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El camino de los malos
(Sal 37:1) «Salmo de David.»* No te impacientes a
causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad [gran maldad e
injusticia].
(Sal 37:2) Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la
hierba verde se secarán.
(Sal 37:3) Confía en Jehová, y
haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
(Sal 37:4) Deléitate asimismo
en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.
(Sal 37:5) Encomienda a Jehová
tu camino, Y confía en él; y él hará.
(Sal 37:6) Exhibirá tu justicia
como la luz, Y tu derecho como el mediodía.
(Sal 37:7) Guarda silencio ante
Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
Por el hombre que hace maldades.
(Sal 37:8) Deja la ira, y
desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo.
(Sal 37:9) Porque los malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la
tierra.
(Sal 37:10) Pues de aquí a poco no existirá el malo; Observarás
su lugar, y no estará allí.
(Sal 37:11) Pero los mansos heredarán
la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz.
(Sal 37:12) Maquina el impío [irreverente y sin ley] contra el justo, Y
cruje contra él sus dientes;
(Sal 37:13) El Señor se reirá de
él; Porque ve que viene su día.
(Sal 37:14) Los impíos [irreverentes
y sin ley] desenvainan espada y
entesan [agudizan la fuerza] su arco, Para derribar al pobre y al menesteroso,
Para matar a los de recto proceder.
(Sal 37:15) Su espada entrará en su mismo corazón, Y su arco será quebrado.
(Sal 37:16) Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de
muchos pecadores.
(Sal 37:17) Porque los brazos de los impíos [irreverentes y sin ley] serán quebrados; Mas el que sostiene a los justos es Jehová.
(Sal 37:18) Conoce Jehová los días
de los perfectos, Y la heredad [posesión]
de ellos será para siempre.
(Sal 37:19) No serán avergonzados en el mal tiempo, Y en los días de hambre serán saciados.
(Sal 37:20) Mas los impíos [irreverentes
y sin ley] perecerán, Y los enemigos
de Jehová como la grasa de los carneros Serán consumidos; se disiparán como el
humo.
(Sal 37:21) El impío [irreverente
y sin ley] toma prestado, y no paga;
Mas el justo tiene misericordia, y da.
(Sal 37:22) Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán destruidos.
(Sal 37:23) Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, Y él
aprueba
su camino.
(Sal 37:24) Cuando el hombre cayere,
no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano.
(Sal 37:25) Joven fui, y he
envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue
pan.
(Sal 37:26) En todo tiempo
tiene misericordia, y presta; Y su descendencia es para bendición.
(Sal 37:27) Apártate del mal, y
haz el bien, Y vivirás para siempre.
(Sal 37:28) Porque Jehová ama la rectitud, Y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; Mas la
descendencia de los impíos [irreverentes
y sin ley] será destruida.
(Sal 37:29) Los justos heredarán
la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella.
(Sal 37:30) La boca del justo habla
sabiduría, Y su lengua habla justicia.
(Sal 37:31) La ley de su Dios está en su corazón; Por tanto, sus pies no resbalarán.
(Sal 37:32) Acecha el impío [irreverente
y sin ley] al justo, Y procura matarlo.
(Sal 37:33) Jehová no lo dejará
en sus manos, Ni lo condenará cuando le juzgaren.
(Sal 37:34) Espera en Jehová, y
guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean
destruidos los pecadores, lo verás.
(Sal 37:35) Vi yo al impío [irreverente y sin ley] sumamente enaltecido,
Y que se extendía como laurel verde.
(Sal 37:36) Pero él pasó, y he
aquí ya no estaba; Lo busqué, y no fue hallado.
(Sal 37:37) Considera al íntegro, y mira al justo; Porque hay un final dichoso para el hombre de paz.
(Sal 37:38) Mas los transgresores serán todos a una destruidos; La posteridad de los impíos [irreverentes y sin ley] será extinguida.
(Sal 37:39) Pero la salvación
de los justos es de Jehová, Y él es su fortaleza
en el tiempo de la angustia.
(Sal 37:40) Jehová los ayudará y
los librará; Los libertará de los impíos [irreverentes
y sin ley], y los salvará, Por cuanto
en él esperaron.
Oración de un penitente
(Sal 38:1) «Salmo de David,
para recordar.»* Jehová, no me reprendas en
tu furor, Ni me castigues en tu ira.
(Sal 38:2) Porque tus flechas [saetas]
cayeron sobre mí, Y sobre mí ha descendido tu
mano.
(Sal 38:3) Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; Ni
hay paz en mis huesos, a causa de mi
pecado.
(Sal 38:4) Porque mis iniquidades [gran maldad e injusticia] se
han agravado sobre mi cabeza; Como carga pesada
se han agravado sobre mí.
(Sal 38:5) Hieden y supuran mis
llagas, A causa de mi locura.
(Sal 38:6) Estoy encorvado,
estoy humillado en gran manera, Ando enlutado todo el día.
(Sal 38:7) Porque mis lomos están llenos de ardor, Y nada hay
sano en mi carne.
(Sal 38:8) Estoy debilitado y
molido en gran manera; Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.
