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RVI: SANTIAGO

Referencias para la lectura:

-       Texto ajustado al Texto Mayoritario y actualizado al español latino.
-       Ubicación visual de vocablos claves resaltados en colores.
-       Sinónimos de palabras claves entre corchetes [color bordó]
-       Vocablos del Texto Mayoritario que forman parte del texto bíblico. Señaladas entre corchetes TM [color azul].
-       Variantes del Textus Receptus que no forman parte del Texto Mayoritario. Señaladas entre corchetes TR [color rojo]

Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original del griego koiné.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.


Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de significados y conceptos.

SANTIAGO

Saludo
(Stg 1:1) Santiago, esclavo de Dios y del Señor Jesús, el Cristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud.

La prueba de la fe produce paciencia
(Stg 1:2) Hermanos míos, tengan por sumo gozo cuando se hallen en diversas pruebas,

(Stg 1:3) sabiendo que la prueba de su [de ustedes] fe produce paciencia.

(Stg 1:4) Mas tenga la paciencia su obra completa, para que sean perfectos y cabales, sin que les falte cosa alguna.

La sabiduría proviene de Dios
(Stg 1:5) Y si alguno de ustedes tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

(Stg 1:6) Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

(Stg 1:7) No piense, por lo tanto, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.

(Stg 1:8) El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.

(Stg 1:9) El hermano que es de humilde condición, gloríese en su exaltación;

(Stg 1:10) pero el que es rico, en su humillación; porque él pasará como la flor de la hierba.

(Stg 1:11) Porque cuando sale el sol con calor abrasador, la hierba se seca, su flor se cae, y perece su hermosa apariencia; así también se marchitará el rico en todas sus empresas.

Soportando las pruebas
(Stg 1:12) Dichoso [afortunado, bienaventurado] el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

(Stg 1:13) Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;

(Stg 1:14) sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia [deseo pasional desordenado] es atraído y seducido.

(Stg 1:15) Entonces la concupiscencia [deseo pasional desordenado], después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.

(Stg 1:16) Amados hermanos míos, no erren.

(Stg 1:17) Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.

(Stg 1:18) El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.

Sean hacedores de la Palabra
(Stg 1:19) Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse;

(Stg 1:20) porque la ira [furia] del hombre no obra la justicia de Dios.

(Stg 1:21) Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, reciban con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar sus [de ustedes] almas.

(Stg 1:22) Pero sean hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándose a ustedes mismos.

(Stg 1:23) Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.

(Stg 1:24) Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.

(Stg 1:25) Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera «en ella,» no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será dichoso [afortunado, bienaventurado] en lo que hace.

(Stg 1:26) Si alguno se cree religioso entre ustedes, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.

(Stg 1:27) La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y conservarse [guardarse] sin mancha del mundo.

No sean parciales
(Stg 2:1) Hermanos míos, que su [de ustedes] fe en nuestro glorioso Señor Jesús, el Cristo sea «sin» acepción de personas.

(Stg 2:2) Porque si en su [de ustedes] congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso,

(Stg 2:3) y miran con agrado al que trae la ropa espléndida y le dicen: Siéntate tú aquí en buen lugar; y dicen al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado;

(Stg 2:4) ¿no hacen distinciones entre ustedes mismos, y vienen a ser jueces con malos pensamientos?

(Stg 2:5) Hermanos míos amados, escuchen: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?

(Stg 2:6) Pero ustedes han afrentado al pobre. ¿No les oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que les arrastran a los tribunales?

(Stg 2:7) ¿No injurian [calumnian, blasfeman] ellos el buen nombre que fue invocado sobre ustedes?

(Stg 2:8) Si en verdad cumplen la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacen;

(Stg 2:9) pero si hacen acepción de personas, cometen pecado, y quedan convictos por la ley como transgresores.

(Stg 2:10) Porque cualquiera que cumpliere [guardare, conservare] toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.

(Stg 2:11) Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. «Ahora bien,» si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.

(Stg 2:12) Así hablen, y así hagan, como los que han de ser juzgados por la ley de la libertad.

(Stg 2:13) Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.

La fe sin obras es muerta
(Stg 2:14) Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?

(Stg 2:15) Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,

(Stg 2:16) y alguno de ustedes les dice: vayan en paz, caliéntense y sáciense, pero no les dan las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?

(Stg 2:17) Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.

(Stg 2:18) Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.

(Stg 2:19) Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.

(Stg 2:20) ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?

(Stg 2:21) ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?

(Stg 2:22) ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?

(Stg 2:23) Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.

(Stg 2:24) Ustedes ven, por lo tanto, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.

(Stg 2:25) Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?

(Stg 2:26) Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.

