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RVI: SALMOS 78 - 95

Referencias para la lectura:

-       Texto actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Texto entre comillas y asterisco «expresión»* refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
-       Subtitulado tradicional actualizado

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

Fidelidad de Dios hacia su pueblo infiel
(Sal 78:1) «Masquil de Asaf.»* Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinen su [de ustedes] oído a las palabras de mi boca.

(Sal 78:2) Abriré mi boca en proverbios; Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos,

(Sal 78:3) Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron.

(Sal 78:4) No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas que hizo.

(Sal 78:5) El estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en Israel, La cual mandó a nuestros padres Que la notificasen a sus hijos;

(Sal 78:6) Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos,

(Sal 78:7) A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos,

(Sal 78:8) Y no sean como sus padres, Generación contumaz [que persiste en el error] y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios su espíritu.

(Sal 78:9) Los hijos de Efraín, arqueros armados, Volvieron las espaldas en el día de la batalla.

(Sal 78:10) No cumplieron [guardaron, conservaron] el pacto [alianza, convenio, acuerdo] de Dios, Ni quisieron andar en su ley;

(Sal 78:11) Sino que se olvidaron de sus obras, Y de sus maravillas que les había mostrado.

(Sal 78:12) Delante de sus padres hizo maravillas En la tierra de Egipto, en el campo de Zoán.

(Sal 78:13) Dividió el mar y los hizo pasar; Detuvo las aguas como en un montón.

(Sal 78:14) Les guió de día con nube, Y toda la noche con resplandor de fuego.

(Sal 78:15) Hendió las peñas en el desierto, Y les dio a beber como de grandes abismos [profundidades],

(Sal 78:16) Pues sacó de la peña corrientes, E hizo descender aguas como ríos.

(Sal 78:17) Pero aún volvieron a pecar contra él, Rebelándose contra el Altísimo en el desierto;

(Sal 78:18) Pues tentaron a Dios en su corazón, Pidiendo comida a su gusto.

(Sal 78:19) Y hablaron contra Dios, Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto?

(Sal 78:20) He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, Y torrentes inundaron la tierra; ¿Podrá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo?

(Sal 78:21) Por tanto, oyó Jehová, y se indignó; Se encendió el fuego contra Jacob, Y el furor subió también contra Israel,

(Sal 78:22) Por cuanto no habían creído a Dios, Ni habían confiado en su salvación.

(Sal 78:23) Sin embargo, mandó a las nubes de arriba, Y abrió las puertas de los cielos,

(Sal 78:24) E hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, Y les dio trigo de los cielos.

(Sal 78:25) Pan de nobles comió el hombre; Les envió comida hasta saciarles.

(Sal 78:26) Movió el solano en el cielo, Y trajo con su poder el viento sur,

(Sal 78:27) E hizo llover sobre ellos carne como polvo, Como arena del mar, aves que vuelan.

(Sal 78:28) Las hizo caer en medio del campamento, Alrededor de sus tiendas.

(Sal 78:29) Comieron, y se saciaron; Les cumplió, pues, su deseo.

(Sal 78:30) No habían quitado de sí su anhelo, Aún estaba la comida en su boca,

(Sal 78:31) Cuando vino sobre ellos el furor de Dios, E hizo morir a los más robustos de ellos, Y derribó a los escogidos de Israel.

(Sal 78:32) Con todo esto, pecaron aún, Y no dieron crédito a sus maravillas.

(Sal 78:33) Por tanto, consumió sus días en vanidad, Y sus años en tribulación.

(Sal 78:34) Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios; Entonces se volvían solícitos en busca suya,

(Sal 78:35) Y se acordaban de que Dios era su refugio, Y el Dios Altísimo su redentor.

(Sal 78:36) Pero le lisonjeaban con su boca, Y con su lengua le mentían;

(Sal 78:37) Pues sus corazones no eran rectos con él, Ni estuvieron firmes en su pacto [alianza, convenio, acuerdo].

(Sal 78:38) Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; Y apartó muchas veces su ira, Y no despertó todo su enojo.

(Sal 78:39) Se acordó de que eran carne, Soplo que va y no vuelve.

(Sal 78:40) ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, Lo enojaron en el yermo!

(Sal 78:41) Y volvían, y tentaban a Dios, Y provocaban al Santo de Israel.

(Sal 78:42) No se acordaron de su mano, Del día que los redimió de la angustia;

(Sal 78:43) Cuando puso en Egipto sus señales, Y sus maravillas en el campo de Zoán;

(Sal 78:44) Y volvió sus ríos en sangre, Y sus corrientes, para que no bebiesen.

(Sal 78:45) Envió entre ellos enjambres de moscas que los devoraban, Y ranas que los destruían.

(Sal 78:46) Dio también a la oruga sus frutos, Y sus labores a la langosta.

(Sal 78:47) Sus viñas destruyó con granizo, Y sus higuerales con escarcha;

(Sal 78:48) Entregó al pedrisco sus bestias, Y sus ganados a los rayos.

(Sal 78:49) Envió sobre ellos el ardor de su ira; Enojo, indignación y angustia, Un ejército de ángeles destructores.

(Sal 78:50) Dispuso camino a su furor; No eximió la vida de ellos de la muerte, Sino que entregó su vida a la mortandad.

(Sal 78:51) Hizo morir a todo primogénito en Egipto, Las primicias de su fuerza en las tiendas de Cam.

(Sal 78:52) Hizo salir a su pueblo como ovejas, Y los llevó por el desierto como un rebaño.

(Sal 78:53) Los guió con seguridad, de modo que no tuvieran temor; Y el mar cubrió a sus enemigos.

(Sal 78:54) Los trajo después a las fronteras de su tierra santa, A este monte que ganó su mano derecha.

(Sal 78:55) Echó las naciones de la presencia [de delante] de ellos; Con cuerdas repartió sus tierras en heredad [posesión], E hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel.

(Sal 78:56) Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y no guardaron sus testimonios;

(Sal 78:57) Sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres; Se volvieron como arco engañoso.

(Sal 78:58) Le enojaron con sus lugares altos, Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla.

(Sal 78:59) Lo oyó Dios y se enojó, Y enteramente [en gran manera, grandemente] aborreció a Israel.

(Sal 78:60) Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo, La tienda en que habitó entre los hombres,

(Sal 78:61) Y entregó a cautiverio su poderío, Y su gloria en mano del enemigo.

(Sal 78:62) Entregó también su pueblo a la espada, Y se irritó contra su heredad [posesión].

(Sal 78:63) El fuego devoró a sus jóvenes, Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales.

(Sal 78:64) Sus sacerdotes cayeron a espada, Y sus viudas no hicieron lamentación.

(Sal 78:65) Entonces despertó el Señor como quien duerme, Como un valiente que grita excitado del vino,

(Sal 78:66) E hirió a sus enemigos por detrás; Les dio perpetua afrenta.

(Sal 78:67) Desechó la tienda de José, Y no escogió la tribu de Efraín,

(Sal 78:68) Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sion, al cual amó.

(Sal 78:69) Edificó su santuario a manera de eminencia, Como la tierra que cimentó para siempre.

(Sal 78:70) Eligió a David su esclavo [siervo, sirviente], Y lo tomó de las majadas de las ovejas;

(Sal 78:71) De tras las paridas lo trajo, Para que apacentase a Jacob su pueblo, Y a Israel su heredad [posesión].

(Sal 78:72) Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, Los pastoreó con la pericia de sus manos.

Lamento por la destrucción de Jerusalén
(Sal 79:1) «Salmo de Asaf.»* Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad [posesión]; Han profanado tu santo templo; Redujeron a Jerusalén a escombros.

(Sal 79:2) Dieron los cuerpos de tus esclavos [siervos, sirvientes] por comida a las aves de los cielos, La carne de tus santos a las bestias de la tierra.

(Sal 79:3) Derramaron su sangre como agua en los alrededores de Jerusalén, Y no hubo quien los enterrase.

(Sal 79:4) Somos afrentados de nuestros vecinos, escarnecidos [burlados con agravio y tenacidad] y burlados de los que están en nuestros alrededores.

(Sal 79:5) ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para siempre? ¿Arderá como fuego tu celo?

(Sal 79:6) Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen, Y sobre los reinos que no invocan tu nombre.

(Sal 79:7) Porque han consumido a Jacob, Y su morada han asolado.

(Sal 79:8) No recuerdes contra nosotros las iniquidades [grandes maldades e injusticias] de nuestros antepasados; Vengan pronto tus misericordias a encontrarnos, Porque estamos muy abatidos.

(Sal 79:9) Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.

(Sal 79:10) Porque dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios? Sea notoria en las gentes, delante de nuestros ojos, La venganza de la sangre de tus esclavos [siervos, sirvientes] que fue derramada.

(Sal 79:11) Llegue delante de ti el gemido de los presos; Conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte,

(Sal 79:12) Y devuelve a nuestros vecinos en su seno siete tantos De su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehová.

(Sal 79:13) Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te alabaremos para siempre; De generación en generación cantaremos tus alabanzas.

Ruego por restauración
(Sal 80:1) «Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Salmo de Asaf.»* Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas a José, Que estás entre querubines, resplandece.

(Sal 80:2) Despierta tu poder delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés, Y ven a salvarnos.

(Sal 80:3) Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.

(Sal 80:4) Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo?

(Sal 80:5) Les diste a comer pan de lágrimas, Y a beber lágrimas en gran abundancia.

(Sal 80:6) Nos pusiste por escarnio [burla con agravio y tenacidad] a nuestros vecinos, Y nuestros enemigos se burlan entre sí.

(Sal 80:7) Oh Dios de los ejércitos, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.

(Sal 80:8) Hiciste venir una vid de Egipto; Echaste las naciones, y la plantaste.

(Sal 80:9) Limpiaste sitio delante de ella, E hiciste arraigar sus raíces, y llenó la tierra.

(Sal 80:10) Los montes fueron cubiertos de su sombra, Y con sus sarmientos los cedros de Dios.

(Sal 80:11) Extendió sus vástagos hasta el mar, Y hasta el río sus renuevos.

(Sal 80:12) ¿Por qué aportillaste sus vallados, Y la vendimian todos los que pasan por el camino?

(Sal 80:13) La destroza el puerco montés, Y la bestia del campo la devora.

(Sal 80:14) Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña,

(Sal 80:15) La planta que plantó tu diestra, Y el renuevo que para ti afirmaste.

(Sal 80:16) Quemada a fuego está, asolada; Perezcan por la reprensión de tu rostro.

(Sal 80:17) Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el hijo de hombre que para ti afirmaste.

(Sal 80:18) Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre.

(Sal 80:19) ¡Oh Jehová, Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.

Bondad de Dios y perversidad de Israel
(Sal 81:1) «Al músico principal; sobre Gitit. Salmo de Asaf.»* Canten con gozo a Dios, fortaleza nuestra; Al Dios de Jacob aclamen con júbilo.

(Sal 81:2) Entonen canción, y tañan el pandero, El arpa deliciosa y el salterio.

(Sal 81:3) Toquen la trompeta en la nueva luna, En el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne.

(Sal 81:4) Porque estatuto es de Israel, Ordenanza del Dios de Jacob.

(Sal 81:5) Lo constituyó como testimonio en José Cuando salió por la tierra de Egipto. Oí lenguaje que no entendía;

(Sal 81:6) Aparté su hombro de debajo de la carga; Sus manos fueron descargadas de los cestos.

(Sal 81:7) En la calamidad clamaste, y yo te libré; Te respondí en lo secreto del trueno; Te probé junto a las aguas de Meriba.

(Sal 81:8) Oye, pueblo mío, y te amonestaré. Israel, si me oyeres,

(Sal 81:9) No habrá en ti dios ajeno, Ni te inclinarás a dios extraño.

(Sal 81:10) Yo soy Jehová tu Dios, Que te hice subir de la tierra de Egipto; Abre tu boca, y yo la llenaré.

(Sal 81:11) Pero mi pueblo no oyó mi voz, E Israel no me quiso a mí.

(Sal 81:12) Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón; Caminaron en sus propios consejos.

(Sal 81:13) ¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo, Si en mis caminos hubiera andado Israel!

(Sal 81:14) En un momento habría yo derribado a sus enemigos, Y vuelto mi mano contra sus adversarios.

(Sal 81:15) Los que aborrecen a Jehová se le habrían sometido, Y el tiempo de ellos sería para siempre.

(Sal 81:16) Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo, Y con miel de la peña les saciaría.

Amonestación contra los juicios injustos
(Sal 82:1) «Salmo de Asaf.»* Dios está en la reunión de los dioses; En medio de los dioses juzga.

(Sal 82:2) ¿Hasta cuándo juzgaran injustamente, Y aceptaran las personas de los impíos [irreverentes y sin ley]?

(Sal 82:3) Defiendan al débil y al huérfano; Hagan justicia al afligido y al menesteroso.