(Sal 38:9) Señor, delante de ti están todos mis deseos, Y mi
suspiro no te es oculto.
(Sal 38:10) Mi corazón
está acongojado, me ha dejado mi vigor, Y aun la
luz de mis ojos me falta ya.
(Sal 38:11) Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, Y mis cercanos se han alejado.
(Sal 38:12) Los que buscan mi vida arman lazos, Y los que procuran mi mal hablan iniquidades [gran maldad e injusticia], Y meditan fraudes todo el día.
(Sal 38:13) Mas yo, como si
fuera sordo, no oigo; Y soy como mudo que no abre la boca.
(Sal 38:14) Soy, pues, como un
hombre que no oye, Y en cuya boca no hay reprensiones.
(Sal 38:15) Porque en ti, oh
Jehová, he esperado; Tú responderás, Jehová Dios mío.
(Sal 38:16) Dije: No se alegren
de mí; Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí.
(Sal 38:17) Pero yo estoy a
punto de caer, Y mi dolor está delante de mí continuamente.
(Sal 38:18) Por tanto, confesaré
mi maldad, Y me contristaré por mi pecado.
(Sal 38:19) Porque mis enemigos están vivos y fuertes, Y se han aumentado los que me aborrecen sin causa.
(Sal 38:20) Los que pagan mal por bien Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
(Sal 38:21) No me desampares, oh
Jehová; Dios mío, no te alejes de mí.
(Sal 38:22) Apresúrate a ayudarme, Oh Señor, mi salvación.
El carácter transitorio de la vida
(Sal 39:1) «Al músico
principal; a Jedutún. Salmo de David.»* Yo
dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua; Guardaré mi boca con
freno, En tanto que el impío [irreverente y sin
ley] esté delante de mí.
(Sal 39:2) Enmudecí con
silencio, me callé aun respecto de lo bueno; Y se agravó mi dolor.
(Sal 39:3) Se enardeció mi corazón dentro de mí; En mi meditación se
encendió fuego, Y así proferí con mi lengua:
(Sal 39:4) Hazme saber, Jehová,
mi fin, Y cuánta sea la medida de mis días;
Sepa yo cuán frágil soy.
(Sal 39:5) He aquí, diste a mis
días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti; Ciertamente
es completa vanidad todo hombre que vive.
(Sal 39:6) Ciertamente como una sombra es el hombre; Ciertamente en vano se afana; Amontona
riquezas, y no sabe quién las recogerá.
(Sal 39:7) Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti.
(Sal 39:8) Líbrame de todas mis
transgresiones; No me pongas por escarnio [burla
con agravio y tenacidad] del insensato [irracional,
fatuo, necio].
(Sal 39:9) Enmudecí, no abrí mi
boca, Porque tú lo hiciste.
(Sal 39:10) Quita de sobre mí tu
plaga; Estoy consumido bajo los golpes de tu mano.
(Sal 39:11) Con castigos
por el pecado corriges al
hombre, Y deshaces como polilla lo más estimado de él; Ciertamente vanidad es
todo hombre.
(Sal 39:12) Oye mi oración, oh
Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas; Porque forastero soy
para ti, Y advenedizo, como todos mis padres.
(Sal 39:13) Déjame, y tomaré
fuerzas, Antes que vaya y perezca.
Alabanza por la liberación divina
(Sal 70:1-5)
(Sal 40:1) «Al músico
principal. Salmo de David.»* Pacientemente
esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi
clamor.
(Sal 40:2) Y me hizo sacar del
pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y
enderezó mis pasos.
(Sal 40:3) Puso luego en mi
boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y
confiarán en Jehová.
(Sal 40:4) Dichoso [afortunado,
bienaventurado] el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la
mentira.
(Sal 40:5) Has aumentado, oh
Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si
yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enumerados.
(Sal 40:6) Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis oídos; Holocausto y expiación no has
demandado.
(Sal 40:7) Entonces dije: He
aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí;
(Sal 40:8) El hacer tu voluntad,
Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio
de mi corazón.
(Sal 40:9) He anunciado
justicia en grande congregación; He aquí, no refrené mis labios, Jehová, tú lo
sabes.
(Sal 40:10) No encubrí tu
justicia dentro de mi corazón; He
publicado tu fidelidad y tu salvación;
No oculté tu misericordia y tu verdad
en grande asamblea.
(Sal 40:11) Jehová, no retengas de mí tus
misericordias; Tu misericordia y tu verdad
me guarden siempre.
(Sal 40:12) Porque me han
rodeado males sin número; Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la
vista. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.
(Sal 40:13) Quieras, oh Jehová,
librarme; Jehová, apresúrate a socorrerme.
(Sal 40:14) Sean avergonzados y confundidos a una Los que buscan mi vida para destruirla. Vuelvan
atrás y avergüéncense Los que mi mal desean;
(Sal 40:15) Sean asolados en
pago de su afrenta Los que me dicen: ¡Ea, ea!
(Sal 40:16) Gócense y alégrense
en ti todos los que te buscan, Y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido.
