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significados y conceptos.
Animales limpios y animales inmundos
(Dt 14:3-21)
(Lv 11:1) Habló Jehová a
Moisés y a Aarón, diciéndoles:
(Lv 11:2) Hablen a los hijos
de Israel y díganles: Estos son los animales que comerán de entre todos los
animales que hay sobre la tierra.
(Lv 11:3) De entre los animales, todo el que tiene pezuña
hendida y que rumia, éste comerán.
(Lv 11:4) Pero de los que rumian o que tienen pezuña, no
comerán éstos: el camello, porque rumia pero no
tiene pezuña hendida, lo tendrán por inmundo.
(Lv 11:5) También el conejo, porque rumia, pero no tiene pezuña, lo tendrán por inmundo.
(Lv 11:6) Asimismo la liebre, porque rumia, pero no tiene pezuña, la tendrán por inmunda.
(Lv 11:7) También el cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendrán
por inmundo.
(Lv 11:8) De la carne de ellos
no comerán, ni tocaran su cuerpo muerto; los tendrán por inmundos.
(Lv 11:9) Esto comerán de
todos los animales que viven en las aguas: todos los que tienen aletas y
escamas en las aguas del mar, y en los ríos, estos comerán.
(Lv 11:10) Pero todos los que no tienen aletas ni escamas en
el mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa viviente que está en las aguas, los tendrán en abominación [cosa
repugnante].
(Lv 11:11) Les serán, pues,
abominación [cosa repugnante];
de su carne no comerán, y abominaran sus cuerpos
muertos.
(Lv 11:12) Todo lo que no tuviere aletas y escamas en las
aguas, lo tendrán en abominación [cosa repugnante].
(Lv 11:13) Y de las aves, éstas tendrán en abominación [cosa repugnante];
no se comerán, serán abominación [cosa
repugnante]: el águila, el
quebrantahuesos, el azor,
(Lv 11:14) el gallinazo, el milano según su especie [género, condición natural];
(Lv 11:15) todo cuervo según su especie;
(Lv 11:16) el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán
según su especie;
(Lv 11:17) el búho, el somormujo, el ibis,
(Lv 11:18) el calamón, el pelícano, el buitre,
(Lv 11:19) la cigüeña, la garza según su especie, la abubilla
y el murciélago.
(Lv 11:20) Todo insecto alado que anduviere sobre cuatro
patas, tendrán en abominación [cosa repugnante].
(Lv 11:21) Pero esto comerán de
todo insecto alado que anda sobre cuatro patas, que tuviere piernas además de
sus patas para saltar con ellas sobre la tierra;
(Lv 11:22) estos comerán de
ellos: la langosta según su especie, el langostín según su especie, el argol
según su especie, y el hagab según su especie.
(Lv 11:23) Todo insecto alado que tenga cuatro patas, tendrán
en abominación [cosa repugnante].
(Lv 11:24) Y por estas cosas serán inmundos; cualquiera que tocare sus cuerpos muertos será
inmundo hasta la noche,
(Lv 11:25) y cualquiera que llevare algo de sus cadáveres
lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la
noche.
(Lv 11:26) Todo animal de pezuña, pero que no tiene pezuña hendida, ni rumia, tendrán por inmundo; y
cualquiera que los tocare será inmundo.
(Lv 11:27) Y de todos los animales que andan en cuatro patas, tendrán por inmundo a cualquiera que ande sobre sus
garras; y todo el que tocare sus cadáveres será inmundo hasta la noche.
(Lv 11:28) Y el que llevare sus
cadáveres, lavará sus vestidos, y será inmundo hasta la noche; los tendrán por
inmundos.
(Lv 11:29) Y tendrán por inmundos a estos animales que se
mueven sobre la tierra: la comadreja, el ratón, la rana según su especie,
(Lv 11:30) el erizo, el cocodrilo, el lagarto, la lagartija y
el camaleón.
(Lv 11:31) Estos tendrán por inmundos de entre los animales
que se mueven, y cualquiera que los tocare cuando estuvieren muertos será
inmundo hasta la noche.
(Lv 11:32) Y todo aquello sobre que cayere algo de ellos después de muertos, será inmundo; sea
cosa de madera, vestido, piel, saco, sea cualquier instrumento con que se
trabaja, será metido en agua, y quedará inmundo hasta la noche; entonces
quedará limpio.
(Lv 11:33) Toda vasija de barro dentro de la cual cayere alguno de ellos será inmunda, así como todo lo que
estuviere en ella, y quebraran la vasija.
(Lv 11:34) Todo alimento que se come,
sobre el cual cayere el agua de tales vasijas, será inmundo; y toda bebida que
hubiere en esas vasijas será inmunda.
(Lv 11:35) Todo aquello sobre que cayere algo del cadáver de ellos será inmundo; el horno u
hornillos se derribarán; son inmundos, y por inmundos los tendrán.
(Lv 11:36) Con todo, la fuente y la cisterna donde se recogen
aguas serán limpias; mas lo que hubiere tocado
en los cadáveres será inmundo.
(Lv 11:37) Y si cayere algo de
los cadáveres sobre alguna semilla que se haya de sembrar, será limpia.
(Lv 11:38) Mas si se hubiere puesto
agua en la semilla, y cayere algo de los cadáveres sobre ella, la tendrán por
inmunda.
(Lv 11:39) Y si algún animal que
tuvieren para comer muriere, el que tocare su cadáver será inmundo hasta la
noche.
(Lv 11:40) Y el que comiere del cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la noche; asimismo
el que sacare el cuerpo muerto, lavará sus vestidos y será inmundo hasta la
noche.
(Lv 11:41) Y todo reptil que se arrastra sobre la tierra es
abominación [cosa repugnante]; no se comerá.
(Lv 11:42) Todo lo que anda sobre el pecho, y todo lo que anda
sobre cuatro o más patas, de todo animal que se arrastra sobre la tierra, no lo comerán, porque es abominación [cosa repugnante].
(Lv 11:43) No hagan abominables
sus [de ustedes] personas con
ningún animal que se arrastra, ni se contaminen
con ellos, ni sean inmundos por ellos.
(Lv 11:44) Porque yo soy Jehová
su [de ustedes] Dios; ustedes
por tanto se santificaran, y serán santos, porque yo
soy santo; así que no contaminen sus [de
ustedes] personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra.
(Lv 11:45) Porque yo soy
Jehová, que se hago subir de la tierra de Egipto para ser su [de ustedes] Dios: serán, pues, santos, porque yo soy santo.
(Lv 11:46) Esta es la ley acerca de las bestias, y las aves, y
todo ser viviente que se mueve en las
aguas, y todo animal que se arrastra sobre la tierra,
(Lv 11:47) para hacer diferencia entre lo inmundo y lo limpio,
y entre los animales que se pueden comer y los animales que no se pueden comer.
La purificación de la mujer después
del parto
(Lv 12:1) Habló Jehová a
Moisés, diciendo:
(Lv 12:2) Habla a los hijos de
Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda.
(Lv 12:3) Y al octavo día se circuncidará al niño.
(Lv 12:4) Mas ella permanecerá
treinta y tres días purificándose de su
sangre; ninguna cosa santa tocará, ni
vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación.
(Lv 12:5) Y si diere a luz
hija, será inmunda dos semanas,
conforme a su separación, y sesenta y seis días
estará purificándose de su sangre.
(Lv 12:6) Cuando los días
de su purificación fueren cumplidos,
por hijo o por hija, traerá un cordero «de
un año»* para holocausto, y un palomino o
una tórtola para expiación, a la puerta del tabernáculo
de reunión, al sacerdote;
(Lv 12:7) y él los ofrecerá delante de Jehová, y hará
expiación por ella, y será limpia del flujo de
su sangre. Esta es la ley para la que
diere a luz hijo o hija.
(Lv 12:8) Y si no «tiene»* lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para
holocausto y otro para expiación; y el sacerdote hará expiación por ella, y
será limpia.
Leyes acerca de la lepra
(Lv 13:1) Habló Jehová a
Moisés y a Aarón, diciendo:
(Lv 13:2) Cuando el hombre tuviere
en la piel de su cuerpo hinchazón, o erupción, o mancha blanca, y hubiere en la
piel de su cuerpo como llaga de lepra, será traído a Aarón el sacerdote o a uno
de sus hijos los sacerdotes.
(Lv 13:3) Y el sacerdote mirará
la llaga en la piel del cuerpo; si el pelo en la llaga se ha vuelto blanco, y
pareciere la llaga más profunda que la piel de la carne, llaga de lepra es; y
el sacerdote le reconocerá, y le declarará inmundo.
(Lv 13:4) Y si en la piel de su
cuerpo hubiere mancha blanca, pero que no pareciere más profunda que la piel,
ni el pelo se hubiere vuelto blanco, entonces el sacerdote encerrará al llagado
por siete días.
(Lv 13:5) Y al séptimo día el sacerdote lo mirará; y si la llaga conserva el mismo aspecto, no
habiéndose extendido en la piel, entonces el sacerdote le volverá a encerrar
por otros siete días.
(Lv 13:6) Y al séptimo día el sacerdote le reconocerá de nuevo; y si parece haberse oscurecido la llaga, y
que no ha cundido en la piel, entonces el sacerdote lo declarará limpio: era
erupción; y lavará sus vestidos, y será limpio.
(Lv 13:7) Pero si se extendiere
la erupción en la piel después que él se mostró al sacerdote para ser limpio,
deberá mostrarse otra vez al sacerdote.
(Lv 13:8) Y si reconociéndolo el sacerdote ve que la erupción se ha extendido en la piel, lo
declarará inmundo: es lepra.
(Lv 13:9) Cuando hubiere llaga
de lepra en el hombre, será traído al sacerdote.
(Lv 13:10) Y éste lo mirará, y si apareciere tumor blanco en
la piel, el cual haya mudado el color del pelo,
y se descubre asimismo la carne viva,
(Lv 13:11) es lepra crónica en
la piel de su cuerpo; y le declarará inmundo el sacerdote, y no le encerrará,
porque es inmundo.
(Lv 13:12) Mas si brotare la
lepra cundiendo por la piel, de modo que cubriere toda la piel del llagado
desde la cabeza hasta sus pies, hasta donde «pueda
ver»* el sacerdote,
(Lv 13:13) entonces éste le reconocerá; y si la lepra hubiere
cubierto todo su cuerpo, declarará limpio al
llagado; toda ella se ha vuelto blanca, y él es limpio.
(Lv 13:14) Mas el día que apareciere en él la carne viva, será
inmundo.
(Lv 13:15) Y el sacerdote mirará
la carne viva, y lo declarará inmundo. Es inmunda la carne viva; es lepra.
(Lv 13:16) Mas cuando la carne viva cambiare y se volviere blanca, entonces vendrá al sacerdote,
(Lv 13:17) y el sacerdote mirará;
y si la llaga se hubiere vuelto blanca, el sacerdote declarará limpio al que
tenía la llaga, y será limpio.