(Sal 82:4) Libren al afligido y al necesitado; Líbrenlo de mano de los impíos [irreverentes y sin ley].

(Sal 82:5) No saben, no entienden, Andan en tinieblas; Tiemblan todos los cimientos de la tierra.

(Sal 82:6) Yo dije: Ustedes son dioses, Y todos ustedes hijos del Altísimo;

(Sal 82:7) Pero como hombres morirán, Y como cualquiera de los príncipes caerán.

(Sal 82:8) Levántate, oh Dios, juzga la tierra; Porque tú heredarás todas las naciones.

Plegaria solicitando la destrucción de los enemigos de Israel
(Sal 83:1) «Cántico. Salmo de Asaf.»* Oh Dios, no guardes silencio; No calles, oh Dios, ni te estés quieto.

(Sal 83:2) Porque he aquí que rugen tus enemigos, Y los que te aborrecen alzan cabeza.

(Sal 83:3) Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, Y han entrado en consejo contra tus protegidos.

(Sal 83:4) Han dicho: Vengan, y destruyámoslos para que no sean nación, Y no haya más memoria del nombre de Israel.

(Sal 83:5) Porque se confabulan de corazón a una, Contra ti han hecho alianza

(Sal 83:6) Las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos;

(Sal 83:7) Gebal, Amón y Amalec, Los filisteos y los habitantes de Tiro.

(Sal 83:8) También el asirio se ha juntado con ellos; Sirven de brazo a los hijos de Lot.

(Sal 83:9) Hazles como a Madián, Como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón;

(Sal 83:10) Que perecieron en Endor, Fueron hechos como estiércol para la tierra.

(Sal 83:11) Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb; Como a Zeba y a Zalmuna a todos sus príncipes,

(Sal 83:12) Que han dicho: Heredemos para nosotros Las moradas de Dios.

(Sal 83:13) Dios mío, ponlos como torbellinos, Como hojarascas delante del viento,

(Sal 83:14) Como fuego que quema el monte, Como llama que abrasa el bosque.

(Sal 83:15) Persíguelos así con tu tempestad, Y atérralos con tu torbellino.

(Sal 83:16) Llena sus rostros de vergüenza, Y busquen tu nombre, oh Jehová.

(Sal 83:17) Sean afrentados y turbados [atormentados, agobiados, alterados] para siempre; Sean deshonrados, y perezcan.

(Sal 83:18) Y conozcan que tu nombre es Jehová; Tú solo Altísimo sobre toda la tierra.

Anhelo por la Casa de Dios
(Sal 84:1) «Al músico principal; sobre Gitit. Salmo para los hijos de Coré.»* ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!

(Sal 84:2) Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.

(Sal 84:3) Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.

(Sal 84:4) Dichosos [afortunados, bienaventurados] los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán.

(Sal 84:5) Dichoso [afortunado, bienaventurado] el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos.

(Sal 84:6) Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques.

(Sal 84:7) Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion.

(Sal 84:8) Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración; Escucha, oh Dios de Jacob.

(Sal 84:9) Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.

(Sal 84:10) Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.

(Sal 84:11) Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.

(Sal 84:12) Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía.

Ruego por la misericordia de Dios sobre Israel
(Sal 85:1) «Al músico principal. Salmo para los hijos de Coré.»* Fuiste propicio a tu tierra, oh Jehová; Volviste la cautividad de Jacob.

(Sal 85:2) Perdonaste la iniquidad [gran maldad e injusticia] de tu pueblo; Todos los pecados de ellos cubriste.

(Sal 85:3) Reprimiste todo tu enojo; Te apartaste del ardor de tu ira.

(Sal 85:4) Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación, Y haz cesar tu ira de sobre nosotros.

(Sal 85:5) ¿Estarás enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de generación en generación?

(Sal 85:6) ¿No volverás a darnos vida, Para que tu pueblo se regocije en ti?

(Sal 85:7) Muéstranos, oh Jehová, tu misericordia, Y danos tu salvación.

(Sal 85:8) Escucharé lo que hablará Jehová Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura.

(Sal 85:9) Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen, Para que habite la gloria en nuestra tierra.

(Sal 85:10) La misericordia y la verdad se encontraron; La justicia y la paz se besaron.

(Sal 85:11) La verdad brotará de la tierra, Y la justicia mirará desde los cielos.

(Sal 85:12) Jehová dará también el bien, Y nuestra tierra dará su fruto.