(Sal 40:17) Aunque afligido yo y
necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío,
no te tardes.
Oración pidiendo salud
(Sal 41:1) «Al músico
principal. Salmo de David.»* Dichoso [afortunado, bienaventurado] el que piensa en
el pobre; En el día malo lo librará Jehová.
(Sal 41:2) Jehová lo guardará, y le dará vida; Será dichoso [afortunado,
bienaventurado] en la tierra, Y no lo
entregarás a la voluntad de sus
enemigos.
(Sal 41:3) Jehová lo sustentará
sobre el lecho del dolor; Mullirás toda su cama en su enfermedad.
(Sal 41:4) Yo dije: Jehová, ten
misericordia de mí; Sana mi alma,
porque contra ti he pecado.
(Sal 41:5) Mis enemigos dicen
mal de mí, preguntando: ¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
(Sal 41:6) Y si vienen a verme, hablan
mentira; Su corazón recoge para sí
iniquidad [gran
maldad e injusticia], Y al salir
fuera la divulgan.
(Sal 41:7) Reunidos murmuran
contra mí todos los que me aborrecen; Contra mí piensan mal, diciendo de mí:
(Sal 41:8) Cosa pestilencial se ha apoderado de él; Y el que
cayó en cama no volverá a levantarse.
(Sal 41:9) Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar.
(Sal 41:10) Mas tú, Jehová, ten
misericordia de mí, y hazme levantar, Y les daré el pago.
(Sal 41:11) En esto conoceré que
te he agradado, Que mi enemigo no se huelgue de mí.
(Sal 41:12) En cuanto a mí, en
mi integridad me has sustentado, Y me
has hecho estar delante de ti para siempre.
(Sal 41:13) Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, Por los
siglos de los siglos. Amén y Amén.
Mi alma tiene sed de Dios
(Sal 42:1) «Al músico
principal. Masquil de los hijos de Coré.»*
Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma
mía.
(Sal 42:2) Mi alma
tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo
vendré, y me presentaré delante de Dios?
(Sal 42:3) Fueron mis lágrimas
mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
(Sal 42:4) Me acuerdo de estas
cosas, y derramo mi alma dentro de mí;
De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces
de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
(Sal 42:5) ¿Por qué te abates,
oh alma mía, Y te turbas [atormentas,
agobias, alteras] dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación
mía y Dios mío.
(Sal 42:6) Dios mío, mi alma
está abatida en mí; Me acordaré, por tanto, de
ti desde la tierra del Jordán, Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
(Sal 42:7) Un abismo [profundidad]
llama a otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
(Sal 42:8) Pero de día mandará
Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al
Dios de mi vida.
(Sal 42:9) Diré a Dios: Roca
mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la
opresión del enemigo?
(Sal 42:10) Como quien hiere mis huesos,
mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día:
¿Dónde está tu Dios?
(Sal 42:11) ¿Por qué te abates,
oh alma mía, Y por qué te turbas [atormentas,
agobias, alteras] dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación
mía y Dios mío.
Plegaria pidiendo vindicación y
liberación
(Sal 43:1) Júzgame, oh Dios, y
defiende mi causa; Líbrame de gente impía, y del hombre engañoso e inicuo.
(Sal 43:2) Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la opresión del enemigo?
(Sal 43:3) Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; Me conducirán a tu
santo monte, Y a tus moradas.
(Sal 43:4) Entraré al altar de Dios, Al Dios de mi alegría y
de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios
mío.
(Sal 43:5) ¿Por qué te abates,
oh alma mía, Y por qué te turbas [atormentas,
agobias, alteras] dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación
mía y Dios mío.
Liberaciones pasadas y pruebas
presentes
(Sal 44:1) «Al músico
principal. Masquil de los hijos de Coré.»*
Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros
padres nos han contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos
antiguos.
(Sal 44:2) Tú con tu mano
echaste las naciones, y los plantaste a ellos; Afligiste a los pueblos, y los
arrojaste.
(Sal 44:3) Porque no se apoderaron
de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo,
y la luz de tu rostro, Porque te complaciste en ellos.
(Sal 44:4) Tú, oh Dios, eres mi
rey; Manda salvación a Jacob.
(Sal 44:5) Por medio de ti sacudiremos
a nuestros enemigos; En tu nombre hollaremos a nuestros adversarios.
(Sal 44:6) Porque no confiaré
en mi arco, Ni mi espada me salvará;
(Sal 44:7) Pues tú nos has
guardado de nuestros enemigos, Y has avergonzado a los que nos aborrecían.
(Sal 44:8) En Dios nos gloriaremos
todo el tiempo, Y para siempre
alabaremos tu nombre.
(Sal 44:9) Pero nos has desechado,
y nos has hecho avergonzar; Y no sales con nuestros ejércitos.
(Sal 44:10) Nos hiciste
retroceder delante del enemigo, Y nos saquean para sí los que nos aborrecen.
(Sal 44:11) Nos entregas como
ovejas al matadero, Y nos has esparcido entre las naciones.
(Sal 44:12) Has vendido a tu
pueblo de balde; No exigiste ningún precio.