(Lv 13:18) Y cuando en la piel de la carne hubiere divieso, y se sanare,
(Lv 13:19) y en el lugar del divieso hubiere una hinchazón, o una mancha blanca rojiza, será
mostrado al sacerdote.
(Lv 13:20) Y el sacerdote mirará;
y si pareciere estar más profunda que la piel, y su pelo se hubiere vuelto
blanco, el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga de lepra que se originó en
el divieso.
(Lv 13:21) Y si el sacerdote la considerare, y no apareciere en ella pelo blanco, ni fuere más
profunda que la piel, sino oscura, entonces el sacerdote le encerrará por siete
días;
(Lv 13:22) y si se fuere extendiendo
por la piel, entonces el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga.
(Lv 13:23) Pero si la mancha blanca se estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido, es la
cicatriz del divieso, y el sacerdote lo declarará limpio.
(Lv 13:24) Asimismo cuando hubiere
en la piel del cuerpo quemadura de fuego, y hubiere en lo sanado del fuego
mancha blanquecina, rojiza o blanca,
(Lv 13:25) el sacerdote la mirará; y si el pelo se hubiere
vuelto blanco en la mancha, y ésta pareciere ser
más profunda que la piel, es lepra que salió en la quemadura; y el sacerdote lo
declarará inmundo, por ser llaga de lepra.
(Lv 13:26) Mas si el sacerdote la mirare, y no apareciere en la mancha pelo blanco, ni fuere
más profunda que la piel, sino que estuviere oscura, le encerrará el sacerdote
por siete días.
(Lv 13:27) Y al séptimo día el sacerdote la reconocerá; y si se hubiere ido extendiendo por la
piel, el sacerdote lo declarará inmundo; es llaga de lepra.
(Lv 13:28) Pero si la mancha se estuviere en su lugar, y no se hubiere extendido en la piel,
sino que estuviere oscura, es la cicatriz de la quemadura; el sacerdote lo
declarará limpio, porque señal de la
quemadura es.
(Lv 13:29) Y al hombre o mujer que le saliere llaga en la cabeza, o en la barba,
(Lv 13:30) el sacerdote mirará
la llaga; y si pareciere ser más profunda que la piel, y el pelo de ella fuere
amarillento y delgado, entonces el sacerdote le declarará inmundo; es tiña, es
lepra de la cabeza o de la barba.
(Lv 13:31) Mas cuando el sacerdote hubiere visto la llaga de la tiña, y no pareciere ser más profunda
que la piel, ni hubiere en ella pelo negro, el sacerdote encerrará por siete días al llagado de la tiña;
(Lv 13:32) y al séptimo día el sacerdote mirará la llaga; y si la tiña no pareciere haberse
extendido, ni hubiere en ella pelo amarillento, ni pareciere la tiña más
profunda que la piel,
(Lv 13:33) entonces le hará que se rasure, pero no rasurará el lugar afectado; y el sacerdote encerrará por otros
siete días al que tiene la tiña.
(Lv 13:34) Y al séptimo día mirará
el sacerdote la tiña; y si la tiña no hubiere cundido en la piel, ni pareciere
ser más profunda que la piel, el sacerdote lo declarará limpio; y lavará sus
vestidos y será limpio.
(Lv 13:35) Pero si la tiña se hubiere ido extendiendo en la
piel después de su purificación,
(Lv 13:36) entonces el sacerdote la
mirará; y si la tiña hubiere cundido en la piel, no busque el sacerdote el pelo
amarillento; es inmundo.
(Lv 13:37) Mas si «le
pareciere»* que la tiña está detenida, y que ha salido en ella el pelo negro, la tiña está
sanada; él está limpio, y limpio lo declarará el sacerdote.
(Lv 13:38) Asimismo cuando el hombre o la mujer tuviere en la piel de su cuerpo manchas, manchas blancas,
(Lv 13:39) el sacerdote mirará,
y si en la piel de su cuerpo aparecieren manchas blancas algo oscurecidas, es
empeine que brotó en la piel; está limpia la persona.
(Lv 13:40) Y el hombre, cuando se le «cayere
el cabello,»* es calvo, pero limpio.
(Lv 13:41) Y si hacia su frente
«se le cayere el cabello,»* es calvo por delante, pero limpio.
(Lv 13:42) Mas cuando en la calva o en la antecalva hubiere
llaga blanca rojiza, lepra es que brota en su
calva o en su antecalva.
(Lv 13:43) Entonces el sacerdote lo mirará, y si pareciere la hinchazón de la llaga blanca rojiza
en su calva o en su antecalva, como el parecer de la lepra de la piel del
cuerpo,
(Lv 13:44) leproso es, es
inmundo, y el sacerdote lo declarará luego inmundo; en su cabeza tiene la
llaga.
(Lv 13:45) Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado
pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo!
(Lv 13:46) Todo «el tiempo»*
que la llaga estuviere en él, será inmundo;
estará impuro, y habitará solo; fuera del campamento será su morada.
(Lv 13:47) Cuando en un vestido hubiere plaga de lepra, ya sea vestido de lana, o de lino,
(Lv 13:48) o en urdimbre o en trama de lino o de lana, o en
cuero, o en cualquiera obra de cuero;
(Lv 13:49) y la plaga fuere
verdosa, o rojiza, en vestido o en cuero, en urdimbre o en trama, o en
cualquiera obra de cuero; plaga es de lepra, y se ha de mostrar al sacerdote.
(Lv 13:50) Y el sacerdote mirará
la plaga, y encerrará la cosa plagada por siete días.
(Lv 13:51) Y al séptimo día mirará
la plaga; y si se hubiere extendido la plaga en el vestido, en la urdimbre o en
la trama, en el cuero, o en cualquiera obra que se hace de cuero, lepra maligna
es la plaga; inmunda será.
