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RVI: EZEQUIEL 20 - 33

Referencias para la lectura:

-       Texto actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Texto entre comillas y asterisco «expresión»* refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
-       Subtitulado tradicional actualizado

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

Modo de proceder de Dios con Israel
(Ez 20:1) Sucedió en el año séptimo, en el mes quinto, a los diez días del mes, que vinieron algunos de los ancianos de Israel a consultar a Jehová, y se sentaron delante de mí.

(Ez 20:2) Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 20:3) Hijo de hombre, habla a los ancianos de Israel, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿A consultarme vienen ustedes? Vivo yo, que no les responderé, dice Jehová el Señor.

(Ez 20:4) ¿Quieres tú juzgarlos? ¿Los quieres juzgar tú, hijo de hombre? Hazles conocer las abominaciones de sus padres,

(Ez 20:5) y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: El día que escogí a Israel, y que alcé mi mano para jurar a la descendencia de la casa de Jacob, cuando me di a conocer a ellos en la tierra de Egipto, cuando alcé mi mano y les juré diciendo: Yo soy Jehová su [de ustedes] Dios;

(Ez 20:6) aquel día que les alcé mi mano, jurando así que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que les había provisto, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;

(Ez 20:7) entonces les dije: «Cada uno»* eche de sí las abominaciones de delante de sus ojos, y no se contaminen con los ídolos de Egipto. Yo soy Jehová su [de ustedes] Dios.

(Ez 20:8) Mas ellos se rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme; no echó de sí «cada uno»* las abominaciones de delante de sus ojos, ni dejaron los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egipto.

(Ez 20:9) Con todo, a causa de mi nombre, para que no se infamase ante los ojos de las naciones en medio de las cuales estaban, en cuyos ojos fui conocido, actué para sacarlos de la tierra de Egipto.

(Ez 20:10) Los saqué de la tierra de Egipto, y los traje al desierto,

(Ez 20:11) y les di mis estatutos, y les hice conocer mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá.

(Ez 20:12) Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico.

(Ez 20:13) Mas se rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis estatutos, y desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá; y mis días de reposo profanaron enteramente [en gran manera, grandemente]; dije, por tanto, que derramaría sobre ellos mi ira en el desierto para exterminarlos.

(Ez 20:14) Pero actué a causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado.

(Ez 20:15) También yo les alcé mi mano en el desierto, jurando que no los traería a la tierra que les había dado, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de todas las tierras;

(Ez 20:16) porque desecharon mis decretos, y no anduvieron en mis estatutos, y mis días de reposo profanaron, porque tras sus ídolos iba su corazón.

(Ez 20:17) Con todo, los perdonó mi ojo, pues no los maté, ni los exterminé en el desierto;

(Ez 20:18) antes dije en el desierto a sus hijos: No anden en los estatutos de sus [de ustedes] padres, ni guarden sus leyes, ni se contaminen con sus ídolos.

(Ez 20:19) Yo soy Jehová su [de ustedes] Dios; anden en mis estatutos, y guarden mis preceptos, y pónganlos por obra;

(Ez 20:20) y santifiquen mis días de reposo, y sean por señal entre mí y ustedes, para que sepan que yo soy Jehová su [de ustedes] Dios.

(Ez 20:21) Mas los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni cumplieron [guardaron, conservaron] mis decretos para ponerlos por obra, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá; profanaron mis días de reposo. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto.

(Ez 20:22) Mas retraje mi mano a causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado.

(Ez 20:23) También les alcé yo mi mano en el desierto, jurando que los esparciría entre las naciones, y que los dispersaría por las tierras,

(Ez 20:24) porque no pusieron por obra mis decretos, sino que desecharon mis estatutos y profanaron mis días de reposo, y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos.

(Ez 20:25) Por eso yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos por los cuales no podrían vivir.

(Ez 20:26) Y los contaminé en sus ofrendas cuando hacían pasar por el fuego a todo primogénito, para desolarlos y hacerles saber que yo soy Jehová.

(Ez 20:27) Por tanto, hijo de hombre, habla a la casa de Israel, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Aun en esto me afrentaron sus [de ustedes] padres cuando cometieron rebelión contra mí.

(Ez 20:28) Porque yo los traje a la tierra sobre la cual había alzado mi mano jurando que había de dársela, y miraron a todo collado alto y a todo árbol frondoso, y allí sacrificaron sus víctimas, y allí presentaron ofrendas que me irritan, allí pusieron también su incienso agradable, y allí derramaron sus libaciones.

(Ez 20:29) Y yo les dije: ¿Qué es ese lugar alto adonde ustedes van? Y fue llamado su nombre Bama hasta el día de hoy.

(Ez 20:30) Di, pues, a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿No se contaminan ustedes a la manera de sus [de ustedes] padres, y fornican tras sus abominaciones?

(Ez 20:31) Porque ofreciendo sus [de ustedes] ofrendas, haciendo pasar sus [de ustedes] hijos por el fuego, se han contaminado con todos sus [de ustedes] ídolos hasta hoy; ¿y he de responderos yo, casa de Israel? Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no les responderé.

(Ez 20:32) Y no ha de ser «lo que han pensado.»* Porque ustedes dicen: Seamos como las naciones, como las demás familias de la tierra, que sirven al palo y a la piedra.

(Ez 20:33) Vivo yo, dice Jehová el Señor, que con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre ustedes;

(Ez 20:34) y les sacaré de entre los pueblos, y les reuniré de las tierras en que están esparcidos, con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado;

(Ez 20:35) y les traeré al desierto de los pueblos, y allí litigaré con ustedes cara a cara.

(Ez 20:36) Como litigué con sus [de ustedes] padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con ustedes, dice Jehová el Señor.

(Ez 20:37) Los haré pasar bajo la vara, y los haré entrar en los vínculos del pacto [alianza, convenio, acuerdo];

(Ez 20:38) y apartaré de entre ustedes a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de Israel no entrarán; y sabrán que yo soy Jehová.

(Ez 20:39) Y a ustedes, oh casa de Israel, así ha dicho Jehová el Señor: vayan «cada uno»* tras sus ídolos, y sírvanles, si es que a mí no me obedecen; pero no profanen más mi santo nombre con sus [de ustedes] ofrendas y con sus [de ustedes] ídolos.

(Ez 20:40) Pero en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice Jehová el Señor, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptaré, y allí demandaré sus [de ustedes] ofrendas, y las primicias de sus [de ustedes] dones, con todas sus [de ustedes] cosas consagradas.

(Ez 20:41) Como incienso agradable los aceptaré, cuando les haya sacado de entre los pueblos, y les haya congregado de entre las tierras en que están esparcidos; y seré santificado en ustedes a los ojos de las naciones.

(Ez 20:42) Y sabrán que yo soy Jehová, cuando les haya traído a la tierra de Israel, la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a sus [de ustedes] padres.

(Ez 20:43) Y allí se acordaran de sus [de ustedes] caminos, y de todos sus [de ustedes] hechos en que se contaminaron; y se aborrecerán a ustedes mismos a causa de todos sus [de ustedes] pecados que cometieron.

(Ez 20:44) Y sabrán que yo soy Jehová, cuando haga con ustedes por amor de mi nombre, no según sus [de ustedes] caminos malos ni según sus [de ustedes] perversas obras, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor.

Profecía contra el Neguev
(Ez 20:45) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 20:46) Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el sur, derrama tu palabra hacia la parte austral, profetiza contra el bosque del Neguev.

(Ez 20:47) Y dirás al bosque del Neguev: Oye la palabra de Jehová: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo enciendo en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde y todo árbol seco; no se apagará la llama del fuego; y serán quemados en ella todos los rostros, desde el sur hasta el norte.

(Ez 20:48) Y verá toda carne que yo Jehová lo encendí; no se apagará.

(Ez 20:49) Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ellos dicen de mí: ¿No profiere éste parábolas?