(Sal 44:13) Nos pones por
afrenta de nuestros vecinos, Por escarnio [burla
con agravio y tenacidad] y por burla de los que nos rodean.
(Sal 44:14) Nos pusiste por
proverbio entre las naciones; Todos al vernos menean la cabeza.
(Sal 44:15) Cada día mi vergüenza está delante de mí, Y la
confusión de mi rostro me cubre,
(Sal 44:16) Por la voz del que me vitupera y deshonra, Por
razón del enemigo y del vengativo.
(Sal 44:17) Todo esto nos ha
venido, y no nos hemos olvidado de ti, Y no hemos faltado a tu pacto [alianza, convenio,
acuerdo].
(Sal 44:18) No se ha vuelto atrás nuestro corazón, Ni
se han apartado de tus caminos nuestros pasos,
(Sal 44:19) Para que nos
quebrantases en el lugar de chacales, Y nos cubrieses con sombra de muerte.
(Sal 44:20) Si nos hubiésemos olvidado
del nombre de nuestro Dios, O alzado nuestras manos a dios ajeno,
(Sal 44:21) ¿No demandaría Dios
esto? Porque él conoce los secretos del corazón.
(Sal 44:22) Pero por causa de ti nos matan cada día; Somos contados como ovejas para el
matadero.
(Sal 44:23) Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no
te alejes para siempre.
(Sal 44:24) ¿Por qué escondes tu
rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?
(Sal 44:25) Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo, Y nuestro
cuerpo está postrado hasta la tierra.
(Sal 44:26) Levántate para ayudarnos, Y redímenos por causa de
tu misericordia.
Cántico de las bodas del rey
(Sal 45:1) «Al músico
principal; sobre Lirios. Masquil de los hijos de Coré. Canción de amores.»* Rebosa mi corazón palabra buena; Dirijo al rey mi
canto; Mi lengua es pluma de escribiente muy ligero.
(Sal 45:2) Eres el más hermoso
de los hijos de los hombres; La gracia se derramó en tus labios; Por tanto,
Dios te ha bendecido para siempre.
(Sal 45:3) Ciñe tu espada sobre
el muslo, oh valiente, Con tu gloria y con tu majestad.
(Sal 45:4) En tu gloria sé prosperado;
Cabalga sobre palabra de verdad, de
humildad y de justicia, Y tu diestra te enseñará cosas terribles.
(Sal 45:5) Tus flechas [saetas]
agudas, Con que caerán pueblos debajo de ti,
Penetrarán en el corazón de los
enemigos del rey.
(Sal 45:6) Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro
de justicia es el cetro de tu reino.
(Sal 45:7) Has amado la
justicia y aborrecido la maldad; Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, Con
óleo de alegría más que a tus compañeros.
(Sal 45:8) Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos;
Desde palacios de marfil te recrean.
(Sal 45:9) Hijas de reyes están entre tus ilustres; Está la reina a tu diestra con oro de Ofir.
(Sal 45:10) Oye, hija, y mira, e
inclina tu oído; Olvida tu pueblo, y la casa de tu padre;
(Sal 45:11) Y deseará el rey tu
hermosura; E inclínate a él, porque él es tu señor.
(Sal 45:12) Y las hijas de Tiro vendrán con regalos [presentes]; Implorarán tu favor los ricos del
pueblo.
(Sal 45:13) Toda gloriosa es la hija del rey en su morada; De
brocado de oro es su vestido.
(Sal 45:14) Con vestidos bordados será llevada al rey; Vírgenes irán detrás de ella, Compañeras
suyas serán traídas a ti.
(Sal 45:15) Serán traídas con
alegría y gozo; Entrarán en el palacio del rey.
(Sal 45:16) En lugar de tus padres serán tus hijos, A los cuales harás príncipes en toda la tierra.
(Sal 45:17) Haré perpetua la memoria
de tu nombre en todas las generaciones,
Por lo cual te alabarán los pueblos eternamente y para siempre.
Dios es nuestro amparo y fortaleza
(Sal 46:1) «Al músico
principal; de los hijos de Coré. Salmo sobre Alamot.»*
Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
(Sal 46:2) Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea
removida, Y se traspasen los montes al corazón
del mar;
(Sal 46:3) Aunque bramen y se
turben [atormenten,
agobien, alteren] sus aguas, Y
tiemblen los montes a causa de su braveza.
(Sal 46:4) Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo.
(Sal 46:5) Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios
la ayudará al clarear la mañana.
(Sal 46:6) Bramaron las
naciones, titubearon los reinos; Dio él su voz, se derritió la tierra.
(Sal 46:7) Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob.
(Sal 46:8) Vengan, observen las
obras de Jehová, Que ha puesto devastación [ruina,
asolamiento] en la tierra.
(Sal 46:9) Que hace cesar las guerras hasta los fines de la
tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, Y
quema los carros en el fuego.
(Sal 46:10) Estén quietos, y
conozcan que yo soy Dios; Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en
la tierra.
(Sal 46:11) Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob.
Dios, Rey de toda la tierra
(Sal 47:1) «Al músico
principal. Salmo de los hijos de Coré.»*
Pueblos todos, batan las manos; Aclamen a Dios
con voz de júbilo.
(Sal 47:2) Porque Jehová el Altísimo
es temible; Rey grande sobre toda la tierra.
(Sal 47:3) El someterá a los
pueblos debajo de nosotros, Y a las naciones debajo de nuestros pies.
(Sal 47:4) El nos elegirá
nuestras heredades [posesiones];
La hermosura de Jacob, al cual amó.
(Sal 47:5) Subió Dios con
júbilo, Jehová con sonido de trompeta.
(Sal 47:6) Canten a Dios,
canten; Canten a nuestro Rey, canten;
(Sal 47:7) Porque Dios es el Rey de toda la tierra; Canten con inteligencia.
(Sal 47:8) Reinó Dios sobre las
naciones; Se sentó Dios sobre su santo trono.
(Sal 47:9) Los príncipes de los pueblos se reunieron Como pueblo del Dios de Abraham; Porque de Dios son
los escudos de la tierra; El es muy exaltado.
Hermosura y gloria de Sion
(Sal 48:1) «Cántico. Salmo de
los hijos de Coré.»* Grande es Jehová, y
digno de ser enteramente [en gran manera,
grandemente] alabado En la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.
(Sal 48:2) Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, Es el
monte de Sion, a los lados del norte, La ciudad del gran Rey.
(Sal 48:3) En sus palacios Dios es conocido por refugio.
(Sal 48:4) Porque he aquí los reyes de la tierra se reunieron; Pasaron todos.
(Sal 48:5) Y viéndola ellos
así, se maravillaron, Se turbaron [atormentaron, agobiaron, alteraron], se apresuraron a huir.
(Sal 48:6) Les tomó allí
temblor; Dolor como de mujer que da a luz.
(Sal 48:7) Con viento solano Quiebras
tú las naves de Tarsis.
(Sal 48:8) Como lo oímos, así
lo hemos visto En la ciudad de Jehová de los ejércitos, en la ciudad de nuestro
Dios; La afirmará Dios para siempre.
(Sal 48:9) Nos acordamos de tu
misericordia, oh Dios, En medio de tu templo.
(Sal 48:10) Conforme a tu nombre, oh Dios, Así es tu loor hasta
los fines de la tierra; De justicia está llena
tu diestra.
(Sal 48:11) Se alegrará el monte
de Sion; Se gozarán las hijas de Judá Por tus juicios.
(Sal 48:12) Vayan alrededor de
Sion, y rodéenla; Cuenten sus torres.
(Sal 48:13) Consideren atentamente su antemuro, Vean sus palacios;
Para que lo cuenten a la generación venidera.
(Sal 48:14) Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; El nos guiará aun más
allá de la muerte.
La insensatez de confiar en las
riquezas
(Sal 49:1) «Al músico
principal. Salmo de los hijos de Coré.»*
Oigan esto, pueblos todos; Escuchen, habitantes
todos del mundo,
(Sal 49:2) Así los plebeyos como los nobles, El rico y el
pobre juntamente.
(Sal 49:3) Mi boca hablará sabiduría,
Y el pensamiento de mi corazón inteligencia.
(Sal 49:4) Inclinaré al
proverbio mi oído; Declararé con el arpa mi enigma.
(Sal 49:5) ¿Por qué he de temer
en los días de adversidad,
Cuando la iniquidad [gran maldad e injusticia] de mis opresores me
rodeare?
(Sal 49:6) Los que confían en sus bienes, Y de la muchedumbre
de sus riquezas se jactan,
(Sal 49:7) Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, Ni dar a Dios su rescate
(Sal 49:8) (Porque la redención de su vida es de gran precio, Y no se logrará jamás),
(Sal 49:9) Para que viva en
adelante para siempre, Y nunca vea corrupción.
(Sal 49:10) Pues verá que aun
los sabios mueren; Que perecen del mismo modo que el insensato y el necio, Y
dejan a otros sus riquezas.
(Sal 49:11) Su íntimo pensamiento es que sus casas serán
eternas, Y sus habitaciones para generación
y generación; Dan sus nombres a sus tierras.
(Sal 49:12) Mas el hombre no permanecerá en honra; Es semejante a las bestias que perecen.
(Sal 49:13) Este su camino es locura; Con todo, sus
descendientes se complacen en el dicho de ellos.
(Sal 49:14) Como a rebaños que son conducidos al Seol, La muerte los pastoreará, Y los rectos se enseñorearán de ellos por la mañana;
Se consumirá su buen parecer, y el Seol
será su morada.
(Sal 49:15) Pero Dios redimirá
mi vida del poder del Seol, Porque él
me tomará consigo.
(Sal 49:16) No temas cuando se
enriquece «alguno,»* Cuando aumenta
la gloria de su casa;
(Sal 49:17) Porque cuando muera no llevará nada, Ni descenderá tras él su gloria.
(Sal 49:18) Aunque mientras viva,
llame dichosa a su alma, Y sea loado
cuando prospere,
(Sal 49:19) Entrará en la generación
de sus padres, Y nunca más verá la luz.
(Sal 49:20) El hombre que está en honra y no entiende,
Semejante es a las bestias que perecen.
Dios juzgara al mundo
(Sal 50:1) «Salmo de Asaf.»* El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra, Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
(Sal 50:2) De Sion, perfección de hermosura, Dios ha
resplandecido.
(Sal 50:3) Vendrá nuestro Dios, y no callará; Fuego consumirá delante de él, Y tempestad poderosa
le rodeará.
(Sal 50:4) Convocará a los
cielos de arriba, Y a la tierra, para juzgar a su pueblo.
(Sal 50:5) Júntenme mis santos,
Los que hicieron conmigo pacto [alianza,
convenio, acuerdo] con sacrificio.
(Sal 50:6) Y los cielos declararán
su justicia, Porque Dios es el juez.
(Sal 50:7) Oye, pueblo mío, y
hablaré; Escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo.
(Sal 50:8) No te reprenderé por
tus sacrificios, Ni por tus holocaustos, que están continuamente delante de mí.
(Sal 50:9) No tomaré de tu casa
becerros, Ni machos cabríos de tus apriscos.
(Sal 50:10) Porque mía es toda bestia del bosque, Y los
millares de animales en los collados.
(Sal 50:11) Conozco a todas las
aves de los montes, Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece.
(Sal 50:12) Si yo tuviese hambre,
no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo
y su plenitud.
(Sal 50:13) ¿He de comer yo
carne de toros, O de beber sangre de
machos cabríos?
(Sal 50:14) Sacrifica a Dios
alabanza, Y paga tus votos al Altísimo;
(Sal 50:15) E invócame en el día
de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás.
(Sal 50:16) Pero al malo dijo
Dios: ¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes,
Y que tomar mi pacto [alianza,
convenio, acuerdo] en tu boca?
(Sal 50:17) Pues tú aborreces la
corrección, Y echas a tu espalda mis palabras.
(Sal 50:18) Si veías al ladrón,
tú corrías con él, Y con los adúlteros era tu parte.
(Sal 50:19) Tu boca metías en
mal, Y tu lengua componía engaño.
(Sal 50:20) Tomabas asiento, y
hablabas contra tu hermano; Contra el hijo de tu madre ponías infamia.
(Sal 50:21) Estas cosas hiciste,
y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé, y
las pondré delante de tus ojos.
(Sal 50:22) Entiendan ahora esto, los que se olvidan de Dios,
No sea que les despedace, y no haya quien les
libre.
(Sal 50:23) El que sacrifica alabanza me honrará; Y al que
ordenare su camino, Le mostraré la salvación de Dios.
Arrepentimiento, y plegaria pidiendo
purificación
(Sal 51:1) «Al músico
principal. Salmo de David, cuando después que se llegó a Betsabé, vino a»* «él Natán el profeta.»* Ten piedad de
mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades
borra mis rebeliones.
(Sal 51:2) Lávame más y más de
mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
(Sal 51:3) Porque yo reconozco
mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.
(Sal 51:4) Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas
reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.
(Sal 51:5) He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
(Sal 51:6) He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has
hecho comprender sabiduría.
(Sal 51:7) Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve.
(Sal 51:8) Hazme oír gozo y
alegría, Y se recrearán los huesos que
has abatido.
(Sal 51:9) Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis
maldades.
(Sal 51:10) Crea en mí, oh Dios,
un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
(Sal 51:11) No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
(Sal 51:12) Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu
noble me sustente.
(Sal 51:13) Entonces enseñaré a
los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.
(Sal 51:14) Líbrame de
homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación;
Cantará mi lengua tu justicia.
(Sal 51:15) Señor, abre mis
labios, Y publicará mi boca tu alabanza.
(Sal 51:16) Porque no quieres
sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto.
(Sal 51:17) Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado [despedazado]; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
(Sal 51:18) Haz bien con tu
benevolencia a Sion; Edifica los muros de Jerusalén.
(Sal 51:19) Entonces te agradarán
los sacrificios de justicia, El holocausto u ofrenda del todo quemada; Entonces
ofrecerán becerros sobre tu altar.
Futilidad de la jactancia del malo
(Sal 52:1) «Al músico
principal. Masquil de David, cuando vino Doeg»*
«edomita y dio cuenta a Saúl»* «diciéndole: David ha venido a casa de Ahimelec.»* ¿Por qué te jactas de
maldad, oh poderoso? La misericordia de Dios es «continua.»
(Sal 52:2) Agravios maquina tu lengua; Como navaja afilada hace engaño.
(Sal 52:3) Amaste el mal más
que el bien, La mentira más que la verdad.
(Sal 52:4) Has amado toda suerte de palabras perniciosas, Engañosa
lengua.
(Sal 52:5) Por tanto, Dios te destruirá para siempre; Te asolará y te arrancará de tu morada, Y te
desarraigará de la tierra de los vivientes.
(Sal 52:6) Verán los justos, y
temerán; Se reirán de él, diciendo:
(Sal 52:7) He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza, Sino que confió en la multitud de sus riquezas, Y se mantuvo en su
maldad.
(Sal 52:8) Pero yo estoy como
olivo verde en la casa de Dios; En la misericordia de Dios confío eternamente y
para siempre.
(Sal 52:9) Te alabaré para
siempre, porque lo has hecho así; Y esperaré en tu nombre, porque es bueno,
delante de tus santos.
Insensatez y maldad de los hombre
(Sal 14.1-7)
(Sal 53:1) «Al músico
principal; sobre Mahalat. Masquil de David.»*
Dice el insensato [irracional, fatuo, necio] en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, e hicieron abominable maldad; No hay quien haga bien.
(Sal 53:2) Dios desde los cielos miró
sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido Que buscara a
Dios.
(Sal 53:3) Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían
corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay
ni aun uno.
(Sal 53:4) ¿No tienen conocimiento
todos los que hacen iniquidad [gran maldad e injusticia], Que devoran a mi
pueblo como si comiesen pan, Y a Dios no
invocan?
(Sal 53:5) Allí se sobresaltaron
de pavor donde no había miedo, Porque Dios ha esparcido los huesos del que puso asedio contra ti; Los
avergonzaste, porque Dios los desechó.
(Sal 53:6) ¡Oh, si saliera de
Sion la salvación de Israel! Cuando
Dios hiciere volver de la cautividad a su pueblo, Se gozará Jacob, y se
alegrará Israel.
Plegaria pidiendo protección contra
los enemigos
(Sal 54:1) «Al músico
principal; en Neginot. Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl:»* «¿No está David escondido en nuestra tierra ?»* Oh
Dios, sálvame por tu nombre, Y con tu poder defiéndeme.
(Sal 54:2) Oh Dios, oye mi
oración; Escucha las razones de mi boca.
(Sal 54:3) Porque extraños se han levantado contra mí, Y
hombres violentos buscan mi vida; No han puesto
a Dios delante de sí.
(Sal 54:4) He aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor está con
los que sostienen mi vida.
(Sal 54:5) El devolverá el mal a mis enemigos; Córtalos por tu verdad.
(Sal 54:6) Voluntariamente sacrificaré
a ti; Alabaré tu nombre, oh Jehová, porque es bueno.
(Sal 54:7) Porque él me ha librado
de toda angustia, Y mis ojos han visto la ruina de mis enemigos.
Plegaria pidiendo la destrucción de
enemigos traicioneros
(Sal 55:1) «Al músico
principal; en Neginot. Masquil de David.»*
Escucha, oh Dios, mi oración, Y no te escondas
de mi súplica.
(Sal 55:2) Está atento, y
respóndeme; Clamo en mi oración, y me conmuevo,
(Sal 55:3) A causa de la voz del enemigo, Por la opresión del
impío [irreverente y sin ley]; Porque
sobre mí echaron iniquidad [gran maldad e injusticia], Y con furor me
persiguen.
(Sal 55:4) Mi corazón
está dolorido dentro de mí, Y terrores de muerte sobre mí han caído.
(Sal 55:5) Temor y temblor vinieron sobre mí, Y terror me ha
cubierto.
(Sal 55:6) Y dije: ¡Quién me
diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría.
(Sal 55:7) Ciertamente huiría lejos;
Moraría en el desierto.
(Sal 55:8) Me apresuraría a escapar
Del viento borrascoso, de la tempestad.
(Sal 55:9) Destrúyelos, oh Señor; confunde la lengua de ellos; Porque he visto violencia [vergüenza, afrenta, deshonor] y rencilla en
la ciudad.
(Sal 55:10) Día y noche la rodean
sobre sus muros, E iniquidad y trabajo
hay en medio de ella.
(Sal 55:11) Maldad hay en medio de ella, Y el fraude y el
engaño no se apartan de sus plazas.
(Sal 55:12) Porque no me afrentó
un enemigo, Lo cual habría soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía,
Porque me hubiera ocultado de él;
(Sal 55:13) Sino tú, hombre, al
parecer íntimo mío, Mi guía, y mi familiar;
(Sal 55:14) Que juntos comunicábamos
dulcemente los secretos, Y andábamos en amistad en la casa de Dios.
(Sal 55:15) Que la muerte les
sorprenda; Desciendan vivos al Seol,
Porque hay maldades en sus moradas, en medio de ellos.
(Sal 55:16) En cuanto a mí, a
Dios clamaré; Y Jehová me salvará.
(Sal 55:17) Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz.
(Sal 55:18) El redimirá en paz
mi alma de la guerra contra mí, Aunque
contra mí haya muchos.
(Sal 55:19) Dios oirá, y los
quebrantará luego, El que permanece desde la antigüedad; Por cuanto no cambian,
Ni temen a Dios.
(Sal 55:20) Extendió el inicuo
sus manos contra los que estaban en paz con él; Violó su pacto [alianza, convenio,
acuerdo].
(Sal 55:21) Los dichos de su boca son más blandos que mantequilla, Pero guerra hay en su corazón; Suaviza sus palabras más que el
aceite, Mas ellas son espadas desnudas.
