Referencias para la lectura:
- Texto
ajustado al Texto Mayoritario y actualizado al español latino.
- Ubicación
visual de vocablos claves resaltados en colores.
- Sinónimos
de palabras claves entre corchetes [color
bordó]
- Vocablos
del Texto Mayoritario que forman
parte del texto bíblico. Señaladas entre corchetes TM [color azul].
- Variantes
del Textus Receptus que no forman
parte del Texto Mayoritario. Señaladas entre corchetes TR [color rojo]
Algunos vocablos han retenido su valor de traducción original
del griego koiné.
Para complementar su lectura considere el uso de un diccionario
Hebreo – Español para el AT, y un diccionario Griego – Español para el NT.
Para un estudio exhaustivo, recomendamos utilizar RVIC Reina Valera Independiente
Codificada con diccionarios léxicos para una ampliación de
significados y conceptos.
2ª TIMOTEO
Saludo
(2Ti 1:1) Pablo, apóstol de Jesús,
el Cristo por la voluntad de Dios, según la promesa de la vida que es en
Cristo Jesús,
(2Ti 1:2) a Timoteo, amado hijo:
Gracia, misericordia y paz, de Dios
Padre y de Jesús, el Cristo nuestro Señor.
Aviva el
fuego del don y da testimonio de Cristo
(2Ti 1:3) Doy gracias a Dios, al
cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia,
de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día;
(2Ti 1:4) deseando verte, al
acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo;
(2Ti 1:5) trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó
primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti
también.
(2Ti 1:6) Por lo cual te aconsejo
que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis
manos.
(2Ti 1:7) Porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de
amor y de dominio propio.
(2Ti 1:8) Por tanto, no te
avergüences de dar testimonio de
nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios,
(2Ti 1:9) quien nos salvó y llamó
con llamamiento [reclutamiento] santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada
en Cristo Jesús antes de los tiempos de
los siglos,
(2Ti 1:10) pero que ahora ha sido manifestada [mostrada, dada a
conocer] por la aparición de
nuestro Salvador Jesús, el Cristo, el
cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad
por el evangelio,
(2Ti 1:11) del cual yo fui
constituido predicador, apóstol y maestro
de los gentiles.
(2Ti 1:12) Por lo cual asimismo sufro
[padezco] esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy
seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
(2Ti 1:13) Retén la forma de las
sanas palabras que de mí oyeron, en la fe
y amor que es en Cristo Jesús.
(2Ti 1:14) Guarda el buen
depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.
(2Ti 1:15) Ya sabes esto, que me
abandonaron todos los que están en Asia, de los cuales son Figelo y Hermógenes.
(2Ti 1:16) Tenga el Señor
misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, y no se
avergonzó de mis cadenas,
(2Ti 1:17) sino que cuando estuvo en
Roma, me buscó solícitamente y me halló.
(2Ti 1:18) Concédale el Señor que
halle misericordia cerca del Señor en aquel día. Y cuánto nos ayudó en Efeso,
tú lo sabes mejor.
Un buen
soldado de Cristo
(2Ti 2:1) Tú, por lo tanto, hijo
mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús.
(2Ti 2:2) Lo que has escuchado de mí
ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para
enseñar también a otros.
(2Ti 2:3) Tú, por lo tanto, sufre
penalidades como buen soldado de Jesús, el Cristo.
(2Ti 2:4) Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de
agradar a aquel que lo tomó por soldado.
(2Ti 2:5) Y también el que lucha
como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.
(2Ti 2:6) El labrador, para
participar de los frutos, debe trabajar
primero.
(2Ti 2:7) Considera lo que digo, y
el Señor te dé entendimiento en todo.
(2Ti 2:8) Recuerda Jesús, el Cristo,
es del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio,
(2Ti 2:9) en el cual sufro
penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; mas la palabra de Dios no
está presa.
(2Ti 2:10) Por tanto, todo lo soporto
por amor de los escogidos, para que
ellos también obtengan la salvación que
es en Cristo Jesús con gloria eterna.
(2Ti 2:11) Palabra fiel es esta: Si
somos muertos con él, también viviremos con él;
(2Ti 2:12) Si sufrimos, también
reinaremos con él; Si le negáremos, él
también nos negará.
(2Ti 2:13) Si fuéremos infieles, él permanece fiel; El no puede negarse a sí mismo.
Preséntate a
Dios como obrero aprobado
(2Ti 2:14) Recuérdales esto,
exhortándoles delante del Señor a que no contiendan
sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los
oyentes.
(2Ti 2:15) Procura con diligencia
presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que
usa bien la palabra de verdad.
(2Ti 2:16) Mas evita profanas y vanas
palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad [falta de reverencia y respeto].
(2Ti 2:17) Y su palabra carcomerá
como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto,
(2Ti 2:18) que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección
ya se efectuó, y trastornan la fe de
algunos.
(2Ti 2:19) Pero el fundamento de Dios
está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y:
Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre TM [del Señor].
(2Ti 2:20) Pero en una casa grande,
no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de
barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles.
(2Ti 2:21) Así que, si alguno se
limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Amo [soberano], y dispuesto para toda buena obra.
(2Ti 2:22) Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz,
con los que de corazón limpio invocan
al Señor.
(2Ti 2:23) Pero desecha las
cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.
(2Ti 2:24) Porque el esclavo del
Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar,
sufrido;
(2Ti 2:25) que con mansedumbre
corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,
(2Ti 2:26) y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.
Los hombres
en los últimos días
(2Ti 3:1) También debes saber esto:
que en los últimos [postreros,
siguientes] días vendrán tiempos peligrosos.
(2Ti 3:2) Porque habrá hombres
amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos,
desobedientes a los padres, ingratos, impíos [irreverentes, (sin piedad), sacrílegos],
(2Ti 3:3) sin afecto natural,
implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno,
(2Ti 3:4) traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,
(2Ti 3:5) que tendrán apariencia de
piedad [reverencia y
respeto], pero negarán la eficacia [potencia] de ella; a éstos evita.
(2Ti 3:6) Porque de éstos son los
que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias [deseos pasionales desordenados].
(2Ti 3:7) Estas siempre están
aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento
de la verdad.
(2Ti 3:8) Y de la manera que Janes y
Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento,
réprobos en cuanto a la fe.
(2Ti 3:9) Mas no irán más adelante;
porque su insensatez será manifiesta a
todos, como también lo fue la de aquéllos.
(2Ti 3:10) Pero tú has seguido mi doctrina, conducta, propósito, fe,
longanimidad, amor, paciencia,
(2Ti 3:11) persecuciones,
padecimientos, como los que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en
Listra; persecuciones que he sufrido, y de todas me ha librado el Señor.
(2Ti 3:12) Y también todos los que
quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;
(2Ti 3:13) mas los malos hombres y
los engañadores irán de mal en peor, engañando y
siendo engañados.
(2Ti 3:14) Pero persiste tú en lo que
has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido;
(2Ti 3:15) y que desde la niñez has
sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
(2Ti 3:16) Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar [instruir], para redargüir [refutar argumentos], para corregir [rectificar,
restaurar], para entrenar [instruir, educar] en justicia,
(2Ti 3:17) a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda
buena obra.
Predica la
Palabra
(2Ti 4:1) Te encarezco delante de
Dios y del Señor Jesús, el Cristo, que «juzgará» a los vivos y a los muertos en su manifestación
y en su reino,
(2Ti 4:2) que prediques la palabra;
que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye [argumenta, refuta], reprende [ordena], exhorta [amonesta,
anima] con toda paciencia y doctrina.
(2Ti 4:3) Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír,
se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias
[deseos pasionales desordenados],
(2Ti 4:4) y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.
(2Ti 4:5) Pero tú sé sobrio en todo,
soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
(2Ti 4:6) Porque yo ya estoy para
ser sacrificado, y el tiempo de mi
partida está cercano.
(2Ti 4:7) He peleado la buena
batalla, he acabado la carrera, he guardado [conservado, cumplido] la fe.
(2Ti 4:8) Por lo demás, me está
guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel
día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Instrucciones
particulares
(2Ti 4:9) Procura venir pronto a
verme,
(2Ti 4:10) porque Demas me ha
desamparado, amando este mundo, y se ha
ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.
(2Ti 4:11) Sólo Lucas está conmigo.
Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio.
(2Ti 4:12) A Tíquico lo envié a
Efeso.
(2Ti 4:13) Trae, cuando vengas, el
capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros,
mayormente los pergaminos.
(2Ti 4:14) Alejandro el calderero me
ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus
hechos.
(2Ti 4:15) Guárdate tú también de él,
puesto que en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras.
(2Ti 4:16) En mi primera defensa
ninguno «estuvo» a mi lado, sino que todos
me desampararon; no les sea tomado en cuenta.
(2Ti 4:17) Pero el Señor estuvo a mi
lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que
todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león.
(2Ti 4:18) Y el Señor me librará de
toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por
los siglos de los siglos. Amén.
Saludos y
bendición final
(2Ti 4:19) Saluda a Prisca y a
Aquila, y a la casa de Onesíforo.
(2Ti 4:20) Erasto se quedó en
Corinto, y a Trófimo dejé en Mileto enfermo.
(2Ti 4:21) Procura venir antes del
invierno. Eubulo te saluda, y Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.
(2Ti 4:22) El Señor Jesús, el Cristo
esté con tu espíritu. La gracia sea con
ustedes. Amén. TR [Epístola á Timoteo, el cual fue el primer obispo ordenado en Efeso,
fue escrita de Roma, cuando Pablo fue presentado la segunda vez á César Nerón.]