La espada afilada de Jehová
(Ez 21:1) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 21:2) Hijo de hombre, pon tu rostro contra Jerusalén, y derrama palabra sobre los santuarios, y profetiza contra la tierra de Israel.

(Ez 21:3) Dirás a la tierra de Israel: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo estoy contra ti, y sacaré mi espada de su vaina, y cortaré de ti al justo y al impío [irreverente y sin ley].

(Ez 21:4) Y por cuanto he de cortar de ti al justo y al impío [irreverente y sin ley], por tanto, mi espada saldrá de su vaina contra toda carne, desde el sur hasta el norte.

(Ez 21:5) Y sabrá toda carne que yo Jehová saqué mi espada de su vaina; no la envainaré más.

(Ez 21:6) Y tú, hijo de hombre, gime con quebrantamiento de tus lomos y con amargura; gime delante de los ojos de ellos.

(Ez 21:7) Y cuando te dijeren: ¿Por qué gimes tú? dirás: Por una noticia que cuando llegue hará que desfallezca todo corazón, y toda mano se debilitará, y se angustiará todo espíritu, y toda rodilla será débil como el agua; he aquí que viene, y se hará, dice Jehová el Señor.

(Ez 21:8) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 21:9) Hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Di: La espada, la espada está afilada, y también pulida.

(Ez 21:10) Para degollar víctimas está afilada, pulida está para que relumbre. ¿Hemos de alegrarnos? Al cetro de mi hijo ha despreciado como a un palo cualquiera.

(Ez 21:11) Y la dio a pulir para tenerla a mano; la espada está afilada, y está pulida para entregarla en mano del matador.

(Ez 21:12) Clama y lamenta, oh hijo de hombre; porque ésta será sobre mi pueblo, será ella sobre todos los príncipes de Israel; caerán ellos a espada juntamente con mi pueblo; hiere, pues, tu muslo;

(Ez 21:13) porque está probado. ¿Y qué, si la espada desprecia aun al cetro? El no será más, dice Jehová el Señor.

(Ez 21:14) Tú, pues, hijo de hombre, profetiza, y bate una mano contra otra, y duplíquese y triplíquese el furor de la espada homicida; esta es la espada de la gran matanza que los traspasará,

(Ez 21:15) para que el corazón desmaye, y los estragos se multipliquen; en todas las puertas de ellos he puesto espanto de espada. ¡Ah! dispuesta está para que relumbre, y preparada para degollar.

(Ez 21:16) Corta a la derecha, hiere a la izquierda, adonde quiera que «te vuelvas

(Ez 21:17) Y yo también batiré mi mano contra mi mano, y haré reposar mi ira. Yo Jehová he hablado.

(Ez 21:18) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 21:19) Tú, hijo de hombre, traza dos caminos por donde venga la espada del rey de Babilonia; de una misma tierra salgan ambos; y pon una señal al comienzo de cada camino, que indique la ciudad adonde va.

(Ez 21:20) El camino señalarás por donde venga la espada a Rabá de los hijos de Amón, y a Judá contra Jerusalén, la ciudad fortificada.

(Ez 21:21) Porque el rey de Babilonia se ha detenido en «una encrucijada,»* al principio de los dos caminos, para usar de adivinación; ha sacudido las flechas [saetas], consultó a sus ídolos, miró el hígado.

(Ez 21:22) La adivinación señaló a su mano derecha, sobre Jerusalén, para dar «la orden de ataque,»* para dar comienzo a la matanza, para levantar la voz en grito de guerra, para poner arietes contra las puertas, para levantar vallados, y edificar torres de sitio.

(Ez 21:23) Mas para ellos esto será como adivinación mentirosa, «ya que les ha hecho solemnes juramentos;»* pero él trae a la memoria la maldad de ellos, para apresarlos.

(Ez 21:24) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto han hecho traer a la memoria sus [de ustedes] maldades, manifestando sus [de ustedes] traiciones, y descubriendo sus [de ustedes] pecados en todas sus [de ustedes] obras; por cuanto han venido en memoria, serán entregados en su mano.

(Ez 21:25) Y tú, profano e impío [irreverente y sin ley] príncipe de Israel, cuyo día ha llegado ya, el tiempo de la consumación de la maldad,

(Ez 21:26) así ha dicho Jehová el Señor: Depón la tiara, quita la corona; esto no será más así; sea exaltado lo bajo, y humillado lo alto.

(Ez 21:27) A ruina, a ruina, a ruina lo reduciré, y esto no será más, hasta que venga aquel cuyo es el derecho, y yo se lo entregaré.

Juicio contra los amonitas
(Ez 21:28) Y tú, hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el Señor acerca de los hijos de Amón, y de su oprobio. Dirás, pues: La espada, la espada está desenvainada para degollar; para consumir está pulida con resplandor.

(Ez 21:29) Te profetizan vanidad, te adivinan mentira, para que la emplees sobre los cuellos de los malos sentenciados a muerte, cuyo día vino en el tiempo de la consumación de la maldad.

(Ez 21:30) ¿La volveré a su vaina? En el lugar donde te criaste, en la tierra donde has vivido, te juzgaré,

(Ez 21:31) y derramaré sobre ti mi ira; el fuego de mi enojo haré encender sobre ti, y te entregaré en mano de hombres temerarios, artífices de destrucción.

(Ez 21:32) Serás pasto del fuego, se empapará la tierra de tu sangre; no habrá más memoria de ti, porque yo Jehová he hablado.

Los pecados de Jerusalén
(Ez 22:1) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 22:2) Tú, hijo de hombre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad derramadora de sangre, y le mostrarás todas sus abominaciones?

(Ez 22:3) Dirás, pues: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ciudad derramadora de sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo ídolos contra sí misma para contaminarse!

(Ez 22:4) En tu sangre que derramaste has pecado, y te has contaminado en tus ídolos que hiciste; y has hecho acercar tu día, y has llegado al término de tus años; por tanto, te he dado en oprobio a las naciones, y en escarnio a todas las tierras.

(Ez 22:5) Las que están cerca de ti y las que están lejos se reirán de ti, amancillada de nombre, y de grande turbación [tormento, agobio, alteración].

(Ez 22:6) He aquí que los príncipes de Israel, «cada uno»* según su poder, se esfuerzan en derramar sangre.

(Ez 22:7) Al padre y a la madre despreciaron en ti; al extranjero trataron con violencia en medio de ti; al huérfano y a la viuda despojaron en ti.

(Ez 22:8) Mis santuarios despreciaste, y mis días de reposo has profanado.

(Ez 22:9) Calumniadores hubo en ti para derramar sangre; y sobre los montes comieron en ti; hicieron en medio de ti perversidades.

(Ez 22:10) La desnudez del padre descubrieron en ti, y en ti hicieron violencia a la que estaba inmunda por su menstruo.

(Ez 22:11) «Cada uno»* hizo abominación [cosa repugnante] con la mujer de su prójimo, «cada uno»* contaminó pervertidamente a su nuera, y «cada uno»* violó en ti a su hermana, hija de su padre.

(Ez 22:12) Precio recibieron en ti para derramar sangre; interés y usura tomaste, y a tus prójimos defraudaste con violencia; te olvidaste de mí, dice Jehová el Señor.

(Ez 22:13) Y he aquí que batí mis manos a causa de tu avaricia que cometiste, y a causa de la sangre que derramaste en medio de ti.

(Ez 22:14) ¿Estará firme tu corazón? ¿Serán fuertes tus manos en los días en que yo proceda contra ti? Yo Jehová he hablado, y lo haré.

(Ez 22:15) Te dispersaré por las naciones, y te esparciré por las tierras; y haré fenecer de ti tu inmundicia.

(Ez 22:16) Y por ti misma serás degradada a la vista de las naciones; y sabrás que yo soy Jehová.

(Ez 22:17) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 22:18) Hijo de hombre, la casa de Israel se me ha convertido en escoria; todos ellos son bronce y estaño y hierro y plomo en medio del horno; y en escorias de plata se convirtieron.