(Sal 55:22) Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; No
dejará para siempre caído al justo.
(Sal 55:23) Mas tú, oh Dios,
harás descender aquéllos al pozo de perdición. Los hombres sanguinarios y
engañadores no llegarán a la mitad de sus días;
Pero yo en ti confiaré.
Oración de confianza
(Sal 56:1) «Al músico
principal; sobre La paloma silenciosa en paraje muy distante. Mictam de David,
cuando los filisteos le prendieron en Gat.»*
Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me
devoraría el hombre; Me oprime combatiéndome cada día.
(Sal 56:2) Todo el día mis enemigos me pisotean; Porque muchos son los que pelean contra mí con
soberbia.
(Sal 56:3) En el día que temo,
Yo en ti confío.
(Sal 56:4) En Dios alabaré su
palabra; En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?
(Sal 56:5) Todos los días
ellos pervierten mi causa; Contra mí son todos
sus pensamientos para mal.
(Sal 56:6) Se reúnen, se
esconden, Miran atentamente mis pasos, Como quienes acechan a mi alma.
(Sal 56:7) Pésalos según su
iniquidad [gran
maldad e injusticia], oh Dios, Y derriba
en tu furor a los pueblos.
(Sal 56:8) Mis huidas tú has contado;
Pon mis lágrimas en tu redoma; ¿No están ellas en tu libro?
(Sal 56:9) Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en
que yo clamare; Esto sé, que Dios está por mí.
(Sal 56:10) En Dios alabaré su
palabra; En Jehová su palabra alabaré.
(Sal 56:11) En Dios he confiado;
no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre?
(Sal 56:12) Sobre mí, oh Dios, están tus votos; Te tributaré alabanzas.
(Sal 56:13) Porque has librado
mi alma de la muerte, Y mis pies de
caída, Para que ande delante de Dios En la luz de los que viven.
Plegaria pidiendo ser librado de los
perseguidores
(Sal 108: 1-5)
(Sal 57:1) «Al músico
principal; sobre No destruyas. Mictam de David, cuando huyó de delante de Saúl
a la cueva.»* Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; Porque en ti ha
confiado mi alma, Y en la sombra de tus
alas me ampararé Hasta que pasen los quebrantos.
(Sal 57:2) Clamaré al Dios Altísimo, Al Dios que me favorece.
(Sal 57:3) El enviará desde los
cielos, y me salvará De la infamia del que me acosa; Dios enviará su
misericordia y su verdad.
(Sal 57:4) Mi vida está entre leones; Estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas; Sus
dientes son lanzas y flechas [saetas],
Y su lengua espada aguda.
(Sal 57:5) Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda
la tierra sea tu gloria.
(Sal 57:6) Red han armado a mis pasos; Se ha abatido mi alma; Hoyo
han cavado delante de mí; En medio de él han caído ellos mismos.
(Sal 57:7) Pronto está mi corazón,
oh Dios, mi corazón está dispuesto;
Cantaré, y trovaré [compondré versos] salmos.
(Sal 57:8) Despierta, alma
mía; despierta, salterio y arpa; Me levantaré de mañana.
(Sal 57:9) Te alabaré entre los
pueblos, oh Señor; Cantaré de ti entre las naciones.
(Sal 57:10) Porque grande es hasta los cielos tu misericordia,
Y hasta las nubes tu verdad.
(Sal 57:11) Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda
la tierra sea tu gloria.
Plegaria pidiendo el castigo de los
malos
(Sal 58:1) «Al músico
principal; sobre No destruyas. Mictam de David.»*
Oh congregación, ¿ pronuncian en verdad
justicia? ¿Juzgan rectamente, hijos de los hombres?
(Sal 58:2) Antes en el corazón
maquinan
iniquidades [grandes maldades e injusticias]; Hacen pesar la violencia [vergüenza, afrenta, deshonor] de sus [de ustedes] manos en la tierra.
(Sal 58:3) Se apartaron los
impíos [irreverentes y sin ley]
desde la matriz; Se descarriaron hablando
mentira desde que nacieron.
(Sal 58:4) Veneno tienen como veneno de serpiente; Son como el áspid sordo que cierra su oído,
(Sal 58:5) Que no oye la voz de
los que encantan, Por más hábil que el encantador sea.
(Sal 58:6) Oh Dios, quiebra sus
dientes en sus bocas; Quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos.
(Sal 58:7) Sean disipados como aguas que corren; Cuando disparen sus flechas [saetas], sean hechas pedazos.
(Sal 58:8) Pasen ellos como el
caracol que se deslíe; Como el que nace muerto, no vean el sol.
(Sal 58:9) Antes que sus [de
ustedes] ollas sientan la llama de los espinos, Así vivos, así
airados, los arrebatará él con tempestad.
(Sal 58:10) Se alegrará el justo
cuando viere la venganza; Sus pies lavará en la sangre
del impío [irreverente y sin ley].
(Sal 58:11) Entonces dirá el
hombre: Ciertamente hay galardón para el justo; Ciertamente hay Dios que juzga
en la tierra.