(Sal 85:13) La justicia irá delante de él, Y sus pasos nos pondrá por camino.

Oración solicitando la continua misericordia de Dios
(Sal 86:1) «Oración de David.»* Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame, Porque estoy afligido y menesteroso.

(Sal 86:2) Guarda mi alma, porque soy piadoso; Salva tú, oh Dios mío, a tu esclavo [siervo, sirviente] que en ti confía.

(Sal 86:3) Ten misericordia de mí, oh Jehová; Porque a ti clamo todo el día.

(Sal 86:4) Alegra el alma de tu esclavo [siervo, sirviente], Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma.

(Sal 86:5) Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.

(Sal 86:6) Escucha, oh Jehová, mi oración, Y está atento a la voz de mis ruegos.

(Sal 86:7) En el día de mi angustia te llamaré, Porque tú me respondes.

(Sal 86:8) Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, Ni obras que igualen tus obras.

(Sal 86:9) Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán delante de ti, Señor, Y glorificarán tu nombre.

(Sal 86:10) Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; Sólo tú eres Dios.

(Sal 86:11) Enséñame, oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma mi corazón para que tema tu nombre.

(Sal 86:12) Te alabaré, oh Jehová Dios mío, con todo mi corazón, Y glorificaré tu nombre para siempre.

(Sal 86:13) Porque tu misericordia es grande para conmigo, Y has librado mi alma de las profundidades del Seol.

(Sal 86:14) Oh Dios, los soberbios se levantaron contra mí, Y conspiración de violentos ha buscado mi vida, Y no te pusieron delante de sí.

(Sal 86:15) Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, «Lento para la ira,»* y grande en misericordia y verdad,

(Sal 86:16) Mírame, y ten misericordia de mí; Da tu poder a tu esclavo [siervo, sirviente], Y guarda al hijo de tu sierva.

(Sal 86:17) Haz conmigo señal para bien, Y véanla los que me aborrecen, y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste.

El privilegio de morar en Sión
(Sal 87:1) «A los hijos de Coré. Salmo. Cántico.»* Su cimiento está en el monte santo.

(Sal 87:2) Ama Jehová las puertas de Sion Más que todas las moradas de Jacob.

(Sal 87:3) Cosas gloriosas se han dicho de ti, Ciudad de Dios.

(Sal 87:4) Yo me acordaré de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen; He aquí Filistea y Tiro, con Etiopía; Este nació allá.

(Sal 87:5) Y de Sion se dirá: Este y aquél han nacido en ella, Y el Altísimo mismo la establecerá.

(Sal 87:6) Jehová contará al inscribir a los pueblos: Este nació allí.

(Sal 87:7) Y cantores y tañedores en ella dirán: Todas mis fuentes están en ti.

Ruego por la liberación de la muerte
(Sal 88:1) «Cántico. Salmo para los hijos de Coré. Al músico principal, para cantar sobre Mahalat. Masquil de Hemán ezraíta.»* Oh Jehová, Dios de mi salvación, Día y noche clamo delante de ti.

(Sal 88:2) Llegue mi oración a tu presencia; Inclina tu oído a mi clamor.

(Sal 88:3) Porque mi alma está hastiada de males, Y mi vida cercana al Seol.

(Sal 88:4) Soy contado entre los que descienden al sepulcro; Soy como hombre sin fuerza,

(Sal 88:5) Abandonado entre los muertos, Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, De quienes no te acuerdas ya, Y que fueron arrebatados de tu mano.

(Sal 88:6) Me has puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en lugares profundos.

(Sal 88:7) Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas.

(Sal 88:8) Has alejado de mí mis conocidos; Me has puesto por abominación [cosa repugnante] a ellos; Encerrado estoy, y no puedo salir.

(Sal 88:9) Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; Te he llamado, oh Jehová, cada día; He extendido a ti mis manos.

(Sal 88:10) ¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte?

(Sal 88:11) ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en el Abadón?

(Sal 88:12) ¿Serán reconocidas en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la tierra del olvido?

(Sal 88:13) Mas yo a ti he clamado, oh Jehová, Y de mañana mi oración se presentará delante de ti.

(Sal 88:14) ¿Por qué, oh Jehová, desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?

(Sal 88:15) Yo estoy afligido y menesteroso; Desde la juventud he llevado tus terrores, he estado medroso.

(Sal 88:16) Sobre mí han pasado tus iras, Y me oprimen tus terrores.

