Referencias para la lectura:
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refiere a una frase en español equivalente a la frase hebrea de dicho texto.
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Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original
del hebreo.
Para complementar su lectura considere el uso de un
diccionario Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para
el NT.
Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera
Independiente Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de
significados y conceptos.
MALAQUÍAS
Amor de Jehová por Jacob
(Mal 1:1) Profecía de la palabra de Jehová contra Israel, por
medio de Malaquías.
(Mal 1:2) Yo les he amado, dice
Jehová; y dijeron: ¿En qué nos amaste? ¿ No era Esaú hermano de Jacob? dice
Jehová. Y amé a Jacob,
(Mal 1:3) y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en
devastación [ruina, asolamiento], y
abandoné su heredad [posesión] para
los chacales del desierto.
(Mal 1:4) Cuando Edom dijere:
Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado; así ha dicho
Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré; y les llamarán
territorio de impiedad, y pueblo contra el cual Jehová está indignado para
siempre.
(Mal 1:5) Y sus [de ustedes] ojos lo verán, y dirán: Sea Jehová engrandecido más
allá de los límites de Israel.
Jehová reprende a los sacerdotes
(Mal 1:6) El hijo honra al
padre, y el esclavo [siervo, sirviente]
a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a
ustedes, oh sacerdotes, que desprecian mi nombre. Y dicen: ¿En qué hemos
despreciado tu nombre?
(Mal 1:7) En que ofrecen sobre mi
altar pan inmundo. Y dijeron: ¿En qué te hemos deshonrado? En que piensan que
la mesa de Jehová es despreciable.
(Mal 1:8) Y cuando ofrecen el
animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecen el cojo o
el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de
ti, o «le serás acepto?»* dice Jehová de
los ejércitos.
(Mal 1:9) Ahora, pues, oren por el favor de Dios, para que
tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo «pueden agradarle,»* si hacen estas cosas? dice Jehová de los ejércitos.
(Mal 1:10) ¿Quién también hay de ustedes que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no tengo
complacencia en ustedes, dice Jehová de los ejércitos, ni de su [ustedes] mano aceptaré ofrenda.
(Mal 1:11) Porque desde donde el sol
nace hasta donde se pone, es grande mi nombre
entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda
limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los
ejércitos.
(Mal 1:12) Y ustedes lo han
profanado cuando dicen: Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando decís que su
alimento es despreciable.
(Mal 1:13) Han además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me
desprecian, dice Jehová de los ejércitos; y
trajeron lo hurtado [robado], o cojo, o enfermo, y presentaron
ofrenda. ¿ Aceptaré yo eso de su [ustedes]
mano? dice Jehová.
(Mal 1:14) Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su
rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado.
Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible
entre las naciones.
Reprensión de la infidelidad de
Israel
(Mal 2:1) Ahora, pues, oh sacerdotes, para ustedes es este mandamiento.
(Mal 2:2) Si no oyeren, y si
no decidís de corazón dar gloria a mi
nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición sobre ustedes, y
maldeciré sus [de ustedes]
bendiciones; y aun las he maldecido, porque no
se han decidido de corazón.
(Mal 2:3) He aquí, yo les dañaré la sementera, y les echaré
al rostro el estiércol, el estiércol de sus [de
ustedes] animales sacrificados, y serán arrojados juntamente con él.
(Mal 2:4) Y sabrán que yo les
envié este mandamiento, para que fuese
mi pacto [alianza, convenio,
acuerdo] con Leví, ha dicho Jehová de
los ejércitos.
(Mal 2:5) Mi pacto [alianza,
convenio, acuerdo] con él fue
de vida y de paz, las cuales cosas yo le di para que me temiera; y tuvo temor
de mí, y delante de mi nombre estuvo humillado.
(Mal 2:6) La ley de verdad
estuvo en su boca, e iniquidad [gran maldad e
injusticia] no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia
anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la
iniquidad [gran
maldad e injusticia].
(Mal 2:7) Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, y de su
boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es de Jehová de los ejércitos.
(Mal 2:8) Mas ustedes se han apartado
del camino; han hecho tropezar a muchos en la ley; han corrompido el pacto [alianza, convenio,
acuerdo] de Leví, dice Jehová de los
ejércitos.
(Mal 2:9) Por tanto, yo también los
he hecho viles y bajos ante todo el pueblo, así como ustedes no han guardado
mis caminos, y en la ley «hacen
acepción de personas.»*
(Mal 2:10) ¿No tenemos todos un
mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos
deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto
[alianza, convenio, acuerdo] de nuestros padres?
