RV
1909
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RVI
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Notas/Ref
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LUCAS
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LUCAS
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Parábola de la viuda y el juez injusto
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Parábola de la viuda y el juez injusto
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(18:1) Y
PROPUSOLES también una parábola sobre que es necesario orar siempre, y no
desmayar,
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(18:1) También
les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no
desmayar,
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Ro
12:12; Ef 6:18
Col
4:2; 1 Te 5:17
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(18:2) Diciendo: Había un juez en una ciudad, el cual ni temía á Dios,
ni respetaba á hombre.
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(18:2) diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a
hombre.
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(18:3) Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía á él
diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
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(18:3) Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él,
diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
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(18:4) Pero él no quiso por algún tiempo; mas después de esto dijo
dentro de sí: Aunque ni temo á Dios, ni tengo respeto á hombre,
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(18:4) Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro
de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,
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(18:5) Todavía, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia,
porque al fin no venga y me muela.
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(18:5) sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no
sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
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(18:6) Y dijo el Señor: Oid lo que dice el juez injusto.
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(18:6) Y dijo el Señor: Oigan lo que dijo el juez injusto.
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(18:7) ¿Y Dios no hará justicia á sus escogidos, que claman á él día y
noche, aunque sea longánime acerca de ellos?
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(18:7) ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él
día y noche? ¿Se tardará en responderles?
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Ap
6:10
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(18:8) Os digo que los defenderá presto. Empero cuando el Hijo del
hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?
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(18:8) les digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo
del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
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Parábola del fariseo y el publicano
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Parábola del fariseo y el publicano
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(18:9) Y dijo también á unos que confiaban de sí como justos, y
menospreciaban á los otros, esta parábola:
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(18:9) A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban
a los otros, dijo también esta parábola:
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(18:10) Dos hombres subieron al templo á orar: el uno Fariseo, el otro
publicano.
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(18:10) Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro
recaudador de impuesto (publicano).
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(18:11) El Fariseo, en pie, oraba consigo de esta manera: Dios, te doy
gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni
aun como este publicano;
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(18:11) El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera:
Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones,
injustos, adúlteros, ni aun como este recaudador de impuesto (publicano);
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Is
1:15; Is 58:2
Ap
3:17-18
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(18:12) Ayuno dos veces á la semana, doy diezmos de todo lo que poseo.
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(18:12) ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.
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(18:13) Mas el publicano estando lejos no quería ni aun alzar los ojos
al cielo, sino que hería su pecho, diciendo: Dios, sé propició á mí pecador.
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(18:13) Mas el recaudador de impuesto (publicano), estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino
que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
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(18:14) Os digo que éste descendió á su casa justificado antes que el
otro; porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla,
será ensalzado.
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(18:14) les digo que éste descendió a su casa justificado antes que el
otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla
será enaltecido.
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Job 22:29; Pr 29:23
Mt 23:12; Lc 14:11
Stg 4:6; 4:10; 1 Pe 5:5
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Jesús bendice a los niños
(Mt 19:13–15; Mr 10:13–16)
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Jesús bendice a los niños
(Mt 19:13–15; Mr 10:13–16)
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(18:15) Y traían á él los niños para que los tocase; lo cual viendo los
discípulos les reñían.
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(18:15) Traían a él los niños para que los tocase; lo cual viendo los
discípulos, les reprendieron.
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Mt
19:13; Mr 10:13
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(18:16) Mas Jesús llamándolos, dijo: Dejad los niños venir á mí, y no
los impidáis; porque de tales es el reino de Dios.
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(18:16) Mas Jesús, llamándolos, dijo: Dejen a los niños
venir a mí, y no se lo impidan; porque de los tales es el reino de Dios.
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Mt
18:3; 19:14
1
Co 14:20; 1 Pe 2:2
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(18:17) De cierto os digo, que cualquiera que no recibiere el reino de
Dios como un niño, no entrará en él.
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(18:17) De cierto les digo, que el que no recibe el reino de Dios como
un niño, no entrará en él.
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El joven rico
(Mt 19:16–30; Mr 10:17–31)
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El joven rico
(Mt 19:16–30; Mr 10:17–31)
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(18:18) Y preguntóle un príncipe, diciendo: Maestro bueno, ¿qué haré
para poseer la vida eterna?
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(18:18) Un hombre principal le preguntó, diciendo: Maestro bueno, ¿qué
haré para heredar la vida eterna?
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Mt
19:16; Mr 10:17
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(18:19) Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? ninguno hay bueno
sino sólo Dios.
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(18:19) Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo Dios.
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(18:20) Los mandamientos sabes: No matarás: No adulterarás: No hurtarás:
No dirás falso testimonio: Honra á tu padre y á tu madre.
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(18:20) Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás; no hurtarás;
no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre.
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Ex
20:13; Dt 5:17
Ro
13:9; Ef 6:2; Col 3:20
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(18:21) Y él dijo: Todas estas cosas he guardado desde mi juventud.
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(18:21) El dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud.
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(18:22) Y Jesús, oído esto, le dijo: Aun te falta una cosa: vende todo
lo que tienes, y da á los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven,
sígueme.
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(18:22) Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una
cosa: vende todo lo que tienes, y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el
cielo; y ven, sígueme.