(Sal 88:17) Me han rodeado como aguas «continuamente;»* A una me han cercado.

(Sal 88:18) Has alejado de mí al amigo y al compañero, Y a mis conocidos has puesto en tinieblas.

Pacto de Dios con David
(Sal 89:1) «Masquil de Etán ezraíta.»* Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; De generación en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca.

(Sal 89:2) Porque dije: Para siempre será edificada misericordia; En los cielos mismos afirmarás tu verdad.

(Sal 89:3) Hice pacto [alianza, convenio, acuerdo] con mi escogido; Juré a David mi esclavo [siervo, sirviente], diciendo:

(Sal 89:4) Para siempre confirmaré tu descendencia, Y edificaré tu trono por «todas las generaciones.»*

(Sal 89:5) Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová, Tu verdad también en la congregación de los santos.

(Sal 89:6) Porque ¿quién en los cielos se igualará a Jehová? ¿Quién será semejante a Jehová entre los hijos de los potentados?

(Sal 89:7) Dios temible en la gran congregación de los santos, Y formidable sobre todos cuantos están alrededor de él.

(Sal 89:8) Oh Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová, Y tu fidelidad te rodea.

(Sal 89:9) tienes dominio sobre la braveza del mar; Cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.

(Sal 89:10) quebrantaste a Rahab como a herido de muerte; Con tu brazo poderoso esparciste a tus enemigos.

(Sal 89:11) Tuyos son los cielos, tuya también la tierra; El mundo y su plenitud, tú lo fundaste.

(Sal 89:12) El norte y el sur, tú los creaste; El Tabor y el Hermón cantarán en tu nombre.

(Sal 89:13) Tuyo es el brazo potente; Fuerte es tu mano, exaltada tu diestra.

(Sal 89:14) Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de tu rostro.

(Sal 89:15) Dichoso [afortunado, bienaventurado] el pueblo que sabe aclamarte; Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.

(Sal 89:16) En tu nombre se alegrará todo el día, Y en tu justicia será enaltecido.

(Sal 89:17) Porque tú eres la gloria de su potencia, Y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder.

(Sal 89:18) Porque Jehová es nuestro escudo, Y nuestro rey es el Santo de Israel.

(Sal 89:19) Entonces hablaste en visión a tu santo, Y dijiste: He puesto el socorro sobre uno que es poderoso; He exaltado a un escogido de mi pueblo.

(Sal 89:20) Hallé a David mi esclavo [siervo, sirviente]; Lo ungí con mi santa unción.

(Sal 89:21) Mi mano estará siempre con él, Mi brazo también lo fortalecerá.

(Sal 89:22) No lo sorprenderá el enemigo, Ni hijo de iniquidad [gran maldad e injusticia] lo quebrantará;

(Sal 89:23) Sino que quebrantaré delante de él a sus enemigos, Y heriré a los que le aborrecen.

(Sal 89:24) Mi verdad y mi misericordia estarán con él, Y en mi nombre será exaltado su poder.

(Sal 89:25) Asimismo pondré su mano sobre el mar, Y sobre los ríos su diestra.

(Sal 89:26) El me clamará: Mi padre eres tú, Mi Dios, y la roca de mi salvación.

(Sal 89:27) Yo también le pondré por primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra.

(Sal 89:28) Para siempre le conservaré mi misericordia, Y mi pacto [alianza, convenio, acuerdo] será firme con él.

(Sal 89:29) Pondré su descendencia para siempre, Y su trono como los días de los cielos.

(Sal 89:30) Si dejaren sus hijos mi ley, Y no anduvieren en mis juicios,

(Sal 89:31) Si profanaren mis estatutos, Y no cumplieren [guardaren, conservaren] mis mandamientos,

(Sal 89:32) Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades [grandes maldades e injusticias].

(Sal 89:33) Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad.

(Sal 89:34) No olvidaré mi pacto [alianza, convenio, acuerdo], Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.

(Sal 89:35) Una vez he jurado por mi santidad, Y no mentiré a David.

(Sal 89:36) Su descendencia será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí.

(Sal 89:37) Como la luna será firme para siempre, Y como un testigo fiel en el cielo.

(Sal 89:38) Mas tú desechaste y despreciaste a tu ungido, Y te has airado con él.

(Sal 89:39) Rompiste el pacto [alianza, convenio, acuerdo] de tu esclavo [siervo, sirviente]; Has profanado su corona hasta la tierra.

