Referencias para la lectura:
- Texto
actualizado al español latino.
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visual de vocablos claves resaltados en colores.
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de palabras claves entre corchetes [color
bordó]
- Texto
entre comillas y asterisco «expresión»*
refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
- Subtitulado tradicional actualizado
Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original
del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un
diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para
el NT.
Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera
Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de
significados y conceptos.
HABACUC
Habacuc se queja de injusticia
(Hab 1:1) La profecía que vio
el profeta Habacuc.
(Hab 1:2) ¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia
[vergüenza, afrenta, deshonor],
y no salvarás?
(Hab 1:3) ¿Por qué me haces ver
iniquidad [gran
maldad e injusticia], y haces que vea
molestia? Destrucción y violencia [vergüenza,
afrenta, deshonor] están delante de mí, y
pleito y contienda se levantan.
(Hab 1:4) Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío [irreverente
y sin ley] asedia al justo, por eso sale
torcida la justicia.
Los caldeos castigarán a Judá
(Hab 1:5) Vean entre las
naciones, y observen, y asómbrense; porque haré una obra en sus [de ustedes] días, que aun cuando se los
contare, no la creerán.
(Hab 1:6) Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación
cruel y presurosa, que camina por la anchura de la tierra para poseer las
moradas ajenas.
(Hab 1:7) Formidable es y terrible; de ella misma procede su justicia y su dignidad.
(Hab 1:8) Sus caballos serán más ligeros que leopardos, y más feroces que lobos nocturnos, y
sus jinetes se multiplicarán; vendrán de lejos sus jinetes, y volarán como
águilas que se apresuran a devorar.
(Hab 1:9) Toda ella vendrá a la presa; el terror va delante
de ella, y recogerá cautivos como arena.
(Hab 1:10) Escarnecerá a los reyes, y de los
príncipes hará burla; se reirá de toda fortaleza,
y levantará terraplén y la tomará.
(Hab 1:11) Luego pasará como el
huracán, y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios.
Protesta de Habacuc
(Hab 1:12) ¿No eres tú desde el
principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh Jehová, para juicio
lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar.
(Hab 1:13) Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los despreciadores, y
callas cuando destruye el impío [irreverente
y sin ley] al más justo que él,
(Hab 1:14) y haces que sean los
hombres como los peces del mar, como reptiles que no tienen quien los gobierne?
(Hab 1:15) Sacará a todos con
anzuelo, los recogerá con su red, y los juntará en sus mallas; por lo cual se
alegrará y se regocijará.
(Hab 1:16) Por esto hará sacrificios
a su red, y ofrecerá sahumerios a sus mallas; porque con ellas engordó su
porción, y engrasó su comida.
(Hab 1:17) ¿Vaciará por eso su red, y no tendrá piedad de aniquilar naciones continuamente?
Jehová responde a Habacuc
(Hab 2:1) Sobre mi guarda estaré,
y sobre la fortaleza afirmaré el pie, y
velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder tocante a mi queja.
(Hab 2:2) Y Jehová me respondió,
y dijo: Escribe la visión, y declárala
en tablas, para que corra el que leyere en ella.
(Hab 2:3) Aunque la visión
tardará aún por un tiempo, mas se
apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque
tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.
(Hab 2:4) He aquí que aquel cuya alma
no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe
vivirá.
(Hab 2:5) Y también, el que es dado al vino es traicionero,
hombre soberbio, que no permanecerá; ensanchó
como el Seol su alma,
y es como la muerte, que no se saciará; antes reunió para sí todas las gentes,
y juntó para sí todos los pueblos.
Ayes contra los injustos
(Hab 2:6) ¿No han de levantar
todos éstos refrán sobre él, y sarcasmos contra él? Dirán: ¡Ay del que
multiplicó lo que no era suyo! ¿Hasta cuándo había de acumular sobre sí prenda
tras prenda?
(Hab 2:7) ¿No se levantarán de repente tus deudores, y se
despertarán los que te harán temblar, y serás
despojo para ellos?
(Hab 2:8) Por cuanto tú has
despojado a muchas naciones, todos los otros pueblos te despojarán, a causa de
la sangre de los hombres, y de los
robos de la tierra, de las ciudades y de todos los que habitan en ellas.
(Hab 2:9) ¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa,
para poner en alto su nido, para
escaparse del poder del mal!
(Hab 2:10) Tomaste consejo vergonzoso para tu casa, asolaste
muchos pueblos, y has pecado contra tu vida.