(Lv 13:52) Será quemado el
vestido, la urdimbre o trama de lana o de lino, o cualquiera obra de cuero en
que hubiere tal plaga, porque lepra maligna es; al fuego será quemada.
(Lv 13:53) Y si el sacerdote mirare,
y no pareciere que la plaga se haya extendido en el vestido, en la urdimbre o
en la trama, o en cualquiera obra de cuero,
(Lv 13:54) entonces el sacerdote mandará que laven donde está la plaga, y lo encerrará otra
vez por siete días.
(Lv 13:55) Y el sacerdote mirará
después que la plaga fuere lavada; y si pareciere que la plaga no ha cambiado
de «aspecto,»* aunque no se haya extendido la plaga, inmunda es; la
quemarás al fuego; es corrosión penetrante, esté lo raído en el derecho o en el
revés de aquella cosa.
(Lv 13:56) Mas si el sacerdote la viere, y pareciere que la plaga se ha oscurecido después que
fue lavada, la cortará del vestido, del cuero, de la urdimbre o de la trama.
(Lv 13:57) Y si apareciere de
nuevo en el vestido, la urdimbre o trama, o en cualquiera cosa de cuero,
extendiéndose en ellos, quemarás al fuego aquello en que estuviere la plaga.
(Lv 13:58) Pero el vestido, la urdimbre o la trama, o
cualquiera cosa de cuero que lavares, y que se le quitare la plaga, se lavará segunda vez, y entonces será
limpia.
(Lv 13:59) Esta es la ley para la plaga de la lepra del
vestido de lana o de lino, o de urdimbre o de trama, o de cualquiera cosa de
cuero, para que sea declarada limpia o inmunda.
(Lv 14:1) Y habló Jehová a
Moisés, diciendo:
(Lv 14:2) Esta será la ley
para el leproso «cuando»* se limpiare: Será traído al sacerdote,
(Lv 14:3) y éste saldrá fuera del campamento y lo examinará;
y si ve que está sana la plaga de la lepra del leproso,
(Lv 14:4) el sacerdote mandará
luego que se tomen para el que se purifica dos avecillas vivas, limpias, y
madera de cedro, grana e hisopo.
(Lv 14:5) Y mandará el
sacerdote matar una avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes.
(Lv 14:6) Después tomará la avecilla viva, el cedro, la grana
y el hisopo, y los mojará con la avecilla viva en la sangre de la avecilla muerta sobre las aguas corrientes;
(Lv 14:7) y rociará siete
veces sobre el que se purifica de la lepra, y le declarará limpio; y soltará la
avecilla viva en el campo.
(Lv 14:8) Y el que se purifica lavará
sus vestidos, y raerá todo su pelo, y se lavará con agua, y será limpio; y
después entrará en el campamento, y morará fuera de su tienda siete días.
(Lv 14:9) Y el séptimo día
raerá todo el pelo de su cabeza, su barba y las cejas de sus ojos y todo su
pelo, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en agua, y será limpio.
(Lv 14:10) El día octavo tomará
dos corderos sin defecto, y una cordera «de
un»* año sin tacha, y tres décimas de efa de
flor de harina para ofrenda amasada con aceite, y un log de aceite.
(Lv 14:11) Y el sacerdote que le purifica presentará delante de Jehová al que se ha de limpiar, con
aquellas cosas, a la puerta del tabernáculo
de reunión;
(Lv 14:12) y tomará el
sacerdote un cordero y lo ofrecerá por la culpa, con el log de aceite, y lo
mecerá como ofrenda mecida delante de Jehová.
(Lv 14:13) Y degollará el
cordero en el lugar donde se degüella el sacrificio por el pecado y el
holocausto, en el lugar del santuario; porque como la víctima por el pecado,
así también la víctima por la culpa es del sacerdote; es cosa muy sagrada.
(Lv 14:14) Y el sacerdote tomará
de la sangre de la víctima por la
culpa, y la pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se
purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie derecho.
(Lv 14:15) Asimismo el sacerdote tomará del log de aceite, y lo echará sobre la palma de su mano
izquierda,
(Lv 14:16) y mojará su dedo derecho en el aceite que tiene en
su mano izquierda, y esparcirá del aceite con su
dedo siete veces delante de Jehová.
(Lv 14:17) Y de lo que quedare del aceite que tiene en su
mano, pondrá el sacerdote sobre el lóbulo de la
oreja derecha del que se purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre
el pulgar de su pie derecho, encima de la sangre
del sacrificio por la culpa.
(Lv 14:18) Y lo que quedare del aceite que tiene en su mano,
lo pondrá sobre la cabeza del que se purifica; y
hará el sacerdote expiación por él delante de Jehová.
(Lv 14:19) Ofrecerá luego el
sacerdote el sacrificio por el pecado, y hará expiación por el que se ha de
purificar de su inmundicia; y después degollará el holocausto,
(Lv 14:20) y hará subir el
sacerdote el holocausto y la ofrenda sobre el altar. Así hará el sacerdote
expiación por él, y será limpio.
(Lv 14:21) Mas si fuere pobre,
y «no tuviere para tanto,»* entonces tomará
un cordero para ser ofrecido como ofrenda mecida por la culpa, para
reconciliarse, y una décima de efa de flor de harina amasada con aceite para
ofrenda, y un log de aceite,
(Lv 14:22) y dos tórtolas o dos palominos, según pueda; uno
será para expiación por el pecado, y el otro
para holocausto.
(Lv 14:23) Al octavo día de su purificación
traerá estas cosas al sacerdote, a la puerta del tabernáculo
de reunión, delante de Jehová.
(Lv 14:24) Y el sacerdote tomará
el cordero de la expiación por la culpa, y el log de aceite, y los mecerá el
sacerdote como ofrenda mecida delante de Jehová.
(Lv 14:25) Luego degollará el
cordero de la culpa, y el sacerdote tomará de la sangre
de la culpa, y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se
purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie
derecho.
(Lv 14:26) Y el sacerdote echará
del aceite sobre la palma de su mano izquierda;
(Lv 14:27) y con su dedo derecho el sacerdote rociará del aceite que tiene en su mano izquierda, siete
veces delante de Jehová.
(Lv 14:28) También el sacerdote pondrá
del aceite que tiene en su mano sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se
purifica, sobre el pulgar de su mano derecha y sobre el pulgar de su pie
derecho, en el lugar de la sangre de la
culpa.
(Lv 14:29) Y lo que sobre del aceite que el sacerdote tiene en
su mano, lo pondrá sobre la cabeza del que se
purifica, para reconciliarlo delante de Jehová.
(Lv 14:30) Asimismo ofrecerá
una de las tórtolas o uno de los palominos, según «pueda.»*
(Lv 14:31) Uno en sacrificio de expiación por el pecado, y el
otro en holocausto, además de la ofrenda; y hará el sacerdote expiación por el
que se ha de purificar, delante de Jehová.
(Lv 14:32) Esta es la ley para el que hubiere tenido plaga de
lepra, y no «tuviere más»* para su purificación.
(Lv 14:33) Habló también Jehová
a Moisés y a Aarón, diciendo:
(Lv 14:34) Cuando hayan entrado en la tierra de Canaán, la
cual yo les doy en posesión, si pusiere yo plaga
de lepra en alguna casa de la tierra de su [ustedes]
posesión,
(Lv 14:35) vendrá aquel de quien fuere la casa y dará aviso al sacerdote, diciendo: Algo como plaga ha aparecido
en mi casa.
(Lv 14:36) Entonces el sacerdote mandará desocupar la casa antes que entre a mirar la plaga,
para que no sea contaminado todo lo que estuviere en la casa; y después el
sacerdote entrará a examinarla.
(Lv 14:37) Y examinará la
plaga; y si se vieren manchas en las paredes de la casa, manchas verdosas o
rojizas, las cuales parecieren más profundas que la superficie de la pared,
(Lv 14:38) el sacerdote saldrá
de la casa a la puerta de ella, y cerrará la casa por siete días.
(Lv 14:39) Y al séptimo día volverá el sacerdote, y la
examinará; y si la plaga se hubiere extendido en
las paredes de la casa,
(Lv 14:40) entonces mandará el
sacerdote, y arrancarán las piedras en que estuviere la plaga, y las echarán
fuera de la ciudad en lugar inmundo.
(Lv 14:41) Y hará raspar la
casa por «dentro»* alrededor, y derramarán fuera de la ciudad, en
lugar inmundo, el barro que rasparen.
(Lv 14:42) Y tomarán otras
piedras y las pondrán en lugar de las piedras quitadas; y tomarán otro barro y
recubrirán la casa.
(Lv 14:43) Y si la plaga volviere a brotar en aquella casa, después que hizo arrancar las
piedras y raspar la casa, y después que fue recubierta,
(Lv 14:44) entonces el sacerdote entrará y la examinará; y si pareciere haberse extendido la plaga en la casa,
es lepra maligna en la casa; inmunda es.
(Lv 14:45) Derribará, por
tanto, la tal casa, sus piedras, sus maderos y toda la mezcla de la casa; y
sacarán todo fuera de la ciudad a lugar inmundo.
(Lv 14:46) Y cualquiera que entrare en aquella casa durante
los días en que la mandó cerrar, será inmundo hasta la noche.
(Lv 14:47) Y el que durmiere en aquella casa, lavará sus vestidos; también el que comiere en la casa
lavará sus vestidos.
(Lv 14:48) Mas si entrare el sacerdote y la examinare, y viere que la plaga no se ha extendido en la casa
después que fue recubierta, el sacerdote declarará limpia la casa, porque la
plaga ha desaparecido.
(Lv 14:49) Entonces tomará para
limpiar la casa dos avecillas, y madera de cedro, grana e hisopo;
(Lv 14:50) y degollará una
avecilla en una vasija de barro sobre aguas corrientes.
(Lv 14:51) Y tomará el cedro, el hisopo, la grana y la
avecilla viva, y los mojará en la sangre de la avecilla muerta y en las aguas
corrientes, y rociará la casa siete veces.
(Lv 14:52) Y purificará la casa
con la sangre de la avecilla, con las
aguas corrientes, con la avecilla viva, la madera de cedro, el hisopo y la
grana.
(Lv 14:53) Luego soltará la
avecilla viva fuera de la ciudad sobre la superficie [faz] del campo. Así hará expiación por la casa, y será limpia.
(Lv 14:54) Esta es la ley acerca de toda plaga de lepra y de
tiña,
(Lv 14:55) y de la lepra del vestido, y de la casa,
(Lv 14:56) y acerca de la hinchazón, y de la erupción, y de la
mancha blanca,
(Lv 14:57) para enseñar cuándo es inmundo, y cuándo limpio.
Esta es la ley tocante a la lepra.
Impurezas físicas
(Lv 15:1) Habló Jehová a
Moisés y a Aarón, diciendo:
(Lv 15:2) Hablen a los hijos
de Israel y díganles: «Cualquier»* varón, cuando tuviere
flujo de semen, será inmundo.
(Lv 15:3) Y esta será su
inmundicia en su flujo: sea que su cuerpo destiló a causa de su flujo, o que
deje de destilar a causa de su flujo, él será inmundo.
(Lv 15:4) Toda cama en que se acostare el que tuviere flujo,
será inmunda; y toda cosa sobre que se sentare,
inmunda será.
(Lv 15:5) Y «cualquiera»* que tocare su
cama lavará sus vestidos; se lavará también a sí mismo con agua, y será inmundo
hasta la noche.
(Lv 15:6) Y el que se sentare sobre aquello en que se hubiere
sentado el que tiene flujo, lavará sus vestidos,
se lavará también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche.
(Lv 15:7) Asimismo el que tocare el cuerpo del que tiene
flujo, lavará sus vestidos, y a sí mismo se
lavará con agua, y será inmundo hasta la noche.
(Lv 15:8) Y si el que tiene flujo escupiere sobre el limpio,
éste lavará sus vestidos, y después de haberse
lavado con agua, será inmundo hasta la noche.
(Lv 15:9) Y toda montura sobre que cabalgare el que tuviere
flujo será inmunda.
(Lv 15:10) Cualquiera que tocare cualquiera cosa que haya
estado debajo de él, será inmundo hasta la noche;
y el que la llevare, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua, será
inmundo hasta la noche.
(Lv 15:11) Y todo aquel a quien tocare el que tiene flujo, y
no lavare con agua sus manos, lavará sus
vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la noche.
(Lv 15:12) La vasija de barro que tocare el que tiene flujo
será quebrada, y toda vasija de madera será
lavada con agua.
(Lv 15:13) Cuando se hubiere limpiado
de su flujo el que tiene flujo, contará siete días
desde su purificación, y lavará sus
vestidos, y lavará su cuerpo en aguas corrientes, y será limpio.
(Lv 15:14) Y el octavo día tomará
dos tórtolas o dos palominos, y vendrá delante de Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión, y los dará al
sacerdote;
(Lv 15:15) y el sacerdote hará
del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y el sacerdote le
purificará de su flujo delante de Jehová.
(Lv 15:16) Cuando el hombre tuviere emisión de semen, lavará en agua todo su cuerpo, y será inmundo hasta la noche.
(Lv 15:17) Y toda vestidura, o toda piel sobre la cual cayere la emisión del semen, se lavará con agua, y será
inmunda hasta la noche.
(Lv 15:18) Y cuando un hombre yaciere
con una mujer y tuviere emisión de semen, ambos se lavarán con agua, y serán
inmundos hasta la noche.
(Lv 15:19) Cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su cuerpo, siete días estará «apartada;»* y
cualquiera que la tocare será inmundo hasta la
noche.
(Lv 15:20) Todo aquello sobre que ella se acostare mientras «estuviere
separada,»*
será inmundo; también todo aquello sobre que se sentare será inmundo.
(Lv 15:21) Y cualquiera que tocare su cama, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua, será
inmundo hasta la noche.
(Lv 15:22) También cualquiera que tocare cualquier mueble
sobre que ella se hubiere sentado, lavará sus
vestidos; se lavará luego a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la noche.
(Lv 15:23) Y lo que estuviere sobre la cama, o sobre la silla en que ella se hubiere sentado, el
que lo tocare será inmundo hasta la noche.
(Lv 15:24) Si «alguno»* durmiere con
ella, y su menstruo fuere sobre él, será inmundo por siete días; y toda cama sobre que durmiere, será
inmunda.
(Lv 15:25) Y la mujer, cuando siguiere el flujo de su sangre por
muchos días fuera del tiempo de su costumbre,
o cuando tuviere flujo de sangre más de
su costumbre, todo «el tiempo
de»* su flujo
será inmunda como en los días de su costumbre.
(Lv 15:26) Toda cama en que durmiere
todo «el tiempo de»* su flujo, le
será como la cama de su costumbre; y todo mueble sobre que se sentare, será inmundo,
como la impureza de su costumbre.
(Lv 15:27) Cualquiera que tocare esas cosas será inmundo; y lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con
agua, y será inmundo hasta la noche.
(Lv 15:28) Y cuando fuere libre
de su flujo, contará siete días, y
después será limpia.
(Lv 15:29) Y el octavo día tomará
consigo dos tórtolas o dos palominos, y los traerá al sacerdote, a la puerta
del tabernáculo de reunión;
(Lv 15:30) y el sacerdote hará
del uno ofrenda por el pecado, y del otro holocausto; y la purificará el
sacerdote delante de Jehová del flujo de su impureza.
(Lv 15:31) Así apartaran de sus
impurezas a los hijos de Israel, a fin de que no mueran por sus impurezas por
haber contaminado mi tabernáculo que
está entre ellos.
(Lv 15:32) Esta es la ley para el que tiene flujo, y «para el que tiene»*
emisión de semen, viniendo a ser inmundo a causa de ello;
(Lv 15:33) y para la que padece su costumbre, y para el que tuviere flujo, sea varón o mujer, y
para el hombre que durmiere con mujer inmunda.
El día de la expiación
(Lv 16:1) Habló Jehová a
Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron
delante de Jehová, y murieron.
(Lv 16:2) Y Jehová dijo a
Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo
entre en el santuario «detrás»* del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca,
para que no muera; porque yo apareceré en la
nube sobre el propiciatorio.
(Lv 16:3) Con esto entrará Aarón en el santuario: con un
becerro para expiación, y un carnero para holocausto.
(Lv 16:4) Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el
cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras;
con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua.
(Lv 16:5) Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para
holocausto.