(Sal 89:40) Aportillaste todos sus vallados; Has destruido sus fortalezas.

(Sal 89:41) Lo saquean todos los que pasan por el camino; Es oprobio a sus vecinos.

(Sal 89:42) Has exaltado la diestra de sus enemigos; Has alegrado a todos sus adversarios.

(Sal 89:43) Embotaste asimismo el filo de su espada, Y no lo levantaste en la batalla.

(Sal 89:44) Hiciste cesar su gloria, Y echaste su trono por tierra.

(Sal 89:45) Has acortado los días de su juventud; Le has cubierto de afrenta.

(Sal 89:46) ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como el fuego?

(Sal 89:47) Recuerda cuán breve es mi tiempo; ¿Por qué habrás creado en vano a todo hijo de hombre?

(Sal 89:48) ¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librará su vida del poder del Seol?

(Sal 89:49) Señor, ¿dónde están tus antiguas misericordias, Que juraste a David por tu verdad?

(Sal 89:50) Señor, acuérdate del oprobio de tus esclavos [siervos, sirvientes]; Oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno.

(Sal 89:51) Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado, Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.

(Sal 89:52) Bendito sea Jehová para siempre. Amén, y Amén.

La eternidad de Dios y la transitoriedad del hombre
(Sal 90:1) «Oración de Moisés, varón de Dios.»* Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación.

(Sal 90:2) Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mundo, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

(Sal 90:3) Vuelves al hombre hasta ser quebrantado [despedazado], Y dices: Conviértanse, hijos de los hombres.

(Sal 90:4) Porque mil años delante de tus ojos Son como el día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.

(Sal 90:5) Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño, Como la hierba que crece en la mañana.

(Sal 90:6) En la mañana florece y crece; A la tarde es cortada, y se seca.

(Sal 90:7) Porque con tu furor somos consumidos, Y con tu ira somos turbados [atormentados, agobiados, alterados].

(Sal 90:8) Pusiste nuestras maldades delante de ti, Nuestros yerros a la luz de tu rostro.

(Sal 90:9) Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento.

(Sal 90:10) Los días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y trabajo, Porque pronto pasan, y volamos.

(Sal 90:11) ¿Quién conoce el poder de tu ira, Y tu indignación según que debes ser temido?

(Sal 90:12) Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.

(Sal 90:13) Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo? Y aplácate para con tus esclavos [siervos, sirvientes].

(Sal 90:14) De mañana sácianos de tu misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días.

(Sal 90:15) Alégranos conforme a los días que nos afligiste, Y los años en que vimos el mal.

(Sal 90:16) Aparezca en tus esclavos [siervos, sirvientes] tu obra, Y tu gloria sobre sus hijos.

(Sal 90:17) Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma.

Morando bajo la sombra del Omnipotente
(Sal 91:1) El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente.

(Sal 91:2) Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.

(Sal 91:3) El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora.

(Sal 91:4) Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad.

(Sal 91:5) No temerás el terror nocturno, Ni flecha [saeta] que vuele de día,

(Sal 91:6) Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya.

(Sal 91:7) Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará.

(Sal 91:8) Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos [irreverentes y sin ley].

(Sal 91:9) Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación,

(Sal 91:10) No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada.

(Sal 91:11) Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.

(Sal 91:12) En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra.

(Sal 91:13) Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón.

(Sal 91:14) Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.

(Sal 91:15) Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.

(Sal 91:16) Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación.

Alabanza por la bondad de Dios
(Sal 92:1) «Salmo. Cántico para el día de»* «reposo.»* Bueno es alabarte, oh Jehová, Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;

(Sal 92:2) Anunciar por la mañana tu misericordia, Y tu fidelidad cada noche,

(Sal 92:3) En el decacordio y en el salterio, En tono suave con el arpa.

(Sal 92:4) Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras; En las obras de tus manos me gozo.

(Sal 92:5) ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos.

(Sal 92:6) El hombre necio no sabe, Y el insensato no entiende esto.

(Sal 92:7) Cuando brotan los impíos [irreverentes y sin ley] como la hierba, Y florecen todos los que hacen iniquidad [gran maldad e injusticia], Es para ser destruidos eternamente.

(Sal 92:8) Mas tú, Jehová, para siempre eres Altísimo.

(Sal 92:9) Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová, Porque he aquí, perecerán tus enemigos; Serán esparcidos todos los que hacen maldad.