(Ez 22:19) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto todos ustedes se han convertido en escorias, por tanto, he aquí que yo los reuniré en medio de Jerusalén.

(Ez 22:20) Como quien junta plata y bronce y hierro y plomo y estaño en medio del horno, para encender fuego en él para fundirlos, así los juntaré en mi furor y en mi ira, y los pondré allí, y los fundiré.

(Ez 22:21) Yo los juntaré y soplaré sobre ustedes en el fuego de mi furor, y en medio de él serán fundidos.

(Ez 22:22) Como se funde la plata en medio del horno, así serán fundidos en medio de él; y sabrán que yo Jehová habré derramado mi enojo sobre ustedes.

(Ez 22:23) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 22:24) Hijo de hombre, di a ella: Tú no eres tierra limpia, ni rociada con lluvia en el día del furor.

(Ez 22:25) Hay conjuración de sus profetas en medio de ella, como león rugiente que arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, multiplicaron sus viudas en medio de ella.

(Ez 22:26) Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos.

(Ez 22:27) Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas.

(Ez 22:28) Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado.

(Ez 22:29) El pueblo de la tierra usaba de opresión y cometía robo, al afligido y menesteroso hacía violencia, y al extranjero oprimía sin derecho.

(Ez 22:30) Y busqué entre ellos «hombre»* que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé.

(Ez 22:31) Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice Jehová el Señor.

Las dos hermanas
(Ez 23:1) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 23:2) Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre,

(Ez 23:3) las cuales fornicaron en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados sus pechos, allí fueron estrujados sus pechos virginales.

(Ez 23:4) Y se llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales llegaron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron: Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba.

(Ez 23:5) Y Ahola cometió fornicación aun estando en mi poder; y se enamoró de sus amantes los asirios, vecinos suyos,

(Ez 23:6) vestidos de púrpura, gobernadores y capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a caballo.

(Ez 23:7) Y se prostituyó con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos.

(Ez 23:8) Y no dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron en su juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y derramaron sobre ella su fornicación.

(Ez 23:9) Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado.

(Ez 23:10) Ellos descubrieron su desnudez, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a espada; y vino a ser famosa entre las mujeres, pues en ella hicieron escarmiento.

(Ez 23:11) Y lo vio su hermana Aholiba, y enloqueció de lujuria más que ella; y sus fornicaciones fueron más que las fornicaciones de su hermana.

(Ez 23:12) Se enamoró de los hijos de los asirios sus vecinos, gobernadores y capitanes, vestidos de ropas y armas excelentes, jinetes que iban a caballo, todos ellos jóvenes codiciables.

(Ez 23:13) Y vi que se había contaminado; un mismo camino era el de ambas.

(Ez 23:14) Y aumentó sus fornicaciones; pues cuando vio a hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de color,

(Ez 23:15) ceñidos por sus lomos con talabartes, y tiaras de colores en sus cabezas, teniendo todos ellos apariencia de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, de Caldea, tierra de su nacimiento,

(Ez 23:16) se enamoró de ellos a «primera vista,»* y les envió mensajeros a la tierra de los caldeos.

(Ez 23:17) Así, pues, se llegaron a ella los hombres de Babilonia en su lecho de amores, y la contaminaron, y ella también se contaminó con ellos, y su alma se hastió de ellos.

(Ez 23:18) Así hizo patentes sus fornicaciones y descubrió sus desnudeces, por lo cual mi alma se hastió de ella, como se había ya hastiado mi alma de su hermana.

(Ez 23:19) Aun multiplicó sus fornicaciones, trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto.

(Ez 23:20) Y se enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal de los asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos.

(Ez 23:21) Así trajiste de nuevo a la memoria la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios comprimieron tus pechos, los pechos de tu juventud.

(Ez 23:22) Por tanto, Aholiba, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo suscitaré contra ti a tus amantes, de los cuales se hastió tu alma, y les haré venir contra ti en derredor;

(Ez 23:23) los de Babilonia, y todos los caldeos, los de Pecod, Soa y Coa, y todos los de Asiria con ellos; jóvenes codiciables, gobernadores y capitanes, nobles y varones de renombre, que montan a caballo todos ellos.

(Ez 23:24) Y vendrán contra ti carros, carretas y ruedas, y multitud de pueblos. Escudos, paveses y yelmos pondrán contra ti en derredor; y yo pondré delante de ellos el juicio, y por sus leyes te juzgarán.

(Ez 23:25) Y pondré mi celo contra ti, y procederán contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas, y lo que te quedare caerá a espada. Ellos tomarán a tus hijos y a tus hijas, y tu remanente será consumido por el fuego.

(Ez 23:26) Y te despojarán de tus vestidos, y te arrebatarán todos los adornos de tu hermosura.

(Ez 23:27) Y haré cesar de ti tu lujuria, y tu fornicación de la tierra de Egipto; y no levantarás ya más a ellos tus ojos, ni nunca más te acordarás de Egipto.

(Ez 23:28) Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos que aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hastió tu alma;

(Ez 23:29) los cuales procederán contigo con odio, y tomarán todo el fruto de tu labor, y te dejarán desnuda y descubierta; y se descubrirá la inmundicia de tus fornicaciones, y tu lujuria y tu prostitución.

(Ez 23:30) Estas cosas se harán contigo porque fornicaste detrás de las naciones, con las cuales te contaminaste en sus ídolos.

(Ez 23:31) En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues, pondré su cáliz en tu mano.

(Ez 23:32) Así ha dicho Jehová el Señor: Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana, que es de gran capacidad; «de ti se burlarán [mofarán]»* las naciones, y te escarnecerán.

(Ez 23:33) Serás llena de embriaguez y de dolor por el cáliz de soledad y de devastación [ruina, asolamiento], por el cáliz de tu hermana Samaria.

(Ez 23:34) Lo beberás, pues, y lo agotarás, y quebrarás sus tiestos; y rasgarás tus pechos, porque yo he hablado, dice Jehová el Señor.

(Ez 23:35) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto te has olvidado de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva tú también tu lujuria y tus fornicaciones.

(Ez 23:36) Y me dijo Jehová: Hijo de hombre, ¿no juzgarás tú a Ahola y a Aholiba, y les denunciarás sus abominaciones?

(Ez 23:37) Porque han adulterado, y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus ídolos; y aun a sus hijos que habían dado a luz para mí, hicieron pasar por el fuego, quemándolos.

(Ez 23:38) Aun esto más me hicieron: contaminaron mi santuario en aquel día, y profanaron mis días de reposo.

(Ez 23:39) Pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, entraban en mi santuario el mismo día para contaminarlo; y he aquí, así hicieron en medio de mi casa.

(Ez 23:40) Además, enviaron por hombres que viniesen de lejos, a los cuales había sido enviado mensajero, y he aquí vinieron; y por amor de ellos te lavaste, y pintaste tus ojos, y te ataviaste con adornos;

(Ez 23:41) y te sentaste sobre magnífico [grande, suntuoso] estrado, y fue preparada mesa delante de él, y sobre ella pusiste mi incienso y mi aceite.

(Ez 23:42) Y se oyó en ella voz de compañía que se solazaba con ella; y con los varones «de la gente común»* fueron traídos los sabeos del desierto, y pusieron pulseras en sus manos, y bellas coronas sobre sus cabezas.

(Ez 23:43) Y dije respecto de la envejecida en adulterios: ¿Todavía cometerán fornicaciones con ella, y ella con ellos?

(Ez 23:44) Porque han venido a ella como quien viene a mujer prostituta [ramera]; así vinieron a Ahola y a Aholiba, mujeres depravadas.

(Ez 23:45) Por tanto, hombres justos las juzgarán por la ley de las adúlteras, y por la ley de las que derraman sangre; porque son adúlteras, y sangre hay en sus manos.