(Hab 2:11) Porque la piedra clamará
desde el muro, y la tabla del enmaderado le responderá.
(Hab 2:12) ¡Ay del que edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con iniquidad
[gran maldad
e injusticia]!
(Hab 2:13) ¿No es esto de Jehová de los ejércitos? Los
pueblos, pues, trabajarán para el fuego, y las
naciones se fatigarán en vano.
(Hab 2:14) Porque la tierra será llena
del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar.
(Hab 2:15) ¡Ay del que da de beber a su prójimo! ¡Ay de ti,
que le acercas tu hiel, y le embriagas para mirar su desnudez!
(Hab 2:16) Te has llenado de deshonra más que de honra; bebe tú también, y serás descubierto; el cáliz de la mano
derecha de Jehová vendrá hasta ti, y vómito de afrenta sobre tu gloria.
(Hab 2:17) Porque la rapiña [vergüenza,
afrenta, deshonor] del Líbano caerá
sobre ti, y la destrucción de las fieras te quebrantará, a causa de la sangre de los hombres, y del robo de la
tierra, de las ciudades y de todos los que en ellas habitaban.
(Hab 2:18) ¿De qué sirve la
escultura que esculpió el que la hizo? ¿la estatua de fundición que enseña
mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe el hacedor en su obra?
(Hab 2:19) ¡Ay del que dice al palo: Despiértate; y a la
piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He
aquí está cubierto de oro y plata, y no hay espíritu
dentro de él.
(Hab 2:20) Mas Jehová está en su santo templo;
calle delante de él toda la tierra.
Oración de Habacuc
(Hab 3:1) Oración del profeta
Habacuc, sobre Sigionot.
(Hab 3:2) Oh Jehová, he oído tu
palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En la ira acuérdate de
la misericordia.
(Hab 3:3) Dios vendrá de Temán, Y el Santo desde el monte de
Parán. Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra
se llenó de su alabanza.
(Hab 3:4) Y el resplandor fue como la luz; Rayos brillantes
salían de su mano, Y allí estaba escondido su
poder.
(Hab 3:5) Delante de su rostro iba mortandad,
Y a sus pies salían carbones encendidos.
(Hab 3:6) Se levantó, y midió la tierra; Miró, e hizo temblar las gentes; Los montes antiguos fueron
desmenuzados, Los collados antiguos se humillaron. Sus caminos son eternos.
(Hab 3:7) He visto las tiendas de Cusán en aflicción; Las
tiendas de la tierra de Madián temblaron.
(Hab 3:8) ¿Te airaste, oh
Jehová, contra los ríos? ¿Contra los ríos te airaste? ¿Fue tu ira contra el mar
Cuando montaste en tus caballos, Y en tus carros de victoria?
(Hab 3:9) Se descubrió enteramente tu arco; Los juramentos a
las tribus fueron palabra segura. Hendiste la
tierra con ríos.
(Hab 3:10) Te vieron y tuvieron temor los montes; Pasó la inundación de las aguas; El abismo [profundidad]
dio su voz, A lo alto alzó sus manos.
(Hab 3:11) El sol y la
luna se pararon en su lugar; A la luz
de tus flechas [saetas] anduvieron, Y al resplandor de tu fulgente lanza.
(Hab 3:12) Con ira hollaste la
tierra, Con furor trillaste las naciones.
(Hab 3:13) Saliste para
socorrer a tu pueblo, Para socorrer a tu ungido.
Traspasaste la cabeza de la casa del impío [irreverente
y sin ley], Descubriendo el cimiento hasta la roca.
(Hab 3:14) Horadaste con sus
propios dardos las cabezas de sus guerreros, Que como tempestad acometieron
para dispersarme, Cuyo regocijo era como para devorar al pobre encubiertamente.
(Hab 3:15) Caminaste en el mar
con tus caballos, Sobre la mole de las grandes aguas.
(Hab 3:16) Oí, y se conmovieron
mis entrañas; A la voz temblaron mis labios; Pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí; Si bien
estaré quieto en el día de la angustia, Cuando suba al pueblo el que lo
invadirá con sus tropas.
(Hab 3:17) Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto
del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de
la majada, Y no haya vacas en los corrales;
(Hab 3:18) Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en
el Dios de mi salvación.
(Hab 3:19) Jehová el Señor es mi fortaleza,
El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar.