela del
desierto al monte de la hija de Sion.
(Is 16:2) Y cual ave espantada que huye de su nido, así serán las hijas de Moab en los
vados de Arnón.
(Is 16:3) Reúne
consejo, haz juicio; pon tu sombra en medio del
día como la noche; esconde a los desterrados, no entregues a los que andan
errantes.
(Is 16:4) Moren
contigo mis desterrados, oh Moab; sé para ellos escondedero de la presencia del
devastador; porque el atormentador fenecerá, el devastador tendrá fin, el pisoteador será consumido de sobre la tierra.
(Is 16:5) Y
se dispondrá el trono en misericordia; y sobre él se sentará firmemente, en el tabernáculo
de David, quien juzgue y busque el juicio, y apresure la justicia.
(Is 16:6) Hemos
oído la soberbia de Moab; muy grandes son su soberbia, su arrogancia y su
altivez; pero sus mentiras no serán firmes.
(Is 16:7) Por
tanto, aullará Moab, todo él aullará; gemirán
enteramente [en gran manera, grandemente]
abatidos, por las tortas de uvas de Kir hareset.
(Is 16:8) Porque
los campos de Hesbón fueron talados, y las vides
de Sibma; señores de naciones pisotearon sus generosos sarmientos; habían
llegado hasta Jazer, y se habían extendido por el desierto; se extendieron sus
plantas, pasaron el mar.
(Is 16:9) Por
lo cual lamentaré con lloro de Jazer por la viña
de Sibma; te regaré con mis lágrimas, oh Hesbón y Eleale; porque sobre tus
cosechas y sobre tu siega caerá el grito de guerra.
(Is 16:10) Quitado es el gozo y la alegría del campo fértil; en las
viñas no cantarán, ni se regocijarán; no pisará vino en los lagares el pisador;
he hecho cesar el grito del lagarero.
(Is 16:11) Por
tanto, mis entrañas vibrarán como arpa por Moab,
y mi corazón por Kirhareset.
(Is 16:12) Y cuando apareciere Moab cansado sobre los lugares
altos, cuando venga a su santuario a orar, no le valdrá.
(Is 16:13) Esta
es la palabra que pronunció Jehová sobre Moab
desde aquel tiempo;
(Is 16:14) pero
ahora Jehová ha hablado, diciendo: Dentro de
tres años, como los años de un jornalero, será abatida la
gloria de Moab, con toda su gran multitud; y los sobrevivientes
serán pocos, pequeños y débiles.
Profecía acerca de
Damasco
(Is 17:1) Profecía
sobre Damasco. He aquí que Damasco dejará de ser ciudad, y será montón de ruinas.
(Is 17:2) Las
ciudades de Aroer están desamparadas, en majadas se convertirán; dormirán allí,
y no habrá quien los espante.
(Is 17:3) Y
cesará el socorro de Efraín, y el reino de
Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel,
dice Jehová de los ejércitos.
Juicio sobre Israel
(Is 17:4)
En aquel tiempo la gloria de Jacob se
atenuará, y se enflaquecerá la grosura de su
carne.
(Is 17:5) Y
será como cuando el segador recoge la mies, y
con su brazo siega las espigas; será también como el que recoge espigas en el
valle de Refaim.
(Is 17:6) Y
quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o tres frutos en la
punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas, dice Jehová Dios
de Israel.
(Is 17:7) En
aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus
ojos contemplarán al Santo de Israel.
(Is 17:8) Y
no mirará a los altares que hicieron sus manos,
ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera, ni a las
imágenes del sol.
(Is 17:9) En
aquel día sus ciudades fortificadas serán como
los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, los cuales fueron dejados
a «causa de»*
los hijos de Israel; y habrá devastación [ruina,
asolamiento].
(Is 17:10) Porque
te olvidaste del Dios de tu salvación,
y no te acordaste de la roca de tu refugio; por
tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño.
(Is 17:11) El
día que las plantes, las harás crecer, y harás que su simiente brote de mañana; pero
la cosecha será arrebatada en el día de la angustia, y del dolor desesperado.
(Is 17:12) ¡Ay!
multitud de muchos pueblos que harán ruido como
estruendo del mar, y murmullo de naciones que harán alboroto como bramido de
muchas aguas.
(Is 17:13) Los
pueblos harán estrépito como de ruido de muchas aguas; pero Dios los
reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados como el tamo de los montes
delante del viento, y como el polvo delante del torbellino.
(Is 17:14) Al
tiempo de la tarde, he aquí la
turbación [tormento,
agobio, alteración], pero antes de la mañana el enemigo ya no
existe. Esta es la parte de los que nos
aplastan, y la suerte de los que nos
saquean.
Profecía acerca de
Etiopía
(Is 18:1) ¡Ay
de la tierra que hace sombra con las alas, que está tras los ríos de Etiopía;
(Is 18:2) que
envía mensajeros por el mar, y en naves de junco sobre las aguas! vayan, mensajeros veloces, a la nación de elevada estatura y
tez brillante, al pueblo temible «desde
su principio y después,»* gente fuerte y conquistadora, cuya tierra es surcada
por ríos.
(Is 18:3) Ustedes,
todos los habitantes [moradores, residentes]
del mundo y habitantes de la tierra,
cuando se levante bandera en los montes, vean; y
cuando se toque trompeta, escuchen.
(Is 18:4) Porque
Jehová me dijo así: Me estaré quieto, y los
miraré desde mi morada, como sol claro
después de la lluvia, como nube de rocío en el calor de la siega.
(Is 18:5) Porque
antes de la siega, cuando el fruto sea perfecto, y pasada la flor se maduren
los frutos, entonces podará con podaderas las
ramitas, y cortará y quitará las ramas.
(Is 18:6) Y
serán dejados todos para las aves de los montes y para las bestias de la
tierra; sobre ellos tendrán el verano las aves,
e invernarán todas las bestias de la tierra.
(Is 18:7) En
aquel tiempo será traída ofrenda a Jehová de los ejércitos, del pueblo de
elevada estatura y tez brillante, del pueblo temible «desde su principio y después,»* gente fuerte y
conquistadora, cuya tierra es surcada por ríos, al lugar del nombre de Jehová
de los ejércitos, al monte de Sion.
Profecía acerca de
Egipto
(Is 19:1) Profecía
sobre Egipto. He aquí que Jehová monta sobre una ligera nube, y entrará en
Egipto; y los ídolos de Egipto temblarán delante de él, y desfallecerá el corazón de los egipcios dentro de ellos.
(Is 19:2) Levantaré
egipcios contra egipcios, y «cada uno»* peleará contra
su hermano, «cada uno»* contra su prójimo; ciudad contra ciudad, y
reino contra reino.
(Is 19:3) Y
el espíritu de Egipto se desvanecerá en medio de él, y destruiré su consejo; y preguntarán
a sus imágenes, a sus hechiceros, a sus
evocadores y a sus adivinos.
(Is 19:4) Y
entregaré a Egipto en manos de señor duro, y rey
violento se enseñoreará de ellos, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.
(Is 19:5) Y
las aguas del mar faltarán, y el río se agotará
y secará.
(Is 19:6) Y
se alejarán los ríos, se agotarán y secarán las
corrientes de los fosos; la caña y el carrizo serán cortados.
(Is 19:7) La
pradera de junto al río, de junto a «la
ribera del»* río, y toda sementera del río,
se secarán, se perderán, y no serán más.
(Is 19:8) Los
pescadores también se entristecerán; harán duelo
todos los que echan anzuelo en el río, y desfallecerán los que extienden red
sobre las aguas.
(Is 19:9) Los
que labran lino fino y los que tejen redes serán confundidos,
(Is 19:10) porque
todas sus redes serán rotas; y se entristecerán
todos los que hacen viveros para peces.
(Is 19:11) Ciertamente
son necios los príncipes de Zoán; el consejo de los prudentes consejeros de
Faraón se ha desvanecido. ¿Cómo dirán a Faraón:
Yo soy hijo de los sabios, e hijo de los reyes antiguos?
(Is 19:12) ¿Dónde
están ahora aquellos tus sabios? Que te digan
ahora, o te hagan saber qué es lo que Jehová de los ejércitos ha determinado
sobre Egipto.
(Is 19:13) Se
han desvanecido los príncipes de Zoán, se han engañado los príncipes de Menfis;
engañaron a Egipto los que son la piedra angular de sus familias.
(Is 19:14) Jehová
mezcló espíritu
de vértigo en medio de él; e hicieron errar a Egipto en toda su obra, como
tambalea el ebrio en su vómito.
(Is 19:15) Y
no aprovechará a Egipto cosa que haga la cabeza
o la cola, la rama o el junco.
(Is 19:16) En
aquel día los egipcios serán como mujeres;
porque se asombrarán y temerán en la presencia de la mano alta de Jehová de los
ejércitos, que él levantará contra ellos.
(Is 19:17) Y
la tierra de Judá será de espanto a Egipto; todo
hombre que de ella se acordare temerá por «causa
del»* consejo
que Jehová de los ejércitos acordó sobre aquél.
(Is 19:18) En
aquel tiempo habrá cinco ciudades en la
tierra de Egipto que hablen la lengua de Canaán, y que juren por Jehová de los
ejércitos; una será llamada la ciudad de Herez.
(Is 19:19) En
aquel tiempo habrá altar para Jehová en medio de la tierra de Egipto, y
monumento a Jehová junto a su frontera.
(Is 19:20) Y
será por señal
y por testimonio a Jehová de los ejércitos en la tierra de Egipto; porque
clamarán a Jehová a «causa de»* sus opresores, y él les enviará salvador y príncipe que los libre.
(Is 19:21) Y
Jehová será conocido de Egipto, y los de Egipto
conocerán a Jehová en aquel día, y harán sacrificio y oblación; y harán votos a
Jehová, y los cumplirán.
(Is 19:22) Y
herirá Jehová a Egipto; herirá y sanará, y se
convertirán a Jehová, y les será clemente y los sanará.
(Is 19:23) En
aquel tiempo habrá una calzada de
Egipto a Asiria, y asirios entrarán en Egipto, y egipcios en Asiria; y los
egipcios servirán con los asirios a Jehová.
(Is 19:24) En
aquel tiempo Israel será tercero con Egipto y con Asiria para bendición en
medio de la tierra;
(Is 19:25) porque
Jehová de los ejércitos los bendecirá diciendo:
Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi
heredad [posesión].
Predicción de la
conquista de Egipto y de Etiopía por Asiria
(Is 20:1) En
el año que vino el Tartán a Asdod, cuando lo envió Sargón rey de Asiria, y
peleó contra Asdod y la tomó;
(Is 20:2) en
aquel tiempo habló Jehová por «medio de»*
Isaías hijo de Amoz, diciendo: Ve y quita el
cilicio de tus lomos, y descalza las sandalias de tus pies. Y lo hizo así,
andando desnudo y descalzo.
(Is 20:3) Y
dijo Jehová: De la manera que anduvo mi esclavo [siervo, sirviente] Isaías desnudo y descalzo tres años, por señal y pronóstico sobre Egipto y sobre Etiopía,
(Is 20:4) así
llevará el rey de Asiria a los cautivos de
Egipto y los deportados de Etiopía, a jóvenes y a ancianos, desnudos y descalzos, y descubiertas las nalgas para vergüenza de
Egipto.
(Is 20:5) Y
se turbarán [atormentarán,
agobiarán, alterarán] y avergonzarán de Etiopía su esperanza, y de Egipto su gloria.
(Is 20:6) Y
dirá en aquel día el morador de esta costa: Vean
qué tal fue nuestra esperanza, a donde
nos acogimos por socorro para ser libres de la presencia del rey de Asiria; ¿y
cómo escaparemos nosotros?
Profecía acerca de
el desierto del mar
(Is 21:1) Profecía
sobre el desierto del mar. Como torbellino del Neguev, así viene del desierto,
de la tierra horrenda.
(Is 21:2) Visión dura me ha sido mostrada. El prevaricador prevarica, y el destructor destruye.
Sube, oh Elam; sitia, oh Media. Todo su gemido hice cesar.
(Is 21:3) Por
tanto, mis lomos se han llenado de dolor;
angustias se apoderaron de mí, como angustias de mujer de parto; me agobié oyendo,
y al ver me he espantado.
(Is 21:4) Se
pasmó mi corazón,
el horror me ha intimidado; la noche de mi deseo se me volvió en espanto.
(Is 21:5) Ponen
la mesa, extienden tapices; comen, beben. ¡Levántense, oh príncipes, unjan el escudo!
(Is 21:6) Porque
el Señor me dijo así: Ve, pon centinela que haga
saber lo que vea.
(Is 21:7) Y
vio hombres «montados,»* jinetes de dos en dos, montados sobre asnos,
montados sobre camellos; y miró «más
atentamente,»*
(Is 21:8) y
gritó como un león: Señor, sobre la atalaya
estoy yo continuamente de día, y las noches enteras sobre mi guarda;
(Is 21:9) y
he aquí vienen hombres montados, jinetes de dos en dos. Después habló y dijo: Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de
sus dioses quebrantó en tierra.
(Is 21:10) Oh
pueblo mío, molido [trillado] y
aventado, les he dicho lo que oí de Jehová de
los ejércitos, Dios de Israel.
Profecía acerca de
Duma
(Is 21:11) Profecía
sobre Duma. Me dan voces de Seir: Guarda, ¿qué
de la noche? Guarda, ¿qué de la noche?
(Is 21:12) El
guarda respondió: La mañana viene, y después la
noche; pregunten si quieren, pregunten; vuelvan, vengan.
Profecía acerca de
Arabia
(Is 21:13) Profecía
sobre Arabia. En el bosque pasaran la noche en Arabia, oh caminantes de Dedán.
(Is 21:14) Salgan
a encontrar al sediento; llévenle agua,
habitantes [moradores, residentes]
de tierra de Tema, socorran con pan al que huye.
(Is 21:15) Porque
ante la espada huye, ante la espada desnuda, ante el arco entesado, ante
el peso de la batalla.
(Is 21:16) Porque
así me ha dicho Jehová: De aquí a un año,
semejante a años de jornalero, toda la gloria de Cedar
será deshecha;
(Is 21:17) y
los sobrevivientes del número de los
valientes flecheros, hijos de Cedar, serán reducidos;
porque Jehová Dios de Israel lo ha dicho.