(Ez 23:46) Por lo que así ha dicho Jehová el Señor: Yo haré subir contra ellas tropas, las entregaré a turbación [tormento, agobio, alteración] y a rapiña,

(Ez 23:47) y las turbas las apedrearán, y las atravesarán con sus espadas; matarán a sus hijos y a sus hijas, y sus casas consumirán con fuego.

(Ez 23:48) Y haré cesar la lujuria de la tierra, y escarmentarán todas las mujeres, y no harán según sus [de ustedes] perversidades.

(Ez 23:49) Y sobre ustedes pondrán sus [de ustedes] perversidades, y pagaran los pecados de su [ustedes] idolatría; y sabrán que yo soy Jehová el Señor.

Parábola de la olla hirviente
(Ez 24:1) Vino a mí palabra de Jehová en el año noveno, en el mes décimo, a los diez días del mes, diciendo:

(Ez 24:2) Hijo de hombre, escribe la fecha de este día; el rey de Babilonia puso sitio a Jerusalén este mismo día.

(Ez 24:3) Y habla por parábola a la casa rebelde, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Pon una olla, ponla, y echa también en ella agua;

(Ez 24:4) junta sus piezas de carne en ella; todas buenas piezas, pierna y espalda; llénala de huesos escogidos.

(Ez 24:5) Toma una oveja escogida, y también enciende los huesos debajo de ella; haz que hierva bien; cuece también sus huesos dentro de ella.

(Ez 24:6) Pues así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres, de la olla herrumbrosa cuya herrumbre no ha sido quitada! Por sus piezas, por sus piezas sácala, sin echar suerte sobre ella.

(Ez 24:7) Porque su sangre está en medio de ella; sobre una piedra alisada la ha derramado; no la derramó sobre la tierra para que fuese cubierta con polvo.

(Ez 24:8) Habiendo, pues, hecho subir la ira para hacer venganza, yo pondré su sangre sobre la dura piedra, para que no sea cubierta.

(Ez 24:9) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad de sangres! Pues también haré yo gran hoguera,

(Ez 24:10) multiplicando la leña, y encendiendo el fuego para consumir la carne y hacer la salsa; y los huesos serán quemados.

(Ez 24:11) Asentando después la olla vacía sobre sus brasas, para que se caldee, y se queme su fondo, y se funda en ella su suciedad, y se consuma su herrumbre.

(Ez 24:12) En vano se cansó, y no salió de ella su mucha herrumbre. Sólo en fuego será su herrumbre consumida.

(Ez 24:13) En tu inmunda lujuria padecerás, porque te limpié, y tú no te limpiaste de tu inmundicia; nunca más te limpiarás, hasta que yo sacie mi ira sobre ti.

(Ez 24:14) Yo Jehová he hablado; vendrá, y yo lo haré. No me volveré atrás, ni tendré misericordia, ni me arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dice Jehová el Señor.

Muerte de la esposa de Ezequiel
(Ez 24:15) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 24:16) Hijo de hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus ojos; no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas.

(Ez 24:17) Reprime el suspirar, no hagas luto de mortuorios; ata tu turbante sobre ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no te cubras con barba [rebozo], ni comas pan de enlutados.

(Ez 24:18) Hablé al pueblo por la mañana, y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue mandado.

(Ez 24:19) Y me dijo el pueblo: ¿No nos enseñarás qué significan para nosotros estas cosas que haces?

(Ez 24:20) Y yo les dije: La palabra de Jehová vino a mí, diciendo:

(Ez 24:21) Di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo profano mi santuario, la gloria de su [ustedes] poderío, el deseo de sus [de ustedes] ojos y el deleite de su [ustedes] alma; y sus [de ustedes] hijos y sus [de ustedes] hijas que dejaron caerán a espada.

(Ez 24:22) Y harán de la manera que yo hice; no se cubrirán con barba [rebozo], ni comerán pan de hombres en luto.

(Ez 24:23) Sus [de ustedes] turbantes estarán sobre sus [de ustedes] cabezas, y sus [de ustedes] zapatos en sus [de ustedes] pies; no endecharan ni lloraran, sino que se consumirán a causa de sus [de ustedes] maldades, y gemirán «unos con otros.»*

(Ez 24:24) Ezequiel, pues, les será por señal; según todas las cosas que él hizo, harán; cuando esto ocurra, entonces sabrán que yo soy Jehová el Señor.

(Ez 24:25) Y tú, hijo de hombre, el día que yo arrebate a ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, el deleite de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también sus hijos y sus hijas,

(Ez 24:26) ese día vendrá a ti uno que haya escapado «para traer las noticias

(Ez 24:27) En aquel día se abrirá tu boca para hablar con el fugitivo, y hablarás, y no estarás más mudo; y les serás por señal, y sabrán que yo soy Jehová.

Profecía contra Amón
(Ez 25:1) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 25:2) Hijo de hombre, pon tu rostro hacia los hijos de Amón, y profetiza contra ellos.

(Ez 25:3) Y dirás a los hijos de Amón: Oigan palabra de Jehová el Señor. Así dice Jehová el Señor: Por cuanto dijiste: ¡Ea, bien!, cuando mi santuario era profanado, y la tierra de Israel era asolada, y llevada en cautiverio la casa de Judá;

(Ez 25:4) por tanto, he aquí yo te entrego por heredad [posesión] a los orientales, y pondrán en ti sus apriscos y plantarán en ti sus tiendas; ellos comerán tus sementeras, y beberán tu leche.

(Ez 25:5) Y pondré a Rabá por habitación de camellos, y a los hijos de Amón por majada de ovejas; y sabrán que yo soy Jehová.

(Ez 25:6) Porque así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto batiste tus manos, y golpeaste con tu pie, y te gozaste en el alma con todo tu menosprecio para la tierra de Israel,

(Ez 25:7) por tanto, he aquí yo extenderé mi mano contra ti, y te entregaré a las naciones para ser saqueada; te cortaré de entre los pueblos, y te destruiré de entre las tierras; te exterminaré, y sabrás que yo soy Jehová.

Profecía contra Moab
(Ez 25:8) Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto dijo Moab y Seir: He aquí la casa de Judá es como todas las naciones;

(Ez 25:9) por tanto, he aquí yo abro el lado de Moab desde las ciudades, desde sus ciudades que están en su confín, las tierras deseables de Bet jesimot, Baalmeón y Quiriataim,

(Ez 25:10) a los hijos del oriente contra los hijos de Amón; y la entregaré por heredad [posesión], para que no haya más memoria de los hijos de Amón entre las naciones.

(Ez 25:11) También en Moab haré juicios, y sabrán que yo soy Jehová.

Profecía contra Edom
(Ez 25:12) Así ha dicho Jehová el Señor: Por lo que hizo Edom, tomando venganza de la casa de Judá, pues delinquieron [cometieron delito] en extremo, y se vengaron de ellos;

(Ez 25:13) por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Yo también extenderé mi mano sobre Edom, y cortaré de ella hombres y bestias, y la asolaré; desde Temán hasta Dedán caerán a espada.

(Ez 25:14) Y pondré mi venganza contra Edom en manos de mi pueblo Israel, y harán en Edom según mi enojo y conforme a mi ira; y conocerán mi venganza, dice Jehová el Señor.

Profecía contra los filisteos
(Ez 25:15) Así ha dicho Jehová el Señor: Por lo que hicieron los filisteos con venganza, cuando se vengaron con despecho de ánimo, destruyendo por antiguas enemistades;

(Ez 25:16) por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí yo extiendo mi mano contra los filisteos, y cortaré a los cereteos, y destruiré el resto que queda en la costa del mar.

(Ez 25:17) Y haré en ellos grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán que yo soy Jehová, cuando haga mi venganza en ellos.

Profecía contra Tiro
(Ez 26:1) Sucedió en el undécimo año, en el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 26:2) Hijo de hombre, por cuanto dijo Tiro contra Jerusalén: Ea, bien; quebrantada está la que era puerta de las naciones; a mí se volvió; yo seré llena, y ella desierta;

(Ez 26:3) por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti muchas naciones, como el mar hace subir sus olas.