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Mt
6:19; 19:21; 1 Ti 6:19
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(18:23) Entonces él, oídas estas cosas, se puso muy triste, porque era
muy rico.
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(18:23) Entonces él, oyendo esto, se puso muy triste, porque era muy
rico.
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(18:24) Y viendo Jesús que se había entristecido mucho, dijo: Cuán
dificultosamente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!
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(18:24) Al ver
Jesús que se había entristecido mucho, dijo: ¡Cuán difícilmente
entrarán en el reino de Dios los que tienen dinero! (los que utilizan, comercializan o
hacen negocios con o por dinero)
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Pr
11:28; Mt 19:23
Mr
10:23
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(18:25) Porque más fácil cosa es entrar un camello por el ojo de una
aguja, que un rico entrar en el reino de Dios.
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(18:25) Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que
entrar un rico en el reino de Dios.
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(18:26) Y los que lo oían, dijeron: ¿Y quién podrá ser salvo?
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(18:26) Y los que oyeron esto dijeron: ¿Quién, por lo tanto, podrá ser
salvado?
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(18:27) Y él les dijo: Lo que es imposible para con los hombres, posible
es para Dios.
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(18:27) El les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.
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Job
42:2; Jr 32:17
Zac
8:6; Lc 1:37
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(18:28) Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado las
posesiones nuestras, y te hemos seguido.
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(18:28) Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado nuestras
posesiones y te hemos seguido.
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Mt
4:20; 19:27; Mr 10:28
Lc
5:11
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(18:29) Y él les dijo: De cierto os digo, que nadie hay que haya dejado
casa, padres, ó hermanos, ó mujer, ó hijos, por el reino de Dios,
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(18:29) Y él les dijo: De cierto les digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o
padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios,
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Dt
33:9
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(18:30) Que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo
venidero la vida eterna.
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(18:30) que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo
venidero la vida eterna.
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Job
42:12
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Nuevamente Jesús anuncia su muerte
(Mt 20:17–19; Mr 10:32–34)
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Nuevamente Jesús anuncia su muerte
(Mt 20:17–19; Mr 10:32–34)
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(18:31) Y Jesús, tomando á los doce, les dijo: He aquí subimos á
Jerusalem, y serán cumplidas todas las cosas que fueron escritas por los
profetas, del Hijo del hombre.
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(18:31) Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a
Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca
del Hijo del Hombre.
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Mt 16:21; 17:22; 20:17
Mr 8:31; 9:31; 10:32
Lc 9:22; 24:7; Sal 22:6
Is 53:7
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(18:32) Porque será entregado á las gentes, y será escarnecido, é
injuriado, y escupido.
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(18:32) Pues será entregado a los gentiles, y será escarnecido, y
avergonzado (deshonrado), y escupido.
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Mt
27:2; Lc 23:1
Jn
18:28; Hch 3:13
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(18:33) Y después que le hubieren azotado, le matarán: mas al tercer día
resucitará.
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(18:33) Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día
resucitará.
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(18:34) Pero ellos nada de estas cosas entendían, y esta palabra les era
encubierta, y no entendían lo que se decía.
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(18:34) Pero ellos nada comprendieron de esta declaración, y esta palabra
les era encubierta, y no entendían lo que se les decía.
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Un ciego de Jericó recibe la vista
(Mt 20:29–34; Mr 10:46–52)
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Un ciego de Jericó recibe la vista
(Mt 20:29–34; Mr 10:46–52)
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(18:35) Y aconteció que acercándose él á Jericó, un ciego estaba sentado
junto al camino mendigando;
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(18:35) Sucedió que acercándose Jesús a Jericó, un ciego estaba sentado
junto al camino mendigando;
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Mt
20:29; Mr 10:46;
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(18:36) El cual como oyó la gente que pasaba, preguntó qué era aquello.
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(18:36) y al oír a la multitud que pasaba, preguntó qué era aquello.
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(18:37) Y dijéronle que pasaba Jesús Nazareno.
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(18:37) Y le dijeron que pasaba Jesús nazareno.
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(18:38) Entonces dió voces, diciendo: Jesús, Hijo de David, ten
misericordia de mí.
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(18:38) Entonces dio voces, diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, ten
misericordia de mí!
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(18:39) Y los que iban delante, le reñían que callase; mas él clamaba
mucho más: Hijo de David, ten misericordia de mí.
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(18:39) Y los que iban delante le reprendían para que callase; pero él
clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!
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(18:40) Jesús entonces parándose, mandó traerle á sí: y como él llegó,
le preguntó,
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(18:40) Jesús entonces, deteniéndose, mandó traerle a su presencia; y
cuando llegó, le preguntó,
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(18:41) Diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que vea.
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(18:41) diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que reciba la
vista.
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(18:42) Y Jesús le dijo: Ve, tu fe te ha hecho salvo.
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(18:42) Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado.
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(18:43) Y luego vio, y le seguía, glorificando á Dios: y todo el pueblo
como lo vio, dió á Dios alabanza.
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(18:43) Y al instante vio, y le seguía, glorificando a Dios; y todo el
pueblo, cuando vio aquello, dio alabanza a Dios.
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