(Lv 16:6) Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que
es suyo, y hará la reconciliación por sí y por
su casa.
(Lv 16:7) Después tomará los
dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión.
(Lv 16:8) Y echará suertes
Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte
por Jehová, y otra suerte por Azazel.
(Lv 16:9) Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual
cayere la suerte
por Jehová, y lo ofrecerá en expiación.
(Lv 16:10) Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por
Azazel, lo presentará vivo delante de
Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al
desierto.
(Lv 16:11) Y hará traer Aarón el becerro que era para
expiación suya, y hará la reconciliación por sí
y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.
(Lv 16:12) Después tomará un
incensario lleno de brasas de fuego del altar de la presencia [de delante] de Jehová, y sus puños llenos del
perfume aromático molido, y lo llevará «detrás»* del velo.
(Lv 16:13) Y pondrá el perfume
sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio,
para que no muera.
(Lv 16:14) Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo «hacia»* el propiciatorio al lado oriental; «hacia»* el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.
(Lv 16:15) Después degollará el
macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre «detrás»* del velo adentro, y hará de la sangre como
hizo con la sangre del becerro, y la
esparcirá sobre el propiciatorio y
delante del propiciatorio.
(Lv 16:16) Así purificará el santuario, a causa de las
impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de
la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre
ellos en medio de sus impurezas.
(Lv 16:17) Ningún hombre estará
en el tabernáculo de reunión cuando él
entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la
expiación por sí, por su casa y por toda la congregación de Israel.
(Lv 16:18) Y saldrá al altar
que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre
los cuernos del altar alrededor.
(Lv 16:19) Y esparcirá sobre él
de la sangre con su dedo siete veces, y
lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.
(Lv 16:20) Cuando hubiere acabado
de expiar el santuario y el tabernáculo
de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo;
(Lv 16:21) y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho
cabrío vivo, y confesará sobre él todas las
iniquidades [grandes maldades e injusticias] de los hijos
de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al
desierto por mano de un hombre destinado para esto.
(Lv 16:22) Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades [grandes maldades e injusticias]
de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el
macho cabrío por el desierto.
(Lv 16:23) Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará
las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las
pondrá allí.
(Lv 16:24) Lavará luego su
cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos
saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación
por sí y por el pueblo.
(Lv 16:25) Y quemará en el
altar la grosura del sacrificio por el pecado.
(Lv 16:26) El que hubiere llevado el macho cabrío a Azazel,
lavará sus vestidos, lavará también con agua su
cuerpo, y después entrará en el campamento.
(Lv 16:27) Y sacarán fuera del campamento el becerro y el
macho cabrío inmolados por el pecado, cuya sangre
fue llevada al santuario para hacer la expiación; y quemarán en el fuego su piel, su carne y su estiércol.
(Lv 16:28) El que los quemare lavará
sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después podrá entrar en el
campamento.
(Lv 16:29) Y esto tendrán por
estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez
días del mes,
afligirán sus [de ustedes] almas, y ninguna obra harán, ni el natural ni el extranjero que mora entre
ustedes.
(Lv 16:30) Porque en este día se hará expiación por ustedes, y serán limpios de todos sus [de ustedes] pecados delante de Jehová.
(Lv 16:31) Día de reposo es
para ustedes, y afligirán sus [de
ustedes] almas; es estatuto
perpetuo.
(Lv 16:32) Hará la expiación el
sacerdote que fuere ungido y «consagrado»* para ser sacerdote en lugar de su padre; y se vestirá
las vestiduras de lino, las vestiduras sagradas.
(Lv 16:33) Y hará la expiación
por el santuario santo, y el tabernáculo
de reunión; también hará expiación por el altar, por los sacerdotes y por todo
el pueblo de la congregación.
(Lv 16:34) Y esto tendrán como
estatuto perpetuo, para hacer expiación una vez al año por todos los pecados de
Israel. Y Moisés lo hizo como Jehová le mandó.
El santuario único
(Lv 17:1) Habló Jehová a
Moisés, diciendo:
(Lv 17:2) Habla a Aarón y a
sus hijos, y a todos los hijos de Israel, y diles: Esto es lo que ha mandado
Jehová:
(Lv 17:3) «Cualquier»* varón de la casa de Israel que degollare buey o cordero o cabra, en el campamento o fuera de él,
(Lv 17:4) y no lo trajere a la
puerta del tabernáculo de reunión para
ofrecer ofrenda a Jehová delante del tabernáculo
de Jehová, será culpado de sangre el
tal varón; sangre derramó; será cortado
el tal varón de entre su pueblo,
(Lv 17:5) a fin de que traigan los hijos de Israel sus
sacrificios, los que sacrifican en medio del
campo, para que los traigan a Jehová a la puerta del tabernáculo de reunión al sacerdote, y sacrifiquen ellos
sacrificios de paz a Jehová.
(Lv 17:6) Y el sacerdote esparcirá
la sangre sobre el altar de Jehová a la
puerta del tabernáculo de reunión, y
quemará la grosura en olor grato a Jehová.
(Lv 17:7) Y nunca más sacrificarán
sus sacrificios a los demonios, tras de los cuales han fornicado; tendrán esto por estatuto perpetuo por sus edades.
(Lv 17:8) Les dirás también: «Cualquier»*
varón de la casa de Israel, o de los extranjeros que habitan [moran, residen]
entre ustedes, que ofreciere holocausto o sacrificio,
(Lv 17:9) y no lo trajere a la
puerta del tabernáculo de reunión para
hacerlo a Jehová, el tal varón será igualmente cortado de su pueblo.