(Ez 26:4) Y demolerán los muros de Tiro, y derribarán sus torres; y barreré de ella hasta su polvo, y la dejaré como una peña lisa.

(Ez 26:5) Tendedero de redes será en medio del mar, porque yo he hablado, dice Jehová el Señor; y será saqueada por las naciones.

(Ez 26:6) Y sus hijas que están en el campo serán muertas a espada; y sabrán que yo soy Jehová.

(Ez 26:7) Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que del norte traigo yo contra Tiro a Nabucodonosor rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos y carros y jinetes, y tropas y mucho pueblo.

(Ez 26:8) Matará a espada a tus hijas que están en el campo, y pondrá contra ti torres de sitio, y levantará contra ti baluarte, y escudo afirmará contra ti.

(Ez 26:9) Y pondrá contra ti arietes, contra tus muros, y tus torres destruirá con hachas.

(Ez 26:10) Por la multitud de sus caballos te cubrirá el polvo de ellos; con el estruendo de su caballería y de las ruedas y de los carros, temblarán tus muros, cuando entre por tus puertas como por portillos de ciudad destruida.

(Ez 26:11) Con los cascos de sus caballos hollará todas tus calles; a tu pueblo matará a filo de espada, y tus fuertes columnas caerán a tierra.

(Ez 26:12) Y robarán tus riquezas y saquearán tus mercaderías; arruinarán tus muros, y tus casas preciosas destruirán; y pondrán tus piedras y tu madera y tu polvo en medio de las aguas.

(Ez 26:13) Y haré cesar el estrépito de tus canciones, y no se oirá más el son de tus cítaras.

(Ez 26:14) Y te pondré como una peña lisa; tendedero de redes serás, y nunca más serás edificada; porque yo Jehová he hablado, dice Jehová el Señor.

(Ez 26:15) Así ha dicho Jehová el Señor a Tiro: ¿No se estremecerán las costas al estruendo de tu caída, cuando griten los heridos, cuando se haga la matanza en medio de ti?

(Ez 26:16) Entonces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, y se quitarán sus mantos, y desnudarán sus ropas bordadas; de espanto se vestirán, se sentarán sobre la tierra, y temblarán a cada momento, y estarán atónitos sobre ti.

(Ez 26:17) Y levantarán sobre ti endechas, y te dirán: ¿Cómo pereciste tú, poblada por gente de mar, ciudad que era alabada, que era fuerte en el mar, ella y sus habitantes, que infundían terror a todos los que la rodeaban?

(Ez 26:18) Ahora se estremecerán las islas en el día de tu caída; sí, las islas que están en el mar se espantarán a causa de tu fin.

(Ez 26:19) Porque así ha dicho Jehová el Señor: Yo te convertiré en ciudad asolada, como las ciudades que no se habitan; haré subir sobre ti el abismo [profundidad], y las muchas aguas te cubrirán.

(Ez 26:20) Y te haré descender con los que descienden al sepulcro, con los pueblos de otros siglos, y te pondré en las profundidades de la tierra, como los desiertos antiguos, con los que descienden al sepulcro, para que nunca más seas poblada; y daré gloria en la tierra de los vivientes.

(Ez 26:21) Te convertiré en espanto, y dejarás de ser; serás buscada, y nunca más serás hallada, dice Jehová el Señor.

(Ez 27:1) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 27:2) Tú, hijo de hombre, levanta endechas sobre Tiro.

(Ez 27:3) Dirás a Tiro, que está asentada a las orillas del mar, la que trafica con los pueblos de muchas costas: Así ha dicho Jehová el Señor: Tiro, tú has dicho: Yo soy de perfecta hermosura.

(Ez 27:4) En el corazón de los mares están tus confines; los que te edificaron completaron tu belleza.

(Ez 27:5) De hayas del monte Senir te fabricaron todo el maderaje; tomaron cedros del Líbano para hacerte el mástil.

(Ez 27:6) De encinas de Basán hicieron tus remos; tus bancos de pino de las costas de Quitim, incrustados de marfil.

(Ez 27:7) De lino fino bordado de Egipto era tu cortina, para que te sirviese de vela; de azul y púrpura de las costas de Elisa era tu pabellón.

(Ez 27:8) Los habitantes [moradores, residentes] de Sidón y de Arvad fueron tus remeros; tus sabios, oh Tiro, estaban en ti; ellos fueron tus pilotos.

(Ez 27:9) Los ancianos de Gebal y sus más hábiles obreros calafateaban tus junturas; todas las naves del mar y los remeros de ellas fueron a ti para negociar, para participar de tus negocios.

(Ez 27:10) Persas y los de Lud y Fut fueron en tu ejército tus hombres de guerra; escudos y yelmos colgaron en ti; ellos te dieron tu esplendor.

(Ez 27:11) Y los hijos de Arvad con tu ejército estuvieron sobre tus muros alrededor, y los gamadeos en tus torres; sus escudos colgaron sobre tus muros alrededor; ellos completaron tu hermosura.

(Ez 27:12) Tarsis comerciaba contigo por la abundancia de todas tus riquezas; con plata, hierro, estaño y plomo comerciaba en tus ferias.

(Ez 27:13) Javán, Tubal y Mesec comerciaban también contigo; con hombres y con utensilios de bronce comerciaban en tus ferias.

(Ez 27:14) Los de la casa de Togarma, con caballos y corceles de guerra y mulos, comerciaban en tu mercado.

(Ez 27:15) Los hijos de Dedán traficaban contigo; muchas costas tomaban mercadería de tu mano; colmillos de marfil y ébano te dieron por sus pagos.

(Ez 27:16) Edom traficaba contigo por la multitud de tus productos; con perlas, púrpura, vestidos bordados, linos finos, corales y rubíes venía a tus ferias.

(Ez 27:17) Judá y la tierra de Israel comerciaban contigo; con trigos de Minit y Panag, miel, aceite y resina negociaban en tus mercados.

(Ez 27:18) Damasco comerciaba contigo por tus muchos productos, por la abundancia de toda riqueza; con vino de Helbón y lana blanca negociaban.

(Ez 27:19) Asimismo Dan y el errante Javán vinieron a tus ferias, para negociar en tu mercado con hierro labrado, mirra destilada y caña aromática.

(Ez 27:20) Dedán comerciaba contigo en paños preciosos para carros.

(Ez 27:21) Arabia y todos los príncipes de Cedar traficaban contigo en corderos y carneros y machos cabríos; en estas cosas fueron tus mercaderes.

(Ez 27:22) Los mercaderes de Sabá y de Raama fueron también tus mercaderes; con lo principal de toda especiería, y toda piedra preciosa, y oro, vinieron a tus ferias.

(Ez 27:23) Harán, Cane, Edén, y los mercaderes de Sabá, de Asiria y de Quilmad, contrataban contigo.

(Ez 27:24) Estos mercaderes tuyos negociaban contigo en varias cosas; en mantos de azul y bordados, y en cajas de ropas preciosas, enlazadas con cordones, y en madera de cedro.

(Ez 27:25) Las naves de Tarsis eran como tus caravanas que traían tus mercancías; así llegaste a ser opulenta, te multiplicaste en gran manera en medio de los mares.

(Ez 27:26) En muchas aguas te engolfaron tus remeros; viento solano te quebrantó en medio de los mares.

(Ez 27:27) Tus riquezas, tus mercaderías, tu tráfico, tus remeros, tus pilotos, tus calafateadores y los agentes de tus negocios, y todos tus hombres de guerra que hay en ti, con toda tu compañía que en medio de ti se halla, caerán en medio de los mares el día de tu caída.

(Ez 27:28) Al estrépito de las voces de tus marineros temblarán las costas.

(Ez 27:29) Descenderán de sus naves todos los que toman remo; remeros y todos los pilotos del mar se quedarán en tierra,

(Ez 27:30) y harán oír su voz sobre ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo sobre sus cabezas, y se revolcarán en ceniza.

(Ez 27:31) Se raerán por ti los cabellos, se ceñirán de cilicio, y endecharán por ti endechas amargas, con amargura del alma.

(Ez 27:32) Y levantarán sobre ti endechas en sus lamentaciones, y endecharán sobre ti, diciendo: ¿Quién como Tiro, como la destruida en medio del mar?

(Ez 27:33) Cuando tus mercaderías salían de las naves, saciabas a muchos pueblos; a los reyes de la tierra enriqueciste con la multitud de tus riquezas y de tu comercio.

(Ez 27:34) En el tiempo en que seas quebrantada por los mares en lo profundo de las aguas, tu comercio y toda tu compañía caerán en medio de ti.

(Ez 27:35) Todos los habitantes [moradores, residentes] de las costas se maravillarán sobre ti, y sus reyes temblarán de espanto; demudarán sus rostros.

(Ez 27:36) Los mercaderes en los pueblos silbarán contra ti; vendrás a ser espanto, y para siempre dejarás de ser.

(Ez 28:1) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 28:2) Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de Dios;

(Ez 28:3) he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay secreto que te sea oculto.

(Ez 28:4) Con tu sabiduría y con tu prudencia has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus tesoros.

(Ez 28:5) Con la grandeza de tu sabiduría en tus contrataciones has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas se ha enaltecido tu corazón.

(Ez 28:6) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de Dios,

(Ez 28:7) por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros, los fuertes de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor.

(Ez 28:8) Al sepulcro te harán descender, y morirás con la muerte de los que mueren en medio de los mares.

(Ez 28:9) ¿Hablarás delante del que te mate, diciendo: Yo soy Dios? Tú, hombre eres, y no Dios, en la mano de tu matador.

(Ez 28:10) De muerte de incircuncisos morirás por mano de extranjeros; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor.

(Ez 28:11) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 28:12) Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura.

(Ez 28:13) En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.

(Ez 28:14) Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.

(Ez 28:15) Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.

(Ez 28:16) A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad [vergüenza, afrenta, deshonor, (gran maldad e injusticia)], y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.

(Ez 28:17) Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que vean en ti.

(Ez 28:18) Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad [gran maldad e injusticia] de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.

(Ez 28:19) Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.

Profecía contra Sidón
(Ez 28:20) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 28:21) Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Sidón, y profetiza contra ella,

(Ez 28:22) y dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Sidón, y en medio de ti seré glorificado; y sabrán que yo soy Jehová, cuando haga en ella juicios, y en ella me santifique.

(Ez 28:23) Enviaré a ella pestilencia y sangre en sus calles, y caerán muertos en medio de ella, con espada contra ella por todos lados; y sabrán que yo soy Jehová.

(Ez 28:24) Y nunca más será a la casa de Israel espina desgarradora, ni aguijón que le dé dolor, en medio de cuantos la rodean y la desprecian; y sabrán que yo soy Jehová.

(Ez 28:25) Así ha dicho Jehová el Señor: Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual di a mi esclavo [siervo, sirviente] Jacob.

(Ez 28:26) Y habitarán en ella seguros, y edificarán casas, y plantarán viñas, y vivirán confiadamente, cuando yo haga juicios en todos los que los despojan en sus alrededores; y sabrán que yo soy Jehová su Dios.

Profecías contra Egipto
(Ez 29:1) En el año décimo, en el mes décimo, a los doce días del mes, vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 29:2) Hijo de hombre, pon tu rostro contra Faraón rey de Egipto, y profetiza contra él y contra todo Egipto.

(Ez 29:3) Habla, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, Faraón rey de Egipto, el gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío es el Nilo, pues yo lo hice.

(Ez 29:4) Yo, pues, pondré garfios en tus quijadas, y pegaré los peces de tus ríos a tus escamas, y te sacaré de en medio de tus ríos, y todos los peces de tus ríos saldrán pegados a tus escamas.

(Ez 29:5) Y te dejaré en el desierto a ti y a todos los peces de tus ríos; sobre la superficie [faz] del campo caerás; no serás recogido, ni serás juntado; a las fieras de la tierra y a las aves del cielo te he dado por comida.

(Ez 29:6) Y sabrán todos los habitantes [moradores, residentes] de Egipto que yo soy Jehová, por cuanto fueron báculo de caña a la casa de Israel.

(Ez 29:7) Cuando te tomaron con la mano, te quebraste, y les rompiste todo el hombro; y cuando se apoyaron en ti, te quebraste, y les rompiste sus lomos enteramente.

(Ez 29:8) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo traigo contra ti espada, y cortaré de ti hombres y bestias.

(Ez 29:9) Y la tierra de Egipto será asolada y desierta, y sabrán que yo soy Jehová; por cuanto dijo: El Nilo es mío, y yo lo hice.

(Ez 29:10) Por tanto, he aquí yo estoy contra ti, y contra tus ríos; y pondré la tierra de Egipto en devastación [ruina, asolamiento], en la soledad del desierto, desde Migdol hasta Sevene, hasta el límite de Etiopía.

(Ez 29:11) No pasará por ella pie de hombre, ni pie de animal pasará por ella, ni será habitada, por cuarenta años.

(Ez 29:12) Y pondré a la tierra de Egipto en soledad entre las tierras asoladas, y sus ciudades entre las ciudades destruidas estarán desoladas por cuarenta años; y esparciré a Egipto entre las naciones, y lo dispersaré por las tierras.

(Ez 29:13) Porque así ha dicho Jehová el Señor: Al fin de cuarenta años recogeré a Egipto de entre los pueblos entre los cuales fueren esparcidos;

(Ez 29:14) y volveré a traer los cautivos de Egipto, y los llevaré a la tierra de Patros, a la tierra de su origen; y allí serán un reino despreciable.

(Ez 29:15) En comparación con los otros reinos será humilde; nunca más se alzará sobre las naciones; porque yo los disminuiré, para que no vuelvan a tener dominio sobre las naciones.

(Ez 29:16) Y no será ya más para la casa de Israel apoyo de confianza, que les haga recordar el pecado de mirar detrás de ellos; y sabrán que yo soy Jehová el Señor.

(Ez 29:17) Sucedió en el año veintisiete en el mes primero, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 29:18) Hijo de hombre, Nabucodonosor rey de Babilonia hizo a su ejército prestar un arduo servicio contra Tiro. Toda cabeza ha quedado calva, y toda espalda desollada; y ni para él ni para su ejército hubo paga de Tiro, por el servicio que prestó contra ella.

(Ez 29:19) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor; He aquí que yo doy a Nabucodonosor, rey de Babilonia, la tierra de Egipto; y él tomará sus riquezas, y recogerá sus despojos, y arrebatará botín, y habrá paga para su ejército.

(Ez 29:20) Por su trabajo con que sirvió contra ella le he dado la tierra de Egipto; porque trabajaron para mí, dice Jehová el Señor.

(Ez 29:21) En aquel tiempo haré retoñar el poder de la casa de Israel. Y «abriré tu boca»* en medio de ellos, y sabrán que yo soy Jehová.

(Ez 30:1) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 30:2) Hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Lamenten: ¡Ay de aquel día!

(Ez 30:3) Porque cerca está el día, cerca está el día de Jehová; día de nublado, día de castigo de las naciones será.

(Ez 30:4) Y vendrá espada a Egipto, y habrá miedo en Etiopía, cuando caigan heridos en Egipto; y tomarán sus riquezas, y serán destruidos sus fundamentos.

(Ez 30:5) Etiopía, Fut, Lud, toda Arabia, Libia, y los hijos de las tierras aliadas, caerán con ellos a filo de espada.

(Ez 30:6) Así ha dicho Jehová: También caerán los que sostienen a Egipto, y la altivez de su poderío caerá; desde Migdol hasta Sevene caerán en él a filo de espada, dice Jehová el Señor.

(Ez 30:7) Y serán asolados entre las tierras asoladas, y sus ciudades serán entre las ciudades desiertas.

(Ez 30:8) Y sabrán que yo soy Jehová, cuando ponga fuego a Egipto, y sean quebrantados [despedazados] todos sus ayudadores.

(Ez 30:9) En aquel tiempo saldrán mensajeros de delante de mí en naves, para espantar a Etiopía la confiada, y tendrán espanto como en el día de Egipto; porque he aquí viene.

(Ez 30:10) Así ha dicho Jehová el Señor: Destruiré las riquezas de Egipto por mano de Nabucodonosor rey de Babilonia.

(Ez 30:11) El, y con él su pueblo, los más fuertes de las naciones, serán traídos para destruir la tierra; y desenvainarán sus espadas sobre Egipto, y llenarán de muertos la tierra.

(Ez 30:12) Y secaré los ríos, y entregaré la tierra en manos de malos, y por mano de extranjeros destruiré la tierra y cuanto en ella hay. Yo Jehová he hablado.

(Ez 30:13) Así ha dicho Jehová el Señor: Destruiré también las imágenes, y destruiré los ídolos de Menfis; y no habrá más príncipe de la tierra de Egipto, y en la tierra de Egipto pondré temor.

(Ez 30:14) Asolaré a Patros, y pondré fuego a Zoán, y haré juicios en Tebas.

(Ez 30:15) Y derramaré mi ira sobre Sin, fortaleza de Egipto, y exterminaré a la multitud de Tebas.

(Ez 30:16) Y pondré fuego a Egipto; Sin tendrá gran dolor, y Tebas será destrozada, y Menfis «tendrá continuas angustias.»*

(Ez 30:17) Los jóvenes de Avén y de Pibeset caerán a filo de espada, y las mujeres irán en cautiverio.

(Ez 30:18) Y en Tafnes se oscurecerá el día, cuando quebrante yo allí el poder de Egipto, y cesará en ella la soberbia de su poderío; tiniebla la cubrirá, y los habitantes [moradores, residentes] de sus aldeas irán en cautiverio.

(Ez 30:19) Haré, pues, juicios en Egipto, y sabrán que yo soy Jehová.

(Ez 30:20) Sucedió en el año undécimo, en el mes primero, a los siete días del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 30:21) Hijo de hombre, he quebrado el brazo de Faraón rey de Egipto; y he aquí que no ha sido vendado poniéndole medicinas, ni poniéndole faja para ligarlo, a fin de fortalecerlo para que pueda sostener la espada.

(Ez 30:22) Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Heme aquí contra Faraón rey de Egipto, y quebraré sus brazos, el fuerte y el fracturado, y haré que la espada se le caiga de la mano.

(Ez 30:23) Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y los dispersaré por las tierras.

(Ez 30:24) Y fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, y pondré mi espada en su mano; mas quebraré los brazos de Faraón, y delante de aquél gemirá con gemidos de herido de muerte.

(Ez 30:25) Fortaleceré, pues, los brazos del rey de Babilonia, y los brazos de Faraón caerán; y sabrán que yo soy Jehová, cuando yo ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia, y él la extienda contra la tierra de Egipto.

(Ez 30:26) Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y los dispersaré por las tierras; y sabrán que yo soy Jehová.

(Ez 31:1) Sucedió en el año undécimo, en el mes tercero, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 31:2) Hijo de hombre, di a Faraón rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién te comparaste en tu grandeza?

(Ez 31:3) He aquí era el asirio cedro en el Líbano, de hermosas ramas, de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas.

(Ez 31:4) Las aguas lo hicieron crecer, lo encumbró el abismo [profundidad]; sus ríos corrían alrededor de su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus corrientes.

(Ez 31:5) Por tanto, se encumbró su altura sobre todos los árboles del campo, y se multiplicaron sus ramas, y a causa de las muchas aguas se alargó su ramaje que había echado.

(Ez 31:6) En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y debajo de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su sombra habitaban muchas naciones.

(Ez 31:7) Se hizo, pues, hermoso en su grandeza con la extensión de sus ramas; porque su raíz estaba junto a muchas aguas.

(Ez 31:8) Los cedros no lo cubrieron en el huerto de Dios; las hayas no fueron semejantes a sus ramas, ni los castaños fueron semejantes a su ramaje; ningún árbol en el huerto de Dios fue semejante a él en su hermosura.

(Ez 31:9) Lo hice hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles del Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia.

(Ez 31:10) Por tanto, así dijo Jehová el Señor: Ya que por ser encumbrado en altura, y haber levantado su cumbre entre densas ramas, su corazón se elevó con su altura,

(Ez 31:11) yo lo entregaré en manos del poderoso de las naciones, que de cierto le tratará según su maldad. Yo lo he desechado.

(Ez 31:12) Y lo destruirán extranjeros, los poderosos de las naciones, y lo derribarán; sus ramas caerán sobre los montes y por todos los valles, y por todos los arroyos de la tierra será quebrado su ramaje; y se irán de su sombra todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán.

(Ez 31:13) Sobre su ruina habitarán todas las aves del cielo, y sobre sus ramas estarán todas las bestias del campo,

(Ez 31:14) para que no se exalten en su altura todos los árboles que crecen junto a las aguas, ni levanten su copa entre la espesura, ni confíen en su altura todos los que beben aguas; porque todos están destinados a muerte, a lo profundo de la tierra, entre los hijos de los hombres, con los que descienden a la fosa.

(Ez 31:15) Así ha dicho Jehová el Señor: El día que descendió al Seol, hice hacer luto, hice cubrir por él el abismo [profundidad], y detuve sus ríos, y las muchas aguas fueron detenidas; al Líbano cubrí de tinieblas por él, y todos los árboles del campo se desmayaron.

(Ez 31:16) Del estruendo de su caída hice temblar a las naciones, cuando las hice descender al Seol con todos los que descienden a la sepultura; y todos los árboles escogidos del Edén, y los mejores del Líbano, todos los que beben aguas, fueron consolados en lo profundo de la tierra.

(Ez 31:17) También ellos descendieron con él al Seol, con los muertos a espada, los que fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de las naciones.

(Ez 31:18) ¿A quién te has comparado así en gloria y en grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con los árboles del Edén en lo profundo de la tierra; entre los incircuncisos yacerás, con los muertos a espada. Este es Faraón y todo su pueblo, dice Jehová el Señor.

(Ez 32:1) Sucedió en el año duodécimo, en el mes duodécimo, el día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 32:2) Hijo de hombre, levanta endechas sobre Faraón rey de Egipto, y dile: A leoncillo de naciones eres semejante, y eres como el dragón en los mares; pues secabas tus ríos, y enturbiabas las aguas con tus pies, y hollabas sus riberas.

(Ez 32:3) Así ha dicho Jehová el Señor: Yo extenderé sobre ti mi red con reunión de muchos pueblos, y te harán subir con mi red.

(Ez 32:4) Y te dejaré en tierra, te echaré sobre la superficie [faz] del campo, y haré posar sobre ti todas las aves del cielo, y saciaré de ti a las fieras de toda la tierra.

(Ez 32:5) Pondré tus carnes sobre los montes, y llenaré los valles de tus cadáveres.

(Ez 32:6) Y regaré de tu sangre la tierra donde nadas, hasta los montes; y los arroyos se llenarán de ti.

(Ez 32:7) Y cuando te haya extinguido, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus estrellas; el sol cubriré con nublado, y la luna no hará resplandecer su luz.

(Ez 32:8) Haré entenebrecer todos los astros brillantes del cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jehová el Señor.

(Ez 32:9) Y entristeceré el corazón de muchos pueblos, cuando lleve al cautiverio a los tuyos entre las naciones, por las tierras que no conociste.

(Ez 32:10) Y dejaré atónitos por ti a muchos pueblos, y sus reyes tendrán horror grande a causa de ti, cuando haga resplandecer mi espada delante de sus rostros; y todos se sobresaltarán en sus ánimos a cada momento en el día de tu caída.