La lengua es un fuego de maldad
(Stg 3:1) Hermanos míos, no se hagan maestros muchos de ustedes, sabiendo que recibiremos mayor condenación.

(Stg 3:2) Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.

(Stg 3:3) He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.

(Stg 3:4) Observen también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.

(Stg 3:5) Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta  de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!

(Stg 3:6) Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.

(Stg 3:7) Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana;

(Stg 3:8) pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado,  llena de veneno mortal.

(Stg 3:9) Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.

(Stg 3:10) De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

(Stg 3:11) ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?

(Stg 3:12) Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

La sabiduría de los alto
(Stg 3:13) ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.

(Stg 3:14) Pero si tienen celos amargos y contención en su [de ustedes] corazón, no se jacten, ni mientan contra la verdad;

(Stg 3:15) porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica.

(Stg 3:16) Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.

(Stg 3:17) Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía.

(Stg 3:18) Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz.

La amistad con el mundo es enemistad contra Dios
(Stg 4:1) ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos [peleas, contiendas] entre ustedes? ¿No es de sus [de ustedes] pasiones, las cuales combaten en sus [de ustedes] miembros?

(Stg 4:2) Codician, y no tienen; matan y arden de envidia, y no pueden alcanzar; combaten y luchan, pero no tienen lo que desean, porque no piden.

(Stg 4:3) Piden, y no reciben, porque piden mal, para gastar en sus [de ustedes] deleites.

(Stg 4:4) ¡Oh almas adúlteras! ¿No saben que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, por lo tanto, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

(Stg 4:5) ¿O piensan que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho habitar [residir, morar] en nosotros nos anhela celosamente?

(Stg 4:6) Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.

(Stg 4:7) Sométanse, por lo tanto, a Dios; resistan al diablo, y huirá de ustedes.

(Stg 4:8) Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. Pecadores, limpien las manos; y ustedes los de doble ánimo, purifiquen sus [de ustedes] corazones.

(Stg 4:9) Aflíjanse, y lamenten, y lloren. Su [de ustedes] risa se convierta en lloro, y su [de ustedes] gozo en tristeza.

(Stg 4:10) Humíllense delante del Señor, y él les exaltará.

Juzgando al hermano
(Stg 4:11) Hermanos, no murmuren los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.

(Stg 4:12) Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?

No saben lo que será mañana
(Stg 4:13) ¡Vamos ahora! los que dicen: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;

(Stg 4:14) cuando no saben lo que será mañana. Porque ¿qué es su [de ustedes] vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.

(Stg 4:15) En lugar de lo cual deberían decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.

(Stg 4:16) Pero ahora se jactan en sus [de ustedes] soberbias. Toda jactancia semejante es mala;

(Stg 4:17) y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.

La opresión de los ricos
(Stg 5:1) ¡Vamos ahora, ricos! Lloren y aúllen por las miserias que les vendrán.

(Stg 5:2) Sus [de ustedes] riquezas están podridas, y sus [de ustedes] ropas están comidas de polilla.

(Stg 5:3) Su [de ustedes] oro y plata están enmohecidos; y su moho testificará contra ustedes, y devorará del todo sus [de ustedes] carnes como fuego. Han acumulado tesoros para los días últimos [postreros].

(Stg 5:4) He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado sus [de ustedes] tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por ustedes; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos.

(Stg 5:5) Han vivido en deleites sobre la tierra, y sido disolutos; han engordado sus [de ustedes] corazones como en día de matanza.

(Stg 5:6) Han condenado y dado muerte al justo, y él no les hace resistencia.

Sean pacientes y oren
(Stg 5:7) Por tanto, hermanos, tengan paciencia hasta la venida del Señor. Vean cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.

(Stg 5:8) Tengan también ustedes paciencia, y afirmen sus [de ustedes] corazones; porque la venida del Señor se acerca.

(Stg 5:9) Hermanos, no se quejen unos contra otros, para que no sean condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.

(Stg 5:10) Hermanos míos, tomen como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.

(Stg 5:11) He aquí, tenemos por dichosos [afortunados, bienaventurados] a los que sufren. Han escuchado de la paciencia de Job, y han visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo.

(Stg 5:12) Pero sobre todo, hermanos míos, no juren, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que su [de ustedes] sí sea sí, y su [de ustedes] no sea no, para que no caigan TR [en condenación].

(Stg 5:13) ¿Está alguno entre ustedes afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.

(Stg 5:14) ¿Está alguno enfermo entre ustedes? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.

(Stg 5:15) Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.

(Stg 5:16) Confiésense sus [de ustedes] ofensas unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.

(Stg 5:17) Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses.

(Stg 5:18) Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.

(Stg 5:19) Hermanos, si alguno de entre ustedes se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver,

(Stg 5:20) sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.

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