(Mal 2:11) Prevaricó Judá, y en
Israel y en Jerusalén se ha cometido abominación [cosa repugnante]; porque Judá ha profanado el santuario de Jehová que él amó, y se casó con hija
de dios extraño.
(Mal 2:12) Jehová cortará de
las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al que vela y al que responde,
y al que ofrece ofrenda a Jehová de los ejércitos.
(Mal 2:13) Y esta otra vez harán cubrir el altar de Jehová de
lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para
aceptarla con gusto de su [ustedes]
mano.
(Mal 2:14) Mas dirán: ¿Por qué?
Porque Jehová ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual
has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto [alianza, convenio,
acuerdo].
(Mal 2:15) ¿No hizo él uno,
habiendo en él abundancia de espíritu?
¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guárdense, pues, en
su [de ustedes] espíritu, y no sean desleales para con la mujer de su [ustedes] juventud.
(Mal 2:16) Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de
iniquidad [vergüenza, afrenta, deshonor,
(por gran maldad e injusticia)] su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guárdense, pues, en su [de ustedes] espíritu,
y no sean desleales.
El día del juicio se acerca
(Mal 2:17) Han hecho cansar a Jehová con sus [de ustedes] palabras. Y dicen: ¿En qué le
hemos cansado? En que dicen: Cualquiera que hace mal agrada a Jehová, y en los
tales se complace; o si no, ¿dónde está el Dios de justicia?
(Mal 3:1) He aquí, yo envío mi
mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su
templo el Señor a quien ustedes buscan, y el ángel del pacto [alianza, convenio,
acuerdo], a quien desean ustedes. He
aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.
(Mal 3:2) ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién
podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego
purificador, y como jabón de lavadores.
(Mal 3:3) Y se sentará para
afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará
como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia.
(Mal 3:4) Y será grata a
Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en
los años antiguos.
(Mal 3:5) Y vendré a ustedes
para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros
y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al
jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero,
no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos.
El pago de los diezmos
(Mal 3:6) Porque yo Jehová no
cambio; por esto, hijos de Jacob, no han sido consumidos.
(Mal 3:7) Desde los días de sus [de
ustedes] padres se han apartado de
mis leyes, y no las guardaron. Vuelvan
a mí, y yo me volveré a ustedes, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijeron:
¿En qué hemos de volvernos?
(Mal 3:8) ¿Robará el hombre a Dios? Pues ustedes me han robado. Y dijeron: ¿En qué te hemos robado? En
sus [de ustedes] diezmos y
ofrendas.
(Mal 3:9) Malditos son con
maldición, porque ustedes, la nación toda, me han robado.
(Mal 3:10) Traigan todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y pruébenme ahora en esto, dice
Jehová de los ejércitos, si no les abriré las ventanas de los cielos, y
derramaré sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde.
(Mal 3:11) Reprenderé también
por ustedes al devorador, y no les destruirá el fruto de la tierra, ni su [de ustedes] vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
(Mal 3:12) Y todas las naciones les dirán dichosos [afortunados, bienaventurados]; porque serán tierra deseable, dice Jehová de los
ejércitos.
Diferencia entre el justo y el malo
(Mal 3:13) Sus [de ustedes]
palabras contra mí han sido violentas, dice
Jehová. Y dijeron: ¿Qué hemos hablado contra ti?
(Mal 3:14) Han dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué
aprovecha que guardemos su ley, y que andemos
afligidos en presencia de Jehová de los ejércitos?
(Mal 3:15) Decimos, pues, ahora:
Dichosos [afortunados, bienaventurados]
son los soberbios, y los que hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que
tentaron a Dios y escaparon.
(Mal 3:16) Entonces los que temían a Jehová hablaron «cada uno»* a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él
para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre.
(Mal 3:17) Y serán para mí
especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y
los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.
(Mal 3:18) Entonces se volverán, y discernirán la diferencia entre el justo y el malo, entre el que
sirve a Dios y el que no le sirve.
El día ardiente de Jehová
(Mal 4:1) Porque he aquí, viene el día ardiente como un
horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho
Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.
(Mal 4:2) Mas a ustedes los que temen mi nombre, nacerá el sol de
justicia, y en sus alas traerá salvación;
y saldrán, y saltaran como becerros de la manada.
(Mal 4:3) Hollaran a los
malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de sus [de ustedes] pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.
(Mal 4:4) Acuerdense de la ley
de Moisés mi esclavo [siervo, sirviente],
al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.
(Mal 4:5) He aquí, yo les
envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová,
grande y terrible.
(Mal 4:6) El hará volver el corazón
de los padres hacia los hijos, y el corazón
de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga e hiera la tierra con
maldición.