(Ez 32:11) Porque así ha dicho Jehová el Señor: La espada del rey de Babilonia vendrá sobre ti.

(Ez 32:12) Con espadas de fuertes haré caer tu pueblo; todos ellos serán los poderosos de las naciones; y destruirán la soberbia de Egipto, y toda su multitud será deshecha.

(Ez 32:13) Todas sus bestias destruiré de sobre las muchas aguas; ni más las enturbiará pie de hombre, ni pezuña de bestia las enturbiará.

(Ez 32:14) Entonces haré asentarse sus aguas, y haré correr sus ríos como aceite, dice Jehová el Señor.

(Ez 32:15) Cuando asuele la tierra de Egipto, y la tierra quede despojada de todo cuanto en ella hay, cuando mate a todos los que en ella habitan [moran, residen], sabrán que yo soy Jehová.

(Ez 32:16) Esta es la endecha, y la cantarán; las hijas de las naciones la cantarán; endecharán sobre Egipto y sobre toda su multitud, dice Jehová el Señor.

(Ez 32:17) Sucedió en el año duodécimo, a los quince días del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 32:18) Hijo de hombre, endecha sobre la multitud de Egipto, y despéñalo a él, y a las hijas de las naciones poderosas, a lo profundo de la tierra, con los que descienden a la sepultura.

(Ez 32:19) Porque eres tan hermoso, desciende, y yace con los incircuncisos.

(Ez 32:20) Entre los muertos a espada caerá; a la espada es entregado; tráiganlo a él y a todos sus pueblos.

(Ez 32:21) De en medio del Seol hablarán a él los fuertes de los fuertes, con los que le ayudaron, que descendieron y yacen con los incircuncisos muertos a espada.

(Ez 32:22) Allí está Asiria con toda su multitud; en derredor de él están sus sepulcros; todos ellos cayeron muertos a espada.

(Ez 32:23) Sus sepulcros fueron puestos a los lados de la fosa, y su gente está por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales sembraron el terror en la tierra de los vivientes.

(Ez 32:24) Allí Elam, y toda su multitud por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales descendieron incircuncisos a lo más profundo de la tierra, porque sembraron su terror en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro.

(Ez 32:25) En medio de los muertos le pusieron lecho con toda su multitud; a sus alrededores están sus sepulcros; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque fue puesto su espanto en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los que descienden al sepulcro; él fue puesto en medio de los muertos.

(Ez 32:26) Allí Mesec y Tubal, y toda su multitud; sus sepulcros en sus alrededores; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque habían sembrado su terror en la tierra de los vivientes.

(Ez 32:27) Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, los cuales descendieron al Seol con sus armas de guerra, y sus espadas puestas debajo de sus cabezas; mas sus pecados estarán sobre sus huesos, por cuanto fueron terror de fuertes en la tierra de los vivientes.

(Ez 32:28) Tú, pues, serás quebrantado [despedazado] entre los incircuncisos, y yacerás con los muertos a espada.

(Ez 32:29) Allí Edom, sus reyes y todos sus príncipes, los cuales con su poderío fueron puestos con los muertos a espada; ellos yacerán con los incircuncisos, y con los que descienden al sepulcro.

(Ez 32:30) Allí los príncipes del norte, todos ellos, y todos los sidonios, que con su terror descendieron con los muertos, avergonzados de su poderío, yacen también incircuncisos con los muertos a espada, y comparten su confusión con los que descienden al sepulcro.

(Ez 32:31) A éstos verá Faraón, y se consolará sobre toda su multitud; Faraón muerto a espada, y todo su ejército, dice Jehová el Señor.

(Ez 32:32) Porque puse mi terror en la tierra de los vivientes, también Faraón y toda su multitud yacerán entre los incircuncisos con los muertos a espada, dice Jehová el Señor.

El deber de atalaya
(Ez 3:16-21)
(Ez 33:1) Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 33:2) Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya,

(Ez 33:3) y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo,

(Ez 33:4) cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza.

(Ez 33:5) El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida.

(Ez 33:6) Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya.

(Ez 33:7) A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.

(Ez 33:8) Cuando yo dijere al impío [irreverente y sin ley]: Impío [irreverente y sin ley], de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío [irreverente y sin ley] de su camino, el impío [irreverente y sin ley] morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.

(Ez 33:9) Y si tú avisares al impío [irreverente y sin ley] de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.

El camino de Dios es justo
(Ez 18:21-32)
(Ez 33:10) Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Ustedes han hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos?

(Ez 33:11) Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío [irreverente y sin ley], sino que se vuelva el impío [irreverente y sin ley] de su camino, y que viva. Vuelvan, vuelvan de sus [de ustedes] malos caminos; ¿por qué morirán, oh casa de Israel?

(Ez 33:12) Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la impiedad del impío [irreverente y sin ley] no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare.

(Ez 33:13) Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad [gran maldad e injusticia], todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad [gran maldad e injusticia] que hizo.

(Ez 33:14) Y cuando yo dijere al impío [irreverente y sin ley]: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia,

(Ez 33:15) si el impío [irreverente y sin ley] restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad [gran maldad e injusticia], vivirá ciertamente y no morirá.

(Ez 33:16) No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente.

(Ez 33:17) Luego dirán los hijos de tu pueblo: No es recto el camino del Señor; el camino de ellos es el que no es recto.

(Ez 33:18) Cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere iniquidad [gran maldad e injusticia], morirá por ello.

(Ez 33:19) Y cuando el impío [irreverente y sin ley] se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello.

(Ez 33:20) Y dijeron: No es recto el camino del Señor. Yo les juzgaré, oh casa de Israel, a «cada uno»* conforme a sus caminos.

Nuevas de la caída de Jerusalén
(Ez 33:21) Sucedió en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en el mes décimo, a los cinco días del mes, que vino a mí un fugitivo de Jerusalén, diciendo: La ciudad ha sido conquistada.

(Ez 33:22) Y la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes de llegar el fugitivo, y había abierto mi boca, hasta que vino a mí por la mañana; y abrió mi boca, y ya no más estuve callado.

(Ez 33:23) Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

(Ez 33:24) Hijo de hombre, los que habitan aquellos lugares asolados en la tierra de Israel hablan diciendo: Abraham era uno, y poseyó la tierra; pues nosotros somos muchos; a nosotros nos es dada la tierra en posesión.

(Ez 33:25) Por tanto, diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿Comerán con sangre, y a sus [de ustedes] ídolos alzaran sus [de ustedes] ojos, y derramaran sangre, y poseerán ustedes la tierra?

(Ez 33:26) Estuvieron sobre sus [de ustedes] espadas, hicieron abominación [cosa repugnante], y contaminaron «cada cual»* a la mujer de su prójimo; ¿y habrán de poseer la tierra?

(Ez 33:27) Les dirás así: Así ha dicho Jehová el Señor: Vivo yo, que los que están en aquellos lugares asolados caerán a espada, y al que está sobre la superficie [faz] del campo entregaré a las fieras para que lo devoren; y los que están en las fortalezas y en las cuevas, de pestilencia morirán.

(Ez 33:28) Y convertiré la tierra en desierto y en soledad, y cesará la soberbia de su poderío; y los montes de Israel serán asolados hasta que no haya quien pase.

(Ez 33:29) Y sabrán que yo soy Jehová, cuando convierta la tierra en soledad y desierto, por todas las abominaciones que han hecho.

(Ez 33:30) Y tú, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se burlan [mofan] de ti junto a las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el otro, «cada uno»* con su hermano, diciendo: Vengan ahora, y oigan qué palabra viene de Jehová.

(Ez 33:31) Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda detrás de su avaricia.

(Ez 33:32) Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra.

(Ez 33:33) Pero cuando ello viniere (y viene ya), sabrán que hubo profeta entre ellos.

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