(Sal 92:10) Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite fresco.

(Sal 92:11) Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos; Oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos.

(Sal 92:12) El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano.

(Sal 92:13) Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán.

(Sal 92:14) Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes,

(Sal 92:15) Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay injusticia.

La majestad de Dios
(Sal 93:1) Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá.

(Sal 93:2) Firme es tu trono desde entonces; Tú eres eternamente.

(Sal 93:3) Alzaron los ríos, oh Jehová, Los ríos alzaron su sonido; Alzaron los ríos sus ondas.

(Sal 93:4) Jehová en las alturas es más poderoso Que el estruendo de las muchas aguas, Más que las recias ondas del mar.

(Sal 93:5) Tus testimonios son muy firmes; La santidad conviene a tu casa, Oh Jehová, por los siglos y para siempre.

Oración clamando por venganza
(Sal 94:1) Jehová, Dios de las venganzas, Dios de las venganzas, muéstrate.

(Sal 94:2) Engrandécete, oh Juez de la tierra; Da el pago a los soberbios.

(Sal 94:3) ¿Hasta cuándo los impíos [irreverentes y sin ley], Hasta cuándo, oh Jehová, se gozarán los impíos [irreverentes y sin ley]?

(Sal 94:4) ¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras, Y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad[gran maldad e injusticia]?

(Sal 94:5) A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan, Y a tu heredad [posesión] afligen.

(Sal 94:6) A la viuda y al extranjero matan, Y a los huérfanos quitan la vida.

(Sal 94:7) Y dijeron: No verá JAH, Ni entenderá el Dios de Jacob.

(Sal 94:8) Entiendan, necios del pueblo; Y ustedes, fatuos, ¿cuándo serán sabios?

(Sal 94:9) El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el ojo, ¿no verá?

(Sal 94:10) El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá? ¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia?

(Sal 94:11) Jehová conoce los pensamientos de los hombres, Que son vanidad.

(Sal 94:12) Dichoso [afortunado, bienaventurado] el hombre a quien tú, JAH, corriges, Y en tu ley lo instruyes,

(Sal 94:13) Para hacerle descansar en los días de aflicción, En tanto que para el impío [irreverente y sin ley] se cava el hoyo.

(Sal 94:14) Porque no abandonará Jehová a su pueblo, Ni desamparará su heredad [posesión],

(Sal 94:15) Sino que el juicio será vuelto a la justicia, Y detrás de ella irán todos los rectos de corazón.

(Sal 94:16) ¿Quién se levantará por mí contra los malignos? ¿Quién estará por mí contra los que hacen iniquidad [gran maldad e injusticia]?

(Sal 94:17) Si no me ayudara Jehová, Pronto moraría mi alma en el silencio.

(Sal 94:18) Cuando yo decía: Mi pie resbala, Tu misericordia, oh Jehová, me sustentaba.

(Sal 94:19) En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma.

(Sal 94:20) ¿Se juntará contigo el trono de iniquidades [grandes maldades e injusticias] Que hace agravio bajo forma de ley?

(Sal 94:21) Se juntan contra la vida del justo, Y condenan la sangre inocente.

(Sal 94:22) Mas Jehová me ha sido por refugio, Y mi Dios por roca de mi confianza.

(Sal 94:23) Y él hará volver sobre ellos su iniquidad [gran maldad e injusticia], Y los destruirá en su propia maldad; Los destruirá Jehová nuestro Dios.

Cántico de alabanza y de adoración
(Sal 95:1) Vengan, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.

(Sal 95:2) Lleguemos ante su presencia con alabanza; Aclamémosle con cánticos.

(Sal 95:3) Porque Jehová es Dios grande, Y Rey grande sobre todos los dioses.

(Sal 95:4) Porque en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas.

(Sal 95:5) Suyo también el mar, pues él lo hizo; Y sus manos formaron la tierra seca.

(Sal 95:6) Vengan, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.

(Sal 95:7) Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyeren hoy su voz,

(Sal 95:8) No endurezcan su [de ustedes] corazón, como en Meriba, Como en el día de Masah en el desierto,

(Sal 95:9) Donde me tentaron sus [de ustedes] padres, Me probaron, y vieron mis obras.

(Sal 95:10) Cuarenta años estuve disgustado con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no han conocido mis caminos.

(Sal 95:11) Por tanto, juré en mi furor Que no entrarían en mi reposo.

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