Prohibición de comer la sangre
(Lv 17:10) Si «cualquier»* varón de la casa de Israel, o de los
extranjeros que habitan [moran, residen]
entre ellos, comiere alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona
que comiere sangre, y la cortaré de
entre su pueblo.
(Lv 17:11) Porque la vida de la carne en la sangre está, y
yo se la he dado para hacer expiación sobre el altar por sus [de ustedes] almas;
y la misma sangre hará expiación de la persona.
(Lv 17:12) Por tanto, he dicho
a los hijos de Israel: Ninguna persona de ustedes comerá sangre, ni el extranjero que mora entre
ustedes comerá sangre.
(Lv 17:13) Y «cualquier»* varón de los hijos de Israel, o de los
extranjeros que habitan [moran, residen]
entre ellos, que cazare animal o ave que sea de comer,
derramará su sangre y la cubrirá con
tierra.
(Lv 17:14) Porque la vida de toda carne es su sangre; por
tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comerán la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será
cortado.
(Lv 17:15) Y cualquier persona, así de los naturales como de
los extranjeros, que comiere animal mortecino o
despedazado por fiera, lavará sus vestidos y a sí misma se lavará con agua, y
será inmunda hasta la noche; entonces será limpia.
(Lv 17:16) Y si no los lavare,
ni lavare su cuerpo, llevará su iniquidad [gran maldad e injusticia].
Actos prohibidos
(Lv 18:1) Habló Jehová a
Moisés, diciendo:
(Lv 18:2) Habla a los hijos de
Israel, y diles: Yo soy Jehová su [de
ustedes] Dios.
(Lv 18:3) No harán como hacen
en la tierra de Egipto, en la cual moraron; ni harán como hacen en la tierra de
Canaán, a la cual yo les conduzco, ni andarán en sus estatutos.
(Lv 18:4) Mis ordenanzas
pondrán por obra, y mis estatutos cumplirán [guardaran,
conservaran], andando en ellos. Yo
Jehová su [de ustedes] Dios.
(Lv 18:5) Por tanto, cumplirán [guardaran,
conservaran] mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el
hombre, vivirá en ellos. Yo Jehová.
(Lv 18:6) «Ningún»* varón se llegue a
«parienta próxima»* alguna, para descubrir su desnudez. Yo Jehová.
(Lv 18:7) La desnudez de tu padre, o la desnudez de tu madre, no descubrirás;
tu madre es, no descubrirás su desnudez.
(Lv 18:8) La desnudez de la mujer de tu padre no
descubrirás; es la desnudez de tu
padre.
(Lv 18:9) La desnudez de tu hermana, hija de tu
padre o hija de tu madre, nacida en casa o nacida fuera, su desnudez no descubrirás.
(Lv 18:10) La desnudez de la hija de tu hijo, o de
la hija de tu hija, su desnudez
no descubrirás, porque es la desnudez tuya.
(Lv 18:11) La desnudez de la hija de la mujer de tu
padre, engendrada de tu padre, tu hermana es; su
desnudez no descubrirás.
(Lv 18:12) La desnudez de la hermana de tu padre no
descubrirás; es parienta de tu padre.
(Lv 18:13) La desnudez de la hermana de tu madre no descubrirás, porque parienta de tu madre es.
(Lv 18:14) La desnudez del hermano de tu padre no
descubrirás; no llegarás a su mujer; es mujer
del hermano de tu padre.
(Lv 18:15) La desnudez de tu nuera no descubrirás; mujer es de tu hijo, no descubrirás su desnudez.
(Lv 18:16) La desnudez de la mujer de tu hermano no
descubrirás; es la desnudez de tu
hermano.
(Lv 18:17) La desnudez de la mujer y de su hija no
descubrirás; no tomarás la hija de su hijo, ni
la hija de su hija, para descubrir su desnudez; son
parientas, es maldad.
(Lv 18:18) No tomarás mujer juntamente con su hermana, para
hacerla su rival, descubriendo su desnudez delante de ella en su vida.
(Lv 18:19) Y no llegarás a la
mujer para descubrir su desnudez mientras esté en su impureza
menstrual.
(Lv 18:20) Además, no tendrás «acto carnal»*
con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella.
(Lv 18:21) Y no des hijo tuyo
para ofrecerlo por fuego a Moloc; no contamines así el nombre de tu Dios. Yo
Jehová.
(Lv 18:22) No te echarás con
varón como con mujer; es abominación [cosa
repugnante].
(Lv 18:23) Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá
delante de animal para ayuntarse con él; es perversión.
(Lv 18:24) En ninguna de estas cosas se amancillaran; pues en todas estas cosas se han corrompido las
naciones que yo echo de delante de ustedes,
(Lv 18:25) y la tierra fue contaminada; y yo visité su maldad sobre ella, y la tierra vomitó sus
habitantes [moradores, residentes].
(Lv 18:26) Guarden, pues, ustedes
mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagan ninguna de estas abominaciones, ni
el natural ni el extranjero que mora entre ustedes
(Lv 18:27) (porque todas estas abominaciones hicieron los
hombres de aquella tierra que fueron antes de ustedes, y la tierra fue
contaminada);
(Lv 18:28) no sea que la tierra les vomite por haberla contaminado, como vomitó a la nación que
la habitó antes de ustedes.
(Lv 18:29) Porque cualquiera que hiciere alguna de todas estas abominaciones, las personas que
las hicieren serán cortadas de entre su pueblo.
(Lv 18:30) Guarden, pues, mi
ordenanza, no haciendo las costumbres
abominables que practicaron antes de ustedes, y no se contaminen en ellas. Yo
Jehová su [de ustedes] Dios.